¿Cómo evolucionaron las canastas en abril?
La Canasta Básica Alimentaria (CBA), que muestra el ingreso necesario que debe tener una persona para ubicarse sobre la línea de indigencia, creció 3,9% en abril, desacelerándose 0,7 p.p. respecto al mes anterior y exhibiendo un incremento de 49,1% en la comparación interanual. Por su parte, la Canasta Básica Total (CBT), que señala el ingreso necesario para que un individuo se ubique en la línea de pobreza, aumentó 3,4% en el mes (-1,5 p.p. respecto a marzo) y 47,8% en los últimos doce meses.
En este marco, la inflación abril (+4,1%) se ubicó por encima de la variación de las canastas. De todas maneras, analizando el acumulado del año, la CBA se ubicaba por encima de la de la inflación (17,6% vs. 17,2%, según el IPC GBA, radio de análisis de las canastas), mientras que la CBT se mantuvo por debajo (+16,1%).
Estas cifras se dieron en un contexto de fuertes aceleraciones en los precios de los alimentos: este capítulo creció 18,8% en lo que va del año en GBA, otorgándole un piso importante a la evolución de las canastas. En este marco, resaltó la evolución acumulada de panes y cereales (+16,0%), carnes y derivados (+22,2%) y lácteos (23,7%), donde la aceleración se dio en un escenario de controles de precios que ya no tienen completa efectividad, resultado de los atrasos acumulados en el año anterior. Para poner un ejemplo, la suba de lácteos en los primeros cuatro meses del 2021 (+23,7%) ya superó al incremento de todo el 2020 (+20,2% i.a.), dejando en evidencia que, a pesar de que el programa de Precios Máximos continúa, las correcciones de precios son inevitables.
Los ingresos, nuevamente rezagados
Como viene sucediendo en meses anteriores, la compensación otorgada por el incremento de los ingresos no es suficiente para cubrir las necesidades básicas. En este sentido, en abril una familia compuesta por cuatro integrantes (dos adultos y dos niños) necesitó $62.957 para cubrir la Canasta Básica Total (CBT) y no ser pobre, a la vez que precisó de $20.374 para cubrir la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y ubicarse por encima de la línea de indigencia.
Con las actualizaciones del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVyM) de marzo y abril, la variación acumulada del salario mínimo fue de 14,4% en los primeros cuatro meses del año (ubicándose por debajo de la inflación, las canastas y los alimentos) y alcanzó los $23544. Por su parte, con la actualización del mes de marzo la Asignación Universal por Hijo se ubicó en $4016 en abril (+8,1% acumulado en el año).
De esta manera, el ingreso de una familia tipo compuesto por un salario mínimo y dos AUH se ubicó en $31.577, alcanzando a cubrir la totalidad de la CBA (casi un 120%), pero solo la mitad de la CBT. Si a este monto le agregamos el cobro de la Tarjeta Alimentar (que en abril se ubicó en $9.000 para las familias que tienen hijos menores a 6 años), los ingresos alcanzaron a cubrir un 64% de la CBT, dejando en evidencia que siguió sin alcanzar para que superen el umbral de pobreza.
¿Qué esperamos para los próximos meses?
En mayo, la evolución de las canastas difícilmente perfore el 3%: según nuestros relevamientos, los precios de los alimentos se ubicaron cerca del 4% en la primera quincena (resaltando algunos productos de consumo masivo y carnes), lo cual no permitiría que las canastas se desaceleren considerablemente. Por el lado de los ingresos, en mayo hubo un nuevo incremento del salario mínimo ($24408), a la par que se reforzó la tarjeta alimentar (podrá ser cobrada con hijos menores de 14 años) y se implementó un bono de $15000 a beneficiarios de la AUH y monotributistas de las categorías más bajas residentes en AMBA, con el objetivo de apaliar los efectos de las mayores restricciones. En este marco, el ingreso de los sectores más bajos se vería reforzado en el corto plazo, pero no será de igual alcance que el del año pasado (con el pago del IFE) en un contexto de escaso margen fiscal.
A partir del segundo semestre podría materializarse una desaceleración inflacionaria, pero que no alcanzará para mejorar notablemente los ingresos reales. El endurecimiento de los controles de precios, la prohibición de las exportaciones de carne durante un mes (que podría tener un efecto sobre estos precios en el muy corto plazo, pero con una importante aceleración en el mediano) y el menor ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial serían factores que ayudarían a reducir la dinámica nominal en los meses previos a las elecciones. De todas maneras, esta desaceleración no alcanzará para que los salarios le ganen a la inflación, desencadenando cuatro años consecutivos de caída del salario real en el promedio anual y ralentizando la reducción de la pobreza.