Finanzas Públicas

Con ayuda extraordinaria, el resultado primario fue superavitario en mayo

¿Cómo fue el desempeño fiscal en mayo?

En mayo, el resultado fiscal del Sector Público no Financiero mostró un superávit primario de casi ARS 26.000 M (cerca de 0,1% del PBI). Este saldo favorable estuvo vinculado con el registro de ARS 80.000 M de ingresos por el aporte a las grandes fortunas, que había sido recolectado en abril. Sin embargo, si neteáramos este recurso extraordinario, el déficit primario habría sido de apenas 0,1% del Producto en mayo, reduciéndose significativamente con respecto al 0,9% observado durante el quinto mes del año pasado. Esta notable mejoría tiene dos causas principales: una importante recuperación de los ingresos y una significativa reducción de las erogaciones por Covid, que están siendo mucho más acotadas y focalizadas, tras la expansión realizada en 2020, introduciendo una importante cuota de cautela en la ejecución de los gastos. Con este resultado, el déficit fiscal primario acumuló un saldo negativo de apenas 0,1% del PBI en los primeros cinco meses del año.

Por su parte, el déficit financiero (aquel que incluye el pago de intereses de la deuda pública) fue de casi ARS 65.000 M (0,2% del Producto) en mayo. Así, acumuló un saldo negativo de 0,7% del Producto en lo que va del año. Este es el mejor registro para este período desde, por lo menos, 2016, año a partir del cual los datos son comparables.

¿Qué explicó este desempeño?

Por el lado de los recursos, omitiendo el ingreso extraordinario del aporte de las grandes fortunas, se observó una suba de 33% i.a. en términos reales. Todas las categorías mostraron alzas, aunque la más relevante fue la suba de los recursos tributarios (+31% i.a. deflactado). Se destaca dentro de estos el salto de los derechos de exportación, por el avance del tipo de cambio nominal y la suba del precio de los commodities y una mejora en los tributos vinculados a la actividad y el mercado de trabajo debido a la baja base de comparación. Adicionalmente se registraron ingresos por intereses cobrados a los beneficiarios de los préstamos ARGENTA, contribuyendo a una suba de las rentas de la propiedad. A pesar de la fuerte mejoría, los ingresos en términos reales se encuentran todavía 5% por debajo de los niveles de mayo de 2019 (quitando el aporte extraordinario).

Por el lado de los gastos, las erogaciones primarias mostraron una reducción del 18% i.a. en términos reales. Esta baja se dio pese a un aumento del 23% i.a. de los gastos de capital (mayormente, obra pública), ya que el gasto corriente primario cayó 20% i.a. real. Analizando en detalle la evolución del gasto público, notamos que la inflación y la reducción de los gastos vinculados a la pandemia fueron de gran ayuda en la contracción del desbalance operativo. En este sentido, las prestaciones sociales se redujeron 24% i.a. en términos reales, debido a que el gasto en jubilaciones se contrajo 8% i.a. en precios constantes por el rezago en la nueva fórmula de actualización, y por la ausencia de gran parte del paquete Covid (IFE y ATP, entre otros), cuyo recorte fue todavía mayor. Con esta misma lógica, las transferencias corrientes a Provincias se desplomaron 70% i.a., por la alta base de comparación que dejó la asistencia extraordinaria en el marco de la pandemia. Por último, los subsidios económicos crecieron 12% i.a. en términos reales, el resultado de más de dos años de atraso de las tarifas respecto al nivel general de precios (y, en particular, respecto al costo de los servicios públicos).

¿Qué esperamos hacia el segundo semestre?

Los datos fiscales de la primera mitad del año exhiben la cautela de Hacienda respecto a la magnitud del resultado primario: luego de un desbalance muy grande en 2020, las tensiones cambiarias le impusieron límites a la acción expansiva del Estado. Así, el déficit fiscal está siendo mucho más moderado en 2021, lo que implicó que la asistencia monetaria del Banco Central también se redujo significativamente.

A pesar de este comienzo positivo, esperamos que el rojo fiscal se incremente en lo que queda del año, por varios motivos. En primer lugar, a pesar de que se seguirá registrando en los próximos meses parte del aporte de las grandes fortunas, habrá un amesetamiento de la recaudación impositiva. Por otra parte, observaremos un aumento estacional en el ritmo de los egresos (los subsidios se incrementan con la llegada del frío, y en junio y diciembre se paga medio aguinaldo a los empleados públicos). Por último, aunque no en la magnitud vista el año pasado, los gastos vinculados al Covid también crecerán en los próximos meses, esta vez con un peso mayor de la compra de vacunas, aunque también podrían crecer algunas transferencias en la previa electoral. A pesar de ello, esperamos que el déficit primario concluya el año por debajo del 4% del Producto, mostrando una importante reducción anual y un sobrecumplimiento de la meta presupuestaria.



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