Empleo e Ingresos

Las canastas básicas siguen subiendo por encima de la inflación

Tanto la Canasta Básica Alimentaria (CBA) como la Canasta Básica Total (CBT) crecieron 7,2% mensual en  GBA durante enero, mostrando una variación de 109,8% i.a. y 108,0% i.a., respectivamente y alcanzando las variaciones interanuales más altas desde el inicio de la serie.

De esta manera, la evolución de las canastas se ubicó 1,2 p.p. por encima de la inflación de enero (+6,0% tanto para GBA como Nacional), manteniendo la misma tendencia que en 2022 -donde la suba de las canastas había cerrado 9 p.p. y 5 p.p. por encima de la inflación acumulada anual-. De esta forma, la tendencia al alza de la pobreza que se observa desde la segunda mitad de 2022 encuentra obstáculos para revertirse.

Por el lado de los alimentos, en enero tuvieron una especial incidencia los incrementos de productos empaquetados como harinas (+9,0%), arroz (+7,9%) y fideos (+8,4%), dado que todos son alimentos básicos que tienen un peso importante en el armado de las canastas y se ubicaron por encima de la evolución de la inflación. Cabe destacar que este desempeño se dio pese a la vigencia del programa Precios Justos, un acuerdo de precios que tiene como objetivo moderar la suba de precios de un grupo de bienes y servicios de carácter esencial, principalmente de bienes de consumo masivo. A su vez, algunos productos estacionales como las frutas (+11,6% para GBA) y verduras (+16,7%) también tuvieron subas marcadas.

La Canasta Básica Total, que además de alimentos tiene en cuenta otros bienes y servicios básicos, se vio especialmente dinamizada por el incremento de electricidad, gas y otros combustibles (+15,8%) y transporte público (+43,5%), tras el marco de actualización de precios regulados.

La prevalencia de esta tendencia hizo que se mantenga lo que venimos viendo en los meses previos: los ingresos básicos (salario mínimo y programas de asignaciones) no llegan a cubrir las necesidades básicas medidas por las canastas. La Asignación Universal por Hijo (AUH) no llegó a cubrir la canasta básica alimentaria: en enero llegó a cubrir solo el 60% de las necesidades calóricas de un niño, comportamiento similar a lo observado en los últimos meses del 2022. Por otro lado, al igual que en los meses anteriores, un ingreso familiar compuesto por dos salarios mínimos y dos AUH no llegan a cubrir la canasta básica total familiar, lo que ubicaría a un hogar con estas características dentro de la pobreza.

¿Qué esperamos para los próximos meses?

En gran medida, lo que determinará si las canastas continuarán evolucionando por encima de la inflación será como se mantenga la dinámica de los precios de alimentos.

Por un lado, los productos empaquetados de consumo masivo seguirán bajo el programa de Precios Justos, al menos hasta mitad de año (la continuidad del programa está confirmada hasta junio), por lo que esto puede ponerle un techo a la evolución de este grupo de bienes, al menos en el corto plazo.

Sin embargo, se abren dos interrogantes: (i) por un lado, la evolución reciente (determinados alimentos básicos creciendo por encima de la inflación) deja en claro que los controles de precios tienen límites marcados, hasta ahora con un efecto reducido, y no pueden contener la inflación de este grupo por tiempo indeterminado; por otro lado, (ii) parte del acuerdo incluye otorgar acceso al dólar oficial (MULC) para importar a las empresas del sector, lo cual también puede poner en riesgo el cumplimiento del programa en caso de no cumplirse este requerimiento en un contexto de fuerte escasez de divisas.

Además, este programa puede tener cierta efectividad para controlar los precios de alimentos empaquetados, pero tiene limitada eficacia para controlar a los precios de los alimentos frescos. En este sentido, otros dos factores para tener en cuenta son: (i) la sequía, que impactará al menos en el primer trimestre del año, ejerciendo presión al alza sobre la evolución del precio de determinados productos frescos, como frutas y verduras; (ii) el precio de la hacienda en pie subió 40% desde la segunda quincena de enero, y ya hemos comenzado a observar su correlato en la suba de precios minoristas de carne: según el IPC GBA Ecolatina, la carne vacuna trepó 22,2% m/m en la primera quincena de febrero. En este sentido, tanto la carne como las frutas y verduras tienen un peso importante en las canastas, y esperamos que tengan una dinámica por encima de la evolución de la inflación en el corto plazo.

Por el lado de los ingresos, no prevemos un cambio de tendencia significativo respecto a lo observado en los últimos meses: mientras que los ingresos formales se encuentran resguardados en mayor medida por las negociaciones paritarias, los ingresos informales, que tienen una mayor importancia en los deciles cercanos a la línea de pobreza, crecieron casi 30 p.p. menos que la inflación en 2022, dinámica que difícilmente se revierta este año. A su vez, tampoco habrá un margen fiscal holgado para otorgar bonos a beneficiarios de asignaciones y jubilaciones, incluso siendo un año electoral. En este marco, prevemos que la dinámica se mantenga igual que los meses previos: los ingresos básicos serán insuficientes para cubrir una mayor proporción de las canastas, lo cual deja en evidencia que la pobreza e indigencia difícilmente muestren una baja significativa en 2023.



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