¿Cuál fue el resultado fiscal en junio?
En el sexto mes del año el resultado primario fue levemente negativo. Este desempeño era previsible debido a la elevada estacionalidad del gasto público (en junio se paga medio aguinaldo a los jubilados, quienes también recibieron el incremento trimestral correspondiente en sus prestaciones). Sin embargo, el rojo fue de apenas ARS 6.600 millones, reduciéndose significativamente respecto al mismo mes del año previo, cuando fue de ARS 56.700 millones. Esta contracción estuvo relacionada con los elevados ingresos de capital registrados durante el mes, gracias a las ventas de dos centrales térmicas y una transferencia del FGS a la ANSES. De esta manera, los ingresos totales treparon 69% i.a. (+9% en términos reales). Si no tenemos en cuenta los ingresos de capital, los recursos crecieron sólo 40% i.a. (-10% i.a. en términos reales). Mientras, el gasto primario se ubicó nuevamente por debajo de los ingresos al subir sólo 37% i.a. (-12% i.a. en términos reales).
Por su parte, el pago de intereses fue de ARS 61.100 millones en el mes (+90% i.a., +22% i.a. deflactado). De esta forma el déficit financiero terminó cerca de los ARS 68.000 millones (-24% i.a., -51% i.a. deflactado).
¿Cómo fue la evolución de las cuentas públicas en la primera mitad del año?
Con el dato de junio el gobierno obtuvo el primer resultado primario positivo para un primer semestre desde el 2011. Así, sobrecumplió la meta fiscal pactada con el FMI. Éste organismo, en el stand-by firmado con Argentina, estableció que para el cierre de junio el ahorro público antes del pago de intereses debía ser de ARS 20.000 millones. Sin embargo, también se definieron ajustadores de la meta: si el gasto en prestaciones sociales y en obras públicas realizadas con financiamiento externo excedían ciertos pisos, la meta se relajaba en esa medida. Dado que Hacienda activó parte de estos ajustadores, la meta efectiva era de ARS -17.000 millones. Si bien el superávit operativo acumulado de ARS 30.000 millones (+0,1% del PBI) sobrecumple la meta en ARS 47.000 millones, al tener en cuenta que los ingresos de capital en junio fueron de casi ARS 65.000 millones, podemos concluir que el objetivo fiscal no habría sido alcanzado de no ser por la venta de estos activos. Los ingresos de capital estaban planificados y presupuestados, por lo que no es incorrecto que se computen, contribuyendo al cumplimiento de la meta fiscal. Lo que es llamativo es la magnitud del monto ejecutado, que probablemente no se repetirá en septiembre (cuando es la próxima revisión trimestral del Fondo) ni en diciembre (cuando no sólo será la revisión anual de las cuentas fiscales, sino también un mes de elevada estacionalidad de las erogaciones).
La mejoría fiscal primaria fue de 1,0 p.p. del PBI cuando se la compara con el primer semestre del año pasado. Sin embargo, al tener en cuenta también el pago de intereses, la reducción del déficit financiero fue sólo de 0,4 p.p. del PBI (pasó de -1,8% en la primera mitad del 2018 a -1,4% en igual lapso de 2019).
¿Qué queda para el resto del año?
Habiendo alcanzado exitosamente la meta de junio, el gobierno apuntará a satisfacer también el objetivo del tercer trimestre. En la última revisión del FMI, este target fue elevado de ARS +60.000 millones a ARS +70.000 millones, aunque se flexibilizaría por la aplicación de los ajustadores, quedando más cerca del equilibrio operativo. De esta forma, proyectamos que el objetivo se alcanzaría nuevamente.
Por último, la meta de diciembre luce más exigente: por el fuerte aumento del gasto durante ese mes, cumplir el acuerdo (-0,5% del PBI, usando en su totalidad los ajustadores) requerirá que exista una significativa reactivación de la actividad económica que traccione la recaudación. Aunque Hacienda descuenta que esto ocurrirá, la recuperación todavía está por verse y será fundamental para destrabar los desembolsos del Fondo.