Sector Externo

Segundo mes consecutivo con déficit en la balanza comercial

El déficit comercial en julio fue el más elevado desde mediados del 2018. Las exportaciones moderaron considerablemente su crecimiento en julio y se vieron nuevamente superadas por unas importaciones que persistieron en niveles elevados pese a la vigencia de restricciones. En consecuencia, con un intercambio que rozó los USD 16.000 millones, el saldo comercial en julio fue negativo en USD 437 millones, cuando para el mismo mes en 2021 había sido superavitario en más de USD 1.500 millones (-128% i.a.). De esta manera, por primera vez en casi 4 años la balanza comercial fue deficitaria por dos meses consecutivos.

En este marco, el superávit comercial en los primeros siete meses del año fue un 70% inferior al acumulado hasta julio en 2021. Concretamente, en lo que va de 2022 las exportaciones acumularon USD 52.151 millones (+22% i.a.) y las importaciones USD 49.611 millones (+45% i.a.). De tal forma, el superávit comercial hasta julio se redujo a poco más de USD 2.500 millones, un monto sumamente inferior los más de USD 8.300 millones que se acumularon en el mismo periodo para 2021.

Las exportaciones moderaron su crecimiento en julio

Luego de crecer en promedio un 25% i.a. en el primer semestre, las exportaciones en julio crecieron apenas un 7% i.a. y se ubicaron en USD 7.773 millones. Dicha variación interanual encuentra su explicación en los elevados precios internacionales (+13% i.a.), que más que compensaron una reducción en las cantidades exportadas (-6% i.a.). De hecho, a excepción de las Manufacturas de Origen Industrial (MOI), que prácticamente no mostraron variaciones en sus cantidades, todos los rubros mostraron una reducción en las cantidades exportadas. De esta forma, las exportaciones totales en julio cayeron casi un 7% contra el promedio del segundo trimestre, algo que no ocurría desde mediados del 2016 (la reducción fue del 3%).

A su interior, al igual que en los últimos meses, los Productos Primarios (PP) y las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) representaron 7 de cada 10 dólares exportados. En el caso de los primeros, rozaron los USD 2.500 millones y alcanzaron el segundo valor más alto de los últimos 12 años, únicamente superado por agosto de 2021. En cuanto a las MOA, pese a aumentar un 12% i.a., se ubicaron por debajo de los USD 3.000 millones en julio, cuando en el último trimestre habían promediado poco menos de USD 3.500 millones. En paralelo, las MOI fueron levemente inferiores a los USD 2.000 millones y se ubicaron en niveles similares a los últimos 5 meses.

Las importaciones persistieron en niveles elevados pese a la vigencia de restricciones

Las importaciones volvieron a romper la barrera de los USD 8.000 millones en julio y se ubicaron como el segundo valor histórico más elevado, totalizando unos USD 8.210 millones pese a las restricciones impuestas a fines de junio. Su incremento del 44% i.a. se encuentra explicado tanto por precios (+28% i.a.) como por cantidades (+12% i.a.), y se destaca que todos los usos económicos se incrementaron en su comparación interanual. En cuanto a las repercusiones de las restricciones, el principal impacto parece vislumbrarse en los Bienes Intermedios (BI). Mientras la mayoría de los rubros se encontró en niveles similares a junio, los BI mostraron una reducción mensual de más de USD 400 millones (-13% m/m). De hecho, pese a haber aumentado un 11% en su variación interanual, fue el único rubro que mostró una reducción en sus cantidades (-10% i.a.).

Con tales números, se pone en evidencia que el elevado nivel de las importaciones en el último mes no se encuentra explicado únicamente por el récord de las compras de energía, sino también por un impacto relativamente acotado de las restricciones en el resto de las compras al exterior. En concreto, las importaciones no energéticas rozaron los USD 6.000 millones en julio. Si bien tal monto es un 10% inferior al valor de junio, aún se ubica por encima del promedio del primero semestre (poco menos de USD 5.800 millones) con un crecimiento interanual de casi el 20%.

Por su parte, cabe mencionar el repunte que mostraron los costos del flete en el último mes. El valor unitario del flete internacional rozó los USD 118 por tonelada en julio, mostrando un aumento del 10% contra junio y del 6% contra el promedio del segundo trimestre. Si bien dicho valor es aún un 25% inferior al pico de enero, muestra una suba del 54% contra julio de 2021 y del 143% contra el mismo mes en 2020.

La balanza energética sigue en el centro de la escena

La balanza energética continuó deteriorándose en julio y mostró el déficit más elevado de la historia. Por un lado, las importaciones por Combustibles y Lubricantes (CyL) alcanzaron el máximo valor histórico (USD 2.281 millones), impulsadas principalmente por un fuerte aumento en los precios (+111% i.a.). De tal forma, representaron casi el 28% de las importaciones en el mes (cifra que únicamente se superó en junio del 2014), explicando más del 60% de su crecimiento interanual. Consecuentemente, con unas exportaciones de Combustibles y Energía (CyE) que se ubicaron en apenas USD 414 millones (el monto más bajo de los últimos 12 meses), el déficit energético en julio se ubicó en USD 1.867 millones, el valor más alto desde que se tiene registro. En tal sentido, el rojo energético acumulado en lo que va de 2022 superó ya los USD 4.500 millones, cuando en el mismo periodo para 2021 era de apenas USD 685 millones.

¿Qué esperamos para los próximos meses?

Con vistas a lo que resta del año, el Gobierno se encuentra corriendo contra reloj para recomponer un nivel de Reservas Internacionales sumamente deteriorado, pero se topa con dificultades tanto por el lado de la demanda como de la oferta de divisas. Por el lado de las importaciones, dado que las restricciones impuestas a fines de junio no parecen haber sido suficientes para recuperar el superávit comercial en el último mes, no descartamos un nuevo endurecimiento de tales regulaciones que busque reducir aún más el techo de USD 6.000 millones mensuales.

En cuanto a las exportaciones, el Gobierno aún no logró convencer a los exportadores agrícolas para que comercialicen el remanente que granos que tienen a disposición. No obstante, estimamos que en los próximos meses lo más probable es que se llegue a un acuerdo con los productores para que normalicen la comercialización de granos, manteniendo elevado el nivel de exportaciones y recomponiendo el superávit comercial en lo que resta del año.

De cara a 2023, el actual contexto internacional sumamente volátil pone en riesgo tanto los precios como las cantidades de nuestras exportaciones. Con relación a los primeros, las decisiones de la FED en materia de política monetaria se encuentran fuertemente vinculadas a las cotizaciones de las commodities (nuestra principal fuente de divisas). Entonces, dada la correlación negativa que mostraron en los últimos años, un incremento mayor a lo esperado en las tasas de interés podría reducir sus precios internacionales. En cuanto a las cantidades, los riesgos de una nueva recesión cobran cada vez más importancia a nivel global con el desempeño de China bajo la lupa, lo cual sin dudas perjudicaría la performance de nuestras exportaciones. A su vez, no hay que pasar por alto el desenlace de las elecciones presidenciales de Brasil en los próximos meses y las expectativas de crecimiento para su economía (en los últimos meses el mercado ha ajustado al alza el crecimiento esperado para 2022, pero a la baja para 2023), ya que es nuestro principal socio comercial y destino de exportaciones MOI.



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