El IPC Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires mostró un crecimiento de 2,9%, entre la primera quincena de julio y el mismo período de junio.
Esta dinámica continúa reflejando el efecto de la devaluación en los precios. Tras el salto de junio (+3,5% mensual), el crecimiento del nivel de precios muestra una desaceleración en julio, pero cerrará el mes con una inflación aún elevada. Adicionalmente, el aumento en combustibles que tuvo lugar en los primeros días del mes no aporta calma al proceso inflacionario.
En este sentido, vale decir que el deteriorado contexto del consumo masivo, y de la demanda en general, reduce los incentivos a trasladar a precios los mayores costos producto de la depreciación evitando que el traslado a precios sea mayor.