El IPC Nacional fue 5,1% en mayo, desacelerándose 0,9 p.p. respecto al mes anterior. De esta forma, acumuló 29,3% hasta el quinto mes del año y se ubicó en 60,7% en la comparación interanual, la más alta desde principios de 1992.
Los capítulos con mayor evolución fueron Salud (+6,2%), donde influyó la autorización de aumentos en prepagas y Transporte (+6,1%), debido al aumento en combustibles (en torno al 10%). Luego, le siguió Prendas de vestir y calzado (+5,8%), que se desaceleró más de 4 p.p. respecto al mes anterior. A su vez, Hoteles y restaurantes (+5,7%), Bebidas alcohólicas y tabaco (+5,7%), Equipamiento y mantenimiento del hogar (+5,4%) y Recreación y cultura (+5,2%) fueron los otros capítulos que se ubicaron por encima del Nivel General.
Alimentos y bebidas no alcohólicas (+4,4%, +64,7% i.a.) también se desaceleró (1,5 p.p. respecto al mes anterior). Al interior, verduras mantuvo un desempeño negativo al igual que en abril (-3,1% a nivel nacional), así que la desaceleración vino de la mano de la menor evolución de Pan y cereales (+4,8%), Carnes, productos y derivados (+6,2%), Leche, productos lácteos y huevos (+4,4%), Aceites, grasas y manteca (+7,4%) y Azúcar, dulces, chocolate, etc (+5,5%), todos grupos de productos con menor evolución respecto a lo observado en abril.
En lo que respecta a las categorías, el IPC Núcleo (+5,2%) se desaceleró 1,5 p.p. respecto al pico observado en abril, alcanzando una variación interanual de 63,2%. Por su parte, el IPC Regulados trepó 5,7% en el mes, donde incidieron las ya nombradas subas de combustibles y prepagas (+44,1% i.a.) y por último, el IPC Estacionales creció 3,4% (+74,0% i.a.).
¿Qué esperamos?
Pese a la desaceleración del quinto mes del año, que acumula casi 2 p.p. respecto al piso de marzo, la inflación del segundo trimestre mantendrá un piso elevado: de aquí en más esperamos que la desaceleración sea más lenta, ubicándose junio y julio en la zona del 4,5-5%. Por caso, durante el corriente mes impactarán las ya pactadas subas de determinados precios regulados (como las tarifas de servicios públicos) sobre una inercia que difícilmente se aplaque en el corto plazo producto de la ausencia de algún acuerdo de precios -para bienes de consumo masivo- y de la incertidumbre macroeconómica de los últimos días, que podría escalar en el corto plazo.
Con la mitad del año prácticamente saldada y aun proyectando una menor evolución de los precios en la segunda parte del año (+3,7% promedio mensual), la inflación cerrará en la zona del 70% i.a. para 2022.