La compleja coyuntura que viene atravesando el oficialismo en la previa de la elección en Provincia de Buenos Aires pareciera ir permeando en las tendencias que se observan en materia de intención de voto. En una elección que se venía viendo pareja en los últimos meses, se ha venido advirtiendo en estas últimas semanas una tendencia favorable al oficialismo provincial que empieza a registrar una luz de ventaja que trasciende la situación de empate técnico de la que habló el Presidente en el cierre de campaña.
Es cierto que se trata de una elección muy particular, por estar cruzada por el interrogante de la participación. No solo será la primer elección legislativa separada de una elección nacional que se celebre en la provincia en los últimos 42 años de democracia. Sino que tampoco ha sido una elección que ha estado muy presente en los medios, con lo que podríamos ver una caída significativa en los niveles de participación, que supere las
marcas históricas que se registran en los comicios legislativos. Podríamos estar por primera vez con una elección legislativa general (NO PASO) con menos de 70% de participación.
Esta apatía y desafección de buena parte del electorado que se ha visto en las últimas elecciones provinciales, hace que sea crítica la mejor capacidad de seducir y movilizar al electorado a las urnas. Quién logre mejores resultados en esa materia, podría llevarse el triunfo. Por ese motivo las campañas se volvieron poco propositivas y muy negativas: hay que terminar con el kirchnerismo dicen de un lado, hay que frenar a Milei dicen del otro. El resultado dirá quién lo hizo mejor o quién tenía mejor coyuntura para movilizar al votante a
manifestar su rechazo a lo que está viendo o viviendo. Y aquí es donde podría haber una ventaja para el peronismo, ya que la coyuntura adversa del oficialismo podría funcionar mejor para ese objetivo. De hecho es lo que nos muestran los estudios de aproximación a la escena electoral. Venimos viendo en las últimas dos investigaciones una tendencia declinante del oficialismo y una tendencia creciente del peronismo, que lo ubica con una ventaja ya fuera de la situación de empate técnico.
ESCENARIOS DISRUPTIVOS: UN TRIUNFO DE LLA O UNA DERROTA DE LLA POR MÁS DE 5 PUNTOS
¿PUEDE HABER SORPRESA Y QUE LA DERROTA DE LA LIBERTAD AVANZA SE POR UNA DIFERENCIA MAYOR?
Sí, podría ser mayor la diferencia y esa posibilidad está solventada en dos datos. El primero de ellos es que, entre los que tienen poco o nada definido el voto, aparece una tendencia muy clara a favor de votar por Fuerza Patria. Puede que finalmente no vayan a votar o no se definan por esa opción, pero el riesgo de que los últimos que se definan lo hagan por el peronismo, podría apuntalar la hipótesis de que la diferencia pueda ser mayor. Aquí radica el asunto de la participación como un elemento clave. Los sectores más indefinidos pueden ser los verdaderos protagonistas del resultado electoral. Si una mayor afluencia de ese público beneficia indefinido se produce, pudiera esto beneficiar al peronismo. El segundo
dato que solventa la hipótesis de un triunfo más amplio de Fuerza Patria es que entre los indecisos, cuando se les ofrece una alternativa de balotaje (es decir tener que votar entre Fuerza Patria y La Libertad Avanza) el 70% de ellos, se inclina por apoyar la opción peronista.
¿PUEDE HABER SORPRESA Y, EN VEZ DE PERDER, QUE LA LIBERTAD AVANZA GANE LA ELECCIÓN?
Sí, puede ocurrir un triunfo de LLA. Pero esta hipótesis parece más difícil de solventar. El argumento del cuál agarrarse es que cuando uno pregunta por la negativa, es decir quién no quiere Ud. que gane la elección, un 50% dice Fuerza Patria. Es decir, hay una gran cantidad de votantes que no desean el triunfo de Fuerza Patria, sin embargo, La Libertad Avanza, el espacio que está en mejores condiciones de ganarle al peronismo no parece estar capitalizando todos esos apoyos. Esos apoyos se distribuyen entre las otras opciones no peronistas alternativas: Somos Buenos Aires, Potencia (María Eugenia Talerico),
Hechos (los Pasagglia). Podría el oficialismo aspirar esos votos si en las horas previas al comicio, muchos de esos votantes deciden resignar su primer preferencia e ir a votar a LLA para que no gane el peronismo. Pero la difícil coyuntura que atraviesa el oficialismo parece ser refractaria a que ello ocurra. Como si LLA hubiera estado trabajando estos días para ahuyentar votantes.