Monetarias y Cambiarias

Monitor Cambiario Semanal – Octubre: un respiro (forzado) en el mercado oficial

Balance del mes

Mientras que en septiembre el Banco Central vendió USD 957 M para contener al dólar oficial y más de USD 400 M para disipar tensiones cambiarias en el frente financiero, en octubre – contra todo pronóstico – revirtió esta dinámica y acumuló divisas. Específicamente, la autoridad monetaria habría finalizado el mes con un saldo superior a los USD 200 M. Este es un fenómeno diametralmente opuesto al de años recientes de cepo cambiario: doce meses atrás perdía USD 1.090 M – en plena corrida cambiaria, por cierto – y durante los octubres del 2012-15 vendió en promedio USD 1.261 M. Las reservas netas resistieron y prácticamente se vieron inalteradas.

¿Qué factores explicaron esta dinámica?

En primer lugar, si bien el agro liquidó prácticamente el mismo monto que en septiembre, lo hizo a un ritmo diario mayor (+15% mensual). La exportación de trigo traccionó el flujo de agrodólares, gracias a una mejora en el precio FOB de referencia a diciembre (+15% en 3 meses) y por una mayor producción estimada para la campaña entrante. Según informó la Bolsa de Comercio de Rosario, solo en las primeras tres semanas del mes “se declararon ventas de trigo 2021/22 por más de 3,5 Mt y el acumulado asciende a 9,1 Mt, récord histórico para el momento del año”. El maíz también experimentó una dinámica similar a lo largo del mes, colaborando a la oferta de divisas en el mercado local.

En segundo lugar, las restricciones a los pagos anticipados de importaciones impuestas por el BCRA surtieron efecto. La salida de divisas por esta cuenta creció un 35% entre agosto y septiembre respecto al bimestre previo. Este fenómeno, sumado al diferencial percibido entre estos montos y aquellos que surgen del registro por despacho de bienes (sobrefacturación de importaciones por efecto brecha) dejaron en claro la preocupación de la autoridad, dado su escaso margen de maniobra. Aunque todavía no se conocen los datos del mercado de cambios de octubre, la recaudación tributaria por importaciones habría caído más de un 16%, donde muy probablemente las restricciones mencionadas explicaron esta dinámica. Al respecto, ante las quejas de diversas cámaras empresariales por las complicaciones en la provisión de insumos para la producción, a partir de hoy se flexibilizó la medida: los insumos importados para elaboración de bienes en el país podrán ser abonados FOB por hasta el monto equivalente al promedio del valor de las importaciones totales que se realizaron en los últimos doce meses.

En tercer y último lugar, hasta mediados de la tercera semana del mes, el Central acompañó este respiro en el mercado oficial con una menor intervención en las brechas financieras. Los factores mencionados sumados a la ausencia de vencimientos significativos de deuda en moneda extranjera le permitieron transitar el mes sin perder reservas netas. Paralelamente, la autoridad mantuvo su estrategia de anclaje cambiario: el tipo de cambio oficial avanzó nuevamente un 1% en el mes (muy por detrás de la inflación esperada para el período que superaría el 3%), ofreciéndose a ARS 99,72.

Trade-off y consecuencias

La contracara de la menor intervención fue el aumento en las cotizaciones de todos los dólares alternativos en los distintos mercados. El CCL y MEP regulados rozan los $180, mantienen una brecha del 80% respecto del oficial y avanzaron un 2,4% mensual. Similarmente, sus análogos libres (implícitos en acciones y ONs) superaron los $200 en el mes, sobrepasando el 100% de brecha cambiaria. Por su parte, el dólar blue rompió el máximo histórico nominal de $195 y cerró octubre en $197,50 (98% y 88% de brecha mayorista/minorista respectivamente) mostrando un incremento del 6,2% mensual. Ante estas presiones cambiarias, hacia la última semana el Banco Central nuevamente intervino para mantener al MEP y CCL regulados por debajo de los $180. El arbitraje minorista entre el MEP subsidiado y el blue permite parcialmente contener al paralelo.

Simultáneamente, se recalentaron fuertemente las expectativas de devaluación en el mercado de futuros. Un alza de las tasas implícitas de los futuros del dólar oficial no es inocuo ya que no solo impacta en expectativas, también lo hace en la economía real (y en el día a día de las finanzas corporativas). Aquellas empresas con insumos dolarizados, ya sea de manera directa como importadores o indirecta con proveedores locales que son a su vez importadores, y que siguen el costo de la cobertura cambiaria (para fijar un precio futuro del dólar y tener certidumbre respecto del costo de la divisa a la hora reponer mercadería) ven encarecido este costo, lo cual termina filtrándose directa o indirectamente a las listas de precios como tasa de interés implícita.

¿Cuáles son nuestras perspectivas de cara los próximos meses?

A pesar del buen mes en materia de divisas y el respiro para las reservas netas, la estrategia cambiaria actual presenta elevados riesgos a corto y mediano plazo. El tipo de cambio corre 22 puntos por detrás de la inflación desde que comenzó el año y el deterioro del tipo de cambio real va in crescendo (- 13,5% solo en el 2021). En ausencia de una expectativa de desaceleración inflacionaria en lo inmediato, una prolongación de la estrategia actual continuará erosionando la competitividad, pero más importante aún, aunque se quisiera hacerlo el poder de fuego para sostener dicha política es acotado: aunque las reservas netas aumentaron USD 2.500 M en el año, se encuentran en niveles históricamente bajos. En este sentido, el acuerdo con el FMI (y el impacto que tenga sobre las expectativas) definirá en buena medida la evolución de la macroeconomía en el año entrante, que incluirá un replanteo de la estrategia cambiaria que finalice (o por lo menos reduzca considerablemente) la magnitud del atraso y acumulación de desequilibrios corriente.

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