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Rompiendo pisos inerciales

El IPC Nacional elaborado por el INDEC mostró una suba mensual del 2,7% en octubre, mostrando una desaceleración de 0,8 puntos porcentuales con respecto al dato del mes previo y marcando su menor registro desde noviembre de 2021 (+2,5%). Además, se trata del menor registro para un mes de octubre desde 2017. De este modo, el IPC Nacional acumula una suba del 107% lo que va del año y un incremento interanual del 293,0% (-16,0 p.p.).

En septiembre, los salarios registrados de la economía crecieron 3,8% y se ubicaron por sexto mes consecutivo por encima de la inflación (fue de 3,5% en el noveno mes del año). Esto arrojó un crecimiento mensual de 0,3% en términos reales, la menor mejora de esta “racha”.

A priori, no resulta inverosímil pensar en un noviembre con una inflación mensual en una zona similar a la evidenciada en octubre. Difícilmente veamos una marcada moderación dado el impacto de diversos aumentos puntuales: tarifas de gas (+2,7%), electricidad (+2,5%), suministro de agua (+4%), combustibles (2,8%), prepagas (en promedio 4%) y colegios privados (4,5% en CABA y 3,6% en PBA). Al mismo tiempo, se espera que las empresas de telecomunicaciones apliquen nuevos aumentos en octubre, que se acercarían al 4%.

La inflación perforó el 3% en octubre

El IPC Nacional elaborado por el INDEC mostró una suba mensual del 2,7% en octubre, mostrando una desaceleración de 0,8 puntos porcentuales con respecto al dato del mes previo y marcando su menor registro desde noviembre de 2021 (+2,5%). Además, se trata del menor registro para un mes de octubre desde 2017. De este modo, el IPC Nacional acumula una suba del 107% lo que va del año y un incremento interanual del 293,0% (-16,0 p.p.). Además, se ubicó por cuarto mes consecutivo por debajo de las expectativas del mercado (REM-BCRA), que proyectaba un 3,0%.

A su interior, se destaca la desaceleración de todas las categorías. Particularmente, la inflación Núcleo (que mide la tendencia de los precios al excluir estacionales y regulados) registró un 2,9% mensual (-0,4 p.p.), el menor registro desde septiembre 2020. De este modo, se ubicó por encima del nivel general por primera vez en el año.

Por su parte, los Estacionales desaceleraron 1,5 p.p. y subieron “sólo” 1,4% (menor registro desde junio 2021). A su vez, los precios Regulados aumentaron 2,7%, ubicándose 1,8 puntos porcentuales por debajo de septiembre y anotando el menor registro desde diciembre del 2021.

En el mismo sentido, los Alimentos y bebidas (+1,2%) mostraron el menor aumento desde junio 2020 (plena pandemia), siendo vital para el registro del nivel general: en caso de excluirlo, la inflación hubiera sido del 3,3%. A su interior, colaboraron en la desaceleración la caída en los precios de las Verduras (-4,5%), y un menor aumento de las Carnes (1,1%). Por el contrario, los alimentos que registraron los mayores aumentos fueron Frutas (+4,9%), Aguas y gaseosas (+3,5%), Azúcar y dulces (+3,3%) y Lácteos (+2,2%).

Como resultado de la desaceleración en alimentos, las canastas que determinan la línea de pobreza e indigencia también moderaron su avance en octubre. La Canasta Básica Alimentaria (CBA) creció un 1,4% mensual, desacelerándose 0,3 puntos porcentuales con respecto a septiembre.  Del mismo modo, la Canasta Básicas Total (CBT) se incrementó un 2,3% en el décimo mes del año, también 0,3 puntos porcentuales por debajo de septiembre.

En cuanto al resto de los capítulos, los menores aumentos se vieron en Transporte (+1,2%), donde colaboró la caída en combustibles; Comunicación (+2,1%) y Equipamiento del hogar (+2,6%). Por el contrario, los mayores registros fueron en Vivienda (+5,4%), traccionado por subas en alquileres (+11,3%); Indumentaria (+4,4%), Restaurantes y Hoteles (+4,3%) y Salud (+3,6%), impulsado por aumentos de 6,1% en medicina prepaga.

En otro orden, por noveno mes consecutivo los precios de los Bienes (+2,1% mensual, -0,9 p.p.) se movieron a una velocidad considerablemente menor a la de los Servicios (+4,3%, -0,3 p.p.). Esta situación es contraria a la de 2023, donde los bienes (que subieron 223,1% en el año) corrían bien por encima de los servicios (+153,8% en 2023), principalmente debido al congelamiento de las tarifas de servicios públicos, que se mantuvo vigente durante casi todo el año.

Se recuperan los salarios formales

En septiembre, los salarios registrados de la economía crecieron 3,8% y se ubicaron por sexto mes consecutivo por encima de la inflación (fue de 3,5% en el noveno mes del año). Esto arrojó un crecimiento mensual de 0,3% en términos reales, la menor mejora de esta “racha”.

Hacia el interior, la dinámica fue similar tanto para trabajadores privados como públicos. Sin embargo, los primeros tienen una caída real de 3,7% i.a. y prácticamente ya retornaron a los niveles previos a la devaluación, mientras que los segundos muestran un desplome que alcanza el 19,2% i.a. y todavía se encuentran muy debajo del nivel alcanzado a finales del año pasado.

Dejando de lado la pérdida de los salarios públicos, la dinámica salarial de los trabajadores privados puede resultar de interés para ver lo que ocurre con los salarios de la economía, especialmente porque constituye uno de los costos más importantes. En este sentido, la baja de la inflación está permitiendo una recomposición del poder adquisitivo -y del salario como precio relativo-, pero esta es cada vez menor. De hecho, dado el dato de inflación de octubre y lo que se prevé para noviembre, nuestro relevamiento salarial sugiere que la recuperación seguirá al ritmo de los últimos dos meses, por lo que recién pasado el verano esta variable podría alcanzar el nivel de buena parte del 2023.

Con todo, y desde un punto de vista del mercado laboral, en tanto la fijación salarial continúe como en los últimos meses -no muy alejada de la cada vez más baja de la inflación- los salarios se sostendrán en niveles relativamente bajos, ayudando a que el empleo no sea una variable de ajuste tan inmediata en algunos sectores.

¿Qué esperamos hacia adelante?

A priori, no resulta inverosímil pensar en un noviembre con una inflación mensual en una zona similar a la evidenciada en octubre. Difícilmente veamos una marcada moderación dado el impacto de diversos aumentos puntuales: tarifas de gas (+2,7%), electricidad (+2,5%), suministro de agua (+4%), combustibles (2,8%), prepagas (en promedio 4%) y colegios privados (4,5% en CABA y 3,6% en PBA). Al mismo tiempo, se espera que las empresas de telecomunicaciones apliquen nuevos aumentos en octubre, que se acercarían al 4%.

Hasta el momento, el crawling peg del tipo de cambio oficial corriendo al 2% mensual fue probablemente la principal ancla para reducir la inflación, lo cual se evidenció con la convergencia de los bienes a la pauta cambiaria. Sumado a ello, la relativa estabilidad de la brecha cambiaria, la contención de las expectativas de devaluación y la fuerte recesión inicial (con una posterior recuperación acotada, heterogénea y paulatina) fueron elementos claves que ayudaron a moderar la inflación.

Pese a estos factores, la inflación se chocó con el primer piso inercial del 4% en mayo, mostrando resistencia a la baja hasta agosto. Para retomar el sendero descendente, el Gobierno implementó la reducción del Impuesto PAIS sin una compensación al alza en el tipo de cambio oficial, lo cual resultó en un abaratamiento del dólar importador y permitió no sólo alcanzar en septiembre una inflación del 3,5% mensual, sino también romper el piso del 3% en octubre (dado el impacto rezagado).

Ahora bien, pese a que el crawling peg al 2% fue de gran ayuda en el proceso, con la reducción de la nominalidad está dejando de actuar como un ancla para pasar a comportarse como un componente inercial. En este sentido, difícilmente la inflación logre perforar el próximo piso inercial sin una moderación del crawling peg. Por tal motivo, las autoridades ya deslizaron la posibilidad de recortar el avance mensual del tipo de cambio oficial al 1% mensual en caso de que la inflación sostenga la dinámica reciente en los próximos meses.

Sin embargo, aquella alternativa no estaría exenta de riesgos, dado que podría implicar una mayor apreciación real del tipo de cambio en un contexto de presiones devaluatorias de nuestros principales socios comerciales, lo cual podría terminar de complicar aún más la cuenta de los dólares.



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