¿Cuál fue el resultado fiscal en octubre?
En el décimo mes del año, el Sector Público Nacional no Financiero volvió a obtener un superávit primario, luego de mostrar un déficit operativo en el mes de septiembre. El resultado positivo fue de ARS 8.500 millones, revirtiendo un rojo de ARS 16.600 millones en octubre de 2018. Nuevamente, los ingresos (+44% i.a., -4% i.a. en términos reales) crecieron por encima de los gastos primarios (+32% i.a., -12% i.a. en términos reales). Incluso, si sólo consideramos los ingresos tributarios (+42% i.a., -6% i.a. en términos reales), estos variaron por encima de las erogaciones. Así, son siete los meses de este año en que el Tesoro pudo mostrar un ahorro previo al pago de intereses, acumulando recursos por ARS 31.400 millones (0,1% del PBI).
Por su parte, el pago de intereses de la deuda se ubicó cercano a los ARS 72.800 millones en el mes. Así, crecieron 18% en relación a octubre de 2018, contrayéndose 22% en términos reales. De esta manera, el déficit financiero superó los ARS 64.200 millones en el mes, y acumula un rojo de ARS 520.300 millones en los primeros diez meses de año (2,5% del PBI).
¿Cómo evolucionarán los datos fiscales en los últimos dos meses del año?
Los resultados que se vienen obteniendo en el frente fiscal en lo que va del año son buenos: el desbalance primario se contrajo en 1,5 p.p. del PBI (al considerar los Programas de Inversión Prioritaria) y se acumuló un resultado positivo en los primeros diez meses del año por primera vez desde 2010. Adicionalmente, a pesar de que treparon por encima de la inflación y de la suba del tipo de cambio, los intereses no alcanzaron a compensar esta dinámica, generando que el déficit total se contraiga 0,9 p.p., desde -3,4% del PBI hasta -2,5% del Producto.
Sin embargo, el ejecutivo no podrá mantener el resultado primario balanceado que el FMI le había fijado como meta. Peor aún, este objetivo no podrá alcanzarse ni utilizando la totalidad de los ajustadores planteados por el organismo, que le permitirían llevar el déficit hasta 0,5% del PBI. La elevada estacionalidad del gasto público en diciembre (cuando se ajustan al alza las prestaciones sociales, y deben pagarse aguinaldos a jubilados y trabajadores públicos) serán el principal motivo del incumplimiento. Aunque Hacienda cuenta con la posibilidad de aumentar los ingresos no tributarios (estrategia que aplicó a lo largo del último año) y de incrementar la deuda flotante (que surge de posponer el pago de gastos ya devengados), difícilmente el Gobierno entrante lo haga para mostrar que el oficialismo saliente cumplió sus objetivos fiscales. En este sentido, proyectamos que el déficit primario finalice el 2019 en torno al 0,7% del PBI.
¿Cómo seguirán las cuentas públicas en adelante?
En un contexto de mercados de crédito cerrados y demanda de dinero muy deteriorada, el próximo mandatario deberá continuar con la consolidación fiscal, ya que no contará con fuentes de financiamiento del déficit. Además, este camino será el que permitirá destrabar una negociación exitosa de la deuda pública. El ajuste puede hacerse por la vía de aumentar sus ingresos o recortar sus gastos. De acuerdo a nuestras proyecciones, se hará un poco de cada una, para repartir los costos de una política fiscal contractiva. En este sentido, esperamos que se suban las retenciones y el impuesto a los bienes personales, pero también que se incrementen las tarifas de los servicios públicos (para reducir los subsidios económicos).