Se sostiene el superávit fiscal

¿Cómo le fue al fisco en febrero?

El Sector Público Nacional No Financiero registró en el segundo mes del año un superávit primario de $1,2 billones. Con intereses que ascendieron a $0,9 billones, el superávit financiero resultante fue de $0,3 billones. Siguiendo la tónica observada en enero, el gasto primario creció más que los ingresos totales, que lograron revertir la contracción registrada en enero en la comparación interanual. No obstante, tanto el desempeño de los recursos como el de las erogaciones se encuentran condicionados por una baja base de comparación del año previo.

¿Qué explicó el resultado fiscal de febrero?  En esta oportunidad, los ingresos tributarios registraron una nueva alza real de 8,8% i.a y acumulan tres meses de expansión. A diferencia de enero, los recursos provenientes del Comercio Exterior registraron incrementos reales, mientras que tributos clave como el IVA, Ganancias y las Contribuciones a la Seguridad Social siguieron respaldando la recaudación, en un contexto de nulos ingresos excepcionales y sin contar con el soporte esencial que representó el Impuesto PAIS en 2024.  Por su parte, el gasto primario profundizó su recuperación, pero se encuentra en niveles históricamente bajos, situación que se replica para el gasto de capital y las transferencias a provincias que aumentaron con fuerzaen la comparación interanual, impulsados por la baja base de comparación de febrero de 2024.

Los Ingresos Totales crecieron 5,4% en la comparación interanual, pero terminaron un 14% por debajo de lo recaudado en enero. Históricamente febrero no es un mes de altos ingresos fiscales, sin embargo, este mes se encuentra en mínimos históricos registrados en el segundo mes del año (solo superado por 2020 y 2024).

Al interior de los ingresos tributarios se mantuvo la estructura observada en enero, con excepción de los ingresos provenientes del comercio exterior que en esta oportunidad contribuyeron positivamente creciendo 21% i.a real.

Sumado a ello, el repunte de los ingresos vinculados al nivel de actividad ha sido clave para dar sostén a la recaudación. Tanto IVA, como Ganancias y Seguridad Social volvieron a marcar contundentes mejoras reales respecto a los números de 2024, sin embargo, se redujeron en la comparación mensual. En detalle, el Impuesto al Valor Agregado, si bien cayó 14% respecto a lo recaudado en enero, avanzó 2,5% en la comparación interanual traccionado tanto por el IVA DGI como por el IVA DGA (que creció 9% i.a real luego de 11 meses de caída ininterrumpida). 

Por su parte lo recaudado por el impuesto a las Ganancias evidenció un crecimiento interanual real de 33% y acumula un cuatrimestre de subas ininterrumpidas. Cabe destacar que en los primeros meses del año anterior no se encontraba vigente el impuesto a las ganancias para la cuarta categoría hasta la puesta en marcha del Paquete Fiscal de la Ley Bases. En sintonía, los ingresos vinculados a la Seguridad Social avanzaron en términos reales un 32% interanual acumulando un semestre en alza.

Por el lado de las erogaciones, el Gasto Primario continúa en ascenso incrementándose en términos reales 19% i.a. De hecho, al analizar los números registrados en febrero de los últimos diez años, se observa que el monto ejecutado en esta ocasión solo supera al alcanzado en febrero del año pasado.

En cuanto al Gasto Social, las prestaciones crecieron 31% con incrementos en todas las partidas (excepto el item Otros Programas). En detalle, las Jubilaciones y Pensiones (incluyendo las Pensiones No Contributivas) le ganaron 50% a la inflación en la comparación interanual y acumulan cuatro meses de crecimiento real. En sintonía, la AUH sostuvo su crecimiento real (+58% i,a) y las Prestaciones del PAMI avanzaron 32%.

Tanto el Gasto de capital como las Transferencias a Provincias experimentaron un marcado crecimiento real interanual, pero la explicación radica en una baja base de comparación, ya que ambas partidas se encuentran en niveles históricamente bajos. De la misma manera, las erogaciones en Subsidios Económicos (que en 2024 redujeron su participación en términos del PIB en 0,6 p.p.) se ubican en su cifra más baja registrada en los últimos diez años. Esta partida cayó en febrero 37% y acumula 14 meses en rojo.

Por último, al descontar el efecto precios los Gastos en Funcionamiento (mayormente salarios) se mantuvieron a raya en relación al mismo mes de año previo, mientras que las Transferencias a Universidades se mantuvieron en terreno negativo un 60% i.a. por debajo de lo transferido en febrero 2024.

¿Qué esperamos hacia adelante?

El logro fiscal obtenido en 2024, producto de un marcado recorte del gasto público, le ha permitido dar al Gobierno una clara señal acerca de su compromiso con el orden fiscal. Sin embargo, en 2025 (año electoral donde históricamente aparecen mayores presiones sobre el gasto) sobran los argumentos para desviarse del rumbo elegido.

En concreto, el Gobierno apela a que una pronta recuperación de los tributos vinculados al nivel de actividad motorice la recaudación, ya que no cuenta con el aporte del Impuesto PAIS y no se prevén otros ingresos excepcionales.

En caso de que la economía interrumpa su recuperación, el orden fiscal deberá mantenerse pasando el bisturí sobre el gasto primario, que se encuentra ya en mínimos históricos. Considerando que más de la mitad del gasto se encuentra indexado por la nueva Ley de Movilidad Jubilatoria, un cambio en la composición de este ya no será tan flexible como lo fue en 2024.

En suma, con una pronta recuperación de la economía y manteniendo la austeridad fiscal el Gobierno debería poder alcanzar un superávit primario en 2025. No obstante, la magnitud de este dependerá de como se desarrolle el escenario electoral.

Milei impuso a Lijo y García Mansilla por decreto, el Senado busca bloquearlos

La historia ya es conocida: Milei manda en mayo 2024 dos pliegos para cubrir una vacante en la Corte Suprema de Justicia y otra por producirse. Allí comienza una negociación porque había cuestionamientos sobre la propuesta, sobre todo con el pliego de García Mansilla y por la ausencia de mujeres en la propuesta combinada. Dentro de la negociación se exploró un acuerdo más amplio que incluya la designación del Procurador General de la Nación, la ampliación de los miembros de la Corte Suprema, la designación de unos 140 jueces en diferentes juzgados a lo largo y ancho del país y otras cuestiones conexas. Pero el acuerdo no se alcanzaba y el Gobierno decidió aprovechar los últimos días que le quedaban de sesiones extraordinarias para designar los dos jueces por decreto apelando a una lectura generosa del artículo 99 inc. 19) de la constitución. Esto provocó la reacción del Senado que vio en esa actitud un desaire a la negociación que estaba abierta y pretende bloquear esa decisión.

Luego de la decisión del Presidente, los 3 integrantes de la Corte Suprema acordaron tomarle juramento a los jueces designados, así lo hicieron con Manuel García Mansilla que asumió en el cargo, pero no pudo hacerlo Ariel Lijo, porque el actual juez federal pretendía asumir tomándose licencia de su cargo como Juez, para evitar el riesgo de que de no prosperar su pliego en el Senado, no se quede sin el pan (su juzgado) y sin la torta (su lugar en la Corte Suprema) como dice el dicho.

La cuestión es que la decisión fue cuestionada desde diversos sectores de la oposición y provocó que en la Comisión de Acuerdos del Senado se avance en la formulación de un dictamen de comisión de rechazo del pliego de García Mansilla, y que desde el peronismo se advierta que también buscarán rechazar el pliego de Ariel Lijo en el recinto, pliego que ya cuenta con un dictamen favorable que lo habilita a tratarlo en el recinto.

Ahora hay convocada una Sesión para el jueves próximo en el Senado en donde se tratarían los dos pliegos y el peronismo advierte que tanto el de García Mansilla como el de Ariel Lijo serán rechazados al no conseguir el número de las 2/3 partes de los miembros presentes para ser aprobados. De esta forma se podría terminar de la peor forma para el Ejecutivo con una vuelta a foja cero en orden de cubrir las vacantes. Aunque queda todavía la duda de que hará García Mansilla que ya fue designado por la vía irregular y se le tomó juramento.

 

Industria y Construcción no sostienen la mejora

El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) registró una caída desestacionalizada del 1,3% en enero de 2025. Sin embargo, desde su punto más bajo en marzo de 2024, acumula una recuperación del 10,7%. A pesar de la baja mensual, el índice se mantiene 7,1% por encima del nivel de enero de 2024, reflejando una mejora en la actividad manufacturera.

El Indicador Sintético de la Construcción (ISAC) registró en enero una caída mensual desestacionalizada del 1,0%, tras dos meses consecutivos de crecimiento. Aun así, se ubicó solo un -1,3% por debajo del nivel de enero de 2024, mostrando una marcada desaceleración en su caída interanual si consideramos que el promedio de contracción en 2024 fue del 27,6%.

En cuanto a la construcción, el sector tiene mucho más para recuperar que la industria producto de la profunda caída inicial dado su componente procíclico con la actividad económica y la gran contracción en la inversión productiva y la obra pública. Sin embargo, las encuestas cualitativas realizadas por el INDEC reflejan la percepción de una continuidad en el estancamiento del sector para los próximos meses.

La industria muestra altibajos en los últimos meses

El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) registró una caída desestacionalizada del 1,3% en enero de 2025. Sin embargo, desde su punto más bajo en marzo de 2024, acumula una recuperación del 10,7%. A pesar de la baja mensual, el índice se mantiene 7,1% por encima del nivel de enero de 2024, reflejando una mejora en la actividad manufacturera. Aun así, el indicador se posicionó 3,8% por debajo de su nivel promedio de 2024. En términos sectoriales, el desempeño mensual se deterioró en enero: once de las dieciséis ramas registraron caídas frente a diciembre.

De esta manera, varios sectores que habían subido en diciembre cerraron en rojo en enero. De los once que cayeron, se destacan Productos textiles (-7,3%), Productos minerales no metálicos (-7,2%) y Productos de caucho y plástico (-6,6%).  En resumen, un principio de año flojo para la industria. Por su parte, los sectores que aportaron positivamente en enero fueron los productos de tabaco (+16,2%), Industrias metálicas básicas (+5,6%), Otro equipo de transporte (+4,0%), Madera, papel, edición e impresión (+1,1%) y Productos de metal (+0,2%).

En cuanto a los Alimentos y Bebidas, se destaca el buen desempeño en la molienda de cereales que experimentó un aumento del 23,8% interanual, siendo el séptimo mes de fuerte subas interanuales consecutivas. En la misma línea, la molienda de oleaginosas presentó una suba del 18,7% i.a., aunque moderó su crecimiento.

En términos más generales, se destaca la fuerte suba los bienes de capital (23,8% i.a.) y los bienes de consumo no durable (6,3% i.a.). En contraste, los bienes de uso intermedio (-0,2% i.a) registraron caídas.  

El incremento en bienes de capital se explica, en parte, por la categoría Otros equipos, aparatos e instrumentos (50,7% i.a.), destacándose la fabricación de celulares y televisores, impulsada por una mayor disponibilidad de financiamiento y las dificultades para importar insumos desde enero de 2023. Esta recuperación se enmarca en un contexto donde las ramas más vinculadas a la demanda interna, afectadas por la caída del ingreso disponible, comenzaron a repuntar gradualmente gracias a la estabilización de los ingresos reales y el aumento del crédito al consumo, que creció 6,3% mensual real desestacionalizado en enero y febrero.

La construcción no sostuvo la mejora

El Indicador Sintético de la Construcción (ISAC) registró en enero una caída mensual desestacionalizada del 1,0%, tras dos meses consecutivos de crecimiento. Aun así, se ubicó solo un -1,3% por debajo del nivel de enero de 2024, marcando una desaceleración en su caída interanual si consideramos que el promedio de contracción en 2024 fue del 27,6%.

En cuanto a los insumos para la construcción, los que registraron mayores subas desestacionalizadas fueron Cales (+16,9), Hierro redondo y aceros para la construcción (+15,7%, explicando en 1,9 p.p.), Cemento portland (+9,05), Artículos sanitarios de cerámica (+7,6%) y Asfalto (+5,2%).

Sin embargo, el índice se vio arrastrado a la baja por las fuertes caídas de algunos insumos. Los insumos más afectados fueron los mosaicos graníticos y calcáreos (-23,9%), mientras que la grifería, los tubos de acero sin costura y el vidrio plano cayeron en conjunto un 23,2%, aportando -3,2 puntos a la caída del índice.

¿Qué esperamos hacia adelante?

El 2024 fue un año difícil tanto para la construcción como para la industria. Aunque hacia el cierre mostró señales de mejora, estas no fueron suficientes para compensar las caídas previamente acumuladas. Además, en el primer mes de 2025 ambos sectores volvieron a registrar descensos, evidenciando que la mejora no termina de ser sostenida.

De cara a febrero, los indicadores tempranos de actividad se mantuvieron en terreno positivo en febrero, aunque con un crecimiento menor que en enero. En la industria, la producción de automóviles creció un 3,5% en la serie desestacionalizada y se ubicó un 13,1% por encima de febrero de 2024. En la misma línea, el patentamiento de autos moderó su desempeño frente a enero, cerrando con un aumento del 5,8% en la serie desestacionalizada (+73,0% i.a.), mientras que la venta de autos usados prácticamente no varió (+0,1%) pero creció un 40,3% interanual.

Por el lado de la industria, las ramas asociadas a sectores estratégicos (energético, minero y agropecuario) seguirán con este buen desempeño en los próximos meses y serán los que traccionen la actividad industrial. La llegada de nuevas lluvias en la zona núcleo marcan la recuperación de los cultivos. Hace un mes, las pérdidas eran críticas y se esperaba que el 50% de los cultivos no se pudieran cosechar, lo que mejora el panorama a futuro.

En cuanto a la construcción, el sector tiene mucho más para recuperar que la industria producto de la profunda caída inicial dado su componente procíclico con la actividad económica y la gran contracción en la inversión productiva y la obra pública. Sin embargo, las encuestas cualitativas realizadas por el INDEC reflejan la percepción de una continuidad en el estancamiento del sector para los próximos meses. En números, el 69,2% de las empresas de obras privadas encuestadas prevé que el nivel de actividad del sector se estanque (+5,7 p.p. respecto a diciembre) durante los próximos tres meses.

Esperamos que la construcción y la industria crezcan en 2025 y recuperen lo perdido en 2024. Sin embargo, no creemos que la construcción crecerá lo necesario para compensar la caída del 2024. La industria por su parte continuará presentando heterogeneidades en las distintas ramas. Algunas ramas lograrán recuperar lo perdido en 2024, mientras que otras podrán verse afectadas por la posible apertura de importaciones y cambios en los precios relativos.

Libragate: una crisis peligrosa para las condiciones de precariedad del Gobierno

El resultado electoral de 2023 además de ser disruptivo, fue disfuncional para asegurar una buena probabilidad de que Argentina resuelva los desafíos económicos que tenía por delante. La elección configuró el sistema político de un modo muy poco propicio para lograr éxito en la tarea, al consagrar a un presidente débil, que debía tomar decisiones muy complejas sin autonomía decisional (Gobierno de minoría). Todo ello configuraba una naturaleza del proceso político muy poco conveniente para resolver con rapidez el problema económico.

Pero el sistema pareciera haberse adecuado a las condiciones de excepción y el Presidente pudo avanzar no a través de acuerdos con otros actores políticos, sino aprovechando la tolerancia que otros actores del sistema han tenido con la situación, configurando de ese modo ciertas condiciones de excepción en materia de gobernabilidad. Lo que Milei puedo hacer, lo pudo hacer gracias a que el sistema se lo permitió hacer, y ello implica que en muchas ocasiones vimos a este presidente hacer cosas que otros presidentes no han hecho: firmar un DNU como el 70/2023, gobernar por segundo año consecutivo con plena discrecionalidad presupuestaria por falta de presupuesto o designar a dos jueces de la Corte Suprema por decreto en comisión.

Todas esas licencias que se tomó Javier Milei fueron gracias a la tolerancia que el sistema le tuvo a este presidente. Configurando de ese modo una suerte de formato delegativo de democracia (Ver recorte sobre Democracia Delegativa), que facilitó que el proceso político avanzara, pero paradójicamente deteriorando la calidad y la naturaleza del proceso político, en orden de ver un proceso ajustado a la institucionalidad vigente.

En buena medida, esa tolerancia se explica no solo porque los actores entienden el carácter excepcional de la situación (contexto económico y debilidad del presidente), sino porque ellos carecen de legitimidad suficiente para ejercer algún tipo de resistencia a la acción de gobierno. Es tan débil el gobierno, que la oposición lo podría obstruir, pero de hacerlo recogería el enojo y la desaprobación de la gente que quiere que se lo deje gobernar al presidente. No necesariamente por entusiasmo con el presidente, aunque este les ha devuelto razones para creer que puede resolver el problema, sino por la sensibilidad con la que se comprende toda la escena.

Pero toda esta dinámica se ha visto impactada por un hecho que introdujo un potencial motivo de desconfianza en el vínculo entre el Presidente y la gente, teniendo la peligrosa potencialidad de alterar toda la dinámica de gobernabilidad de excepción que le ha permitido al Milei gobernar: el presidente apareciendo como partícipe necesario en una estafa tipo rug pull con un token que promocionó desde su cuenta de X.

Lo cierto es que el hecho es el primero que tiene la peligrosidad de impactar en tres planos estructurales de la autoridad presidencial: su inteligencia, su credibilidad, y su honestidad. Y ello es delicado, porque este es un presidente que se alimenta casi exclusivamente de su legitimidad popular, y porque hasta aquí, el resto de los actores le han permitido hacer porque conservaba altos niveles de popularidad.

Si el escándalo produce una erosión en los niveles de popularidad del presidente, es de esperar que nos encontremos con mayor resistencia política del resto de los actores del sistema, que verían en ese deterioro una ampliación de sus márgenes de acción para ello. Si por algo Milei no encontró mayores resistencias a su acción de gobierno, ello fue porque había un marco de legitimidad popular que blindaba al presidente y lo empoderaba para accionar frente a los desafíos por resolver, esencialmente económicos.

Por ahora, el impacto en la conversación pública en redes ha sido altamente negativo (ver gráfico), y ello se ha visto reflejado además en la aparición del tema en los principales medios del mundo (New York Times, Wall Street Journal, The Economist, etc.). Pero podría ser un tema que quede encapsulado, por la resistencia del público a querer conocer más del tema. No sería la primera vez en la historia en que el público hace la vista gorda a conductas indebidas, porque quienes las cometieron le está resolviendo su vida cotidiana. El tiempo permitirá dimensionar mejor el impacto, y la peligrosidad del hecho para la naturaleza del proceso político.

 

El año comenzó con mayoría de grandes gremios rezagados del IPC enero

La decisión del Gobierno de intentar moderar el proceso paritario, presionando vía la no homologación de acuerdos, provocó que el comienzo de año no fuera mayormente positivo para las paritarias de los grandes gremios. Salvo excepciones, la mayoría de los grandes gremios quedó rezagado en sus aumentos salariales en relación al primer IPC del año, que fue el 2,2 de enero. De hecho, la pauta del propio gobierno del 1% mensual es una referencia que pretende que los salarios funcionen más como ancla de la desinflación que como acompañantes del deslizamiento de precios. Veremos cómo avanza este proceso, pero el comienzo fue deficitario.

 

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Se consolida la recuperación de la actividad

El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) mostró un crecimiento mensual del 0,5% s.e. en diciembre y, de esta manera encadenó siete meses consecutivos de subas desde el piso de abril, acumulando una suba cercana al 7% desde entonces. De esta forma, la actividad se encuentra 5,5% por encima de igual mes del 2024, y continúa mostrando la recuperación de la fuerte recesión del año pasado. Por su parte, es la primera vez desde octubre del 2023 que la caída de la actividad no es compensada por el agro: excluyendo el aporte del agro que creció +6,7%, el EMAE hubiera crecido de todos modos un +4,0% i.a.

A nivel sectorial, doce de los quince sectores relevados mostraron subas en diciembre en la serie s.e., mientras que nueve sectores se posicionaron por encima de diciembre del 2023. Se destaca el fuerte crecimiento de la intermediación financiera (18% i.a.), seguido por los sectores primarios que contuvieron la caída de la actividad durante el año. Explotación de minas y canteras se posicionó 7,3% i.a., Agricultura, ganadería y caza lo hizo en 6,7% i.a., Comercio creció 7,4% i.a. En sentido opuesto, en la comparación interanual Construcción -7,2% i.a.


En línea con esta recuperación gradual e irregular del consumo, algunos indicadores adelantados de actividad sugieren señales de mejora, aunque con leves retrocesos. El índice de confianza del consumidor, que mostraba una tendencia positiva desde octubre, moderó su crecimiento y cayó en febrero (-0,3%). En la misma línea, las ventas minoristas PYME, que habían registrado variaciones positivas en términos desestacionalizados desde
octubre, revirtieron la tendencia en enero (-0,5%). En contraste, el consumo masivo (según Nielsen) mantiene variaciones positivas desde octubre, mientras que el crédito al consumo creció un 6,0% en enero.

El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) mostró un crecimiento mensual del 0,5% s.e. en diciembre y, de esta manera encadenó siete meses consecutivos de subas desde el piso de abril, acumulando una suba cercana al 7% desde entonces. De esta forma, la actividad se ubicó 5,5% por encima de diciembre del 2023, y continúa mostrando la recuperación de la fuerte recesión del año pasado. Por su parte, es la primera vez desde octubre del 2023 que la caída de la actividad no es compensada por el agro: excluyendo el aporte del agro que creció +6,7%, el EMAE hubiera crecido +4,0% i.a.

En el ultimo mes del año pasado, la actividad económica alcanzó niveles previos a la recesión iniciada en agosto de 2023. De este modo, la prolongada recesión iniciada en 2023 y que fue profundizada durante el comienzo de 2024 con un fuerte recorte del gasto público y una corrección de precios relativos que afectó el poder adquisitivo, logró revertirse en los últimos meses del año. El repunte fue especialmente marcado a partir de junio.

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A nivel sectorial, nueve sectores se posicionaron por encima de diciembre del 2023. Se destaca el fuerte crecimietno de la intermediacion financiera (18% i.a.), seguido por los sectores primarios que contuvieron la caida de la actividad durante el año. Explotacion de minas y canteras se posicionó 7,3% i.a., Agricultura, ganaderia y caza lo hizo en 6,7% i.a., Comercio creció 7,4% i.a. En sentido opuesto, en la comparación interanual Construcción -7,2% i.a.

Sin embargo, estos números no son indicativos si consideramos que diciembre del 2023 fue una baja base de comparación. Este factor es particularmente relevante en los sectores más golpeados del año: el Comercio tuvo una caída promedio en el año de -7,2%, la Industria tuvo una caída promedio del -8,9%, y la Construcción del -17,5%, siendo los sectores más demandantes de mano de obra y los que cayeron más que el nivel de actividad.

Al comparar el dato del ultimo mes del año con el promedio del 2023, se puede ver que, sobre todo los primarios, crecieron a pesar de la base de comparación que se tome y son los que moderaron la caída de la actividad durante el año. De esta manera, el agro se posicionó 23,2% por encima del promedio del 2023, Oil y Gas un 10,9%, mientras que la intermediación financiera quedó 6,0% por arriba. La construcción por su parte, es la que peor se posiciona respecto el promedio del 2023 (-13,4%) debido al freno de la obra pública durante el 2024.


En diciembre, la recuperación se amplió a más sectores que en meses anteriores. Es decir, sectores que previamente mostraban caídas en la serie desestacionalizada ahora registran variaciones positivas.

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¿Qué esperamos hacia adelante?


El cierre negativo del PBI real en 2024 (-1,8%) será compensado por un crecimiento estimado del 4,5-5% en 2025. Del mismo modo, la caída del consumo privado (que rondó el -5% el año pasado), se espera que recupere en 2025, impulsada, en parte, por la recuperación del salario real, que prácticamente recuperará la caída de dos dígitos de 2024. Si bien el consumo ya superó el mínimo registrado en enero de 2024, la recuperación ha sido irregular y con altibajos.

Si bien la economía mostrará un crecimiento genuino, la recuperación continuará siendo heterogénea. Algunos sectores no lograrán recuperar lo perdido en 2024, como la industria y la construcción. En contraste, otros sectores que también sufrieron caídas el año pasado lograrán recomponerse en 2025, entre ellos el comercio, la actividad inmobiliaria y la intermediación financiera. Por otro lado, los sectores primarios —minería, petróleo y agro—, que moderaron la caída de la actividad a lo largo de 2024, mantendrán su sendero de crecimiento en 2025. No obstante, la recuperación de la actividad continuará con oscilaciones mes a mes y con diferentes velocidades según los sectores.

Los indicadores adelantados de actividad sugieren que enero continuará con un crecimiento moderado, pero cada vez a un menor ritmo como viene ocurriendo desde octubre. En esa línea, las ventas minoristas PYME que habían registrado variaciones positivas en términos desestacionalizados desde octubre, revirtieron la tendencia en enero (-0,5%). En contraste, el consumo masivo (según Nielsen) mantiene variaciones positivas desde octubre, mientras que el crédito al consumo creció un 6,0% en enero.

Por su parte, la industria y la construcción tampoco muestran un patrón claro a pesar de haber superado el piso de la recesión de los primeros meses del año. Con relación a la construcción, el Índice Construya presenta caídas mensuales desde julio y cerró en enero en -4,2% s.e., mientras que los despachos de cemento cerraron al alza en el primer mes del año (+6,9%). La industria comenzó el año creciendo en la producción de acero (+2,3%) y la producción de automóviles (+1,6%). En la misma línea se encuentran el patentamiento de automóviles 0 km (+4,2%) y las ventas de autos usados (+1,4%).

El piso de la prolongada recesión se habría alcanzado en marzo, y se espera que entre febrero y marzo de 2025 la actividad termine de recuperar los niveles previos a la recesión, registrados en agosto de 2023. Sin embargo, la recuperación no será lineal y dependerá de múltiples factores que marcarán la velocidad del repunte económico.

Algunos de estos factores, como el contexto internacional aún tenso y el hecho de ser un año electoral, podrían condicionar la recuperación económica. Sin embargo, la llegada de nuevas lluvias en la zona núcleo marcan la recuperación de los cultivos. Hace un mes, las pérdidas eran críticas y se esperaba que el 50% de los cultivos no se pudieran cosechar.

El Libragate generó un pico de menciones a Milei altamente negativas

El polémico posteo de Javier Milei del viernes a las 7.00 pm., promocionando un extraño token que prometía incentivar el crecimiento de la economía argentina e financiar pequeñas empresas, derivó en la crisis política más importante de todo este ciclo, y produjo el mayor nivel de menciones a Javier Milei en la conversación pública digital global de toda su presidencia. Un volumen de menciones a Javier Milei registradas durante los 3 días del fin de semana (particularmente sábado y domingo), que en más de un 75% fueron calificadas como sentimiento negativo por nuestra herramienta de Social Listening (Brandwatch).

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El volumen de menciones registrados, que transmite el nivel de alcance que tuvo el escándalo por el token $LIBRA, triplicó y cuadriplicó la cantidad registrada en otros picos de menciones observados a lo largo del último año. La Apertura de Sesiones Ordinarias de 2024, la pelea con Pedro Sánchez (Presidente de España), el involucramiento de Milei en la elección venezolana o su presencia en Mar-a Lago luego de la asunción de Trump, fueron eventos que generaron muchas menciones a Milei. Pero este escándalo produjo
el máximo nivel de menciones, llegando en algunos casos a ser el triple de otros picos registrados.

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Pero lo más destacado del tipo de menciones que se registraron durante el fin de semana donde explotó el escándalo es que en su mayoría fueron negativas. En los otros picos registrados en el último año, se observa una compulsa entre los sentimientos positivos y los negativos registrados por nuestra plataforma de social listening. Aun así, en la mayoría de los picos solían prevalecer los sentimientos positivos. Sin embargo, en este pico máximo registrado durante este último fin de semana se registró un marcado dominio de sentimientos negativos en las menciones al presidente.

 

La cantidad de menciones negativas registradas durante el escándalo del LibraGate triplica y cuadriplica a las menciones positivas que se registraron en los otros picos de menciones registrados a lo largo de todo el año. Sin lugar a duda se trató del evento que más protagonismo disparó de Javier Milei en la conversación pública digital global, y que más negatividad produjo sobre Javier Milei en ese ámbito. Se habló como nunca de Javier Milei, y se habló mayoritariamente de manera negativa de Javier Milei.

El fisco arrancó 2025 con el pie derecho

¿Cómo le fue al fisco en enero?

El Sector Público Nacional No Financiero obtuvo en el primer mes del año un superávit primario de $2,4 billones. Con intereses que ascendieron a $1,8 billones, principalmente explicados por el pago de interés de Bonares y Globales el 9 de enero, arrojó un superávit financiero de $0,6 billones. Si bien enero suele ser un mes favorable para el fisco en materia fiscal ya que: 1) el gasto primario toca un máximo en diciembre para luego caer a su mínimo en enero, y 2) el aguinaldo que se paga en diciembre impacta en la recaudación de enero, en este caso lo que sobresale es la magnitud del superávit. En concreto, el resultado primario obtenido fue el segundo mas alto de la ultima década (el resultado de enero 2024 ocupa el primer lugar).

¿Qué explicó el resultado fiscal de enero?  A diferencia del comportamiento observado a lo largo de 2024, hubo un cambio en la dinámica de ingresos y gastos. El gasto primario creció en términos reales luego de diecisiete meses de caída ininterrumpida, mientras los ingresos totales recortaron levemente. Ante la retirada del impuesto PAIS, la caída en la contribución del comercio exterior y prescindiendo de otros ingresos extraordinarios (como lo fueron Ganancias en mayo y Bienes Personales en septiembre) los recursos lograron sostenerse gracias al impulso de los tributos vinculados a la actividad económica. Tanto el desempeño de los recursos como de las erogaciones está condicionado por una baja base de comparación de enero 2024.

De esta manera, el SPN acumula en el primer mes del año un superávit primario de 0,3% del PBI y superávit financiero de 0,1%, replicando el ratio registrado en enero 2024 y reafirmando el compromiso con el equilibrio fiscal de cara a 2025.

Un zoom al interior de las cuentas públicas

Los Ingresos Totales crecieron 10% respecto a diciembre, pero terminaron 2,2% por debajo en la comparación interanual (recordemos que enero fue el segundo mes de 2024 con mayores ingresos registrados luego del excepcional mayo afectado por el ingreso extraordinario de Ganancias). Sin embargo, en esta oportunidad los ingresos alcanzaron un 1,3% del PIB mostrando una mejora de 0,3%pp respecto al enero pasado.

Al interior de los ingresos tributarios se observa un cambio en la composición. Por un lado, los ingresos provenientes del comercio exterior se retiraron como fuente de recursos. En concreto, al descontar el efecto de la inflación, los Derechos de Importación registraron una caída del 15% i.a, mientras que los Derechos de Exportación disminuyeron un 54% i.a. Si bien esta contracción se ve influida por una elevada base de comparación en enero del año pasado, resulta relevante considerar en el contexto actual, donde persiste el debate sobre la liquidación del sector agropecuario que sigue sin despegar pese a la baja de retenciones.

En este marco, el repunte de los ingresos vinculados al nivel de actividad fue clave para dar sostén a la recaudación. Tanto IVA, como Ganancias y Seguridad Social experimentaron contundentes mejoras reales respecto a enero 2024. En detalle, el Impuesto al Valor Agregado creció 20% respecto a lo recaudado en diciembre traccionado por el IVA DGI.  Por su parte lo recaudado por el impuesto a las Ganancias si bien estuvo 5% por debajo de lo recaudado en diciembre, creció 28% respecto a lo recaudado en el enero pasado donde se había eliminado la cuarta categoría. En sintonía, los ingresos vinculados a la Seguridad Social avanzaron en términos reales un 37% intermensual, y misma magnitud interanual acumulando cinco meses de crecimiento consecutivo.

Por el lado de las erogaciones, el Gasto Primario registró un crecimiento interanual de 14% tras 17 meses consecutivos de caída. Si bien se trata de un aumento en términos reales, el gasto primario aún se mantiene en niveles históricamente bajos. De hecho, al analizar los datos de enero de los últimos diez años, se observa que el monto ejecutado en esta ocasión solo supera al registrado en enero del año pasado.

En cuanto al Gasto Social, las prestaciones que representan el 0,7% del PIB (+0,2 pp respecto a 2024) crecieron 15,2% con incrementos en todas las partidas (excepto el item otros programas). En detalle, las Jubilaciones y Pensiones (incluyendo las Pensiones No Contributivas) le ganaron 27% a la inflación en la comparación interanual y acumulan tres meses de crecimiento real. En sintonía, la AUH mantuvo su crecimiento real (+43% i,a) y las Prestaciones del PAMI avanzaron 25%.

Si bien el Gasto de Capital marcó un incremento i.a de 19%, esta partida fue la que mayor impacto tuvo en el recorte del gasto en 2024 (pasó de un 1,6% del PIB en 2023 a apenas un 0,4% del PIB en 2024) por lo que el nivel de enero 2024 representa un mínimo histórico. Similar es el caso de las Transferencias a Provincias que anotaron un crecimiento real de 23% luego de 12 meses de caída pronunciada. No obstante, el monto correspondiente a enero 2025 se encuentra por debajo del promedio mensual transferido en 2024.

Con respecto a la Energía y el Transporte, el gasto en Subsidios Económicos (que en 2024 se redujo al 1,5% del PBI, un valor incluso más bajo que en 2019), en el primer mes de 2025 encontró un nuevo piso histórico tras caer 10% i.a. Por su parte, los Gastos en Funcionamiento (mayormente salarios) subieron 12% en términos reales, al tiempo que las Transferencias a Universidades cayeron 42%.

¿Qué esperamos hacia adelante?

Con el superávit alcanzado y el fuerte recorte sobre el gasto público en 2024 el Gobierno logró dar un mensaje contundente de compromiso con la consolidación fiscal. Hacia adelante, nadie pone en dudas la voluntad de las autoridades de respetar el equilibrio fiscal. No obstante, los desafíos fiscales no desaparecerán en 2025, sino que sólo tendrán otra naturaleza.

Para empezar, este año el fisco ya no contará con el Impuesto PAIS y otros ingresos extraordinarios (blanqueo, moratoria, ganancias bancarias, etc.) que estuvieron presentes a lo largo del 2024, lo cual implica que la ecuación difícilmente mejore por el lado de los recursos.

Frente a este panorama, el Gobierno apuesta a que una rápida y sostenida recuperación de la economía le permita compensar la caída de aquellos recursos vía un incremento de la recaudación asociada al nivel de actividad y los ingresos. Esto último fue lo que vimos hasta ahora en enero. En este sentido, estimamos que el Gobierno podría sostener el nivel agregado de los recursos en 2025 pese a perder algunas fuentes de ingresos. En caso de no lograrlo, el Gasto Primario deberá sufrir nuevos recortes si se pretende sostener la disciplina fiscal.

Incluso sosteniendo el nivel de ingresos, el camino fiscal no estará exento de complejidades: el desafío de cara a 2025 consistiría en pasar el bisturí en el gasto público. En otras palabras, dado que el fuerte ajuste sobre el gasto ya se hizo en 2024, la dificultad será sostenerlo en un año electoral, cuando históricamente aparecen mayores presiones sobre el gasto.

Como si fuera poco, la indexación de las Jubilaciones y Pensiones luego de tocar un piso en la primera parte del 2024 presionarán al alza el gasto social en 2025, exigiendo un cambio de composición en un gasto que ya no será tan flexible como lo era en 2023.

De todas formas, dada la estrategia de utilizar instrumentos capitalizables en las licitaciones del Tesoro, probablemente la cuenta de Intereses se reduzca en 2025, lo cual redundaría en una menor exigencia de superávit primario para sostener el equilibrio financiero.

Diputados aprobó Ficha Limpia con un amplio apoyo de toda la oposición dialoguista

Finalmente, y luego de los dos intentos frustrados de noviembre pasado, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de Ficha Limpia. Esta vez se trataba de la iniciativa que el propio oficialismo impulsó, luego de que su postura confusa en noviembre despertara sospechas de si efectivamente quería avanzar con esta ley, teniendo en cuenta la especulación de que La Libertad Avanza quiere a Cristina Kirchner de rival en estas elecciones y por ese motivo no está muy entusiasmado con que esta ley salga del Congreso.

La diferencia estuvo en los apoyos plenos que esta vez hubo de La Libertad Avanza y del PRO, más el apoyo también casi pleno de todo el arco dialoguista. En las sesiones frustradas de noviembre, por ejemplo, el bloque Innovación Federal (8), que integran diputados que responden a Gobernadores dialoguistas, o los 3 diputados tucumanos que responden a Osvaldo Jaldo, no acompañaron. Esta vez sí, y eso cambió mucho la cuenta.

La novedad de la iniciativa del oficialismo, es la incorporación de los cargos más importantes del Ejecutivo como lugares también pasibles de inhabilitación para las personas que tengan una condena confirmada en instancia superior. Esta situación equipara la situación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.

También se discutió mucho la cuestión de los plazos: hasta qué momento una confirmación por instancia superior produce la inhabilitación. El texto aprobado establece la fecha de la publicación de los padrones como el momento hasta el cual opera la inhibición de suceder la confirmación de la condena, un plazo que es de 180 días antes de las elecciones. Algo relevante porque con este plazo, de sancionarse la ley, no quedarían duda que aplica a la situación de la ex presidenta Cristina Kirchner, que tiene esa confirmación a cuestas.

El salario real sigue recuperando terreno perdido (pero todavía falta)

El INDEC publicó que el salario registrado creció 2,4% en diciembre, aumentando por debajo de la inflación por primera vez desde marzo. Pese a esto, totalizó un incremento de casi 138% a lo largo del año pasado, una mejora de casi 10% en términos reales. Este aumento fue impulsado por la dinámica de los trabajadores formales del sector privado (147,5%, +13,7% real), quedando los públicos bastante más rezagados (119,3%, +0,7% real).

El salario real formal promedio de 2024 se ubicó 11,3% por debajo del nivel de 2023 (-6,1% en el caso de los privados y -20,4% en el caso de los públicos). Este es el argumento fundamental para esgrimir que, si bien es cierto que los salarios vienen recuperando, todavía falta (más aún si consideramos que los niveles de 2023 ya eran bajos).

Esperamos que para enero y febrero la dinámica de los salarios privados también se ubique en línea con la inflación esperada, en la zona del 2% mensual. Esta continuidad en el ordenamiento de expectativas, y que los salarios se fijen en función de la inflación esperada y no la pasada, favorece el proceso de desinflación dada la relación estrecha que hay entre la dinámica del salario real y el precio de los servicios.

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El INDEC publicó que el salario registrado creció 2,4% en diciembre, aumentando por debajo de la inflación por primera vez desde marzo. Pese a esto, totalizó un incremento de casi 138% a lo largo del año pasado, una mejora de casi 10% en términos reales. Este aumento fue impulsado por la dinámica de los trabajadores formales del sector privado (147,5%, +13,7% real), quedando los públicos bastante más rezagados (119,3%, +0,7% real).

Considerando que la recuperación desde el piso de marzo es del orden del 12% (y llega a 14,5% en el caso de los privados), esta perspectiva es sin dudas una de las predilectas por parte del oficialismo a la hora de argumentar que el poder adquisitivo está creciendo, lo cual es cierto. De hecho, otros indicadores salariales, como el RIPTE y los publicados por la Secretaría de Trabajo permiten llegar a conclusiones similares.

Tan cierto como esto es que, si se realiza la habitual comparación entre los promedios del año, el salario formal promedio de 2024 se ubicó 11,3% por debajo del nivel de 2023 (-6,1% en el caso de los privados y -20,4% en el caso de los públicos). Este es el argumento fundamental para esgrimir que, si bien es cierto que los salarios vienen recuperando, todavía falta (más aún si consideramos que los niveles de 2023 ya eran bajos).

¿Qué explicó la diferencia entre estos indicadores? Buena parte encuentra su explicación en que el Gobierno logró evitar una rápida recomposición salarial luego del shock nominal en diciembre del 2023. Interrumpir, al menos transitoriamente, la virtual indexación que venían teniendo los salarios fue clave para comenzar a iniciar el proceso de desinflación a inicios del año. Si bien esta dinámica luego fue ratificada en la medida que se alcanzaron resultados en materia fiscal y monetaria, el puntapié de todo el proceso fue que el sistema (el cambio de gobierno también apaciguó las demandas salariales) “se olvide” del shock inflacionario del final del 2023.

¿Qué pasa con los salarios informales? En diciembre también se publicaron los salarios de los trabajadores informales. Sin embargo, como estos surgen de la Encuesta Permanente de Hogares -y la correspondiente al cuarto trimestre de 2024 aún está bajo procesamiento-, la estimación de estos salarios tiene que ver más con el nivel de los mismos en agosto. Esta consideración metodológica sugiere que los salarios informales tienen variaciones más acordes a las de sus pares registrados y que la caída del salario real total de la economía no fue tan pronunciada como parecía en aquel momento.

¿Qué esperamos para este año?

La estabilidad nominal que se profundizó a lo largo de la segunda mitad del año ya está permitiendo que algunos sindicatos vuelvan a acordar paritarias con un horizonte temporal de dos o tres meses (como se vio en el caso de comercio, metalúrgicos, mecánicos, camioneros, gráficos, entre otros en las últimas semanas). De esta manera, siguiendo los acuerdos firmados por diversos sindicatos, esto nos permite tener algo más de seguridad a la hora de proyectar cual será la dinámica de corto plazo de los salarios privados.

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Como se observa en el gráfico, esperamos que para enero y febrero la dinámica de los salarios privados también se ubique en línea con la inflación esperada, en la zona del 2% mensual. Lógicamente, esta continuidad en el ordenamiento de expectativas, y que los salarios se fijen en función de la inflación esperada y no la pasada, favorece el proceso de desinflación dada la relación estrecha que hay entre la dinámica del salario real y el precio de los servicios -y bienes no transables, en general-.

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El lado B de esta tendencia es que, bajo estas circunstancias, no debemos esperar ninguna mejora salarial demasiado significativa en los próximos meses. ¿Será esto suficiente para que la recuperación del consumo continúe como en la segunda mitad del 2024 o entraremos en una dinámica más de “serrucho” y dependiente del crédito.

Solo en el caso de que la “temporada alta” de las paritarias sorprenda con acuerdos de mayor vigencia y que la magnitud de los mismos sea superior a la inflación, podremos ver una situación en donde la recuperación del poder adquisitivo sea palpable y sostenida antes de las elecciones. De cualquier modo, si continúa el sendero nominal que propone el Gobierno, esperamos que en 2025 el salario registrado real promedio crezca en torno a 10% i.a., prácticamente recuperando el deterioro que tuvo el año pasado.