Tras dos meses de crecimientos mensuales de la actividad, los indicadores sectoriales de mayor frecuencia que relevamos en Ecolatina mostraron señales mixtas en septiembre y octubre, llevándonos a estimar que la economía muestre una pérdida de dinamismo con relación a los meses recientes.
En este marco, los impactos de la reciente devaluación tienden a ser menores que en otra épica, en el marco de una marcada heterogeneidad en el desempeño de los distintos sectores, con los más asociados al agro exponiendo la peor parte; sectores con un marcado dinamismo, como producción de petróleo y gas; y un comercio resiliente respaldado por un consumo que tiende a sostenerse.
Para el último cuatrimestre del año, estimamos que la actividad económica muestre un desempeño errático para terminar exhibiendo cifras negativas llegado al cierre del año, con una acrecentada incertidumbre sobre lo que puede ocurrir durante diciembre. No obstante, en el corto plazo distintos amortiguadores contribuirán a que la actividad no se desplome: el efecto “los Pesos queman” sobre el consumo, el crédito comercial para sostener importaciones, y mayores consumos del turismo extranjero.
¿Qué sucedió con la actividad económica en septiembre?
Como analizamos recientemente, en agosto la actividad económica mostró un leve crecimiento interanual (+0,3%) tras cuatro meses de caída, fuertemente impactados por el efecto sequía, acumulando dos meses de crecimientos mensuales (sin estacionalidad) que posicionaron a la economía en el mayor nivel del año (similar al de septiembre 2022), según lo reportado por INDEC por medio del EMAE.
Dado el rezago en la publicación de este indicador (el dato de septiembre se conocerá recién el 22/11), buscamos anticipar lo que pudo haber sucedido en los meses recientes. Para eso, desde Ecolatina relevamos indicadores de actividad de distintas ramas de la economía.
En septiembre, estas variables sectoriales de mayor frecuencia mostraron señales mixtas, llevando a estimar que la economía habría mostrado una desaceleración en su dinámica.
En primer lugar, el consumo presenta señales mixtas. Por caso, el Índice de Confianza al Consumidor publicado por UTDT exhibió en septiembre una caída mensual del -1,5% (primer descenso en cuatro meses), aunque rebotó 4% en octubre hacia los mayores niveles desde inicios de 2018. Por su parte, el Consumo Masivo se habría mantenido robusto en septiembre: la medición de Scentia arrojó para el mes un volumen de ventas trepando 8,5% i.a. en supermercados y autoservicios. Asimismo, la transferencia de autos usados creció 5% i.a. en septiembre y casi 20% i.a. en octubre. A contramano, los patentamientos de vehículos mostraron una contracción en septiembre (-3,4% i.a.), aunque rebotaron con fuerza en octubre (+29% i.a.).
En este marco, la competitividad cambiaria que brindan dólares paralelos en niveles históricamente elevados viene apuntalando el consumo de bienes y servicios en diversas ciudades de frontera, en un contexto en que el turismo receptivo sigue mostrándose dinámico.
Por su parte, nuestro indicador de Inversión Productiva anticipa que en septiembre la inversión se habría contraído 1,4% i.a., tras el crecimiento de agosto (+3,9% i.a.), afectada principalmente por la merma en la construcción y la producción de bienes de capital y de transporte.
A nivel sectorial, el sector agropecuario se mantiene en rojo, pero mes a mes desacelerando la caída tras el derrumbe del segundo trimestre. Esto se refleja en sus impactos sobre la producción de alimentos, como la molienda de oleaginosas (-25,5% i.a.) y cereales (-8,4% i.a.), o en el caso del vino (-18,8% i.a.), como en los despachos de agroquímicos (-3% i.a.) o maquinaria agropecuaria (-18,7% i.a.). Por su parte, la faena de carne vacuna mostró una caída de 1,9% i.a. en septiembre y se recuperó 4,4% i.a. en octubre.
En otro orden, el IPI Minero publicado por INDEC mostró una merma mensual del 0,8% en septiembre, aunque mantuvo un crecimiento interanual del 8,7%. Dentro de este indicador, se destaca una producción de Petróleo y gas mostrando subas en el mes (5,2% i.a. y 7,2% i.a., respectivamente), acompañada por un marcado dinamismo de los servicios de apoyo (+21,9% i.a.). En sentido contrario, la minería metalífera se derrumba (-16,7%), mientras que la metalífera de rocas de aplicación trepa 12,7%.
Los indicadores adelantados de la Industria apuntan también a un debilitamiento. El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI) mostró una caída de -3,6% i.a. en septiembre, un 0,5 p.p. más pronunciada que la del mes anterior, mientras que exhibió un estancamiento respecto al mes anterior (+0,2%). Respecto a octubre, se conoció que la producción automotriz retrocedió 0,9% i.a.
Por su parte, todas las variables vinculadas a la Construcción registraron una contracción en septiembre. En esta línea, el Índice Construya –proxy de la actividad de la construcción del sector privado- mostró una caída del -9% i.a., mientras que los despachos de cemento cayeron -7,8% i.a. y el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) mostró una contracción de -4,5% i.a. Asimismo, en octubre los indicadores parecieran algo más favorables: el Índice Construya trepó 1,9% i.a., mientras que los despachos de cemento se estancaron (-0,2%).
Perspectivas para el cierre del año
Para el último cuatrimestre del año, estimamos que la actividad económica tenderá a mostrar un estancamiento en su dinámica. Al interior, la producción de petróleo y gas, en conjunto a determinadas ramas de la industria y el comercio seguirán siendo los principales dinamizadores de la actividad, mientras que recién a partir de diciembre el agro comenzaría a dar señales de una reversión en sus números negativos.
Esto ocurrirá en un marco en que el consumo privado (70% del PIB) se seguiría manteniendo como herramienta clave para resguardarse de la inflación (“los pesos queman”) y ante la ausencia de alternativas de ahorro, sostenido por políticas de ingresos implementadas recientemente por el Gobierno.
En línea a una actividad económica que evolucionó mejor a lo esperado en agosto, y pese a estimar una desaceleración en septiembre-octubre, la proyección anual de actividad económica exhibirá una caída menor a la esperada meses atrás.
Con este panorama, proyectamos que la economía muestre una caída en torno al -1,5% i.a. en el promedio de 2023 (sujeto a mejoras), y que, sin contar al sector agropecuario, exhiba un crecimiento algo menor al 1% i.a. en el mismo periodo. Además, este escenario viene acompañado de un consumo privado que exhibirá un crecimiento en torno al 1% i.a. en el promedio del año.