En enero, la balanza comercial volvió a terreno positivo, arrojando un superávit de más de USD 1.000 millones y dejando atrás el déficit de más de USD 300 millones de diciembre. Después de 27 meses con saldo favorable, en el cierre del 2020 había vuelto el déficit comercial, aunque más explicado por factores coyunturales asociados a conflictos gremiales de los trabajadores portuarios que a causas permanentes. Fortaleciendo esta idea, enero de 2021 retomó el saldo positivo, que marco un crecimiento de 2,3% i.a. en relación con igual mes del año pasado.
En el primer mes de este año, las exportaciones avanzaron 7% en términos interanuales, impulsadas por los precios internacionales y, también, por el remanente de ventas que había dejado diciembre, cuando los envíos externos cayeron 34% i.a. En tanto, las importaciones crecieron 9% i.a. en enero, reduciendo a la mitad su tasa de crecimiento respecto del cierre de 2020 (+20% i.a. en el último trimestre), cuando una brecha cercana al 100% y expectativas de devaluación elevadas alentaron el adelantamiento de compras.
Analizando a las exportaciones, sobresale el crecimiento de las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), que mostraron su mayor valor en más de 5 años y crecieron casi 50% i.a. Este incremento estuvo explicado por la venta de aceites y harinas que no habían podido enviarse al exterior en diciembre, producto de los mencionados conflictos gremiales, y se exportaron en el comienzo del 2021. Además, estos bienes se vieron favorecidos por la suba de las commodities, que impulsó a los precios de este rubro un 18% i.a.
Por el contrario, la venta de cereales y oleaginosas siguió golpeada, y las exportaciones de productos primarios cayeron 30% i.a., a pesar de que su precio subió un 10% i.a., en tanto las cantidades se desplomaron 37% i.a. Por su parte, las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial (MOI) cayeron 1% i.a. A pesar del retroceso, se observa un buen desempeño de la industria manufacturera, sobre todo si consideramos que recortó la tasa de caída casi 30 p.p. al comparar con el promedio de 2020. Las menores expectativas de devaluación y la recuperación de la economía brasilera explican gran parte de esta recuperación.
En lo que hace a las importaciones, sobresale el aumento de autos livianos (+41% i.a.). Sin embargo, esta cifra está vinculada con la baja base de comparación de 2020: el monto de vehículos importados en el primer mes de gestión del Frente de Todos fue 48% menor al de enero de 2019 y 78% menor al del primer mes de 2018. No obstante, los temores a un endurecimiento del cepo o a mayores impuestos a la compra de autos usados también impulsaron estas compras.
Analizando los bienes intermedios y de capital se observan dinámicas similares. Sus crecimientos de 14% i.a. y 12% i.a., respectivamente, obedecen más a bajas bases de comparación que a un despegue genuino de la demanda: al contrastar con enero de 2019 se observan caídas de 6% y 1%. Por último, piezas y accesorios para bienes de capital y bienes de consumo mostraron variaciones más acotadas (+2% i.a. y +4% i.a.), probablemente influidas por el mayor control a las importaciones. Por lo tanto, mientras que las mejoras de dos dígitos se diluirán en los próximos meses, con bases de comparación más estables -especialmente después del segundo trimestre-, los crecimientos acotados se volverían la norma.
En los últimos días se difundió una importante noticia para el comercio exterior: la apertura del mercado mexicano para nuestras exportaciones de carne vacuna. Hasta ahora, este país no importaba este producto de Argentina por limitaciones técnico-sanitarias, que se levantarían luego de la gestión diplomática del Poder Ejecutivo. Además de este factor, las ventas de MOA se verían impulsadas por la suba del precio de las commodities, cuyo valor esperado sigue ubicándose por encima de los últimos años. En particular, el precio de los contratos futuros de soja oscila en torno de USD 520 por tonelada para mayo, mes más representativo para nuestras exportaciones de esta oleaginosa. Además, la recuperación de la actividad en Brasil (que crecería 3,4% en 2021, con el segmento automotriz como uno de los líderes) y la apreciación del Real, que reduciría su competitividad externa, traccionarían la venta de MOI.
Las perspectivas para las importaciones son un poco menos alentadoras. A pesar de que el consumo y la industria se recuperarán en 2021, demandando mayores insumos y bienes finales, las compras externas no crecerían sensiblemente, producto de los mayores controles a estas: el objetivo de que el dólar oficial cierre el año apenas por encima de los 100 pesos no es alcanzable si no se endurecen las restricciones a las importaciones.
En resumen, luego del buen arranque del año, proyectamos que el superávit comercial alcanzaría los USD 14.000 millones en 2021, superando largamente a los USD 12.500 millones de 2020. Aunque parte del avance obedecerá a los cambios de política, también habrá una recuperación genuina, en tanto las exportaciones crecerían no menos de 15% i.a., impulsadas por la recuperación de los precios y la demanda internacional.