Monetarias y Cambiarias

Las repercusiones del triunfo de Trump

Noviembre arrancó como una continuación de la dinámica cambiaria favorable evidenciada en las últimas semanas. En una semana corta (debido al feriado bancario del miércoles), la brecha cambiaria persistió a la baja al cerrar en 14% y se ubica en el nivel más bajo desde octubre del 2019. A la par, los contratos de dólar futuro acompañaron el movimiento, con una devaluación esperada del 2,6% hacia el primer trimestre de 2025. Por su parte, el BCRA sigue firme en su postura compradora, haciéndose de USD 347 M en la semana. 

Más allá de ello, los focos de la semana estuvieron en la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos y las implicancias para los mercados emergentes. Tras conocerse los resultados electorales, persistió una fuerte apreciación en la moneda norteamericana, lo que traccionó a la baja el precio internacional de las commodities e introdujo una fuerte presión devaluatoria en las monedas de los mercados emergentes. No obstante, los activos argentinos marcharon a contramano: el riesgo país perforó los 900 p.b. básicos y se colocó en los niveles más bajos desde agosto del 2019 debido a la expectativa de una posible llegada de fondos frescos que podría implicar la victoria de Trump.

Más allá del efecto positivo de corto plazo, persisten riesgos de mediano plazo. Las potenciales políticas implementadas por el republicano y sus consecuencias en materia de precios podría derivar en un menor ritmo en la baja de la tasa de la FED, lo generaría un fortalecimiento del dólar, un debilitamiento de las monedas emergentes (afectando negativamente nuestra competitividad cambiaria) y una reducción en el precio de los commodities (menores ingresos por exportaciones).

 

Noviembre arrancó como una continuación de la dinámica cambiaria favorable evidenciada en las últimas semanas. En una semana corta (debido al feriado bancario del miércoles), la brecha cambiaria persistió a la baja al cerrar en 14% y se ubica en el nivel más bajo desde octubre del 2019. A la par, los contratos de dólar futuro acompañaron el movimiento, con una devaluación esperada del 2,6% hacia el primer trimestre de 2025. Por su parte, el BCRA sigue firme en su postura compradora, haciéndose de USD 347 M en la semana.  

Más allá de ello, los focos de la semana estuvieron en la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos y las implicancias para los mercados emergentes. ¿A qué nos referimos? Tras conocerse los resultados electorales persistió una fuerte apreciación en la moneda norteamericana, lo que traccionó a la baja el precio internacional de las commodities e introdujo una fuerte presión devaluatoria en las monedas de los mercados emergentes.

No obstante, los activos argentinos marcharon a contramano: el riesgo país perforó los 900 p.b. básicos y se colocó en los niveles más bajos desde agosto del 2019 (previo a las elecciones PASO). La victoria republicana entusiasma a los mercados financieros, debido a la buena relación y afinidad ideológica que mantiene el Ejecutivo con Donald Trump. La lectura es que, eventualmente, Trump podría ejercer presión dentro del directorio del FMI para facilitar las negociaciones de un nuevo programa que pueda incluir nuevos fondos frescos para la economía local, algo similar a lo ocurrido durante el mandato del expresidente Mauricio Macri.

Ahora bien, vale hacer una aclaración. El punto de partida no es el mismo que en 2018, dado que Argentina ya se encuentra endeudada por un monto considerable con el FMI y aún se encuentran vigentes controles cambiarios. A su vez, dada la volatilidad global y los distintos conflictos bélicos que aparecen en otros continentes, todo parece indicar que Latinoamérica no estaría dentro de las prioridades de la nueva gestión estadounidense.

Asimismo, al poner el foco en el mediano plazo parecería haber más complicaciones que beneficios para los países emergentes exportadores de materias primas. Las potenciales políticas implementadas por el republicano (mayores aranceles a importaciones y un mayor déficit fiscal producto de una baja en impuestos) y sus consecuencias en materia de precios podrían derivar en un menor ritmo en la baja de la tasa de la FED, lo que generaría un fortalecimiento del dólar, un debilitamiento de las monedas emergentes (afectando negativamente nuestra competitividad cambiaria) y una reducción en el precio de los commodities (menores ingresos por exportaciones). Al mismo tiempo, mientras más lento sea el sendero de reducción de tasas, más elevada será la tasa “libre de riesgo” que contará el país ante la eventual salida del CEPO, medida necesaria para el manejo de la deuda externa en moneda dura.

Justamente, pareciera que volverá la vieja discusión Powell-Trump. En la semana, la reserva Federal decidió recortar en 25 p.b. la tasa de interés de referencia y situarla en el rango del 4,5%-4,75%, tal como estaba previsto en las últimas proyecciones del organismo. Hacia adelante, la cuestión pasará por si habrá una nueva edición en la discusión entre Jerome Powell, presidente de la FED, y Donald Trump, cuando el republicano por entonces presionó públicamente para que se reduzcan las tasas de interés para estimular la economía. De todas formas, esto recién comienza y está por verse las medidas económicas que adopte el presidente electo, y la respuesta de la FED ante la evolución de los datos económicos.

Apartándose de ello, lo concreto es que, tras el sacudón, los mercados cerraron relativamente tranquilos y la decisión de la FED (si bien descontada) se presentó como otra fuente de alivio. Por caso, los precios de las commodities empezaron a repuntar (el contrato futuro de soja a enero cerró +0,5%) y la demanda por los títulos norteamericanos de largo plazo se recuperaron. Por el contrario, el dólar sigue fortaleciéndose respecto al resto de las monedas, una tendencia que viene sosteniéndose desde fines de septiembre.

En este sentido, la fortaleza de la moneda norteamericana y las presiones devaluatorias siguen firmes. Por caso, la moneda brasileña saltó de 5,75 reales por dólar a 5,85 en la jornada del 6 (también el peso mexicano inició con una devaluación del 3%), obligando al Banco Central del país vecino a aumentar la tasa de interés de referencia a 11,25% anual (+50 p.b.). Sin embargo, luego de unos días de estabilidad, las presiones retomaron hoy viernes con el real devaluándose un 1% diario.

En el plano local, esto materializa uno de los efectos negativos de mediano plazo que comentamos. Dejando a un lado los vaivenes semanales, un dólar fortalecido significará un piso más bajo en el precio de las commodities y un debilitamiento de las monedas emergentes. Además, resulta especialmente importante lo que ocurra en Brasil, ya que un real más débil no hace más que poner mayores presiones a un tipo de cambio real bilateral que se apreció ya un 53% desde el salto devaluatorio a la fecha.

Con todo, el balance dependerá de factores idiosincráticos. Tanto para aprovechar las oportunidades internacionales, como para mitigar las posibles consecuencias negativas, las autoridades deberán continuar conteniendo las expectativas de devaluación para que los flujos financieros financien el déficit de cuenta corriente. En tal sentido, no sólo habrá que mostrar que la estrategia cambiaria-financiera actual resulta sostenible, sino también que a mediano plazo existe como horizonte una eventual salida del CEPO que permitiría una normalización de los flujos.

El BCRA compra divisas en el MULC

En la semana, el BCRA sostuvo la postura compradora al hacerse de USD 347 M, acumulando compras por USD 19.773 M desde el cambio de Gestión. Detrás de ello, actuó una oferta de divisas sostenida, más que compensando una demanda de divisas creciente. Con todo, las Reservas Netas (sin DEG) se ubican en terreno negativo próximas a los USD 4.800 M al excluirse los depósitos del Tesoro en USD y sin restar el BOPREAL.

La brecha cierra a la baja

La brecha cambiaria cerró la semana a la baja. En números, el dólar CCL cayó 1,6% ($1.158), el dólar MEP bajó 1,5% ($1.124) y el blue se desplomó 4,6% ($1.135). En consecuencia, la brecha cambiaria promedio cerró la semana en 14%, 4 p.p. por debajo del viernes previo. De esta forma, la evolución reciente de los USD alternativos se encuentra influenciada por la nueva regla de intervención cambiaria y la dinámica del blanqueo.

Relativa estabilidad en los futuros de dólar

Los contratos a futuro del dólar finalizan levemente a la baja. Puntualmente, los TC implícitos en los contratos con vencimiento entre noviembre y enero 2025 (los más relevantes en cuanto al volumen) se mantuvieron sin variaciones, y los contratos con vencimiento de febrero en adelante cayeron 0,4%. De esta forma, hacia el primer trimestre de 2025 la variación esperada se ubica en 2,6%.



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