Sector Externo

Superávit comercial en febrero

En febrero, el intercambio comercial de bienes alcanzó un superávit de USD 460 M gracias a exportaciones que volvieron a crecer (3,7% i.a.) tras el impasse de enero (mes en que habían mostrado un retroceso de 4,7% i.a.) e importaciones que, a pesar de arrojar una desaceleración en su caída, continúan marcando importantes contracciones (-22,9% i.a.).

En cuanto a las ventas externas, las cantidades mostraron un avance de 6,7% i.a. que, gracias a una moderación en la baja de los precios internacionales frente a la ocurrida el mes anterior, posibilitaron que las exportaciones vuelvan a crecer. A nivel desagregado, todos los rubros mostraron incrementos en la comparación interanual.

Por el lado de las importaciones, todos los rubros mostraron caídas, destacándose la de bienes de capital (-32,6% i.a., señal del duro golpe que ha sufrido el nivel de actividad y la inversión en particular), los bienes de consumo (-28,8% i.a.) y los vehículos de pasajeros (-46,5% i.a.), estos últimos como consecuencia de la notable reducción del poder adquisitivo en dólares y la necesidad de priorizar el consumo de bienes de primera necesidad.

No obstante, cabe destacar que febrero fue el tercer mes consecutivo con un alza intermensual desestacionalizada de las importaciones. Si bien esto podría entenderse como que las compras al exterior ya habrían alcanzado su piso, lo cierto es que la estabilidad cambiaria del período diciembre – mitad de febrero posiblemente haya favorecido esta evolución. Independientemente de esa recuperación, nada quita que nuevas subas del tipo de cambio vuelvan a acelerar la tendencia contractiva de las importaciones.

Para 2019, estimamos una significativa mejora de la balanza comercial, la cual alcanzaría un superávit cercano a los USD 7.000 M, explicado por un avance exportador gracias a la recuperación del agro y sectores conexos, el dinamismo del sector energético (con las nuevas autorizaciones de exportación) y un contexto internacional que, a priori, luce algo más favorable que en 2018. Esto es producto de la recuperación esperada en Brasil (+2,5% según su consenso de mercado) y tasas de interés que no aumentarán en Estados Unidos, reduciendo la presión sobre el precio de los commodities. No obstante, la desaceleración de la economía china y europea y la reintroducción de derechos y reducción de reintegros a las exportaciones harán que el desempeño de las mismas no se transforme en un boom de ventas al exterior.

Por otra parte, las importaciones se ubicarían en rojo durante gran parte del año debido al golpe que sufrió el poder adquisitivo –en pesos y dólares- y el nivel de actividad. A esto se suma la volatilidad cambiaria propia de un año electoral, que pone un manto de incertidumbre sobre el segundo y tercer trimestre, retrayendo tanto el consumo a plazo como la inversión. Si pensamos a las compras externas como un indicador adelantado del nivel de actividad, cabe concluir que las mismas no se recuperarán en este magro 2019.



Ecolatina

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