Sector Externo

El Déficit Comercial con Brasil continuó ensanchándose en agosto

El crecimiento de las importaciones desde Brasil continuó opacando el buen desempeño de las exportaciones hacia nuestro país vecino en agosto. Consecuentemente, el saldo comercial bilateral volvió a ser deficitario por octavo mes consecutivo. En números, con un flujo comercial que retomó los niveles de 2013 (USD 2.885 millones), el saldo comercial bilateral en agosto mostró un rojo de USD 255 millones, el segundo déficit mensual más elevado de los últimos 15 meses.

Por un lado, las exportaciones con destino a Brasil mostraron el tercer valor más alto de los últimos 9 años y el mejor agosto desde 2012. Las ventas al gigante latinoamericano volvieron a acelerar su crecimiento al incrementarse un 31% i.a. en el octavo mes del año (contra un 12% i.a. que mostraron en julio). De esta manera, superaron los USD 1.300 millones, ubicándose un 28% por encima del promedio para los primeros siete meses. En su composición, las ventas de vehículos (tanto para el transporte de mercaderías como para pasajeros) se incrementaron en su comparación interanual (+41%) y explicaron un 37% de las ventas a Brasil, totalizando poco menos de USD 490 millones.

Sin embargo, Argentina continúa mostrando escaso peso dentro de las importaciones de su principal socio comercial. Pese a haber mejorado levemente al comparar contra julio (pasaron de un 4,2% a un 4,7%), aún se encuentran por debajo del 5%, cuando en 2019 promediaban un 6% y a principios de los 2000 un 12%.

Por su parte, las importaciones desde Brasil continuaron creciendo a un ritmo elevado en agosto (un 40% i.a., prácticamente el mismo que en julio). De tal forma, su crecimiento interanual se ubicó casi 10 p.p. por encima del aumento las exportaciones. Cabe resaltar que únicamente en mayo las exportaciones crecieron a un mayor ritmo que las importaciones. En cuanto a montos, las compras desde Brasil totalizaron USD 1.570 millones, alcanzando el segundo valor más elevado desde abril del 2018 y situándose un 24% arriba del promedio mensual hasta julio. A su interior, se destacaron tanto los vehículos destinados al transporte de pasajeros como sus piezas y accesorios, que en conjunto sumaron más de USD 370 millones y representaron casi un cuarto de las importaciones, cuando para el mismo mes en 2021 explicaban el 18%.

Con esta dinámica, las exportaciones acumuladas hasta agosto aún continúan por debajo de los USD 8.500 millones (+19% i.a.), mientras que las importaciones ya superaron los USD 10.450 millones (+35% i.a.). En consecuencia, el saldo comercial bilateral acumulado en lo que va de 2022 muestra un rojo de USD 1.960 millones, el más elevado en los últimos cuatro años y más de tres veces el evidenciado para el mismo periodo en 2021 (USD 600 millones).

¿Qué esperamos para los próximos meses?

Hacia adelante, habrá que monitorear no sólo los factores de índole interna, como la continuidad de las restricciones a las importaciones, sino también a los eventos que ocurren en Brasil. Particularmente, será crucial seguir de cerca la dinámica electoral de la campaña presidencial y sus respectivos resultados, dado que sin dudas repercutirán tanto en la esfera financiera como en la real. Con respecto a este último punto, en los últimos meses el mercado ha venido ajustado al alza el crecimiento esperado para la economía brasileña en 2022 (por arriba del 2%), pero a la baja para 2023 (por debajo del 0,5%), lo que, si bien puede ayudar en el corto plazo, implica cierto pesimismo para nuestras exportaciones de cara al año próximo.

Por último, en los últimos 17 años únicamente en 2019 Argentina logró acumular un superávit comercial positivo con Brasil. La persistencia del déficit bilateral encuentra su explicaron en dos fenómenos. Por un lado, un estancamiento de las exportaciones argentinas, que fueron perdiendo representación en las importaciones de Brasil al pasar de promediar USD 14.700 millones entre 2008 y 2014 a poco más de USD 10.000 millones entre 2015 y 2021. Por otro lado, un elevado piso de las importaciones provenientes de nuestro país vecino, que en los últimos 16 años únicamente en 2019 y 2020 (en ambos casos con crisis mediante) se ubicaron por debajo de los USD 10.000 millones. Por lo pronto, 2022 apunta a repetir la misma historia que en los últimos años, con un rojo bilateral que volvería a rondar los USD 3.000 millones, levemente por debajo de los niveles de 2018.



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