¿Cómo evolucionaron las canastas en mayo?
La Canasta Básica Alimentaria (CBA), que muestra el ingreso necesario que debe tener un individuo para comprar una canasta básica de alimentos y no ser indigente, creció 2,8% en mayo, desacelerándose más de 1 p.p. respecto al mes anterior. Por su parte, la Canasta Básica Total (CBT), que mide el ingreso que necesita un individuo para cubrir un conjunto de bienes y servicios y no ser considerado pobre, aumentó 2,4% en el mismo mes (-1 p.p. respecto a abril).
La “buena” noticia es que las canastas llevan dos meses consecutivos ubicándose por debajo de la evolución de la inflación general, 3,4% para GBA en mayo. De todas maneras, analizando el agregado de los últimos meses, se ve como las canastas ganaron la carrera nominal: mientras que el IPC GBA subió 46,8% en los últimos doce meses, la CBA creció un 53,4% y la CBT, 49,6%.
El principal motivo que se encuentra detrás es la evolución del capítulo de alimentos y bebidas, que también se ubicó por encima de la inflación (+47,2% i.a. para GBA). Si bien esta diferencia no parece tan abrupta, los alimentos que tienen principal incidencia sobre el armado de las canastas crecieron por encima del resto: según los relevamientos de precios que realiza el INDEC, la papa subió 61,8% i.a., el pan 51,2% i.a. y la leche 41,5% i.a., siendo los tres principales alimentos que mueven la valorización de las canastas.
Se reforzaron los ingresos, pero no alcanzaron para cubrir las necesidades básicas
Lamentablemente, los ingresos siguieron corriendo por detrás de la evolución de las canastas. En este sentido, para evaluar el poder de compra es útil comparar a las canastas con los ingresos de los deciles más bajos.
En mayo, una familia compuesta por cuatro individuos necesitó $27424 para cubrir la canasta de alimentos y $64445 para cubrir la canasta básica total. Por su parte, el Salario Mínimo Vital y Móvil se ubicó en $24408 con la última actualización (+44,6% i.a.), mientras que la Asignación Universal por Hijo fue de $4016,96 (+29,5% i.a.).
Al igual que en los meses anteriores, la AUH no alcanzó para saldar la canasta de alimentos correspondiente para un niño (llegó a cubrir un 65% de la CBA), y solo alcanzó para cubrir un 27,5% de la CBT. Si a esta cifra le incorporamos la Tarjeta Alimentar, un programa que sirve para adquirir alimentos que lo pueden cobrar los beneficiarios de la AUH con hijos de hasta 14 años, este monto llegó a cubrir la totalidad de la CBA (160%), pero siguió sin alcanzar para cubrir la canasta total relativa de un niño (69%).
Por último, el ingreso de una familia compuesto por dos salarios mínimos y dos AUH se ubicó en $56850. Por lo tanto, alcanzó para cubrir el doble de la CBA (207%), pero no para completar la totalidad de la CBT (+88%). Este comportamiento no fue la regla durante los últimos años: a partir de 2019 comenzó a suceder que en determinados meses este ingreso no logre cubrir el umbral de pobreza.
¿Qué esperamos para el resto del año?
Según nuestras estimaciones, la inflación no logrará perforar el 3% en junio. Por lo tanto, el primer semestre del año cerrará agitado en materia inflacionaria: la suba de precios acumulará cerca del 25% en el primer semestre, y esperamos que las canastas cierren en la misma línea. A diferencia, el aumento del Salario Mínimo Vital y móvil, al igual que la mayor parte de ingresos de la economía, será algo menor: el deterioro real de este ingreso se ubicará en torno al 2% en los primeros seis meses del año.
A partir del segundo semestre, la depreciación más lenta del tipo de cambio oficial y la baja actualización que tendrán los precios regulados permitirían que el proceso inflacionario se desacelere en la previa electoral. Además, el reciente refuerzo focalizado de los programas de asistencia social (como la ampliación de beneficiarios de la tarjeta alimentar y la actualización del salario mínimo en siete etapas), sumado a la recuperación del empleo -principalmente informal y cuentapropista-, podrían ayudar a visualizar un panorama algo más favorable sobre el cierre del año. De todas maneras, esto no alcanzaría para frenar completamente el deterioro real de los ingresos de los deciles más bajos, y menos aún para compensar la pérdida de poder adquisitivo de los últimos 4 años.