Un superávit estacional

El saldo comercial alcanzó USD 608 M en mayo. De esta manera, el saldo acumuló USD 1.883 M durante los primeros cinco meses del año, ubicándose por debajo del saldo acumulado en el mismo periodo del año anterior (que había sido USD 8.862 M).

La balanza comercial energética mantuvo el superávit, aunque moderó su performance respecto a los meses anteriores. Durante mayo, el resultado positivo fue de USD 345M. Si bien el saldo comercial sin contar el sector energético hubiera sido positivo por USD 263 M debido a la favorable estacionalidad del sector agropecuario, su rol fue fundamental para explicar el superávit. En concreto, el 56,7% del saldo comercial positivo es explicado por el balance energético. A su vez, mayo se apunta como el primer mes del año en el cual tanto el balance energético como el resto del saldo comercial es positivo.

Estimamos que el resultado comercial acumulado del año se mantenga en terreno positivo, pero con una dinámica bien diferenciada entre el primer y segundo semestre. Mientras que el primero estuvo caracterizado por continuos superávits, el segundo enfrenta mayores desafíos que podrían tornar el saldo a negativo debido a la estacionalidad y cierto grado de incertidumbre cambiaria. En este contexto, el conflicto internacional agrega incertidumbre y será clave para determinar las estimaciones futuras.

¿Qué pasó con el saldo comercial en mayo?

El saldo comercial alcanzó USD 608 M en mayo. De esta manera, el saldo acumuló USD 1.883 M durante los primeros cinco meses del año, ubicándose por debajo del saldo acumulado en el mismo periodo del año anterior (que había sido USD 8.862 M).

Al igual manera que en el primer cuatrimestre del año, el resultado comercial se ubicó por debajo del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del mes de mayo. En concreto, la mediana del REM estimaba exportaciones por USD 7.620 M e importaciones por USD 6.589 M, lo cual implicaba un saldo superavitario por USD 1.265 M.

La balanza comercial energética mantuvo el superávit, aunque moderó su performance respecto a los meses anteriores. Durante mayo, el resultado positivo fue de USD 345M (acumulando USD 2.766 M en los primeros cinco meses del año), un 27,1% inferior respecto a mayo de 2024. El balance positivo se mantuvo a pesar de que las exportaciones energéticas cayeron un 29,0% respecto al mismo mes del año pasado (USD 647 M en 2025 vs USD 911 M en 2024). Por su parte, las importaciones del sector también sufrieron una significativa contracción y redujeron su valor en 31%, alcanzando un monto igual a USD 302 M.

Si bien el saldo comercial sin contar el sector energético hubiera sido positivo por USD 263 M debido a la favorable estacionalidad del sector agropecuario, su rol fue fundamental para explicar el superávit. En concreto, el 56,7% del saldo comercial positivo es explicado por el balance energético. A su vez, mayo se apunta como el primer mes del año en el cual tanto el balance energético como el resto del saldo comercial es positivo.

 

En el agregado, el resultado positivo del mes se sostuvo a pesar de una caída interanual en las exportaciones de 7,4% con un valor de USD 7.095 M, alentado por la estacionalidad positiva del agro pero contrapesado por fuerte apreciación del tipo de cambio. Al interior, la caída se explicó por bajas interanuales no solo en las cantidades (-6,0%) sino también en los precios de exportación (-1,5%).

Los rubros mostraron desempeños disímiles. En términos de valores, el rubro con mayores exportaciones fue las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) con USD 2.489 M, representando una caída de 11,1% i.a. Le siguió los Productos Primarios (PP) mostraron exportaciones por USD 1.994 M, lo cual representó una desmejora de 1,3% i.a. Por su parte, las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) crecieron 2,4% interanuales y arrojaron valores exportados por USD 1.965 M.

En lo que respecta a las importaciones, mostraron una suba de 29,4% i.a. por USD 6.488 M, acumulando seis meses consecutivos con crecimientos interanuales de gran magnitud. Si bien los precios de las importaciones a nivel general se contrajeron interanualmente un 7,0%, las cantidades sobre compensaron este efecto al avanzar 39,4%. En contraste, la serie desestacionalizada cayó 4,3%, acumulando un leve crecimiento respecto a diciembre de 0,9%.

Todos los rubros registraron una mejora interanual, a excepción de combustibles y lubricantes que cayó 31,1% explicado tanto por una caída en el precio (-21,5%) como de cantidades (-9,4%). El rubro de mayor importancia en términos de valores fue Bienes Intermedios (BI) con USD 2.068 M (+1,0% i.a.). Le siguió Piezas y accesorios de bienes de capital (PyA) por USD 1.409M (+32,9% i.a.) y Bienes de capital (BC) por USD 1.247 M (+68,5% i.a.). Por último, los Bienes de consumo (BC) tuvieron compras externas por USD 900 M (+75,1% i.a.) y los Vehículos automotores de pasajeros por USD 495 M (+160,0% i.a.).

 ¿Qué esperamos para lo que resta del año?

En el corto plazo estimamos que junio arrojará un saldo comercial positivo dado que es un mes favorecido por la estacionalidad del sector agropecuario, expresado en un incremento de las exportaciones que trae la llegada de la cosecha gruesa. En puertas de la restitución de las retenciones a productos agropecuarios, es de esperarse que durante el sexto mes del año los exportadores aceleren su liquidación.

Sin embargo, de cara a la segunda mitad del año aparece una mayor incertidumbre en cuanto al signo del balance comercial. La aparición de las retenciones a partir de julio y una estacionalidad desfavorable para el sector agropecuario comprometen la capacidad exportadora del país para el segundo semestre, sembrando dudas respecto a qué signo presentará el saldo comercial. Pasada la cosecha gruesa y en puertas del contexto electoral, florecen las dudas sobre el tipo de cambio real. En particular, crecen las dudas respecto al comportamiento del sector exportador en la segunda mitad del año, dado que podrían debilitarse los incentivos a liquidar divisas en un contexto de expectativas cambiarias aún inciertas.

Todo esto se da en un contexto internacional incierto debido al conflicto bélico en Medio Oriente entre Irán e Israel. Debido a que la región implicada tiene un rol particular en cuanto a la producción y abastecimiento global de hidrocarburos, el precio de estos commodities podría verse significativamente influenciado, como ya ha sucedido en las últimas jornadas. Tal como ha sucedido en otras experiencias bélicas, el costo de los fletes internacionales podría encarecerse, adicionando una dificultad adicional para el saldo comercial nacional en los próximos meses.

Si bien Argentina ha acumulado una balanza energética positiva en los últimos meses, en junio del año pasado el resultado fue negativo, explicado principalmente por una estacionalidad desfavorable. Este año, el repunte en el nivel de actividad, junto con el aumento estacional del consumo durante el invierno, podría compensar parte de la mejora energética vía incremento de importaciones. Aunque la producción local de petróleo y gas muestra una mejora respecto al año pasado, ese crecimiento podría no alcanzar para cubrir el incremento de la demanda, volviendo a generar un déficit en el sector.

Por otro lado, la continuidad del proceso de recuperación económica, en conjunto con el nivel de tipo de cambio real actual, traccionará al alza las importaciones, sosteniendo un crecimiento transversal a todos los rubros.  

En síntesis, estimamos que el resultado comercial acumulado del año se mantenga en terreno positivo, pero con una dinámica bien diferenciada entre el primer y segundo semestre. Mientras que el primero estuvo caracterizado por continuos superávits, el segundo enfrenta mayores desafíos que podrían tornar el saldo a negativo debido a la estacionalidad y cierto grado de incertidumbre cambiaria. En este contexto, el conflicto internacional agrega incertidumbre y será clave para determinar las estimaciones futuras.

 

Diputados aprobó leyes no deseadas por el Ejecutivo, Milei anticipó que vetará

El Ejecutivo está decidido a lograr la menor intervención posible del Congreso en su política económica. Algo que no solo ha logrado pudiendo administrar el gasto público por segundo año consecutivo sin una ley de presupuesto sancionada, sino que intenta lograr al anunciar que toda ley sancionada que afecte el gasto público será vetada. Como sucederá con las tres leyes que la Cámara de Diputados acaba de aprobar y que Milei anticipó que vetará.

 

La Cámara Baja aprobó la semana pasada tres iniciativas (dos en materia previsional y otra en materia de discapacidad), que implican un aumento en el gasto público para atender necesidades en esos dos ámbitos sensibles de la realidad social. Dos de ellas (el aumento extraordinario a los jubilados y la ley de emergencia en materia de Discapacidad) fueron aprobadas por más de dos tercios de los votos.

No llamó la atención que bloques que vienen asumiendo una posición más opositora votaran a favor de estas leyes (Unión por la Patria, Encuentro Federal, los Radicales opositores de Democracia para Siempre, la Coalición Cívica, o la izquierda), pero sí llamó la atención que bloques provinciales o los legisladores de la propia UCR y algunos del PRO acompañaran estas iniciativas, o al menos se abstuvieran de rechazarlas.

Si nos guiamos por el antecedente inmediato, uno puede interpretar que muchos de los legisladores que acompañaron estas iniciativas no siendo estrictamente diputados opositores, lo han hecho sabiendo que el Presidente tiene la facultad de vetar. Y especulando que posiblemente, una vez sancionada y vetada la ley, puedan negociar la no insistencia para salvar al Gobierno del costo fiscal por la imposición de estas normas. Lo cierto es que la posibilidad de que las leyes salgan es cierta, restará saber nuevamente si el Ejecutivo tiene la capacidad política de juntar los 86 votos que se necesitan para bloquear la insistencia legislativa del Congreso.

Inflación: el dato más bajo de los últimos años

El IPC Nacional de INDEC cayó al cerrar en 1,5% mensual en mayo, desacelerándose 1,3 p.p. respecto al dato de abril y ubicándose por debajo de las expectativas del mercado. A su vez, representa el valor mensual más bajo desde noviembre del 2017, si excluimos la pandemia. De esta forma, la inflación acumulada fue de 13,3% en los primeros cinco meses del año y la variación interanual fue de 43,5%, representando la variación más baja desde marzo de 2021.

La baja fue impulsada principalmente por los Estacionales, que registraron una caída mensual del 2,7%, acumulando una suba de apenas el 7% en lo que va del año y 21% en términos interanuales. Más allá de la marcada moderación en el Nivel General, el mejor dato de mayo lo trajo la inflación Núcleo: mostró una suba mensual del 2,2% (acumulando un 14,7% en lo que va del año y un 44,7% i.a.), desacelerando 1 p.p. con respecto al mes previo y alcanzando el dato más bajo desde mediados del 2019 (previo a las PASO) al excluir la pandemia.

En el corto plazo, la inflación mensual en junio podría subir un poco producto de aumentos en cigarrillos, nafta y transporte público, ya sin tanta ayuda de los estacionales como durante mayo. No obstante, estimamos que es probable que el avance de precios se ubique nuevamente por debajo del 2% mensual. De cara a los próximos meses, su evolución dependerá fundamentalmente de lo que ocurra con el tipo de cambio.

¿Qué pasó con la inflación en mayo?

El IPC Nacional de INDEC sorprendió a la baja en mayo al avanzar apenas un 1,5% mensual, una desacelaracion significativa de 1,3 p.p. respecto al dato de abril y ubicándose por debajo de las expectativas del mercado. A su vez, representa el avance mensual más bajo desde noviembre del 2017, si excluimos la pandemia. De esta forma, la inflación acumulada fue de 13,3% en los primeros cinco meses del año y la variación interanual fue de 43,5%, representando la variación más baja desde marzo de 2021.

La baja fue impulsada principalmente por los Estacionales, que registraron una caída mensual del 2,7%, acumulando una suba de apenas el 7% en lo que va del año y 21% en términos interanules. A su interior, se desplomó el precio de las verduras (-9,5%) y las frutas (-1,9%), lo que traccionó a la categoría hacia abajo. En términos interanuales, las verduras son la única categoria con variacion interanual negativa, cerca del 4%.

En menor medida, también contribuyeron a la baja los precios Regulados, que registraron un aumento del 1,3% (-0,5 p.p. respecto a abril). Dentro de esta categoría, Transporte fue el rubro de menor crecimiento explicado por la caída del -2,1% en combustibles para vehículos de uso doméstico.

Más allá de la marcada moderación en el Nivel General, el mejor dato de mayo lo trajo la inflación Núcleo: mostró una suba mensual del 2,2% (acumulando un 14,7 % en lo que va del año y un 44,7 % i.a.), desacelerando 1 p.p. con respecto al mes previo y alcanzando el dato más bajo desde mediados del 2019 (previo a las PASO) al excluir la pandemia. A diferencia de meses previos, la carne no fue el principal impulsor del aumento: su variación fue del 1,5 %, acumulando un alza del 25,1 % en lo que va del año.

En términos de bienes y servicios se mantuvieron las diferencias en su evolución. Los primeros crecieron 0,9% en mayo, mientras que los servicios subieron un 2,7%. En cuanto a las divisiones, la de mayor aumento en el mes fue Comunicación (+4,1%) por subas en servicios de telefonía e internet, seguida de Restaurantes y hoteles (+3,0%) y Salud (+2,7%). En contraste, Transporte (+0,4%) y Alimentos y bebidas no alcohólicas (+0,5%) fueron las divisiones con menor incremento.

De esta manera, la inflación de mayo sorprendió a la baja siendo el primer mes entero desde la flexbilizacion del cepo, en sintonía con la relativa estabilidad del tipo de cambio. De hecho, es el segundo mes consecutivo que el tipo de cambio oficial se mueve por encima de la inflación, permitiendo ganar cierto grado de competitividad cambiaria: el TCN avanzó un 9,1% (casi 5% en el promedio del mes) en abril frente a una inflación mensual del 2,8%, mientras que en mayo la cotización aumentó un 2% (2,3% en promedio) contra una inflación de apenas el 1,5%.

Un punto no menor para explicar el bajo traslado a precios es que no todos los precios de la economía se regían por el mismo tipo de cambio. Por caso, mientras el dólar oficial subió un 11,3% entre abril y mayo, el tipo de cambio exportador mostró un incremento acumulado del 6,5%. Además de la estabilidad del tipo de cambio oficial y el exportador, se suma la influencia de los dólares paralelos, que también inciden en la formación de precios en la economía. En ese sentido, el dólar CCL medido con Cedears cayó 6,7% en promedio en mayo (se mantuvo estable punta a punta).

Por último, también colaboraron con la baja de la inflación las distintas medidas y señales por parte del gobierno (como la quita de aranceles, el incentivo a rechazar nuevas listas de precios y la intervención en las pautas salariales), que ayudaron a alinear las expectativas.

¿Qué esperamos para los próximos meses?

En el corto plazo, la inflación mensual en junio podría subir un poco producto de aumentos en cigarrillos, nafta y transporte público, ya sin tanta ayuda de los estacionales como durante mayo. No obstante, estimamos que es probable que el avance de precios se ubique nuevamente por debajo del 2% mensual. De cara a los próximos meses, su evolución dependerá fundamentalmente de lo que ocurra con el tipo de cambio.

En tal sentido, si el tipo de cambio se mantiene relativamente estable (o incluso reduce su cotización), no aparece ningún shock estacional (como los evidenciados en marzo) y se postergan aumentos de precios regulados (justamente con el fin de bajar la inflación), el proceso de desinflación podría continuar su curso.

Más adelante en el año, no nos sorprendería que el tipo de cambio oficial muestre una mayor volatilidad en la cercanía a las elecciones si el Gobierno se mantiene en su postura de no intervención dentro de las bandas, lo cual podría tener cierto impacto en la inflación de aquellos meses frente a la típica incertidumbre política y cambiaria. Cualquiera sea el caso, estimamos que la inflación anual en 2025 desacelerará notablemente respecto a los observado en 2024.

La restricción decisional del Poder Ejecutivo ya se refleja en las estadísticas

Desde el principio de este ciclo señalamos que el rasgo más característico de este proceso político era la restricción decisional que opera sobre este Poder Ejecutivo que gobierna en minoría. Esa particularidad del proceso es la que obligaba a prestar más atención de lo habitual en el cómo más que en el qué. Saber cómo iba a hacer este Presidente para tomar decisiones, más allá de saber qué decisiones quería tomar.

Y efectivamente con el paso del tiempo, esta característica del proceso se fue reflejando en las estadísticas más elementales del proceso de toma de decisiones dentro del sistema. Las más relevantes de ellas, la que simboliza la toma de decisión de un sistema político, muestra un proceso muy deficitario en términos de sanción de leyes. El primer año de Milei fue el primer año de mandato de un presidente con la menor cantidad de leyes sancionadas desde 1983 a la actualidad. Y este segundo viene camino a ser el año con menor cantidad de leyes sancionadas desde 1983 a la actualidad.

Pero además, la restricción decisional del Poder Ejecutivo se refleja también en otra estadística asociada: Milei ya firmó más DNU que sus tres antecesores, y viene firmando DNU´s a una velocidad anual que solo es superada por la cantidad de DNU´s que firmó Eduardo Duhalde en medio de una crisis económica y política particular.

Un proceso político caracterizado una naturaleza decisional de emergencia o extraordinaria. Lo que advierte no solo la necesidad de seguir observando el “cómo”, como un aspecto medular de este ciclo político, sino la necesidad de recordar que la consistencia de este proceso decisorio no es la más adecuada para garantizar durabilidad.

Repunte de la industria y la construcción en abril

El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) registró una suba desestacionalizada del 2,2% en abril de 2025 (+8,5% i.a.), lo que permitió a la industria romper una racha de cuatro meses consecutivos de caídas y situarse 7,2% por encima del piso de la recesión. Sin embargo, este repunte no compensa el retroceso de marzo.

El Indicador Sintético de la Construcción (ISAC) también repuntó en abril al crecer 5,1%. De esta forma, se posicionó 26% por encima de abril del 2024 y acumula una suba de más de 10 % en lo que va del año. En línea con lo sucedido en la industria, abril presentó mejoras tras el despeje de la incertidumbre tras el cambio de esquema cambiario.

Los indicadores adelantados de la industria presentaron subas durante mayo. La producción de automóviles sostiene dos meses en verde al crecer 3,6% s.e. en mayo y se ubicó un 25,2% por encima de igual mes del año pasado. En la misma línea, el patentamiento de autos creció 2,2% respecto a abril en la serie desestacionalizada (+60% i.a.), mientras que las ventas de autos usados cayeron 4,0% (+2,6% i.a.). En este contexto, el crédito al consumo se mantiene elevado creciendo en torno al 5% mensual sin estacionalidad, y se posiciona 138% i.a.

Repunta la industria

El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) registró una suba desestacionalizada del 2,2% en abril de 2025 (+8,5% i.a.), lo que permitió a la industria romper una racha de cuatro meses consecutivos de caídas y situarse 7,2% por encima del piso de la recesión. Sin embargo, este repunte no compensa el retroceso de marzo.

A nivel sectorial, once de los dieciséis sectores cerraron en verde en la serie desestacionalizada, mientras que cinco sectores no compensaron la caída de marzo. Entre las principales subas destacan los Productos de tabaco, que crecieron un 13,7% tras una caída del 33,3% en marzo, Productos minerales no metálicos (+9,1%) y Refinación de petróleo (+7,6%). Por otro lado, las mayores caídas se dieron en Productos de metal (-5,4%) y Productos textiles (-1,5%).

En términos más generales, se destaca la suba los bienes de capital (+17,0% i.a.) y los bienes de consumo no durable (+7,9% i.a.). Por su parte, los bienes de uso intermedio se recuperaron en la comparación interanual (+3,0% i.a.). A su vez, estas comparaciones interanuales coinciden con el piso de la recesión, abril del 2024, siendo representativo de la recuperación de estos sectores.

El incremento en bienes de capital se explica, en parte, por el incremento de la categoría maquinaria y equipo (+31,3% i.a.), destacándose la fabricación maquinaria agrícola, aunque la suba interanual también se explica por mantenimiento en las plantas durante abril del 2024, que implicó un freno de la producción.

La recuperación de la categoría equipos, aparatos e instrumentos, que se ubica 68% por encima de abril del año pasado, responde en gran parte al repunte en la fabricación de celulares y televisores, impulsado por una mayor disponibilidad de financiamiento. Si bien influye la baja base de comparación, esta mejora también se explica por un contexto más favorable para el consumo. En efecto, las ramas más orientadas a la demanda interna (que habían sido particularmente golpeadas por la caída del ingreso disponible) comenzaron a mostrar señales de recuperación. La estabilización de los ingresos reales y el crecimiento del crédito al consumo, que avanza a un ritmo cercano al 5% mensual, están contribuyendo a reactivar sectores sensibles al gasto de los hogares.

La construcción continúa con altibajos

El Indicador Sintético de la Construcción (ISAC) también repuntó en abril al crecer 5,1%. De esta forma, se posicionó un 25,9% por encima de igual mes del 2024 y acumula una suba del 10,4% en lo que va del año. En línea con lo sucedido en la industria, abril presentó mejoras luego del cambio de esquema cambiario al despejarse la incertidumbre.

 

En cuanto a los insumos para la construcción, casi todos cerraron con variaciones mensuales positivas en la serie sin estacionalidad, excepto Pinturas. La principal suba fue Mosaicos con un crecimiento del 42,7% y explicó 2,5 p.p. del crecimiento del índice. A su vez, también presentaron subas Pisos (+15,3%), Yeso (+6,7%) y Asfalto (+5,9%).

¿Qué esperamos hacia adelante?

La incertidumbre en torno a la sostenibilidad del esquema cambiario previo y las negociaciones con el FMI tuvo un fuerte impacto sobre la actividad en marzo, aunque este efecto no se extendió a abril. En este sentido, de cara a mayo, los indicadores adelantados de actividad muestran una tendencia de crecimiento, aunque con una dinámica ambivalente, en línea con lo observado en los meses anteriores.

En cuanto a la construcción, el sector tiene mucho más para recuperar que la industria producto de la profunda caída inicial dado su componente procíclico con la actividad económica. Sin embargo, el sector muestra una marcada volatilidad mes a mes. En mayo, el Índice Construya registró una caída desestacionalizada del 12,1% (+8,9% i.a.), mientras que los despachos de cemento retrocedieron un 8,9% (-1,0% i.a.). En línea con las caídas de mayo en el sector, las encuestas cualitativas realizadas por el INDEC reflejan la percepción de una continuidad en el estancamiento del sector para los próximos meses. En números, el 67,7% de las empresas de obras privadas encuestadas prevé que el nivel de actividad del sector no cambiará en los próximos tres meses.

Respecto a la industria, la producción de automóviles sostiene dos meses en verde al crecer 3,6% s.e. en mayo y se ubicó un 25,2% por encima de igual mes del año pasado. En la misma línea, el patentamiento de autos creció 2,2% respecto a abril en la serie desestacionalizada (+60% i.a.), pero las ventas de autos usados cayeron 4% (+2,6% i.a.). En este contexto, el crédito al consumo se mantiene elevado creciendo en torno al 5,0% mensual sin estacionalidad, y se posiciona 138% i.a.

Más en general, creemos que el cambio de esquema económico no será tan determinante para cambiar el sendero de recuperación. Sin embargo, en el caso de la construcción, no proyectamos un crecimiento suficiente como para compensar completamente la contracción del año anterior. En cuanto a la industria, se prevé que la industria evolucione de manera heterogénea entre sectores: mientras algunas ramas lograrán recuperar lo perdido en 2024, otras podrían verse afectadas por una posible apertura de importaciones y cambios en los precios relativos, lo que podría tener un impacto negativo en el empleo, especialmente en industrias sensibles como la textil o la tecnológica.

Luego del pico de marzo, con el IPC a la baja, los salarios recuperan terreno

La dinámica de descalce entre precios y salarios que vimos en marzo, pareciera tender a ir revirtiéndose este mes, cuando el promedio de cuotas de aumentos de salarios vuelva a estar nuevamente por encima del IPC. Al menos eso será así si el índice de precios de mayo se ubica por debajo del 2,4% de aumentos que recibieron los salarios de las paritarias relevadas este mes. Se trataría del primer mes donde los salarios le vuelven a ganar a la inflación desde enero pasado.

El promedio de aumentos por mes de los acuerdos celebrados por grandes gremios aún siguen lejos de la famosa pauta de referencia promovida por el Gobierno de aumentos del 1% mensual. Durante el primer trimestre, el promedio de aumentos de los grandes gremios relevados promedió un aumento mensual de 1,9%, en este segundo trimestre, solo considerando los registros existentes para cada gremio hasta aquí, el promedio de aumento mensual bajó unas décimas, hasta 1,6%, pero claro, aún restan cerrar varios acuerdos para que se acerquen a la pauta de referencia del gobierno.

La tensión del proceso paritario hoy se centra entre la posición de los gremios y las cámaras empresarias que en su mayoría tienen cierta predisposición para encarar un proceso de recuperación del salario en virtud del descalce que se produjo en el primer trimestre como consecuencia del pico de inflación de marzo, y la actitud del Gobierno de querer contener la puja distributiva para contribuir al proceso de desinflación en curso.

Si miramos lo que dejó el proceso paritario del primer cuatrimestre, los salarios de los principales gremios -en su gran mayoría-, se encuentran en terreno negativo, con desfasajes que arrojan pérdidas de entre 3 y 5 p.p. por debajo de la inflación acumulada para el mismo período. Este es el factor que le mete presión al intento del gobierno de llevar la nominalidad paritaria a una velocidad de 1% mensual. Es decir, significaría que no habría recuperación de lo perdido por el pico inflacionario de marzo, que dejó rezagados los salarios.

El deseo de triunfo del oficialismo es más alto que la intención de voto a LLA

Una mirada distinta de aproximación a la escena electoral puede ser consultar sobre el deseo de triunfo oficialista u opositor, sobre todo porque las elecciones legislativas suelen ser elecciones donde se plebiscita el rumbo de gobierno (¿se vota para premiar o castigar al gobierno?). Allí, el oficialismo recoge más del 40% de deseo de triunfo, contra un 50,5% que desea que gane la oposición. Son números que maridan muy bien con los niveles de apoyo al gobierno, o la imagen del presidente.

Pero esos números de apoyo al oficialismo no se traducen siempre de manera perfecta hacia la identidad partidaria del oficialismo, más para una identidad partidaria nueva que irrumpió con fuerza en la elección en 2023.
Por ello La Libertad Avanza registra niveles de intención de voto inferiores al deseo de triunfo oficialista. De hecho, en este último mes hubo una caída de 3 p.p. en la intención de voto de LLA, que se combina con un incremento del voto del PRO a nivel nacional. Algo que no marida bien con lo sucedido en la elección de CABA, pero que pudiera ser evidencia de alguna reacción de los votantes a cosas que han sucedido en la escena como la caída de la Ley de Ficha Limpia, según lo analizado anteriormente.

El oficialismo empieza a lidiar con una realidad típica de los oficialismos, y es que la gente disconforme descarga su inconformidad con él, lógicamente. Ello genera un sentimiento de deseo de NO triunfo oficialista alto. Pero ese deseo no se canaliza siempre en una solo oferta opositora, lo que le permite al oficialismo no sufrir las inclemencias de ello. Pero como contraparte, el oficialismo si puede aprovechar el también concentrado deseo de NO triunfo del kirchnerismo para sí mostrarse como única opción para evitar que vuelva el kirchnerismo al poder. Ese es el voto disponible que irá a buscar capitalizar LLA con su estrategia de polarización con el kirchnerismo.

Malas noticias para la actividad en marzo

El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) mostró una caída mensual de 1,8% s.e. en marzo. De esta manera cortó la racha de diez meses de subas desde el piso de abril, acumulando una suba cercana al 7% desde entonces. Con todo, la actividad fue 5,6% superior a la de marzo de 2024, mientras que el acumulado del primer trimestre del año se ubicó 6,2% por encima del mismo del 2024.

La industria y la construcción mostraron mejoras en abril tras las fuertes caídas de marzo. En el caso de la construcción, se destacaron las subas en varios indicadores: el Índice Construya aumentó 10,5% desestacionalizado, acumulando tres meses consecutivos en alza, y los despachos de cemento crecieron 8,3% s.e., revirtiendo dos meses de caídas. La industria también registró una mejora, impulsada por el repunte en la producción de automóviles, que creció 7,1% en abril tras haber caído 10,5% en marzo. En la misma línea, las ventas de autos usados subieron 6,6%, y el patentamiento de vehículos 0 km aceleró su crecimiento con un alza del 6,0%.

 La construcción difícilmente logre recuperar lo perdido en 2024, y la industria va en camino de compensar la caída. En contraste, otros sectores que también sufrieron caídas el año pasado ya lograron superar las bajas y se espera que sigan creciendo (como el comercio, la actividad inmobiliaria y la intermediación financiera). Por otro lado, los sectores primarios, que moderaron la caída de la actividad a lo largo de 2024, mantendrán su sendero de crecimiento en 2025.

 ¿Cómo dio el EMAE en marzo?

El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) mostró una caída mensual de 1,8% s.e. en marzo. De esta manera cortó la racha de diez meses de subas desde el piso de abril, acumulando una suba cercana al 7% desde entonces. Con todo, la actividad fue 5,6% superior a la de marzo de 2024, mientras que el acumulado del primer trimestre del año se ubicó 6,2% por encima del mismo del 2024.

La caída de la actividad económica en el tercer mes del año se explica, en gran medida, por la incertidumbre respecto a la continuidad del esquema cambiario y el rumbo de la política económica en el contexto de las negociaciones con el FMI. Esto generó que muchas decisiones relacionadas a la producción se postergarán hasta tener un panorama más claro. Si bien se trata de la contracción más pronunciada desde diciembre de 2023, no revierte la suba que venía mostrando la actividad, la cual había alcanzado máximos históricos en la serie en el mes anterior. Con esta baja, el nivel de actividad retrocede a valores similares a los de agosto de 2023, mes en el que comenzó la recesión anterior.

A nivel sectorial, solo tres de los quince sectores registraron un crecimiento en marzo, lo que marcó un freno en la dinámica de expansión generalizada observada en los últimos meses. En términos desestacionalizados, el único sector que mostró un avance significativo fue el agropecuario, con un incremento del 2,0%. Este desempeño se explica por el inicio de la cosecha gruesa, lo que aportó 0,2 puntos porcentuales al índice general. En tanto, los sectores de educación y salud mostraron variaciones positivas marginales, sin un impacto relevante en el nivel general de actividad.

Sin embargo, al comparar con marzo de 2024, se observa una mejora en la mayoría de los sectores desde los niveles mínimos de la recesión: nueve de los quince sectores registraron crecimiento. El sector de Comercio mayorista, minorista y reparaciones registró la mayor incidencia positiva en la variación interanual del EMAE, con un crecimiento del 9,3% i.a., seguido por Intermediación financiera (29,3% i.a.) e Industria manufacturera (4,2% i.a.).

No obstante, salvo por el caso de la intermediación financiera (que viene mostrando un crecimiento sostenido), estas variaciones interanuales reflejan el efecto de una baja base de comparación, más que un repunte robusto de la actividad sectorial. De todos modos, el comercio muestra una progresiva recuperación, y creció alrededor del 14% s.e. desde el piso de abril y se acerca a los niveles de febrero del 2023, un mes más representativo para evaluar su desempeño sin el efecto de la recesión.

¿Qué esperamos hacia adelante?

La incertidumbre respecto al rumbo económico durante marzo tuvo un impacto significativo sobre la actividad. Es probable que este efecto persista, al menos parcialmente, en los datos de abril, dado que el cambio en el esquema cambiario se implementó recién a mediados de ese mes. No obstante, se espera que la actividad retome su sendero de crecimiento en la medida en que se disipe el clima de incertidumbre y se consolide una mayor previsibilidad en el frente cambiario.

Los indicadores adelantados de actividad sugieren que abril presentará mejoras respecto a marzo, un mes atravesado por incertidumbres con relación al esquema económico que pusieron un parate en la actividad económica. No obstante, las ventas minoristas PYME cayeron 1,8% s.e. y continúan con su sendero de oscilaciones, sin terminar de presentar un crecimiento sostenido. A su vez, el crédito al consumo sostiene su racha en verde al crecer un 5,4% en abril.

La industria y la construcción mostraron mejoras en abril tras las fuertes caídas de marzo. En el caso de la construcción, se destacaron las subas en varios indicadores: el Índice Construya aumentó 10,5% desestacionalizado, acumulando tres meses consecutivos en alza, y los despachos de cemento crecieron 8,3% s.e., revirtiendo dos meses de caídas. La industria también registró una mejora, impulsada por el repunte en la producción de automóviles, que creció 7,1% en abril tras haber caído 10,5% en marzo. En la misma línea, las ventas de autos usados subieron 6,6%, y el patentamiento de vehículos 0 km aceleró su crecimiento con un alza del 6,0%.

No obstante, algunos factores aún representan desafíos para la sostenibilidad del crecimiento económico. Por un lado, la recuperación del salario real fue uno de los principales motores de la actividad en los últimos meses, pero se anticipa una desaceleración en su dinámica, en línea con la persistencia de la inflación. Por otro lado, las intensas lluvias podrían haber afectado significativamente los cultivos pendientes de cosecha, lo que impactaría negativamente en el desempeño del sector agropecuario. A esto se suma el contexto electoral, que podría generar mayor volatilidad y ruido en las decisiones económicas en los próximos meses.

La construcción difícilmente logre recuperar lo perdido en 2024, y la industria va en camino de compensar la caída. En contraste, otros sectores que también sufrieron caídas el año pasado ya lograron superar las bajas y se espera que sigan creciendo (como el comercio, la actividad inmobiliaria y la intermediación financiera). Por otro lado, los sectores primarios, que moderaron la caída de la actividad a lo largo de 2024, mantendrán su sendero de crecimiento en 2025.

La corrección de la actividad del año pasado nos permite pensar en un crecimiento del orden del 5% para el 2025, acompañado por importantes mejoras en la inversión y el consumo privado. De esta forma, el 2025 revertirá la caída del 2024 en términos de actividad.

 

 

Se sostiene el superávit

¿Cómo le fue al fisco en abril?

El Sector Público Nacional No Financiero registró en el cuarto mes del año un superávit primario de $0,84 billones. Con intereses que ascendieron a $0,27 billones, el superávit financiero resultante fue de $0,57 billones. En esta oportunidad, los gastos revirtieron la tendencia creciente de los últimos tres meses, mientras que los ingresos recuperaron dinamismo y crecieron en términos reales, luego del traspié del mes anterior. Así, el resultado fiscal acumulado refleja un superávit primario del 0,6% del PIB y un superávit financiero del 0,2%, similar a lo sucedido en el primer cuatrimestre de 2024, donde el resultado primario acumulado alcanzaba el 0,7% del PIB y el financiero 0,2%.

En esta ocasión, convergieron el crecimiento real de los ingresos (+3,4%i.a.) con una moderación del gasto (-1,2%i.a.). En detalle, los ingresos tributarios han crecido de forma sostenida en lo que va del año, y acumulan un semestre en suba, tras avanzar en abril 7% i.a., traccionados principalmente por impuestos ligados a la actividad económica. En contraste, el gasto primario alcanzó este mes su nivel más bajo erogado en abril en los últimos diez años, principalmente explicado por el fuerte recorte en subsidios económicos (especialmente en energía). En consecuencia, el resultado primario resultante es el más alto de los últimos diez abriles.

Al hacer el análisis de las series desestacionalizadas, observamos que el gasto primario creció este mes respecto a marzo y cortó una racha de tres meses de caída. Similar es la situación para los ingresos totales que acumulaban un bimestre de retroceso y en abril crecieron en la comparación mensual. A su interior, tanto los ingresos tributarios, como lo proveniente del comercio exterior y los aportes de seguridad social mejoraron respecto a marzo. Por el lado del gasto, subsidios, salarios y universidades crecieron intermensual luego de tres meses de recortes, mientras que el gasto social se movió en sentido opuesto.

Un zoom al interior de las cuentas públicas

Los ingresos totales marcaron una suba de 3,4% i.a. ¿Qué ocurrió en su interior?  En abril los ingresos fueron sostenidos por el aporte del comercio exterior, mientras que los ingresos vinculados a la actividad mostraron un desempeño mixto.

En concreto, los Derechos de Exportación registraron un crecimiento real del 51,5% interanual, impulsados por un repunte en la liquidación del agro. Sin embargo, este desempeño positivo se ve parcialmente explicado por una base de comparación baja, ya que en 2024 las liquidaciones del primer semestre se concentraron mayoritariamente en mayo. Por su parte, los Derechos de Importación evidenciaron una suba de 21%i.a. en línea con una mejora de los totales importados.

Entre los ingresos vinculados a la actividad, lo recaudado por el Impuesto a las Ganancias creció 22,3%i.a. y acumula seis meses de crecimiento ininterrumpido. Sin embargo, el nivel de abril pasado se encuentra entre los más bajos de 2024. Por su parte, los ingresos correspondientes a la Seguridad Social avanzaron 25,6% y desde septiembre se mantienen en alza. En sintonía, los Créditos y Débitos subieron 17% en contraste con el abril pasado, donde el tributo registró su piso anual.

Por el contrario, el IVA, que desde diciembre se mantenía en terreno positivo, retrocedió un 1,2% i.a en términos reales y los ingresos resultantes por el impuesto a los Bienes Personales se redujeron a la mitad en términos reales (-50,2% i.a.).   

Por el lado de las erogaciones, el Gasto Primario revirtió el alza que sostenía desde principio de año tras caer 1,2% i.a. y se ancló en el mínimo de los últimos diez abriles. Ahora bien, tomando la serie sin estacionalidad a valores constantes, se observa como en abril el gasto evidenció un cambio de tendencia creciendo (+5,8% i.m.) luego de un trimestre de caídas.

Al interior, las prestaciones sociales crecieron 6,7% i.a. En detalle, las Jubilaciones y Pensiones (incluyendo las Pensiones No Contributivas) le ganaron 20% a la inflación en la comparación interanual y acumulan un semestre de crecimiento real. En línea con ello, la AUH sostuvo su alza real que acumula desde hace trece meses subiendo 53,7%i.a.

En esta oportunidad, los Subsidios Económicos, que desde inicios de la gestión vienen reduciéndose, cayeron en términos reales 66% i.a., explicado principalmente por la quita de subsidios vinculados a la energía. Así, el gasto en subsidios de abril 2025 representó apenas el 31% del promedio histórico devengado para ese mes entre 2015 y 2024. Similar es la situación del Gasto de Capital que venía recuperando terreno, retrocedió 15,2%i.a. ubicándose en su nivel más bajo desde el mínimo histórico alcanzado en marzo de 2024.

Por el contrario, los Gastos en Funcionamiento crecieron en abril (+6,7%i.a.), aunque en su interior los Salarios recortaron en términos reales (-4%i.a.). Con la misma tendencia, los fondos destinados a Universidades aumentaron 37,5% interanual, registrando el mayor nivel transferido desde el octubre pasado y las Transferencias a Provincias más que se duplicaron en términos reales en comparación con abril 2024.

Un análisis de lo que viene

Con los logros fiscales obtenidos, el Gobierno se encamina a cerrar el año con un superávit primario de 1,6% del PIB, por encima de la meta establecida en el nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (1,3% del PIB), aunque no está exento de desafíos.

Por el lado de los ingresos, prescindiendo de los impuestos extraordinarios que fueron claves para dar sostén a los recursos durante 2024, la estrategia fiscal descansa en la recuperación de la actividad económica con un agro respondiendo favorablemente. En línea con esto, el Gobierno anunció que si bien mantendrá una alícuota reducida para las exportaciones de trigo y cebada hasta el 31 de marzo de 2026 (representan alrededor del 5% del total exportado) las exportaciones de soja, maíz, girasol, sorgo y sus derivados retornarán a los niveles de alícuota de principio de año.

Con respecto a las erogaciones, el margen de maniobra es acotado, ya que el gasto primario se encuentra en niveles históricamente bajos y enfrenta restricciones para seguir ajustándose. En pocas palabras, las prestaciones sociales se encuentran mayoritariamente indexadas debido a que las jubilaciones y pensiones se actualizan en función de la inflación pasada. Esto implica, por un lado, que el gasto previsional tiene un piso estructural que limita la posibilidad de recorte. Pero, por otro lado, esta forma de actualización introduce un riesgo latente: si la inflación se acelera, generará presión en el gasto social. Contrariamente, el alivio vendría de la mano de una profundización en la reducción de subsidios a sectores de ingresos medios, lo cual contribuiría a la consolidación fiscal.

 

Jubilar a Macri y no jubilar a CFK: Ventajas y riesgos de la estrategia de Milei

Los procesos electorales suelen tener consecuencias en la dinámica política, no solo porque funcionan como unidad de medida de la distribución de los apoyos de la sociedad en el sistema político, sino porque al legitimar liderazgos, redefinen la relación entre los actores y ayudan a organizar la escena. Esos son los impactos que tendrán las elecciones provinciales y la elección nacional que ocurrirá este año, y que tendrá un primer gran hito en la elección de la Ciudad de Buenos Aires de este domingo. Una elección, esta última, que
se ha vuelto importante porque allí ha comenzado Javier Milei a desplegar la estructura central de su estrategia de consolidación de su ciclo político. Una estrategia que busca jubilar a Macri y rescatar de la jubilación a Cristina Kirchner, para de esta forma organizar la representación política del sistema en dos grandes modos y quedarse él liderando uno de los bandos y tratar de que quede Cristina Kirchner liderando el otro.

Esos dos objetivos (Jubilar a Mauricio Macri y postergar la Jubilación de Cristina Kirchner) han quedado plasmados en dos acciones puntuales del oficialismo: la decisión de confrontar contra el PRO en la Ciudad de Buenos Aires, buscando dar una señal clara de hegemonía de Milei sobre Macri, y la decisión de favorecer la caída del proyecto de Ficha Limpia que podía evitar que Cristina Kirchner pueda ser candidata en la Provincia de Buenos Aires. En una se busca jubilar a Macri, en la otra rescatar a CFK.
Si miramos la estrategia a escala global, tratando de entender qué forma se le está queriendo dar a la organización del sistema en términos de representación, observamos que Milei busca consolidar la restitución de la organización del sistema en dos grandes núcleos de adherentes, intentando absorber buena parte de la representación que tenía Juntos por el Cambio y erigirse como el referente de uno de los dos polos para confrontar contra el polo que asume la representación histórica del peronismo.

Para lo primero es importante desalojar a Mauricio Macri como referente competitivo dentro del polo no peronista, para así consolidar a Javier Milei como líder indiscutido de ese ecosistema, y para lo segundo es funcional favorecer las circunstancias para que sea Cristina Kirchner la que lidere el polo opositor peronista. Es allí donde la polarización con CFK se vuelve atractiva y adquiere razón de ser.
Se trata de una estrategia política de consolidación de apoyos por la vía de la centrifugación (arrastrar apoyos desde el centro del espectro por espanto a lo que hay enfrente), que por la vía de la seducción (atraer apoyos acercándose hacia el centro del espectro para conquistar a esos votantes).
La ventaja que ofrece esta estrategia es que si CFK lidera el polo opositor peronista, se estará garantizando el mejor escenario para sumar por espanto los apoyos que le faltan a Milei para consolidar una mayoría. En cambio, si lo lidera otro referente que pueda ser visto como una renovación de la oferta peronista, Milei podría perder parte de los apoyos que ganaría por espanto si enfrente está CFK.
La desventaja es que la posibilidad de imponerse electoralmente a Cristina Kirchner en la Provincia de Buenos Aires no está garantizada. Y si la ex Presidente logra finalmente consagrarse como principal candidata en ese distrito y gana la elección en octubre próximo, la señal política que se enviaría hacia el 2027 es la de que un regreso de Cristina Kirchner al poder no es descabellado. Ello repondría el riesgo político que representa, para los mercados y los inversores, un regreso de las políticas intervencionistas del peronismo, lo que atentaría contra la estrategia del oficialismo de convencer a esos agentes de que el cambio de rumbo económico de la argentina vino para quedarse.