El desempeño de la economía volvió a mostrar debilidad en octubre. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) cayó 0,3% mensual, acumulando una caída desestacionalizada de 0,5% en los últimos dos meses respecto a agosto.
En términos sectoriales, según nuestras estimaciones la caída desestacionalizada fue explicada enteramente por los Bienes (-1,0%), mientras que los Servicios crecieron 0,3%. Esta discrepancia se explica principalmente por caídas mensuales en la industria y la construcción, posiblemente afectadas por los mayores controles a las importaciones y subas en las tasas de interés.
Sin embargo, la actividad económica mantiene cierta fortaleza: creció 4,5% respecto a octubre de 2021, acumulando una suba de 6,1% i.a. hasta el décimo mes del año. Con este dato, el avance acumulado en el año se ubicó en los niveles máximos de la serie, incluso por encima del acumulado enero-octubre de 2017 (+0,1%). No obstante, aún resulta inferior en términos per cápita (-4,5% por debajo del acumulado del mismo año).
Al concentrarnos en los sectores, vemos que los servicios crecieron 4,4% i.a., mientras que los Bienes treparon 4,0% i.a. (donde la mayor evolución del Nivel General se explica por impuestos netos de subsidios). Dentro de los primeros, los sectores con mejor performance continuaron siendo Hoteles y restaurantes (+27,2% i.a.), Otras actividades de servicios (+12,5% i.a.) y Transporte y comunicaciones (+6,1% i.a.), con todavía terreno por recuperar luego de la pandemia. Por otro lado, intermediación financiera (-1,8% i.a.) exhibió una caída, en un contexto de subas de tasas de interés. Por su parte, en los Bienes los sectores con mejor performance fueron Minas y canteras (+12,5% i.a.), Electricidad, gas y agua (+6,6% i.a.) y la Industria manufacturera (+3,8% i.a.), a diferencia del sector agropecuario (-0,3% i.a.) que se mantuvo afectado por la sequía.
¿Qué esperamos hacia adelante?
Para el cierre de 2022 estimamos que la economía continue mostrando signos de enfriamiento. Como resultado de esta evolución, la economía experimentaría una contracción desestacionalizada en el último trimestre del año, aunque sería menor al 1%.
Sin embargo, en el promedio anual de 2022 esto no se vería reflejado: la economía ya acumula una suba de 6,1% hasta octubre, por lo cual proyectamos que en el promedio anual la cifra de crecimiento termine siendo solo algo menor por la performance más acotada del último trimestre.
Para 2023, las perspectivas se mantienen conservadoras. Un frente internacional con perspectivas magras de crecimiento, impactos negativos sobre la cosecha agrícola de los principales cultivos que generará la sequía, un sesgo más contractivo de la política económica (escaso margen para expandir el gasto primario en el año electoral y tasas de interés que se mantendrían en terreno positivo) en conjunto a mayores restricciones a las importaciones son parte de los principales motivos.