La inflación se moderó levemente en julio
La Inflación a Nivel Nacional publicada por el INDEC mostró una suba mensual del 4% en julio, evidenciando una desaceleración de 0,6 puntos porcentuales con respecto a junio, aunque ubicándose levemente por encima de las expectativas del mercado para el mismo mes (3,9%). Con este dato, la inflación interanual asciende al 263,4% y acumula un 87% en los primeros siete meses del año.
En cuanto a las categorías, la medición Núcleo (excluye estacionales y regulados) subió 3,8% en junio, 0,1 p.p. por encima que mayo y junio, evidenciando una dificultad de la inflación a la hora de romper la inercia. Por su parte, los Estacionales lideraron el incremento (+5,1%), traccionados por subas en frutas y verduras, mientras que los Regulados subieron un 4,3% por subas en cigarrillos y en tarifas en algunas regiones del país.
A nivel regional, la inflación no estuvo exenta de heterogeneidades: mientras que en el noreste del país el aumento del nivel de precios fue de 4,6% (traccionado por aumentos en tarifas que impactaron en julio, mientras que en el resto del país lo hicieron en junio), la inflación del noroeste fue de 3,6%.
Por su parte, los Alimentos y bebidas (+3,2%) aceleraron 0,2 p.p. pero se mantuvieron bien por debajo del nivel general. El capítulo fue clave para el registro del nivel general: de excluirlo, la inflación hubiera sido del 4,4%. A su interior, se destaca la aceleración de las frutas (6,9%) y verduras (6,1%), producto de las heladas acaecidas durante el mes, mientras que el resto de los alimentos se mantuvo en la zona del 2,5%.
En esta misma línea, por sexto mes consecutivo los precios de los Bienes (+3,2% mensual) se movieron a una velocidad considerablemente menor a la de los Servicios (+6.4%). Así, a diferencia del año pasado, los aumentos de los servicios se mantienen por encima de los bienes: en lo que va del año estos últimos subieron casi 75%, al tiempo que los servicios subieron casi 130%, aunque claro está, la diferencia es menor si comparamos con los servicios privados (+90%) dado el importante avance de los servicios públicos (216%).
Estas dos velocidades entre bienes y servicios son parte de la diferencia que pueden existir entre el índice que elabora el INDEC y el que confecciona el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que dio 5,1% en el mes de julio. Sin embargo, esta discrepancia se debe a las distintas ponderaciones de los bienes y servicios que componen los índices, siendo estos últimos los que mayor pesan en el índice porteño. Por lo tanto, si estos crecen más que los bienes, impulsará el IPC CABA, más aún si en la ciudad se suceden aumentos puntuales mayores, como seguramente ocurra en los próximos meses con el boleto de colectivo y subte.
¿Qué esperamos para los próximos meses?
Los datos de julio reflejan que la desaceleración vertiginosa de la inflación iniciada a principios de año comienza a tener dificultades para sostenerse en el tiempo. Será difícil que la inflación siga bajando en los próximos meses al mismo ritmo que mostró hasta el momento: es más fácil bajar una inflación desde el pico de un shock nominal (salto discreto del tipo de cambio y ajustes de precios relativos) que cuando se acerca a su velocidad crucero.
En el mediano plazo, la eventual recuperación de la economía a través de la mejora del poder adquisitivo podría incentivar nuevas rondas de aumentos en bienes y servicios que perciban un atraso relativo de su producto en un contexto de mayor demanda. Esto también tiene un impacto por el lado de la oferta en tanto las empresas decidan trasladar costos salariales al precio final. Por caso, los salarios crecieron por encima de la inflación en el segundo trimestre, al tiempo que los servicios privados crecieron 11 p.p. más que los bienes durante dicho período.
Finalmente, todavía queda por ver cual será la salida que tome el gobierno al cepo cambiario. Cualquier eventual corrección cambiaria, por más que sea a los niveles actuales del tipo de cambio paralelo implicará un reacomodamiento en los precios que acelerará la inflación -aunque lejos de los niveles de comienzos de año-. Caso contrario, si el gobierno decide sostener el cepo -con un crawling peg de 2%- o salir gracias a una eventual convergencia de las cotizaciones paralelas con el dólar oficial, la inflación podría sostener el sendero de desinflación. Sin embargo, las condiciones macroeconómicas vigentes hacen que esta decisión incurra en ciertos riesgos, principalmente en el frente externo.