En junio, el flujo comercial con nuestro principal socio creció por sexto mes consecutivo. Así, el intercambio de bienes con Brasil consolida su recuperación, siendo 80% superior al de junio de 2020 y ubicándose 17% por encima de junio de 2019. Esta suba se debió a un alza de 20% i.a. de nuestras ventas a dicho país y un salto de 80% i.a. en nuestras compras desde este origen. De esta forma, el comercio bilateral de bienes refleja la normalización de la actividad económica en ambos países luego del desplome visto el año pasado. En este escenario, nuestras exportaciones a Brasil acumulan un alza de 41% promedio en los primeros seis meses del año, mientras que nuestras importaciones muestran un crecimiento del 58%.
Aunque un mayor intercambio signifique una buena noticia, el signo del saldo comercial no necesariamente implica lo mismo. A pesar de que las expectativas de crecimiento de la potencia vecina siguen revisándose al alza (treparon 1 p.p. en junio, pasando de 4,1% a 5,1%), el balance fue deficitario en casi USD 60 millones en el mes, y ya acumula un rojo de USD 580 millones en lo que va del año. Este es el peor saldo para un primer semestre desde 2018 y encuentra su causa en una recuperación más veloz por el lado de las importaciones que por el componente exportador.
Mirando los datos globales del comercio exterior brasileño, esta dinámica no es particular de nuestro país: las compras de Brasil a todos los destinos subieron 27% i.a. en el primer semestre, significativamente menos que sus ventas, que treparon 36% i.a. De este modo, aunque las compras de origen argentino crecieron menos que las ventas a nuestro país, lo hicieron en mayor medida que de otros destinos. En respuesta, la participación de los productos argentinos en el mercado brasileño creció en junio 0,9 p.p. respecto del mismo mes del 2020, pasando de 4,6% a 5,5% del total. En este mismo sentido, el share de nuestras ventas pasó de 4,7% en el primer semestre de 2020 a 5,3% en el mismo lapso del 2021. Más allá de esta dinámica positiva, todavía seguimos lejos de la media de los últimos diez años (6,5%).
Para los próximos meses, no esperamos que el desbalance comercial bilateral se convierta en un problema. Nuestras exportaciones a Brasil crecerían más de 20% este año y, aunque nuestras compras posiblemente terminen siendo superiores, este déficit bilateral será más que compensado con saldos positivos con otros destinos. En consecuencia, el comercio de bienes aportará divisas en 2021, tal como lo viene haciendo desde 2019. Sin embargo, la situación no será una panacea: podría haber pérdida de Reservas a nivel agregado, considerando las intervenciones que podrían llegar en los mercados cambiarios, oficial y paralelo, en tanto los vencimientos de deuda con el FMI, por ahora no reprogramados, también podrían debilitar a este stock clave.