Política

El Senado rechazó el DNU de Milei y ahora depende de que no lo rechace diputados

Luego de idas y vueltas, el Senado logró tratar en el recinto el mega DNU 70/2023 firmado por Javier Milei apenas asumió su mandato, y una mayoría de 42 senadores votaron por el rechazo del mega decreto. Se trató de una derrota política del oficialismo en el Congreso, pero que no sorprendió, ya que se especulaba que en el Senado esto podía pasar, dado que con la oposición del peronismo y sus 33 Senadores, el rechazo del DNU solo necesitaba de 4 senadores más. Fueron finalmente 9 senadores más los que se sumaron al rechazo del bloque peronista, dentro de los cuales resaltan 6 senadores patagónicos: Carambia, Gadano (Santa Cruz), Silva (R. Negro), Crexell (Neuquén), Terenzi (Chubut) y Blanco (T. del Fuego). Los 3 restantes que se sumaron al peronismo fueron Carlos Espínola (Corrientes), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y Martín Lousteau (CABA).

La posición de los senadores patagónicos, aún no siendo definitorios para el rechazo, fue el dato político de la jornada, ya que se trata de provincias que habían entrado en conflicto con el Gobierno nacional por el recorte de los fondos discrecionales que la Nación enviaba a esos distritos y que provocaron el enojo de sus gobernadores.

La derrota política del oficialismo en el Senado no es otra cosa que un síntoma inocultable de la debilidad legislativa del poder ejecutivo, y señal de la restricción decisional que opera sobre el Presidente, que no tiene los votos para sancionar leyes pero tampoco tiene los votos para defender en el Congreso la posibilidad de tomar decisiones por una vía de excepción, como son los Decretos de Necesidad y Urgencia.

Una debilidad que lo expone a decisiones no deseadas de parte del Congreso. Como lo que ocurrió el miércoles pasado, cuando bloques opositores casi consiguen el quórum para emplazar a la cámara a tratar en Comisión los proyectos de cambio de la movilidad jubilatoria que hay con estado parlamentario para evitar que la inflación sigua licuando los salarios a jubilados y pensionados.

La sesión se frustró por la ausencia de 10 diputados. Pero si se cuenta que no pudieron estar 7 diputados de Unión por la Patria y tampoco pudo estar la diputada Margarita Stolbizer, la cuenta se achica a un puñado de diputados los que le faltaron a este grupo de bloques opositores para propinarle otra derrota al oficialismo.

La clave para desactivar esta sesión estuvo en la ausencia de diputados que responden a gobernadores. Los 3 diputados cordobeses que faltaron a la convocatoria de su propio bloque, lo hicieron por decisión de Martín Llaryora, quien evitó aparecer impulsando decisiones contrarias al oficialismo. Algo parecido pasó con los diputados Florencia Kalipawka Lewtak (Misiones), Francisco Morchio (Entre Ríos) y Jorge Ávila (Chubut). Todos legisladores del bloque Hacemos Coalición, que había convocado a la sesión especial en cuestión.

Esta actitud de los gobernadores de no contribuir a la movida no deseada por el oficialismo está vinculada con la apertura del diálogo ofrecida por el Gobierno nacional para rediscutir la Ley Bases y el Paquete Fiscal. Esta ventana de oportunidad para negociar consensos que satisfagan intereses de ambas partes (del oficialismo en sancionar su ley y de las provincias en obtener alivio financiero), ha servido como paraguas para el oficialismo. Una forma de desactivar avances no deseados en el Congreso.

Lo que resta saber es cómo va a prosperar el diálogo entre Ejecutivo y Gobernadores, ya que aún no hay acuerdo y de ello dependerá la tesitura que los Gobernadores tengan en el Congreso para apoyar o no las decisiones no deseadas que el Legislativo decida impulsar en contra de los intereses del Poder Ejecutivo, como el rechazo del DNU. Esa es la clave para entender lo peligroso que se puede volver el Congreso para los intereses de Javier Milei.

 

 

 

 



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