El dólar oficial avanzó 23 centavos en la semana y se ofreció al viernes a $98,1. Tal como comentamos en nuestro Monitor Cambiario previo, lo que durante la semana pasada lucía tímidamente como un piso del ancla cambiaria, esta semana pareciera comenzar a confirmarse: el mayorista ya corre a un ritmo anualizado del 13%, 1,3 p.p. por encima del promedio de las 40 ruedas anteriores. Vale la pena destacar dos cuestiones.
Por un lado, un menor ritmo de depreciación impacta con rezago en los precios (y, consecuentemente, en los bolsillos de las personas). En este sentido, es probable que veamos que el Banco Central vaya quitando muy gradualmente el pie del freno y dejando correr un poco más al tipo de cambio (al menos en el margen).
Por otro lado, anclar el dólar oficial no está exento de costos. Desde que comenzó el año, el tipo de cambio real multilateral se volvió un 9,7% menos competitivo. El 70% de dicho deterioro de la competitividad-precio se dio desde marzo, cuando dejó de correr a un ritmo similar al de la inflación y quedó deliberadamente por debajo de ésta tal como puede apreciarse en el gráfico.
Si bien no se parte de un nivel de atraso cambiario relativo a otros períodos (por ejemplo, todavía es un 22% más competitivo que en el promedio del 2016-17, de elevada apreciación cambiaria), el 2021 presenta la mayor apreciación real acumulada en 9 meses para años electorales post-convertibilidad, solo superada por la del 2015. De este modo, aunque se da lentamente, el Banco Central comienza a acelerar la tasa de depreciación del tipo de cambio tanto porque el riesgo de profundizar una pérdida de competitividad es creciente y, a su vez, se presentan los meses más desafiantes del segundo semestre.
En esta línea, septiembre pareciera que no será la excepción en materia de pérdida de divisas para la autoridad monetaria: en las últimas 5 ruedas de las que se tienen datos oficiales, el Central acumula un saldo negativo en el mercado de cambios por USD 364M. Además, extraoficialmente habría continuado vendiendo hasta el ayer por un monto superior a los USD 250M (aunque habría finalizado la semana con una leve acumulación diaria de divisas por poco menos de USD 10M, interrumpiendo más de 10 ruedas consecutivas de pérdida de divisas para sostener el tipo de cambio). Si bien restan 14 ruedas para que finalice el mes, el Banco Central perdió en el mercado de cambios solo un 14% de lo que perdió en el promedio de los septiembre de 2012-15, también de cepo cambiario. Ciertamente, el menor nivel de actividad, el hecho de que los salarios en dólares se derrumbaron 45% en relación con el 2015 y un cepo cambiario más estricto motivan esta dinámica.
El partido electoral no solo se juega en la plaza cambiaria oficial: hasta la semana pasada, el dólar blue acumulaba 28 ruedas sin sobresaltos, oscilando entre $180 y $182 en las más recientes. Sin embargo, esta semana llegó a ofrecerse a $187 para la venta, superando su máximo anual previo del 27 de julio, cuando alcanzó los $185. Al cierre de la semana, el paralelo se apreció ligeramente para ofrecerse a $185.
Si bien el dólar informal continúa exhibiendo la brecha más alta del mercado (87%, +5,1 p.p en el último mes) y llegó a ofrecerse $7 por debajo de los $195 del 23 de octubre, la comparación nominal puede resultar engañosa producto de la inflación acumulada desde ese entonces, ya que traído a precios actuales rondaría los $277. En esta línea, aunque una brecha de casi 90% es históricamente elevada (por caso, es 39 p.p. superior a la del promedio 2012-15) y disfuncional para la economía, la intención oficial de contener al blue por debajo su máximo histórico pareciera responder más a evitar que supere la barrera psicológica de los $200 (que en términos reales serían casi un 40% menores a los $195 de octubre),