La primera semana de febrero finaliza sin grandes cambios en el plano cambiario-monetario. Por un lado, la brecha cambiaria se mantuvo relativamente estable, con los dólares paralelos oscilando los $1.200. Por otro lado, el BCRA aceleró la postura compradora al adquirir USD 579 M en las últimas cinco ruedas, con importantes compras en la jornada del jueves (donde sumó USD 326 M, la cifra más elevada desde el 4 de abril del 2024).
Por otro lado, el BCRA publicó el resultado del MULC por diciembre. En concreto, el saldo privado de la Cuenta Corriente registró el déficit más elevado desde junio del 2023 al marcar USD 952 M. El principal factor detrás del resultado del mes se encuentra en el vencimiento del Impuesto PAIS, que disparó la demanda de divisas y arrojó un saldo comercial levemente negativo por USD 39 M, lo que explica en gran medida el deterioro de la Cuenta Corriente siendo que el balance de bienes es el principal contribuyente neto de divisas. La CC siguió financiándose por los ingresos netos de la Cuenta Financiera (+USD 1.085 M), impulsada por un aporte neto de Financiaciones Locales trepando a USD 1.087 M y los préstamos financieros netos del exterior alcanzaron también otra cifra récord para la gestión actual al aportar USD 902 M.
Pensando hacia adelante, la clave seguirá pasando por la cuenta financiera. La cuenta corriente se verá comprimida vía un balance comercial menos holgado que 2024 (mayores importaciones) y un turismo emisivo mayor. Para financiar la CC en el marco del CEPO, será necesario una compensación con ingresos que podrían provenir mediante un despegue del RIGI y/o la búsqueda activa que tiene el Gobierno para cerrar nuevo programa con el FMI. Esto será cada vez más relevante a medida que las principales canillas de financiación lleguen a un cuello de botella, con los préstamos en USD limitados por normativa (préstamos sólo a exportadores) y por una oferta financiera (vía ONs) dejando atrás el momentum que imprimió el blanqueo.
La primera semana de febrero finaliza sin grandes cambios en el plano cambiario-monetario. Por un lado, la brecha cambiaria se mantuvo relativamente estable, con los dólares paralelos oscilando los $1.200. Por otro lado, el BCRA aceleró la postura compradora al adquirir USD 579 M en las últimas cinco ruedas, con importantes compras en la jornada del jueves (donde sumó USD 326 M, la cifra más elevada desde el 4 de abril del 2024). Con una liquidación del agro aún en stand by, la oferta en el mercado oficial se disparó producto de un salto en las operaciones financieras (crédito en USD, prefinanciaciones, ONs, etc.). No obstante, durante la misma jornada las Reservas Brutas cayeron USD 612 M debido a pagos de intereses al FMI.
Siguiendo con el agro, las últimas lluvias trajeron alivio al sector. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, las precipitaciones de los últimos días mejoraron las condiciones hídricas de los principales cultivos. En detalle, las condiciones hídricas de la soja pasaron a 64% en condición Adecuada/Óptima (+6 p.p. respecto a la semana previa), lo que favorece al 39% del área que transita una etapa crítica para la definición de rendimientos. Respecto al maíz, con la siembra del ciclo casi finalizada, la potencial compensación en algunas regiones (sur de Córdoba y oeste bonaerense) permite sostener las proyecciones de producción que tiene la entidad para la actual campaña en 49 MTn.
Pese a la baja de las retenciones, la liquidación todavía no aparece. Luego de un gran repunte de USD 165 M el miércoles, la liquidación cayó a USD 47,5 M al día siguiente. En paralelo, con datos al 29 de enero (es decir, tan sólo tres días hábiles tras la baja de retenciones) la comercialización de stocks de maíz y soja de la campaña previa por parte de los exportadores siguió casi inalterada, continuando buena parte con precio por fijar (en particular para la soja). Lo positivo, además de las lluvias, fue la mejora registrada en el precio internacional en la semana (+1,5%), con la soja en Chicago aproximándose a los 395 USD/Tn (el valor más elevado desde julio del 2024).
Por otro lado, el BCRA publicó el resultado del MULC por diciembre, útil para observar la dinámica del mercado oficial en un mes clave (venció el Impuesto PAIS) y trazar lo que viene hacia adelante. En concreto, el saldo privado de la Cuenta Corriente registró el déficit más elevado desde junio del 2023 al marcar USD 952 M. Los ingresos netos del sector agropecuario alcanzaron los USD 1.958 M y los del sector energético fueron USD 258 M, un sector que se volvió un aliado clave del agro para la contribución de divisas a lo largo de 2024. En números, el saldo comercial base caja de energía fue superavitario por USD 2.624 M en 2024, algo que no ocurría desde el año 2011, y la cifra más elevada desde el 2006 al medirla a precios corrientes.
Dicho esto, el principal factor detrás del resultado del mes se encuentra en el mencionado vencimiento del Impuesto PAIS, que disparó la demanda de divisas por importaciones de bienes a USD 5.926 M, el valor más elevado desde junio de 2023. Por su parte, el ingreso de divisas por exportaciones fue de USD 5.887 M. De esta forma, el saldo comercial fue levemente negativo por USD 39 M (primera vez en la actual gestión), lo que explica en gran medida el deterioro de la Cuenta Corriente, siendo que el balance de bienes es el principal contribuyente neto de divisas.
Cabe destacar que, la balanza comercial hubiera sido positiva por USD 1.433 M de no mediar el dólar blend. Para dimensionar, mediante el dólar blend el BCRA destinó más de USD 16.700 M a los mercados financieros durante 2024. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que este ejercicio supone que la liquidación de exportaciones hubiera sido la misma ante un tipo de cambio menos competitivo.
Del otro lado del balance, el saldo deficitario de la CC siguió financiándose por los ingresos netos de la Cuenta Financiera (+USD 1.085 M), impulsada por un aporte neto de Financiaciones Locales trepando a USD 1.087 M, el valor más elevado para la serie iniciada en 2003. Asimismo, los préstamos financieros netos del exterior alcanzaron también otra cifra récord para la gestión actual al aportar USD 902 M (el valor más elevado desde diciembre del 2017) y encontrándose dirigidos (como todo el año) al sector energético, que recibió un flujo neto por USD 558 M.
Así las cosas, cuando se incorpora al sector público en la ecuación la Cuenta Corriente empeora a los USD 1.114 M, producto principalmente de pagos por intereses a organismos internacionales. Como contrapartida, la Cuenta Financiera, si bien sostuvo el superávit por quinto mes al hilo, no fue suficiente para compensar el déficit de CC (-USD 749 M). De esta forma, ajustando el saldo por valuación, las Reservas Internacionales cayeron USD 603 M luego de cuatro meses.
En este marco, el primer mes del año siguió con la tónica de diciembre. En resumidas cuentas, la liquidación del agro superó los USD 2.000 M, con una oferta promedio diaria de USD 94 M, levemente por debajo de diciembre (USD 103 M) y noviembre (USD 100 M). Asimismo, los préstamos en USD aceleraron la tendencia alcista al subir en enero USD 1.887 M, lo que dejó un stock de USD 12.741 M (al 31/1), el más elevado desde octubre de 2019.
Del mismo modo, la salida por turismo pronostica una profundización del déficit en el balance turístico. Tras marcar un saldo negativo por de USD 567 M en diciembre (el valor más elevado para un diciembre desde el año 2017), el stock de préstamos en USD por consumo en tarjeta se situó en USD 863 M a finales de enero, récord histórico desde el 2003 a la fecha (valuada a precios corrientes). No obstante, este desmesurado aumento debe ser matizado por los potenciales pagos con dólares propios que pueden realizar los individuos.
Con todo, las compras en el mercado oficial se vieron más que compensadas por el vencimiento de deuda soberana del Tesoro (USD 3.400 M) y pagos de cupones de BOPREAL, lo que determinó que las Reservas caigan USD 1.302 M en el mes. Como resultado, la medición de Reservas Netas que excluye los depósitos en moneda extranjera del Tesoro cerró enero en terreno negativo por USD 9.700 M (mejoraron levemente hasta -USD 8.200 M en la última semana).
En este contexto, el principal interrogante del balance cambiario en el corto plazo será la respuesta del sector agropecuario a la baja de retenciones. Dada una política cambiaria-monetaria manteniendo el incentivo al carry trade “local”, el Gobierno intentará tender puentes (esta semana Caputo se reunió con la Mesa de Enlace) para motorizar la liquidación del sector. Esto será fundamental para engrosar la oferta comercial durante primer trimestre (expo estacional de trigo + liquidación de stocks previos), dotar de mayores dólares a los mercados financieros (vía blend) y permitir que el BCRA relaje de forma más permanente su presencia en los mismos.
Pensando hacia adelante, la clave pasará por la cuenta financiera. La cuenta corriente se verá comprimida vía un balance comercial menos holgado que 2024 (mayores importaciones) y un turismo emisivo mayor. Para financiar la CC en el marco del CEPO, será necesario una compensación con ingresos que podrían provenir mediante un despegue del RIGI y/o la búsqueda activa que tiene el Gobierno para cerrar nuevo programa con el FMI, el cual habilitaría la llegada de fondos frescos.
Esto se volverá cada vez más relevante a medida que las principales canillas de financiación lleguen a un cuello de botella. Por un lado, los préstamos en USD ya representan el 41% de los depósitos en dólares y, si bien aún se encuentran por debajo de otros años (durante la gestión de Mauricio Macri promediaron el 56%), el crecimiento no será un dinamizador del MULC en la medida que prexistan las regulaciones actuales (préstamos sólo a exportadores). Por el otro, el momentum que imprimió el blanqueo se irá diluyendo, y con ello la oferta financiera (vía ONs) que contribuyó en gran medida durante los últimos meses de 2024.
El BCRA compra divisas en el MULC
Durante las últimas 5 ruedas, el BCRA aceleró las compras al hacerse de USD 579 M en el MULC, a pesar de una liquidación del agro que no repunta tras la baja de retenciones, pero compensada por un despegue de la oferta financiera y una demanda que se mantuvo relativamente estable. En consecuencia, las Reservas Netas cerraron la semana en terreno negativo por cerca de USD 8.200 M (-USD 5.700 M si no se descuentan los depósitos del Tesoro).
La brecha se mantiene relativamente estable
Durante la última semana, los dólares paralelos se mantuvieron estables, con una leve caída durante las últimas jornadas. En concreto, mientras el dólar blue cayó 1,2% semanal ($1.205), el dólar MEP subió 1,6% ($1.188) y CCL aumentó 1,3% ($1.201). Como resultado, la brecha cambiaria promedio terminó la semana en la zona del 13%.
Estabilidad en los futuros del dólar
Los contratos a futro del dólar terminaron la semana levemente al alza. En detalle, los contratos del primer trimestre del año (los más relevantes en cuanto a volumen) subieron 0,1%, y aquellos con vencimiento de mayo en adelante subieron 0,2%. Respecto a las devaluaciones implícitas, promedian un 1,6% entre febrero y abril, y un 1,9% en adelante.