Actividad

Una de cal y una de arena: se recupera la construcción, pero cae la industria

El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI Manufacturero) exhibió una caída mensual desestacionalizada del 1,6% en junio. De esta manera, el indicador hiló 4 caídas mensuales consecutivas, ubicándose en niveles comparables con la salida de la pandemia (junio del 2020) y un 15,8% por debajo de su nivel promedio en 2023. Del mismo modo, la producción industrial profundizó su contracción en la medición interanual (-20% i.a. en junio luego de caer un 15% i.a. en mayo) y acumuló una caída del 16,1% i.a. en el primer semestre.

El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) mostró una suba mensual desestacionalizada del 2,7% en junio, acumulando tres meses consecutivos al alza y un crecimiento del 12,3% desde el piso de marzo. Pese a la paulatina recuperación, el ISAC no sólo mostró una caída del 35,2% en la comparación interanual contra junio del 2023, sino que aún se ubica un 29,5% por debajo de su nivel promedio durante todo 2023. De esta forma, el indicador acumuló una contracción del 32,7% i.a. en el primer semestre del año.

Aunque podemos vislumbrar un cambio de tendencia para la actividad económica desde abril, todavía no es suficiente para volver a los niveles previos a la recesión. En tal sentido, dado que durante el primer semestre la industria no evidenció señales claras de recuperación, se abre la incógnita de cara a la segunda parte del año en torno a cuándo llegaría un eventual cambio de tendencia, lo cual dependerá mayormente de lo que suceda con la demanda interna. En cuanto a la construcción, resulta crucial diferenciar la dinámica de la obra pública (frenada por el Gobierno) y la obra privada (podrían jugar a favor factores como el blanqueo y el crédito hipotecario).

 La producción industrial profundizó su caída

El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI Manufacturero) exhibió una caída mensual desestacionalizada del 1,6% en junio. De esta manera, el indicador hiló 4 caídas mensuales consecutivas, ubicándose en niveles comparables con la salida de la pandemia (junio del 2020) y un 15,8% por debajo de su nivel promedio en 2023.

Del mismo modo, la producción industrial profundizó su contracción en la medición interanual (-20% i.a. en junio luego de caer un 15% i.a. en mayo) y acumuló una caída del 16,1% i.a. en el primer semestre.

A nivel desagregado, todas las ramas exhibieron reducciones tanto en la comparación interanual de junio como en el acumulado del primer semestre del año. En cuanto a la incidencia sectorial, se destacaron las caídas en “Alimentos y Bebidas”; “Refinación de petróleo, químicos, etc.”; “Minerales metálicos y no metálicos” y “Maquinaría y equipo”.

Al dividir a las grandes ramas industriales en tres grandes grupos, también podemos observar que la caída es generalizada: Bienes de capital se lleva la mayor contracción (-32,9% i.a. en junio y -28,9% i.a. en el acumulado del primer semestre) en un contexto de parálisis de la inversión productiva (y pese al levantamiento de las restricciones a importar), seguido de Bienes de uso intermedio (-21,9% i.a. en junio y -17,0% i.a. en el primer semestre) y Bienes de consumo no durable (-14,7% i.a. y -11,0% i.a. en los primeros seis meses) en un contexto de fuerte deterioro del consumo privado.

La construcción sostiene su recuperación

El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) mostró una suba mensual desestacionalizada del 2,7% en junio, acumulando tres meses consecutivos al alza y un crecimiento del 12,3% desde el piso de marzo. Ahora bien, cabe destacar que la recesión de la construcción fue de carácter notablemente más profundo al de la industria manufacturera (en línea a la magnitud de la caída de la inversión productiva), y, dado el carácter procíclico del sector, resulta lógico que ya haya empezado a recuperarse levemente (es decir, suele mostrar signos positivos antes que la actividad económica).

Continuando con la medición mensual, los principales insumos que jugaron a favor del indicador en junio fueron los artículos sanitarios de cerámica, las placas de yeso, los ladrillos huecos y el asfalto. Contrariamente, los mosaicos junto con los pisos y revestimientos mostraron caídas intermensuales considerables.

Pese a la paulatina recuperación, el ISAC no sólo mostró una caída del 35,2% en la comparación interanual contra junio del 2023, sino que aún se ubica un 29,5% por debajo de su nivel promedio durante todo 2023. De esta forma, el indicador acumuló una contracción del 32,7% i.a. en el primer semestre del año. Al interior del indicador, todos los rubros asociados presentan caídas interanuales considerables.

¿Qué esperamos para el segundo semestre?

Aunque podemos vislumbrar un cambio de tendencia para la actividad económica desde abril, todavía no es suficiente para volver a los niveles previos a la recesión. En tal sentido, dado que durante el primer semestre la industria no evidenció señales claras de recuperación, se abre la incógnita de cara a la segunda parte del año en torno a cuándo llegaría un eventual cambio de tendencia.

A nivel sectorial, prevemos que únicamente las ramas asociadas a los sectores energético, minero y agropecuario (molienda de oleaginosas, producción de agroquímicos, refinación del petróleo, etc.) tendrán un mejor desempeño en los próximos meses y serán los que traccionen la industria durante el año. Sin embargo, en su conjunto representan menos del 10% de la industria, por lo que la performance agregada del sector fabril dependerá más de lo que ocurra con el resto de las ramas.

Justamente, las industrias más vinculadas a la demanda interna son las más afectadas y las que más demorarán en reactivarse, motivo por el cual creemos que la industria caerá en torno a los dos dígitos en 2024, contrayéndose mucho más que el nivel de actividad.

En cuanto a la construcción, resulta crucial diferenciar la dinámica de la obra pública y la obra privada. Por el lado de la obra pública, difícilmente se vea una recuperación significativa dado el freno al gasto de capital llevado adelante por el Gobierno. Con respecto a la obra privada, la reaparición del crédito hipotecario, el blanqueo y la falta de alternativas de inversión podrían ser factores que jueguen a favor, pero su efecto pleno creemos que recién podrían verse el año entrante.

Más allá de la magnitud de la caída es relevante seguir de cerca la extensión de la recesión: en tanto esta se sostenga en el tiempo, el enfriamiento de la actividad puede comenzar a afectar el nivel de empleo. Si bien esto se verificó fuertemente en el primer trimestre en la construcción, todavía no se avizora en la industria; pero dada su relevancia en la economía, vale la pena seguir de cerca, ya que podría ser un escollo creciente al que se enfrente la actual administración.

 



Ecolatina

#Industria #Construcción