El Comercio Bilateral con Brasil continuó siendo deficitario en septiembre. En septiembre, el crecimiento de las importaciones desde Brasil más que duplicó el incremento de las exportaciones hacia nuestro país vecino pese a que estas se mantuvieron en niveles elevados. De tal forma, el Comercio Bilateral con Brasil hiló ya nueve meses consecutivos en rojo. En números, con un flujo comercial que volvió a superar los USD 2.600 millones, el saldo comercial bilateral en septiembre mostró un déficit de USD 244 millones (hace ocho meses no baja de los USD 200 millones), el tercer déficit mensual más elevado de los últimos 16 meses y el peor septiembre de los últimos 5 años.
Con esta dinámica, las exportaciones acumuladas hasta septiembre superaron ya los USD 9.700 millones (+19% i.a.), aunque fueron ampliamente superadas por unas importaciones que rozando los USD 11.900 millones (+36% i.a.). En consecuencia, el saldo comercial bilateral acumulado en lo que va de 2022 muestra un rojo de USD 2.184 millones, el más elevado en los últimos cuatro años y más de tres veces el evidenciado para el mismo periodo en 2021 (USD 600 millones).
Volviendo a septiembre, las exportaciones con destino a Brasil se mantuvieron en niveles elevados, totalizando USD 1.285 millones y alcanzando el mejor septiembre de los últimos ocho años. Las ventas al gigante latinoamericano pasaron de crecer un 31% i.a. en agosto a un 22% i.a. en septiembre. No obstante, volvieron a situarse por encima de los USD 1.200 millones y superaron en un 14% el promedio para los primeros ocho meses del año. En su composición, las ventas de vehículos (tanto para el transporte de mercaderías como para pasajeros) se incrementaron en su comparación interanual (+32%) y explicaron un 36% de las ventas a Brasil, totalizando poco menos de USD 440 millones.
Sin embargo, Argentina continúa mostrando escaso peso dentro de las importaciones de su principal socio comercial. En concreto, nuestras exportaciones alcanzaron ya tres meses consecutivos por debajo del 5% de representación, cuando en 2019 promediaban un 6% y a principios de los 2000 un 12%.
Por su parte, las importaciones desde Brasil mostraron el registro más elevado para un septiembre desde 2014 y aceleraron su evolución interanual por segundo mes consecutivo. Concretamente, pasaron de crecer un 40% i.a. en agosto a más de un 47% i.a. en septiembre, casi 25 p.p. por encima de la dinámica de las exportaciones (únicamente en mayo las exportaciones crecieron a un mayor ritmo que las importaciones). En cuanto a montos, las compras desde Brasil totalizaron USD 1.453 millones, situándose un 11% arriba del promedio mensual hasta agosto. A su interior, se destacaron tanto los vehículos destinados al transporte de pasajeros como sus piezas y accesorios, que en conjunto sumaron poco menos de USD 300 millones y representaron un quinto de las importaciones bilaterales (misma representación que en septiembre de 2021).
¿Qué esperamos para los próximos meses?
Hacia adelante, habrá que prestarle una especial atención a dos factores que marcarán la dinámica de nuestras exportaciones hacia Brasil: los resultados de las elecciones presidenciales y la evolución de la actividad económica. En materia electoral, si bien el comercio bilateral con Brasil se encuentra más afectado por factores estructurales, no hay que restarle importancia a la dinámica de la campaña presidencial, sus respectivos resultados en la segunda ronda a fines de octubre y su impacto en los mercados financieros.
Con relación al segundo punto, en los últimos meses el mercado ha venido ajustado al alza el crecimiento esperado para la economía brasileña en 2022, que pasó de 0,3% a 2,7% en lo que va del año. En cuanto a 2023, si bien hasta agosto los relevamientos venían enseñando un ajuste a la baja, las proyecciones en septiembre se mantuvieron estables e incluso mostraron una leve suba en comparación contra el octavo mes del año. Esto último podría ser resultado de que los encuestados prevén un mayor arrastre estadístico para el año próximo (producto de la mejora en la dinámica esperada para 2022), o de que el mercado haya reconocido a la actual proyección del 0,5% para 2023 como un piso en las expectativas.
En conclusión, un buen desempeño de las exportaciones con destino a Brasil, principalmente vinculadas al sector industrial, será crucial en el corto plazo para sostener el ingreso de divisas frente a la merma en las exportaciones de trigo prevista para la cosecha fina (generada por la reciente sequía). Atravesar la ventana de los próximos meses hasta la cosecha gruesa del año próximo no será para nada sencillo en una coyuntura en la que cada dólar cuenta.