El IPC GBA Ecolatina creció 3,9% en marzo, acelerándose 0,5 p.p. respecto al mes anterior. De esta manera, la inflación acumuló una suba de 11,5% en el primer trimestre del año, por encima del 7,9% del primer trimestre del año pasado y del 10,9% de igual periodo de 2019. A su vez, exhibió una variación de 39,9% i.a., la más alta de los últimos siete meses.
En lo que respecta a los capítulos, los que mayor desempeño mostraron fueron Educación (+16,0%) e Indumentaria (+10,1%) como consecuencia de factores estacionales (cambio de temporada e inicio de clases).
Sin embargo, se destaca la evolución del capitulo de Alimentos y bebidas (+4,2%), que se ubicó por encima del Nivel general por quinto mes consecutivo traccionada por los incrementos en carne vacuna (8,5%) y determinados bienes de consumo masivo (quesos y aceites, entre otros, que llegaron a crecer hasta 8%).
En lo que respecta al último punto, el IPC que solo contempla bienes de consumo masivo trepó 2,2% en el mes pese a que no hubo autorización para nuevos incrementos en el programa de Precios Máximos. En este sentido, en los meses del 2020 donde rigió plenamente el congelamiento del programa solo un 10% de los precios en promedio mostraban incrementos (es decir, exhibían variaciones superiores a 0%). Ahora, esta cifra alcanzó al 30% de los precios que componen nuestros relevamientos en el periodo enero-marzo 2021, volviendo a la dinámica de los primeros meses de 2020, cuando aún no existía el programa de Precios Máximos. De todas maneras, a pesar de este comportamiento, estos precios acumularon solo una suba de 6,6% en el primer trimestre del 2020, 4,9 p.p. por debajo de la inflación.
Por su parte, el IPC Núcleo creció en línea con la inflación (+3,9%), pero ubicándose por encima en la comparación interanual (+42,9%). El IPC Estacionales subió 3,6% (+72,5% i.a.) y el IPC Regulados trepó 4,1%, exhibiendo la variación más alta de los últimos veintitrés meses. Dicha evolución se explicó por las subas en subtes y taxis, educación, prepagas, cigarrillos y telefonía. A pesar de este desempeño, la variación de los últimos doce meses sigue rezagada (+21,3% i.a.).
¿Qué esperamos para los próximos meses?
A partir del segundo trimestre, el Gobierno acrecentará los esfuerzos para desacelerar la inflación y mejorar el poder adquisitivo con el objetivo dinamizar a la actividad en la previa electoral. Para lograrlo, apuntaría a reducir la depreciación del tipo de cambio oficial y mantener programas como Precios Máximos –que en principio se extiende hasta mayo- para contener los precios de los alimentos. A su vez, podrían existir incrementos en las tarifas de Servicios Públicos que aún resta confirmar, pero se ubicarían por debajo del ajuste necesario para corregir los atrasos de precios relativos.
Cabe destacar que la estrategia oficial no está exenta de riesgos. Comenzamos a transitar la segunda ola en el país y con ello el Gobierno deberá implementar nuevas restricciones a la circulación y producción. A pesar de que las mismas serían menores a las del año pasado como consecuencia del aprendizaje de producir bajo pandemia, se encuentra latente el riesgo de cubrir un mayor déficit -por posible desplome en la recaudación y mayor gasto para apaliar la crisis- con emisión, lo cual podría generar nuevas presiones cambiarias en un contexto de menos reservas. En este marco, a pesar de que la suba de precios pueda llegar a desacelerarse en los meses previos a las elecciones, esperamos que la inflación cierre el año en torno al 42% en 2021.