Precios

La inflación entró en su veranito electoral en mayo

¿Cómo fue la inflación en mayo?

El aumento de precios fue de 3,1% en el quinto mes del año, según el IPC Nacional elaborado por el INDEC. De esta forma, la inflación desaceleró su ritmo por segunda vez consecutiva, ya que había sido de 3,4% en abril. Así, el Nivel General de precios acumula un alza de 19,2% en los primeros cinco meses del año y de 57,3% con respecto a mayo de 2018.

La caída de la inflación se debió en gran parte a la desaceleración del IPC Núcleo, que creció 3,2% en el mes (-0,6 p.p. respecto a abril). Dentro de esta canasta, se destaca el acotado avance de los Alimentos y bebidas no alcohólicas, que crecieron 2,4% en mayo, ubicándose por segunda vez en el año por debajo del Nivel General. Mientras tanto, los precios Regulados treparon 3,7%, impulsados por los aumentos en agua, gas y prepagas (Salud fue el capítulo que más creció durante el mes). Por último, los precios Estacionales avanzaron apenas 0,6% en el mes.

¿Esta desaceleración es distinta a la de fin de año?

Tras alcanzar un pico de 6,5% mensual en septiembre de 2018, la inflación siguió una trayectoria descendente hasta fin de año, terminando en diciembre con una variación de precios de 2,6%. Sin embargo, la desinflación fue efímera y volvió a acelerarse en el primer trimestre del 2019. En esos meses, las subas programadas de tarifas se combinaron con un alza significativa en el precio de la carne y de los lácteos impulsando las subas. Frente a la ausencia de un precio de referencia del dólar, que flotaba en una ancha banda cambiaria, la formación de precios se volvió más volátil. De hecho, la inflación acumuló 11,8% en el primer trimestre del año.

Desde abril, el ritmo de aumentos volvió a aminorarse, y el último mes la calma cambiaria tras el anuncio de que el BCRA podría intervenir en el mercado de dólares spot aún por debajo del techo de la Zona de No Intervención (ZNI) volvió a provocar un menor ritmo en el crecimiento de los precios. Esta vez, la desinflación podría ser más duradera: no prevemos que haya movimientos bruscos en los precios relativos en los próximos meses y las tarifas de Servicios Públicos permanecerán prácticamente congeladas por lo que queda del 2019. Además, a diferencia del primer trimestre, los aumentos salariales que definen los acuerdos paritarios ya están cerrados. Así, en la medida en que la autoridad monetaria pueda contener las presiones cambiarias, la inflación seguirá su tendencia descendente. En definitiva, el tipo de cambio serála variable que determinará la continuidad del proceso de desinflación, en lo que resta del año.

¿Qué se puede esperar de la desinflación?

En la medida en que la política cambiaria sea efectiva, la inflación descenderá en la segunda mitad del año. Así, pasaría de ubicarse en un promedio de 3,3% mensual en el primer semestre a alrededor de 2,5% en la segunda parte del 2019. Si bien estos datos implicarían una mejoría notoria, la inflación permanecerá elevada y difícilmente finalice el año por debajo del 40%. Producto del acuerdo con el FMI, las herramientas del Gobierno para llevar a cabo una desinflación más fuerte son limitadas. La ambiciosa meta de equilibrio primario impide un incremento de los subsidios a los Servicios Públicos y los márgenes de intervención del BCRA en el mercado cambiario, pese a la reciente flexibilización de la ZNI, siguen siendo acotados.



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