“Dólar soja”: segunda semana de elevadas liquidaciones
Durante las últimas dos semanas, la marcada aceleración en la liquidación de divisas del agro que indujo la puesta en marcha del “dólar soja” contribuyó a apaciguar expectativas de devaluación en lo inmediato y tornar factible el cumplimiento de la meta de acumulación de reservas del 3T acordada con el FMI.
De la mano del “dólar soja”, el BCRA está logrando acumular reservas en un mes en que la liquidación del agro suele disminuir por cuestiones estacionales. Desde que se implementó la medida, se llevan liquidados cerca de USD 3.600 M vía este mecanismo. De este monto, el BCRA adquirió casi USD 2.200 M, dando cuenta de la una demanda privada que sigue presionando. Así, en las últimas 9 ruedas el BCRA adquirió a un promedio de USD 239 M, constituyendo la mejor racha compradora para este lapso desde que asumió el Gobierno.
De esta forma, a fuerza de “comprar caro y vender barato” (se pagan los dólares a un tipo de cambio implícito de $238), las compras netas de septiembre del BCRA marcan un récord en la historia: suman algo más de USD 2.100 millones en lo que va del mes, siendo el mejor septiembre de la serie histórica que comienza en 2003.
En consecuencia, estimamos que la proporción de la cosecha de soja ya vendida a la industria y los exportadores equiparó al promedio de los últimos años. Según nuestras estimaciones, hacia finales de agosto la demora en las ventas de la cosecha de soja ascendía a aproximadamente 5,5 millones de toneladas, valuadas en cerca de USD 3.200 M.
La principal contracara de este proceso es su impacto monetario y el deterioro asociado en el patrimonio del BCRA. En este sentido, la autoridad monetaria ya emitió cerca del 10% de la base monetaria (que fue esterilizando) para financiar las operaciones del “dólar soja”.
Nueva suba de tasas, pero aún por debajo del crawling peg y los precios
Tras el elevado registro de inflación de agosto dado a conocer el miércoles -superior al esperado por el mercado- este jueves el BCRA volvió a intentar dar una señal contundente al aplicar una fuerte suba de la tasa de referencia, la novena del año. Elevó en 550 puntos básicos (p.b.) la tasa de la Leliq del 69,5% TNA (96,8% TEA) al 75% TNA (107,4% TEA), consistente con una TEM de casi 6,2%. De esta forma, desde el 27/7, la tasa subió en tres oportunidades, pasando de una TEA del 79,8% a una de 107,5% (+40 p.p.).
A su vez, la autoridad monetaria elevó la tasa mínima de plazo fijo minorista a 30 días de 69,5% a 75% TNA (107,1% TEA), al tiempo que para el resto de los depósitos del sector privado la tasa mínima garantizada se estableció en 66,5% TNA (91,1% TEA).
¿Qué busca el BCRA con esta medida? En primer lugar, llevar las tasas a terreno positivo en relación a la inflación, en línea con lo acordado con el FMI. Asimismo, procura apuntalar la demanda de dinero, mantener a raya los dólares financieros (y la brecha) y contener las expectativas de inflación y devaluación con el fin último de evitar un salto abrupto en el tipo de cambio.
No obstante, en un contexto en que el ritmo de depreciación viene promediando una TEM del 6,5% en la primera quincena de septiembre (TEA del 118%), el nivel de la tasa no sería suficiente aún para desincentivar el adelantamiento de compras de transables por parte de importadores o contrarrestar la demora en las ventas por parte de exportadores (excl. complejo soja). Esta dinámica seguiría atentando contra la liquidación neta en el mercado cambiario, dificultando hacia adelante la necesidad de seguir fortaleciendo las reservas.
Asimismo, asumiendo una expectativa de inflación en la zona del 6,5% para septiembre, aún no lograría pasar a terreno positivo en términos reales. Lo que es más: la medición del IPC GBA Ecolatina marcó un 7,3% en la primera quincena del mes. Por esta razón, es probable que el BCRA continúa en la suba de tasas hacia adelante.
No debe dejarse de señalar que uno de los resultados adversos de esta mayor consistencia que se persigue se asocia a un mayor costo financiero y cuasifiscal, como también una dinámica endógena de mayor nominalidad a la que devengan intereses los pasivos remunerados (producto de la suba de tasas). Como hemos venido señalando, las medidas se alinean con la estrategia de minimización de costos en un contexto en que la magnitud de los desequilibrios ofrece escasos márgenes de acción.
Dólares libres: ¿despiertan?
Los dólares financieros comenzaron la semana con tendencia estable para luego emprender un recorrido alcista desde el miércoles. El CCL (GD30) cerró la semana en ARS 300 (+7% s/s), mientras que el MEP (AL30) cotizó el viernes en ARS 292 (+8%). El blue mostró una mayor parsimonia, ofreciéndose a ARS 277 al finalizar la semana (+1%). Así, la brecha promedio trepó del 95% a finales de la semana pasada a un 101% esta semana.
Dólar futuro: ¿se moderan o sólo se posponen las expectativas de devaluación?
La visualización de una mayor oferta de dólares en el mes -apuntalada por el “dólar soja” y las perspectivas de ingresos de fondos frescos del BID- redujo las expectativas de una brusca devaluación en lo inmediato. Esto se reflejó en las tasas implícitas de los contratos de dólar futuro: frente a finales de agosto, los contratos de dólar futuro para octubre a diciembre descomprimen en promedio 2,5%. No obstante, para el 2T de 2023 trepan cerca de 5,5%.