Monetarias y Cambiarias

¿Qué pasa con la baja del Impuesto PAIS?

Culmina una semana relativamente tranquila. La brecha cambiaria, continuó con la leve tendencia bajista las últimas semanas, al tiempo que los futuros de dólar siguieron retrocediendo. Por su parte, el BCRA mantuvo las compras en el MULC, aunque por debajo de la semana previa. Asimismo, el riesgo país perforó los 1.500 puntos.

La principal novedad de la semana se centró en la confirmación de reducción del Impuesto PAIS a partir del lunes próximo, retrotrayendo la alícuota al 7,5% (ahora en 17,5%) que regía sobre las importaciones de bienes y fletes previo al cambio de mandato en diciembre del 2023. Asimismo, según se desprende de las declaraciones, la reducción de la alícuota no sería compensada con un aumento del tipo de cambio oficial, generando impactos sobre los ingresos del fisco y el nivel de precios. Más allá de ello, el equipo económico refuerza las señales en su compromiso con la baja de la brecha y mantener a raya la nominalidad, aún a costa de desprenderse de reservas. Y es que, el abaratamiento del TC importador y el acotamiento de plazos para acceder al MULC se inserta en la búsqueda por atraer nuevamente al mercado oficial una demanda de divisas en los dólares paralelos, que sólo durante el primer semestre cruzó pagos por un tercio de las importaciones vía CCL. Con la postergación de importaciones que tuvo lugar durante agosto a la espera de la reducción del Impuesto PAIS, la demanda de divisas por importaciones tornará una dinámica creciente en el marco de una actividad con leves signos de recuperación, que pone un piso cada vez mayor.

Por estas razones, hacia adelante el panorama en el MULC luce poco alentador y, por consiguiente, se volverá más desafiante la acumulación de Reservas. En lo que resta de 2024, el mencionado efecto sobre la demanda de divisas se solapará con una temporada alta de la liquidación llegando a su fin, abriendo el interrogante en torno a qué tan sostenible es el esquema actual sin el agro aportando USD para recomponer reservas y contener la brecha.

 

Culmina una semana relativamente tranquila. La brecha cambiaria continuó con la leve tendencia bajista de las últimas semanas y se ubica próxima al 35%, al tiempo que los futuros de dólar siguieron retrocediendo. Por su parte, el BCRA mantuvo las compras en el MULC al hacerse de USD 80 M (vs USD 230 M la semana previa). Asimismo, despejado el ruido proveniente del Senado tras la aprobación de la ley de movilidad, el riesgo país perforó los 1.500 puntos.

Con todo, el foco se centró en la reducción del Impuesto PAIS. Las autoridades económicas confirmaron que el lunes próximo se reducirá la alícuota que grava las importaciones de bienes y fletes, retrotrayendo la misma al 7,5% (ahora en 17,5%) que regía previo al cambio de mandato en diciembre del 2023.

Por el tono de las declaraciones, daría la impresión de que la reducción no sería compensada por una suba del tipo de cambio oficial. Asumiendo esto, la consecuencia de dicha medida tiene impactos simultáneos en varios frentes.

Por un lado, en el plano fiscal se reduce la alícuota de un ingreso sensible para el fisco. Para dimensionar, durante julio el déficit financiero marcó $0,6 bn (primero desde el cambio de gestión) y se hubiera duplicado de no existir el aporte del Impuesto PAIS. No obstante, hacia adelante el Tesoro cuenta con los recursos extras de Ganancias tras la restitución de la cuarta categoría, y los ingresos transitorios provenientes del blanqueo (el cual viene marchando bien, a juzgar por la dinámica de los depósitos en USD del sistema financiero de los últimos días) y la moratoria.

Por otro lado, si bien podría ser una herramienta que ayude a reducir el nivel de precios de los bienes transables en la economía, lo cierto es que no son pocos los factores que dificultan vislumbrar un efecto concreto en la dinámica inflacionaria. Para empezar, ya se anunció que tendrá lugar un nuevo ajuste de los precios regulados en algún momento de los próximos meses.  

Pero más allá de ello, para que la medida tenga algún tipo de impacto será esencial mantener las expectativas de devaluación a raya para que este menor costo sea percibido como sostenible en el tiempo por los importadores. Si bien la curva de los dólares futuros se viene reduciendo y se encuentra alejada de la tónica de principios de 2024, aún se encuentra por encima del deslizamiento cambiario oficial del 2% mensual.

Así las cosas, la lógica indicaría que tras el abaratamiento del tipo de cambio los importadores tendrían incentivos para volver al MULC, sumado al acortamiento de plazos de acceso que pasó de cuatro a dos cuotas, el cual comenzaría a impactar a partir del mes próximo.

Justamente, el equipo económico sigue dando señales de compromiso en reducir y mantener estable la brecha (y en un sentido más amplio la nominalidad), aún a costas de acumular menos reservas. Los incentivos planteados buscan atraer una demanda creciente de divisas en los dólares financieros, que sólo durante el primer semestre implicó que un tercio del pago de importaciones se canalicen vía CCL.

Como consecuencia, la demanda de divisas en el MULC se tornará creciente. Debido al esquema planteado, durante septiembre los importadores contarán con acceso para cancelar el 25% de las compras externas por los meses de mayo a julio, sumado al 50% de aquellas correspondientes a agosto a raíz del nuevo esquema. El pico de la demanda tendría lugar durante octubre, debido a la postergación de importaciones evidenciada durante agosto a la espera de la reducción del Impuesto PAIS, lo que permitió al BCRA retomar las compras en el MULC.

Este mayor acceso se da en el marco de una actividad con signos de recuperación, que de sostenerse implicaría un piso de demanda cada vez mayor. No obstante, la regulación que restringe la operación cruzada entre MULC y CCL penalizando a una espera de 90 días podría suavizar, al menos temporalmente, esta demanda creciente.  

Por estas razones, hacia adelante el panorama en el MULC luce poco alentador y, por consiguiente, se volverá más desafiante la acumulación de Reservas. En lo que resta de 2024, el mencionado efecto sobre la demanda de divisas se solapará con una temporada alta de la liquidación llegando a su fin, abriendo el interrogante en torno a qué tan sostenible es el esquema actual sin el agro aportando USD para recomponer reservas y contener la brecha.

Aún es más complejo el horizonte si se extiende hacia 2025, con las muestras de reticencia respecto al levantamiento del CEPO del equipo económico y el presidente. Y es que, si bien el CEPO permitiría ganar cierto grado de libertad en la “administración” de la salida de divisas, difícilmente permita llevar adelante la necesaria reducción del Riesgo País y el ingreso de fondos desde el exterior (del FMI o privados) en un año que tendrá una exigencia de vencimientos en moneda dura cercanos a los USD 11.000 M.

El BCRA compra divisas en el MULC

En la semana, el BCRA sostuvo las compras y adquirió USD 80 M, aunque desacelerando respecto a la semana previa (USD 230 M). De esta forma, la autoridad monetaria finalizó agosto con un saldo positivo por USD 536 M, más que compensando las ventas por USD 184 M que incurrió durante junio y julio. Detrás de ello, una liquidación sostenida del agro y una demanda en stand by a la espera de la reducción del Impuesto PAIS impulso el desempeño del BCRA. Con todo, las Reservas Netas (sin DEG) siguen en terreno negativo por USD 4.500 M al excluirse los depósitos del Tesoro en USD y sin restar el BOPREAL.

La brecha cambiaria se estabiliza

La brecha cambiaria se mantuvo estable y a la baja en la semana. En números, el dólar blue anotó un recorte del 3,3% ($1.305), el MEP cayó 0,3% ($1.280) y el CCL subió 1% ($1.298). En consecuencia, la brecha cambiaria promedio cerró la semana en 36%, 2p.p. por debajo del viernes previo. De esta forma, la evolución reciente de los USD alternativos se encuentra influenciada por la nueva regla de intervención cambiaria y la puesta en marcha del blanqueo.

Relativa estabilidad en los futuros de dólar

Los contratos a futuro del dólar cierran neutros la semana. Puntualmente, los TC implícitos en los contratos con vencimiento entre agosto y octubre (los más relevantes en cuanto al volumen) promediaron alzas de 0,1%, mientras que los contratos con vencimiento de octubre en adelante cayeron -0,1%. De esta forma, desde agosto hacia fines de año la variación esperada promedia el 3,2% mensual.



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