Síntesis
- En junio el saldo comercial exhibió un déficit mensual récord (el más elevado en más de 40 años), algo inusual para un mes típicamente superavitario.
- Las exportaciones -impactadas por la sequía- registraron la caída más elevada desde la sequía 2008/09 y las importaciones volvieron a retroceder, con compras externas de porotos en niveles récord.
- Hacia adelante, la aguda escasez de divisas y el impacto de la sequía redundarán en una caída de los volúmenes importados no energéticos, parcialmente compensados por el aumento de la deuda comercial y el swap con China.
El déficit comercial más elevado de 2023
Aun siendo un mes típicamente superavitario -se exporta gran parte de la cosecha gruesa- en junio el saldo comercial exhibió el déficit mensual más elevado desde la década de los 80’ (-USD 1.700 M), acumulando un rojo de USD 4.400 M, sólo superado por 2018.
Las exportaciones registraron la caída interanual más elevada desde la sequía de la campaña 2008/09. Sumaron USD 5.350 M (-35% i.a.), con los volúmenes desplomándose (-24% i.a.), al tiempo que los precios promedio, lejos de compensar, continúan disminuyendo (-14% i.a.).
Las importaciones, luego de un leve repunte de los volúmenes en mayo, retornaron a la baja. Las compras externas alcanzaron aproximadamente los USD 7.200 M (-17% i.a.), descenso determinado por un retroceso en los precios (-10% i.a.) y los volúmenes (-8% i.a.).
Los términos de intercambio (TDI, relación entre precios de exportación e importación) siguen soplando levemente en contra. En junio descendieron nuevamente (-4% i.a.), anotando un semestre de caída ininterrumpida en forma interanual. Si se hubiesen mantenido los TDI de junio 2022, el saldo comercial habría anotado un déficit levemente inferior, dando cuenta que el rojo del mes estuvo explicado principalmente por el desempeño de los volúmenes. No obstante, los TDI se ubican un 11% por encima al promedio histórico (2004-22).
¿Qué productos explican la caída en las exportaciones? ¿cuáles permitieron un mayor dinamismo de las importaciones? ¿qué esperamos hacia adelante?
Descenso récord en las exportaciones
El complejo sojero fue el principal motor de la caída de las ventas externas. Las exportaciones de Aceite de soja (-52% i.a., -USD 430 M) y Harina y pellets de soja (-35% i.a., -USD 430 M) explicaron el fuerte deterioro en la performance del complejo. De esta forma, la caída acumulada de ambos productos en 2023 trepó a -USD 3.300 M i.a., explicada por el desplome en la cosecha producto de la sequía.
Por otro lado, se destacaron las reducciones tanto del Maíz (-32% i.a., -USD 300 M) como del Trigo (-71% i.a., -USD 160 M), con una caída acumulada de ambos productos en torno a los -USD 4.500 M i.a., acusando la extrema gravedad de las inclemencias climáticas.
Como resultado, las exportaciones de Productos Primarios (PP) se desmoronaron (-37% i.a.), arrastradas por una fuerte caída en los volúmenes (-34% i.a.), con precios retrocediendo levemente (-4% i.a.). En tanto las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) se comportaron de forma similar (-36% i.a.), muy afectadas por las menores cantidades (-22% i.a.) y con precios que no acompañaron (-18% i.a.).
Por último, las Manufacturas de Origen Industrial (MOI), luego de un trimestre al alza, sufrieron un desplome en sus cantidades vendidas (-25% i.a.), que, en conjunto con precios soplando en contra (-10%), explicaron la merma más elevada desde el 2020 (-32% i.a.).
Las importaciones de soja siguen al alza
La adquisición de porotos de soja siguió empujando las importaciones no energéticas. Las compras treparon a USD 880 M (+USD 450 M i.a.), llegando a representar el 12% de las importaciones -valor récord para un mes de junio- y 9% en el acumulado de las importaciones realizadas en el año (ver gráfico debajo). De este modo, las importaciones netas de porotos de soja (descontando las exportaciones) totalizaron en el primer semestre -USD 3.000 M, explicando cerca de 7 de cada 10 dólares del déficit comercial.
Esta dinámica se explica por las necesidades de una industria del crushing de soja local enseñando una elevada capacidad ociosa, afectada por el desplome en la cosecha. Las compras de poroto son utilizadas para su transformación y posterior comercialización como aceite y harina y pellets.
Los volúmenes importados de usos vinculados a la producción, como Bienes de Capital (-13% i.a.) y Bienes Intermedios (-3% i.a.) volvieron a retroceder luego de un mayo al alza. En tanto, Piezas y Accesorios de Bienes de Capital, redondeó un cuatrimestre en subida (+2% i.a.), colocándose como el rubro de mayor dinamismo en lo que va de 2023.
Asimismo, las importaciones del sector automotriz siguen al alza. Totalizan en el año USD 6.100 M (+13% i.a.), con las autopartes creciendo un 18% i.a., contribuyendo al buen desempeño de las exportaciones en lo que va de 2023 (+11% i.a.). No obstante, el complejo presentó un abultado déficit comercial en torno a los USD 2.000 M (+18% i.a.).
Balanza energética
La balanza energética acumula en 2023 un déficit de USD 770 M. En junio, el sector arrojó un resultado negativo de USD 550 M, profundizando el rojo acumulado en Enero-Mayo. Las importaciones retrocedieron 50% i.a., arrastradas por una fuerte caída en los volúmenes (-42% i.a.) y en menor medida en los precios (-13% i.a.). Las exportaciones cayeron marcadamente (-38% i.a.), pero principalmente por la abrupta reducción en los precios (-37% i.a.), ya que los volúmenes permanecieron relativamente estables (+0,4% i.a.).
De este modo, la balanza energética retorno al déficit habitual del primer semestre, aunque muy por debajo del promedio de -USD 1.400 M de los últimos 11 años (2011-21), en gran medida explicado por el buen desempeño del primer semestre tanto de las cantidades exportadas (+14% i.a.), como importadas (-26% i.a.).
¿Qué esperamos hacia adelante?
Las exportaciones mostrarán una importante merma este año. Los estragos de la histórica sequía que atraviesa Argentina, sumado a los menores precios promedio, significarán pérdidas en las exportaciones agrícolas que podrían superar los USD 20.000 M (equivalentes a cerca de 4 meses de importaciones).
Por otra parte, más allá de la efectividad de los nuevos anuncios de un dólar mayor para el denominado “dólar agro” y la incorporación del maíz en los beneficios, la producción de las economías regionales se encuentra también muy golpeada por las inclemencias climáticas. Según el último informe regional de junio de CONINAGRO, de las 19 economías regionales relevadas 9 se encuentran en crisis o presentan signos de esta. Entre ellas, destacan las consecuencias de la sequía en la producción de Algodón (-30% i.a); Peras y Manzanas y Vino y Mosto (-21% i.a.); y Cítricos Dulces (-18% i.a.).
En materia de importaciones, si bien retrocediendo respecto al 2022, se encuentran en niveles por encima de lo esperado, aún en el marco de una aguda escasez de divisas y múltiples restricciones a las importaciones.
La activación del swap con China permitirá aliviar a sectores más dependientes de proveedores de este origen, como Electrónica de consumo y Electrodomésticos y Equipamiento eléctrico y generación, los cuales importan desde China el 64% y 55% de sus compras totales, respectivamente. De hecho, desde mayo se registra un uso intensivo de los yuanes que ha tendido a desplazar al dólar en las intervenciones del BCRA en el MULC.
Además, estimamos que el crecimiento de la deuda comercial seguirá siendo clave. La negociación con diferentes sectores (como el petrolero y automotriz) para extender los plazos de financiamiento de las importaciones, permite al gobierno mantener un nivel elevado de importaciones (ICA-devengado), sin incurrir en una salida de divisas (MULC-caja). Como resultado, luego de crecer USD 8.600 M durante 2022, estimamos que la deuda comercial de bienes durante Enero-Junio habría sumado cerca de otros USD 5.000 M.
Por último, la acuciante necesidad de la industria del crushing de importar porotos de soja, sumado a la demanda estacional de gas licuado durante el inverno serán factores que ayuden a sostener las compras en los próximos meses.
Las buenas noticias en torno al Gasoducto NK también ayudan. El cumplimiento de los plazos estipulados, la puesta en funcionamiento y su consecuente aumento en la producción, sumado a un invierno que sería más caluroso de lo común, implicarán una menor necesidad de divisas, aunque no la suficiente para revertir el déficit estructural de la balanza energética en 2023.
Con todo, la aguda escasez de divisas y el impacto de la sequía redundarán en una caída de los volúmenes importados no energéticos. En tanto el impuesto PAIS (7,5%) para el grueso de las importaciones de bienes y los fletes no serán suficientes para desalentar las compras externas en un escenario de un sostenido consumo privado y una elevada brecha y apreciación cambiaria. Dicho descenso de las importaciones limitará la expansión potencial del mercado interno producto de un menor abastecimiento de insumos y bienes finales, sumado a una posible retracción del consumo privado como consecuencia de las mayores presiones inflacionarias de las recientes medidas.