¿Qué pasó con la recaudación en enero?
Según informó AFIP, la recaudación tributaria ascendió a ARS 527.000 millones en enero y creció 44,9% i.a. Sin embargo, la evolución fue inferior a la del nivel de precios -continuará por encima del 50% i.a. durante el primer mes del año-, por lo que los ingresos mostraron un deterioro de 6% i.a. en términos reales.
Los tributos que exhibieron un mejor desempeño fueron los vinculados al comercio exterior. Los Derechos de Importación y Exportación crecieron 69,7% i.a. (+10% i.a. deflactado) y 54,0% i.a. (empardando la inflación), respectivamente. Por su parte, la recaudación vía IVA DGA, que grava los productos que ingresan por aduana trepó casi 90% i.a., un avance superior al 20% en términos reales. Sin embargo, este último representa alrededor del 30% del total de los ingresos por IVA, que, debido a la pobre perfomance del consumo interno (el IVA interno cayó más de 12% i.a. en términos reales), mostró un avance de casi 49% i.a. (-3,5% i.a.) deflactado. Otro indicador que refleja la dinámica de las transacciones es el Impuesto al Crédito y Débito en cuenta corriente, que se incrementó 47% i.a. (-4,6% i.a.).
Por último, se debe mencionar que el debut del Impuesto PAIS implicó una recaudación de poco mas de ARS 3.000 millones, apenas 0,6% de los recursos tributarios del mes. Este monto es significativamente menor a lo esperado, considerando además que estacionalmente enero implica un mayor consumo de residentes en el exterior.
¿Por qué la recaudación real volvió a terreno negativo en enero?
Luego de pasar más de un año en rojo -a excepción de agosto 2019-, la recolección impositiva exhibió en el último bimestre del año pasado una mejora respeto a la inflación en la comparación interanual. Sin embargo, como se mencionó, esta relación se revirtió en el primer mes del 2020.
Esta dinámica se da luego del adelanto de operaciones de comercio exterior tras el resultado electoral que generó una significativa desaceleración en el crecimiento de los Derechos de Exportación, así como una contracción en los Derechos de Importación. La incertidumbre acerca de las medidas -o la magnitud de las mismas- en los últimos meses del año pasado provocó un adelanto de las exportaciones -para evitar gravámenes más elevados, un comportamiento que a posteriori tuvo sentido- y un incremento en las importaciones -ante temores de mayores trabas-.
Al mismo tiempo, los ingresos reales por Seguridad Social también volvieron a exhibir un retroceso de dos dígitos en el primer mes del año (-10,2% i.a.), tras un desplome en los Aportes Personales: pasó de promediar -2,2% i.a. en el último bimestre del año pasado a una caída de casi 10% en enero 2020. Asimismo, la entrada en vigencia de la Ley de Seguridad Social y Reactivación Productiva, a través de un relajamiento de la presión impositiva sobre las PyMes, podría haber contribuido negativamente en la recolección de tributo.
¿Qué esperamos para los próximos meses?
En tanto la actividad económica no repunte, gran parte de la recaudación tributaria continuará creciendo por debajo de la inflación. El IVA interno y los ingresos por Seguridad Social, tributos atados a las ventas y a la dinámica del mercado laboral (tanto puestos de trabajo como remuneraciones) tendrán una lenta recuperación. En el primer caso, podría observarse un recorte de la caída como resultado de la vuelta del IVA a algunos alimentos de la canasta básica, así como la paulatina implementación de la tarjeta alimentaria. De todos modos, la política de ingresos llevada adelante por el gobierno, basada en el incremento de los ingresos en hogares de bajos recursos podría no ser eficiente por dos motivos: la existencia de comercios de proximidad no registrados y la posible sobrecompensación tras la demora en la mejora del poder adquisitivo de otros sectores.
Por lo tanto, mejoras en la recaudación vendrán de la mano de los ya establecidos aumentos en alícuotas, como es en el caso de los Derechos de Exportación, Tasa Estadística (que afecta a las importaciones) y Bienes Personales, o la creación de nuevos gravámenes, como el Impuesto PAIS. Dado lo limitado del impacto agregado de estos cambios, resulta también necesario seguir de cerca lo que suceda con el gasto público en pos de lograr un resultado primario sostenible.