En mayo, la inflación nacional fue de 3,3%. De esta forma, aumentó 48,8% en la comparación interanual y acumuló 21,5% en los primeros cinco meses del año, la mayor para este período desde 2016.
El capítulo que mayor incidencia tuvo sobre el índice continuó siendo Alimentos y bebidas (+3,1%), que acumula 22,4% en lo que va del año y casi 50% interanual. Vale destacar que, a diferencia de meses previos, cuando la variación del capítulo era impulsada por algunos productos puntuales, este mes la suba fue generalizada: se destacó la evolución de carnes, lácteos, aceites, café, panes, verduras, entre otros.
En otro orden, sobresale que los Bienes (+3,5%) volvieron a ubicarse por encima de los Servicios (+2,7%). Esta dinámica recurrente durante 2021 implica que los primeros acumulen una suba de 23,4%, +6,4 p.p. que los segundos, que corren detrás como consecuencia del fuerte atraso relativo que presentan los servicios públicos, configurando un nuevo set de precios relativos durante los últimos meses.
En este sentido, pese a que el IPC Regulados trepó 3,8% en mayo, por encima del IPC Núcleo (+3,5%) y de los Estacionales (+1,5%), la tendencia es preocupante: la inflación nacional crece por encima del 3% mensual desde octubre de 2020 -ocho meses consecutivos-, algo que no había ocurrido tras los saltos cambiarios durante el gobierno de Cambiemos. Más aún, el IPC Núcleo, que muestra con mayor precisión la inercia del proceso inflacionario, crece a un ritmo mensual promedio superior al 4%. Esta dinámica, a la que probablemente se le sumen reclamos salariales cada vez más elevados -considerando la imposibilidad del cumplimiento de la meta oficial de inflación del 29%-, complicarán la desaceleración en la previa electoral.
Teniendo en cuenta que la suba de precios de mayo fue la más baja en lo que va del año, el cierre del semestre podría ser el inicio de la desaceleración, que se combinará en los próximos meses con una depreciación muy lenta del tipo de cambio oficial y un freno a las autorizaciones de incrementos en distintos precios Regulados. Sin embargo, el relevamiento quincenal del IPC GBA Ecolatina da indicios de la rigidez de este proceso: durante la primera mitad de junio el índice subió 3,8% respecto al mismo periodo de mayo, destacándose nuevamente el avance de casi 4% de Alimentos y bebidas (+3,9%), posiblemente afectado por el desarme de precios máximos hace unos días. De todos modos, prevemos que la inflación cierre por encima del 3% en el sexto mes del año, sin una considerable desaceleración respecto a mayo.
Proyectamos que la inflación rondará el 47,0% en 2021. Teniendo en cuenta que la inflación acumularía una suba en torno al 25% en el primer semestre, la suba de precios debería promediar alrededor de 2,7% entre julio y diciembre para alcanzar nuestra proyección, algo que podría lograrse utilizando el tipo de cambio y las tarifas como ancla, a costa de postergar ajustes para el año entrante. Por este motivo, es difícil que también en 2022 la inflación esté por debajo del 40%.