Lenta desaceleración de la inflación en octubre

El IPC Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires mostró un crecimiento de 6,2%, entre la primera quincena de octubre y el mismo período de septiembre.

El capítulo que más creció fue Equipamiento y mantenimiento del hogar, que si bien se desaceleró respecto a septiembre, los bienes que componen la apertura todavía sufren la suba del dólar. Por otro lado, el aumento en pescados, aceites, fideos, huevos y bebidas impulsaron Alimentos y bebidas; mientras que os incrementos en prepagas y elementos para primeros auxilios traccionaron Atención médica y gastos para la salud.

Si bien se observa un menor ritmo de crecimiento de los precios en relación al observado en septiembre, estimamos que la inflación se mantenga en niveles elevados en lo que resta del mes, ya que el avance de Regulados (gas, combustibles, transporte público y prepagas) y de Estacionales (frutas, verduras e indumentaria) impedirán una mayor desaceleración en octubre.

 

La inflación de 2018 será de casi 50%

¿Cuál fue la inflación nacional en septiembre?

Según el INDEC, el IPC Nacional trepó 6,5% en septiembre de 2018, registrándose así el dato mensual más alto en muchos años (hay que remontarse a abril de 2002). Este resultado fue consecuencia del impacto del salto del dólar a fines de agosto en los precios de los bienes (+8,7%), el cual también puede observarse en la variación del IPC Núcleo (+7,6%) y en Alimentos y bebidas no alcohólicas (+7%). Además, hubieron presiones de parte de los Regulados (crecieron 4,7%) debido a los aumentos de combustibles y transporte público (el capítulo Transporte trepó 10,4% en el mes). Por su parte, los precios de bienes y servicios Estacionales treparon 4% en septiembre.
De esta forma, la suba de precios acumuló un incremento de 14,1% en el tercer trimestre del 2018 (la mayor desde el segundo trimestre de 2002) y exhibió un alza de 32,4% en los primeros nueve meses del año. Más aún, la inflación interanual se aceleró al pasar de 34,4% en agosto a 40,5% en septiembre.

¿Si la mayor inflación fue ocasionada por el salto cambiario, en octubre se frena la suba de precios?

Pese a la reciente apreciación del Peso, el impacto del fenomenal salto cambiario de agosto seguirá impulsando –en menor medida- la inflación en el último trimestre del año. En la medida que los precios ajusten al nuevo conjunto de precios relativos, que no sólo incluye un mayor tipo de cambio sino que también contiene una importante suba del costo de los combustibles y de los Servicios Públicos que genera impacto inflacionario de segunda ronda por suba de costos. Vale destacar que, entre agosto y octubre los precios de los combustibles habrán crecido casi 25% mientras que el alza de los servicios públicos superaría el 20%.
En este sentido, los relevamientos datos de la primera quincena del corriente mes del IPC GBA Ecolatina son consistentes con una suba de precios de 5% para octubre de 2018. Los Regulados vuelven a traccionar la inflación debido a los nuevos aumentos en combustibles y en el transporte público y una nueva corrección en la tarifa del gas. De este modo, la variación del décimo mes del año sería muy elevada (la segunda más alta del año), evidenciando que el salto cambiario llevó la inflación mensual a otro nivel en el corto plazo.

¿Qué esperamos para los próximos meses?

En principio, las demandas de recomposición salariales por parte de los trabajadores, producto de la aceleración inflacionaria, vienen contenidas. Con excepción de los empleados de Comercio (negociaron un adelanto del aumento pautado en tres cuotas), bancarios y metalúrgicos -por mencionar los casos más relevantes- no se observa todavía una reapertura generalizada de paritarias que eleve significativamente el costo laboral antes de fin de año (esto se explicaría por el creciente temor a la pérdida de empleo y/o la espera a las cláusulas de revisión pautadas en la mayoría de los acuerdos para enero de 2019). Por otro lado, si el tipo de cambio se pega a la banda inferior (se mantiene por debajo de 40 ARS/USD hasta fin de año), las presiones inflacionarias serán menores, dando lugar a un fin de año más calmo en materia de precios. Por último, la suba de precios regulados seguirá siendo elevada producto del traslado del salto cambiario pendiente y la necesidad de reducir subsidios para que lograr que el Estado Nacional cumpla la ambiciosa meta de equilibrio fiscal primario en 2019.
En un escenario optimista, la suba de precios rondaría 3% mensual en el último bimestre del año, por lo que a pesar de la profundización de la recesión, la inflación tardaría en desacelerarse, acumulando 11% en el cuarto trimestre del año. Como resultado, el IPC Nacional entre 47% y 48% subiría en 2018; muy cerca del 50%.

El IPC GBA Ecolatina alcanzó el 6,5% en septiembre

El Índice de Precios al Consumidor Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires creció 6,5% en el mes de septiembre. De esta manera, acumula una suba de 31,5% en lo que va del año y de 40,1% respecto a igual mes del año anterior.

Gran parte de la aceleración inflacionaria de septiembre fue consecuencia del salto del dólar que tuvo lugar en los últimos días de agosto. Además, se observa que muchos precios tardaron en ajustar, ya que al analizar la dinámica entre quincenas, se observa un mayor ritmo en el incremento de los precios en la segunda mitad del mes en aperturas que están compuestas principalmente por bienes, que por definición son las que más fluctúan ante cambios en la cotización del dólar. En este sentido, Equipamiento y mantenimiento del hogar, Esparcimiento  y Alimentos y Bebidas fueron las aperturas que mas crecieron.

La aceleración a lo largo del mes también fue reflejada por la evolución del IPC Núcleo (+7,0% mensual). Su alza fue tan significativa que incluso superó el aumento de Regulados (impulsado por ajustes en la tarifa de electricidad, costo del transporte público y combustibles) y Estacionales (traccionados por aumentos en indumentaria, frutas y verduras), categorías que registraron su mayor variación mensual en lo que va del año.

Esta dinámica dejará un piso importante para el próximo mes, cuando además se sumen las correcciones en la tarifa de gas, nuevos ajustes en el transporte público, alza de combustibles y prepagas, que conjuntamente implicaran una suba de casi 10% en Regulados.

La inflación de 2018 será la más alta desde 1991

¿Lo peor en materia de suba de precios ya pasó?

La inflación Nacional trepó 3,9% en agosto de 2018, su mayor registro en lo que va del año. La suba de precios estuvo impulsada por los precios Regulados (+6,2%) y por el IPC Núcleo o core (+3,4%). De esta forma, la inflación acumuló 24,3% en los primeros 8 meses del año y muestra una variación de 34,4% respecto a agosto 2017.
Sin embargo, la suba de precios se está acelerando en septiembre producto del salto del dólar de más de 20% a fines de agosto. El IPC GBA Ecolatina trepó 6,2% en la primera quincena de septiembre respecto a la primera quincena de agosto. El principal factor de la aceleración fue la disparada del dólar que se reflejó en la suba del IPC Núcleo (+6,5%), seguido por el aumento en Regulados (combustibles y tarifas) que trepó 6,3%. Los precios de bienes y servicios Estacionales se mostraron más contenidos (treparon 3,9% entre la primera quincena de septiembre y la de agosto). De esta forma, esperamos que la inflación trepe por lo menos 6% en septiembre, acumulando 31% en los primeros 9 meses del año y 40% interanual.

¿Qué implicancias tiene la aceleración inflacionaria?

Si bien el dólar continua siendo el principal impulsor de los precios, tras varios meses de inflación de por lo menos 3% mensual la inercia pasa a ocupar un rol central: precios que suben para no ceder terreno frente a otros que subieron antes. Cabe destacar que esta dinámica puede retroalimentarse en los próximos meses, a medida que los precios vayan incorporando la totalidad de los efectos del reciente salto cambiario. Por caso, sin una reapertura de paritarias, los salarios reales caerían más de 10% en el segundo semestre del año. Dado el nocivo impacto de semejante contracción, luce probable una suba de los salarios de los trabajadores. En consecuencia, si pensamos que la inflación en nuestro país proviene principalmente del alza de costos (la demanda está en franco retroceso), tiene sentido esperar que la misma continúe elevada hacia el cierre del año, incluso si el mercado cambiario se estabiliza, ya que la estructura de costos de las empresas continuará subiendo.

¿Cómo cerrará el 2018?

La inflación de 2018 se encamina a mostrar la tasa más alta desde 1991. Según nuestras proyecciones, producto de incrementos salariales adicionales y los aumentos pendientes en las tarifas de Servicios Públicos y los combustibles (falta trasladar el alza de costos que produjo la depreciación cambiaria en los últimos meses), la inflación rondaría 45% este año si no se materializa un nuevo salto cambiario. La inflación más alta del siglo XXI dejará una elevada inercia para 2019, por lo que incluso si se logra calmar el mercado cambiario, la suba de precios difícilmente baje del 30% el próximo año.

El dólar impulsó el IPC GBA Ecolatina en la primera mitad de septiembre

El IPC Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires mostró un crecimiento de 6,2%, entre la primera quincena de septiembre y el mismo período de agosto.

De esta manera, el impacto del reciente salto cambiario empieza a sentirse en los precios de la economía. De hecho el mayor ajuste se vio en alimentos, bebidas, equipamiento para el hogar y artículos de tocador. Estos aumentos fueron acompañados por los Regulados, ya que en este período de tiempo también se registraron subas en electricidad, transporte público y combustibles.

Si bien en la primera mitad del mes el traslado a precios fue de magnitud,  es posible que todavía queden ajustes por hacer. En consecuencia, no esperamos una desaceleración en lo queda de septiembre.

El IPC GBA Ecolatina se aceleró en agosto y llegó a 3,5%

El Índice de Precios al Consumidor Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires creció 3,5% en el mes de agosto. De esta manera, el alza es de 23,4% en lo que va del año y de 33,5% respecto a igual mes del año anterior.

Se debe destacar que la  dinámica del dólar en las últimas dos ruedas del mes (+16,2%) no tuvo un impacto relevante en los precios de agosto. Sin embargo, ya a lo largo de la primera mitad del mes, el peso se había depreciado casi 10% y esta efectivamente fue una de las razones de la aceleración hacia la segunda quincena. El otro motivo fue el aumento en el boleto del Transporte Público, que se sumó a la nueva suba de combustibles y al ajuste en prepagas.

El reciente aumento del dólar tendrá un significativo impacto inflacionario. En consecuencia, la suba de precios se acelerará en lo que resta del año debido al traslado a precios de la depreciación del Peso y a las correcciones tarifarias que tendrán lugar en los próximos meses (transporte público, gas y electricidad).

La inflación en la primera quincena de agosto no muestra indicios de moderación

El Índice de Precios al Consumidor Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires mostró un crecimiento de 3,2%, entre la primera quincena de agosto y el mismo periodo de julio. Proyectamos que la inflación se mantenga en niveles elevados, cerrando agosto en torno a 3,1%, con precios regulados traccionando el índice y los precios estacionales funcionando como contrapeso.

El IPC GBA Ecolatina trepó 2,8% en julio

El Índice de Precios al Consumidor Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires creció 2,8% en el mes de julio. De esta manera, acumula una suba de 19,3% en lo que va del año y de 31,1% respecto a igual periodo del año anterior.

Tras la estabilización del tipo de cambio se observó una desaceleración en el IPC Core. Sin embargo, esto no se reflejó en el Nivel General debido al aumento de los Estacionales -servicios asociados al turismo por las vacaciones de invierno y frutas- y de Regulados, ya que el aumento de combustibles fue acompañado por un incremento en las cuotas de la educación formal y del servicio telefónico.

En este sentido, por más que prevalezca una tregua cambiaria en el segundo semestre, la inflación se desacelerará levemente debido a los aumentos tarifarios que tendrán lugar en los próximos meses (transporte público, gas y electricidad).

 

La suba del Transporte Público dejaría la inflación nacional por encima del 32%

¿Qué pasó?

El viernes pasado el Ministerio de Transporte anunció nuevos aumentos en el costo del boleto de Transporte Público en el Gran Buenos Aires (CABA y Conurbano Bonaerense). La corrección tarifaria lucía cada vez más probable producto del sustancial incremento en el costo del combustible debido al salto cambiario. En este marco, los aumentos del primer semestre (febrero, abril y junio) no alcanzaban. El encarecimiento de los combustibles requería un incremento de los subsidios del Estado Nacional al Transporte Público o un alza de las tarifas. Finalmente prevaleció la necesidad de cumplir la meta fiscal acordada con el FMI.

¿Qué significa?

El aumento promedio del colectivo y del tren (considerando todas las tarifas y el boleto multimodal) será de 37% y 38% respectivamente, a lo largo del segundo semestre. Como ocurrió en la primera mitad del año, los incrementos se aplicarán en tres etapas, en este caso serán el 15 de agosto, el 15 de septiembre y el 15 de octubre.

Pese a que el dato mayormente difundido en los medios fue el aumento de $10 a $13 para el boleto mínimo del colectivo (un incremento del 30%), las subas de las tarifas que no son el mínimo son más elevadas. Como el descuento por el segundo viaje que se realiza por el sistema Red Sube es sobre la mitad del boleto mínimo, esto implica que estos segundos viajes también exhiban un aumento mayor al 30%.

¿Cómo afecta a la inflación?

Como estos aumentos tienen validez en el GBA, el impacto de estos aumentos en la inflación Nacional es más acotado. Sin embargo, esto implicará 1 p.p. adicional de inflación en el área Metropolitana y de 0,5 p.p. a nivel Nacional.

Esto implica que nuestra proyección de inflación nacional para el cierre del año se ubica en la zona del 32-33%, superando la cota superior de la meta de inflación acordada con el FMI para 2018.

Con la inflación arriba de 29% el FMI podría discutir la política monetaria

Según el INDEC, el IPC Nacional trepó 3,7% en junio de 2018 y marcó una importante aceleración respecto del dato de mayo de 2018(+2,1%). Con estos números, acumula un alza de 16,0% en lo que va del año (muy por encima del 11,8% registrado en igual período de 2017). Además, la suba de precios de los últimos doce meses escaló a 29,5% en junio, lo que implica el mayor registro desde marzo 2017 (32%, según la metodología utilizada por el Banco Central ya que no hay datos interanuales del INDEC para entonces).

Con este acumulado interanual, el staff del FMI ya está habilitado a discutir la respuesta de política con el Banco Central: la suba de precios no debía superar 29% en el acumulado de los últimos doce meses para evitar esta situación. Si bien todavía no hay precisiones al respecto, esta dinámica podría endurecer aún más a la política monetaria (alza de la tasa de interés), lo que golpearía adicionalmente a la actividad y estiraría los problemas ya vigentes en el normal cumplimiento de la cadena de pagos.

La inflación de junio estuvo dinamizada por el IPC Núcleo que creció 4,1% en el mes. De este modo, también acumula un avance de 16,0% en lo que va del año y de 26,9% en los últimos doce meses. Por su parte, los precios Estacionales crecieron 3,4% (+18,8% acumulado) en el mes y los Regulados hicieron lo propio en 2,9% (+10,8% acumulado). Dado que el salto del dólar de mayo y junio fue el principal motor inflacionario del mes pasado, esta dinámica era previsible.

La depreciación del peso también se sintió a nivel rubros. Por caso, el alza de los bienes (+4,3%) superó ampliamente a la de servicios (+2,3%), algo que no se corresponde con la suba acumulada en el primer semestre del 2018 (15,7% vs. 16,8%, respectivamente, ya que aquí el atraso cambiario continúa pesando). Por lo tanto, sería esperable que en los próximos meses los bienes continuasen descontándole terreno a los servicios.

Por otro lado, uno de los capítulos que dinamizó al Nivel General fue Alimentos y Bebidas no Alcohólicas. Su avance de 5,2% en el mes estuvo impulsado por harinas, pan, aceites e infusiones. Dado el efecto directo de este tipo de productos sobre los sectores más vulnerables, su comportamiento señala que la reducción de la pobreza registrada en la segunda parte de 2017 no se repetirá en la primera parte de 2018.

Si bien julio viene siendo más calmo en materia cambiaria, estimamos que el traslado a precios de la devaluación continuará sintiéndose durante este mes, máxime considerando los ajustes ya realizados en combustibles. Además, la inflación también estará motorizada por factores estacionales (vacaciones de invierno en julio). Por ende, según nuestras proyecciones, la suba de precios rondaría el 2,5-3% en el séptimo mes del año (si no se registran nuevos saltos cambiarios). De este modo, alcanzaremos seis meses consecutivos (febrero-julio) con una inflación mensual superior al 2%, algo que no sucedía desde la primera mitad del 2018.

Si la inflación cerrase julio en 2,5% mensual (un panorama optimista), la suba de precios debería promediar 2,1% mensual en lo que resta de 2018 para no tener que acudir a la Junta Ejecutiva del FMI (lo que pasaría en caso de que el acumulado anual superase el 32%). Esta dinámica implicaría una desaceleración de 0,4 p.p. respecto a la media del primer semestre. Si bien este objetivo no es imposible de alcanzar, cualquier nuevo movimiento abrupto del tipo de cambio o un alza pronunciada en las tarifas de Servicios Públicos, pondría en jaque al Acuerdo.

Con todo este panorama, estimamos que la inflación interanual cerrará 2018 en torno del 31,5%. Por lo tanto, si bien se superará el objetivo intermedio pautado en el préstamo stand by con el FMI (27%), su cota máxima no se alcanzaría –aunque por pocas décimas- (32%). Más allá de este fin de año “auspicioso” en materia inflacionaria, proyectamos que en 2019 efectivamente el Gobierno deberá acudir a la Junta Ejecutiva del organismo multilateral, ya que la inflación de ese año probablemente exceda al límite del 21%.