En junio, la recaudación tributaria fue de más de ARS 920.000 millones, un 69% más que en el mismo mes del año pasado. Así, la recolección de impuestos subió 12% i.a. en términos reales. Considerando que los datos del año pasado se vieron muy afectados por los efectos de la pandemia y las restricciones a la circulación, una comparación más adecuada nos dice que la recaudación se ubica 5% por debajo del mismo mes del 2019, descontando el avance de los precios. Con estos datos, el primer semestre acumuló un avance promedio de 68% i.a. (16% i.a. deflactado). De esta manera, alcanzó el mismo nivel en términos reales que en el mismo lapso del 2019 (+0,4%).
Nuevamente, se destacaron los crecimientos de los tributos al comercio exterior, tanto por la recuperación del comercio externo como por la suba del tipo de cambio nominal. En particular, las retenciones a las exportaciones saltaron 139% i.a., también favorecidas por el aumento de los términos del intercambio. Por su parte, los aranceles a la importación subieron 115% i.a. En segundo lugar, los impuestos vinculados a la actividad mostraron un muy buen desempeño, producto de la recuperación económica. Los gravámenes a los combustibles recaudaron 121% más que en junio de 2020, el IVA creció 85% i.a. y el impuesto a los créditos y débitos avanzó 74% i.a. Por su parte, el impuesto a los bienes personales trepó 68% i.a. y el tributo a las ganancias aumentó 47% i.a. Por último, los aportes y contribuciones a la Seguridad Social subieron 53% i.a., ubicándose por encima de la inflación por tercer mes al hilo, luego de tres años de caídas. Sin embargo, siguen siendo 13% inferiores a los recursos obtenidos por esta vía en junio de 2019.
Junio fue el décimo mes consecutivo de crecimiento en términos reales de la recaudación. Aunque todavía no se recuperó la totalidad de la caída generada por la pandemia, este es un dato muy positivo para las cuentas fiscales. Mejor aun si se considera que, además de los recursos tributarios, el Tesoro contará este año con los ingresos obtenidos por el aporte extraordinario de las grandes fortunas y la emisión de DEGs del FMI. Estos recursos representarán alrededor de 0,6% y 1,0% del Producto, respectivamente. Mientras tanto, la recaudación del primer semestre superó el 11% del PBI, cerca de 1 p.p. más que en el mismo lapso del 2020.
De esta manera, y ayudado también por un menor paquete de ayuda por Covid, esperamos que el déficit fiscal caiga significativamente a lo largo del 2021. Luego de alcanzar un récord de 6,4% del Producto el año pasado, el desbalance primario se ubicaría por debajo del 4% del PBI. Esto reduciría las necesidades financieras de Hacienda, permitiendo también minimizar la emisión monetaria.