La llegada del nuevo Gobierno vino acompañada de diversas medidas orientadas a normalizar la macroeconomía y corregir los desequilibrios acumulados en los últimos años. La corrección de precios relativos, el ajuste sobre el gasto primario y la reducción real de los stocks monetarios están generando una profundización del proceso de estanflación, lo cual impacta negativamente en los sectores vinculados a la demanda interna y agrava una situación social ya deteriorada previamente.
Sin embargo, existen diversos sectores estratégicos (vinculados principalmente al sector primario) que mostrarán un desempeño positivo a lo largo del 2024 pese al contexto recesivo, donde se destacan el sector agropecuario (recuperando lo perdido por la sequía en 2023) junto con el sector energético y de combustibles (impulsado por la producción no convencional de petróleo y gas).
Con una mirada a mediano plazo, si bien el país cuenta con un gran potencial para aprovechar estos sectores estratégicos, primero será condición necesaria que se logre estabilizar la macroeconomía y recrear así un contexto favorable para la llegada de nuevas inversiones.
Camino a una recesión: 2024 en rojo
La llegada del nuevo Gobierno vino acompañada de diversas medidas orientadas a normalizar la macroeconomía y corregir los desequilibrios acumulados en los últimos años. La corrección de precios relativos (tarifas de servicios públicos, servicios regulados, tipo de cambio oficial), el ajuste sobre el gasto primario y la reducción real de los stocks monetarios están generando una profundización del proceso de estanflación, lo cual impacta negativamente en los sectores vinculados a la demanda interna y agrava una situación social ya deteriorada (caída del salario real, aumento del desempleo y de la pobreza).
Justamente, dentro de las ramas más afectadas se destacan la industria y la construcción. Los primeros datos de 2024 muestran una marcada recesión, que supera los dos dígitos (el indicador sintético de la actividad de la construcción -ISAC- cayó -21,7% i.a. en enero y el índice de producción industrial -IPI- un -12,4% i.a. en el mismo mes), mientras que para febrero los indicadores adelantados muestran una continuidad del desempeño negativo (el índice construya cayó -26,6% i.a. en febrero y la producción de vehículos -19,0% i.a.).
Específicamente, dado que la construcción encuentra muy asociada a la inversión productiva y la obra pública (suele ser un sector procíclico), estimamos que el sector mostrará una recesión más pronunciada que el PIB agregado, en un contexto de incertidumbre para llevar a cabo nuevas obras privadas y un fuerte recorte en los gastos de capital del Gobierno Nacional.
Distinta es la historia para la industria, donde entrarán en juego tendencias contrapuestas. Por un lado, determinadas ramas asociadas al sector primario (por caso, molienda de oleaginosas, producción de agroquímicos y maquinaria agropecuaria, entre otros) podrían exhibir un desempeño positivo (en parte gracias a una baja base de comparación). Sin embargo, estimamos que el efecto predominante radicará en una contracción del consumo privado generada por el deterioro en los ingresos.
Del mismo modo, los sectores de Servicios también mostrarían una tendencia recesiva en un contexto de menor demanda interna: las ramas “elásticas” reflejarían las caídas más pronunciadas (se incluyen sectores como comercio minorista y mayorista, hoteles y restaurantes, otras actividades de servicios comunitarias y personales, entre otras), mientras que, las ramas “inelásticas” mostrarían una relativa estabilidad (o al menos contracciones menores al nivel de actividad), dado que se muestran menos expuestas a cambios en la coyuntura económica.
Por el contrario, las ramas vinculadas al sector primario son las que mantendrían la actividad en 2024 pese a la recesión.
El potencial de la energía y los combustibles
El sector de Oil & Gas se mantendría pujante durante 2024. En la actualidad, la producción de recursos no convencionales de petróleo y gas es lo que está permitiendo mantener la performance positiva del sector, que ya acumula 12 años consecutivos con crecimiento en la producción.
En términos estructurales, el sector de Explotación de minas y canteras representa cerca de 5% del PIB -con la producción de petróleo y gas como la actividad de mayor relevancia al interior-. Dentro de la producción de Oil & Gas, los recursos no convencionales (concentrados en Vaca Muerta) son los que explican más de la mitad de la producción en la actualidad (cerca de 50% la producción de petróleo y 60% de gas). En este sentido, Vaca Muerta se ubica segundo en el ranking mundial de recursos no-convencionales de gas del mundo, mientras que se ubica cuarto para la producción de petróleo no convencional. Frente a este panorama, las proyecciones para este año son favorables para la producción de petróleo no convencional, mientras que la producción de gas no convencional se mantendría estable respecto al año anterior.
Teniendo en cuenta los últimos datos disponibles, la producción de petróleo no convencional mostró un crecimiento de 22% i.a. en enero de 2024, mientras que la producción de gas no convencional (shale) creció 11% i.a. en el mismo mes, aunque con la producción de tight no convencional con contracción (-12% i.a.). En términos generales, el crecimiento de los no convencionales es lo que incentiva a la producción total (por caso, la producción de petróleo convencional cayó -3% i.a. en enero y la de gas convencional se contrajo un -16% i.a.).
Adicionalmente, el buen desempeño de la producción de petróleo no convencional se dará en un contexto de mayor la demanda global del crudo (según estimaciones de la OCDE, la demanda mostrará una desaceleración en el crecimiento, pero un récord de 102,9 mb/d anuales), en conjunto a precios internacionales que se mantendrían elevados. Paralelamente, en el mercado local funcionará como driver adicional la liberación del precio de los combustibles. En la misma línea, las estimaciones privadas esperan USD 9.000 M de inversiones en 2024 (en base a los planes de inversión presentados por las empresas petroleras), lo cual representaría un desempeño máximo y un 13% por encima de 2023.
En cuanto a la producción de gas, hay que seguir de cerca como seguirá la construcción del Gasoducto Norte, que es crucial para abastecer a la región norte de gas en invierno. En este sentido, los atrasos en las obras generarían que el Gobierno tenga que negociar con países limítrofes (Bolivia, Brasil y Chile) para abastecer la región, con consecuencias negativas en términos de balanza comercial.
Recuperando la cosecha del agro
La recuperación en los valores de la cosecha gruesa permitirá un crecimiento del sector agropecuario en 2024. En este sentido, el sector de Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (pesa aproximadamente 8% del PIB), podría mostrar una recuperación en torno al 15% i.a. en el promedio de 2024 tras caer cerca de -20% i.a. en el promedio de 2023 como consecuencia de una de las peores sequías de la historia.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el Valor Agregado Bruto (VAB) para 2024 se proyectó en febrero de este año en USD 10.453 M para la campaña 2023/24, representando un crecimiento de 115% i.a. respecto al valor de la cosecha anterior (valuada en USD 4.846 M para la campaña 2022/23). A finales de 2023, la aparición de lluvias durante el último trimestre permitió darle fin a una de las peores sequías de la historia argentina reciente.
Sin embargo, existieron importantes recortes en los últimos meses que será necesario seguir monitoreando en el corto plazo. Por caso, la estimación del VAB (Valor Agregado Bruto) en diciembre era de USD 15.149 M, lo cual representa un empeoramiento del 31% en comparación a la estimación actual. En este sentido, las olas de calor durante el verano, la fuerte caída en la cotización internacional de precios de commodities y un aumento de los costos fueron los principales factores que explicaron el recorte en las estimaciones. Con estos datos, el VAB de granos mostraría una importante recuperación luego de la sequía, aunque se ubicaría como el más bajo desde la campaña 2018/19, según la BCR.
Perspectivas y una mirada al mediano plazo
Con este panorama, estimamos que el sector primario (petróleo, gas y el sector agropecuario, ganadero y pesquero; que en conjunto representa cerca de 15% del PIB) podría mostrar un crecimiento cercano al 10% i.a. en el promedio de 2024 (tras caer -11% i.a. en 2023). En este sentido, el aporte positivo sobre la actividad económica sería en torno a 1 p.p. Sin embargo, la caída más pronunciada vinculada al resto de los sectores de bienes y servicios hará que la caída del PIB sea superior al 3% i.a. en el promedio de 2023.
Con una mirada a mediano plazo, si bien el país cuenta con un gran potencial para aprovechar estos sectores estratégicos, primero será condición necesaria que se logre estabilizar la macroeconomía y recrear así un contexto favorable para la llegada de nuevas inversiones. En este sentido, una economía estable permitiría reducir el costo de financiamiento, normalizar las operaciones financieras (giro de dividendos), cambiarias (reducción de la brecha) y comerciales (importación de maquinaria y equipo), acompañado de un marco regulatorio que permita alargar la planificación de planes de inversión.