¿La desaceleración de la inflación es sostenible?

¿Qué sabemos de la inflación en lo que va del año?

El resultado de las PASO y el consecuente salto cambiario llevó la inflación a la zona del 4% mensual en el último cuatrimestre de 2019. En gran parte, esto se correspondió al impacto que tiene la propia dinámica del dólar en el nivel de precios, aunque también ayudó un comportamiento precautorio de las empresas ante la posibilidad de un acuerdo de precios y salarios tras el cambio de gobierno.

Si bien los lineamientos generales en materia económica están atados a la reestructuración de la deuda, las primeras decisiones dieron cuenta que controlar la inflación, al menos en el corto plazo, es un objetivo no menor para el gobierno. En este sentido, se anunció el congelamiento de las tarifas de Servicios Públicos hasta junio, del Transporte Público hasta mayo, a la vez que se mantuvo estable la cotización del dólar oficial durante los primeros días de la gestión. Asimismo, se suspendieron aumentos en prepagas y, tras negociar con laboratorios, se alcanzó una baja en el precio de los medicamentos (que revirtió parcialmente el aumento de casi 10% en la previa del acuerdo). Por el contrario, las presiones sobre los costos siguen vigentes a través del aumento salarial otorgado por decreto ($4000 a asalariados registrados del sector privado), que implicaría una suba de 5,5 % del costo laboral, según estimaciones del Ministerio de Trabajo.

La combinación de los incrementos precautorios en el cierre del 2019 y la vuelta al ancla tarifaria y cambiaria en los primeros 45 días de este año trajo buenos resultados en materia de precios. La inflación nacional se desaceleró a 2,3% en enero -en parte ayudada por la salida del índice de los bonos pagados en diciembre a los encargados de edificios y personal doméstico- y, según el IPC GBA Ecolatina, la tendencia continuaría a la baja: el avance de los precios fue de 2,2% entre la primera quincena de febrero e igual período de enero.

No obstante, un hecho significativo es que la inflación en alimentos no cede. A contramano de lo que sucedió con el nivel general, las subas de los alimentos y bebidas durante el primer mes y medio de 2020 es superior al de los últimos meses del año pasado. Una de las principales causas de esta dinámica fue la reimposición del IVA en algunos alimentos de la canasta básica, que por su significativo peso traccionaron el índice. Asimismo, también se observó durante enero un avance en el precio de la carne, que por cuestiones asociadas al ciclo ganadero pospuso el traslado a precios del salto del tipo de cambio.

En este sentido, tras la disparada del dólar de agosto pasado, la inflación en el último cuatrimestre del año fue de 11,7%, levemente por encima del avance de los alimentos y bebidas (+11,3%), cuyo precio es muy sensible a la dinámica cambiaria. En cambio, pese a la estabilidad en la cotización de la divisa durante los primeros dos meses del año, el aumento de los alimentos duplicaría el del nivel general (8% vs 4,5%, según nuestras estimaciones preliminares) en este período.

Esta reversión refleja la regresividad del proceso inflacionario perjudicando en mayor medida a los hogares más vulnerables, quienes ocupan una mayor proporción del gasto en alimentos. Este fenómeno también podría limitar el efecto expansivo sobre el consumo de la política de ingresos progresiva -priorizando aumentos de sumas fijas en lugar de porcentuales-que está llevando a cabo el gobierno justamente en favor de los sectores más postergados.

¿Desaceleración transitoria o permanente?

La reciente baja en la inflación aparece como una buena noticia de cara a las próximas negociaciones paritarias, un instrumento clave para lograr contener la nominalidad de la economía. Sin embargo, el uso del ancla cambiaria y tarifaria en pos de este objetivo también desprende otros interrogantes.

En primer lugar, muestra que la calma cambiaria es central para moderar la suba de precios. Esto no es ninguna novedad, pero pone de manifiesto que complicaciones en las negociaciones de la deuda presionarían sobre dólar oficial imponiendo un límite al proceso de desinflación. En este sentido, el deslizamiento del tipo de cambio en las últimas ruedas, especialmente si se sostiene en las próximas semanas, es una prueba de fuego para la dinámica inflacionaria: una depreciación lenta pero sostenida evita el atraso cambiario impidiendo que la inflación mensual perfore el 2%.

Por otro lado, incluso en un escenario favorable en términos de la renegociación, el congelamiento tarifario -a priori vigente hasta mayo/junio- resulta difícil de sostener. Eventualmente, el gobierno deberá permitir que los Servicios Públicos y los combustibles suban a un ritmo similar al de los costos, a fin de evitar que el peso de los subsidios económicos crezca. Además, considerando que en el año próximo se celebran las elecciones de medio término, es probable que el oficialismo quiera concentrar estos ajustes durante el segundo semestre de 2020.

Estos elementos reflejan que la tregua inflacionaria es frágil. Incluso en el mejor de los casos -éxito en la renegociación y estabilidad cambiaria- se vería afectado por la necesidad de mostrar austeridad fiscal limitando los subsidios económicos, al menos en la segunda mitad del año.

A fin de contrarrestar el impacto directo y de segunda ronda de estos eventuales aumentos, el gobierno cuenta con dos cartas. Por un lado, todavía mantiene caudal político y buenas relaciones con los sindicatos, por lo que de mantenerse una inflación “aceptable”, sin bruscas aceleraciones, podría transitar el año sin demandas salariales que presionen excesivamente sobre los costos empresariales. En segundo lugar, la baja del costo del financiamiento tras la aparición de líneas de crédito subsidiadas para empresas podría colaborar en un contexto de lenta recuperación de las ventas.

En definitiva, considerando los riesgos y limitaciones del uso del ancla cambiaria y tarifaria para atacar la inflación se deberá echar mano a otras herramientas para continuar con un proceso sostenible de desaceleración de la inflación. En cambio, el exceso en la utilización de alguno de los elementos disponibles será más un impedimento que un facilitador para alcanzar la estabilidad nominal en el futuro.

El IPC GBA Ecolatina se desacelera en la primera quincena de febrero

De acuerdo con el relevamiento quincenal del IPC GBA Ecolatina, los precios crecieron 2,2% en la primera quincena de febrero con respecto al mismo período del mes anterior. De esta manera, la inflación cedió 1 p.p. respecto a la primera quincena de enero.

La desaceleración se explica por la estabilidad de los capítulos de Educación (-0,1%), Atención médica y gastos para la salud (+0,1%), Vivienda y servicios básicos (+0,2%) e Indumentaria (+0,7%). Por su parte, el rubro con mayor dinamismo fue Alimentos y bebidas, que avanzó casi 4% y continúa considerablemente por encima del Nivel general. Este factor no es despreciable ya que impacta en mayor medida en las familias con menor poder adquisitivo (dado que destinan mayor parte de su ingreso en consumir estos bienes) y en la percepción que la sociedad tiene del proceso inflacionario.

De no mediar un mayor deslizamiento del tipo de cambio, esperamos que los aumentos continúen desacelerándose en la segunda parte del mes. Sin embargo, por el momento esta dinámica no sería suficiente para perforar el 2%.

La inflación fue de 2,3% en enero, según INDEC

¿Qué sucedió con la inflación en enero?

El INDEC informó que la inflación nacional alcanzó 2,3% en el mes de enero, mostrando una desaceleración de 1,4 p.p. respecto a diciembre de 2019. Luego de cinco meses consecutivos, el IPC General rompió el piso del 3%. Con estos números, acumuló una suba del 52,9% respecto a enero del año pasado.

Analizando por capítulos, la principal reducción se la llevó Salud (-2%), producto del acuerdo del gobierno con los laboratorios por el precio de los medicamentos, que exhibieron una disminución del 5% en el mes. Por su parte, Equipamiento y mantenimiento del hogar mostró una reducción del 1,3%. Esta contracción respondió a la baja del rubro Servicio doméstico, debido a que en diciembre – y a diferencia de enero – se incluyó la asignación extraordinaria y no remunerativa del salario doméstico.

Por su parte, Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles tuvo un leve incremento del 0,6%. La estabilidad de este capítulo se explicó por el rubro Expensas, dado que en diciembre hubo un considerable aumento de estas, producto de la bonificación anual del 20% a encargados de edificios en el cierre del año. Es importante remarcar que, quitando los efectos de los rubros de Servicio doméstico y Expensas, la inflación mensual habría sido un 2,6% en enero. Por otro lado, Comunicaciones y Educación se mantuvo prácticamente estable, mostrando subas del 0,1% y 0,5% respectivamente.

A contramano, uno de los aumentos más elevados fue el de Alimentos y bebidas no alcohólicas (+4,7%), mostrando una considerable suba de 2,4 p.p. por encima del Nivel general. Este incremento se vio explicado por la reincorporación del IVA en algunos precios. A su vez, se observó un elevado aumento de Recreación y cultura (+5%), Bebidas alcohólicas y tabaco (+4,3%) y Restaurantes y hoteles (+4,2%).

En lo que respecta a las categorías, se observó una fuerte suba del IPC Estacionales (+3,6%). A contramano, el IPC Regulados trepó solo 1,1%, producto del congelamiento de las tarifas de servicios públicos y de combustibles. Por último, el IPC Núcleo exhibió una suba del 2,4% (0,1 p.p. por encima del Nivel general y 1,3 p.p. menos que el IPC Núcleo de diciembre) como consecuencia de la estabilidad cambiaria y la dinámica explicada anteriormente.

¿Qué pasará en los próximos meses?

Por el congelamiento de tarifas, esperamos que los Precios regulados muestren un dinamismo acotado. Por otro lado, el dólar oficial permanece prácticamente anclado y cómo evolucione dependerá primordialmente del resultado de la renegociación de la deuda. Además, en un contexto de cepo cambiario, un aumento de la incertidumbre podría incrementar la brecha cambiaria, y como consecuencia, tener un impacto en el margen sobre los precios. En cuanto a los salarios, será necesario tener en cuenta como impactarán las negociaciones paritarias en los precios.

Por otra parte, es necesario tener en cuenta que la dinámica observada en los capítulos Equipamiento y mantenimiento del hogar y Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles correspondieron a un componente especifico del mes de enero, y, por lo tanto, no se mantendrá en los próximos meses. Por el contrario, el rubro Salud continuará exhibiendo una dinámica acotada por el acuerdo del precio de los medicamentos.

De mantenerse los factores vinculados a los salarios y el tipo de cambio, esperamos que la inflación continúe mostrando una variación por debajo del 3% en los próximos meses.

El IPC GBA Ecolatina fue de 3,1% en enero

De acuerdo con el IPC GBA Ecolatina, en enero la inflación alcanzó 3,1%, desacelerándose 1 p.p. en relación a diciembre (+4,1%). De este modo, acumula una suba de 54,6% respecto a enero del año pasado.

En lo que respecta a las categorías, el IPC Núcleo mostró una variación de 3,5% en el mes y alcanzó una suba de casi 60% i.a., considerablemente por encima del Nivel General. Dado que excluye los precios Estacionales o Regulados por el gobierno, esta categoría muestra con mayor claridad la inercia del proceso inflacionario, que cede con mayor lentitud.

Por otro lado, los precios Estacionales crecieron sensiblemente (+3,9%) debido al salto en frutas y verduras (9,5% y 12,3% respectivamente). Por el contrario, los precios Regulados se mantuvieron más estables al avanzar apenas 1,8%. Dentro de este rubro se destaca el aumento de cigarrillos (7,1%), pero se debe destacar que tanto el congelamiento tarifario como el de combustibles contuvieron la dinámica de este grupo.

En lo que respecta a los capítulos, el que más aumentó fue el de Alimentos y bebidas (+5,1%), 2 p.p. por encima del Nivel General. Este incremento fue explicado en gran medida porque algunos precios de alimentos volvieron a incorporar el IVA: se registraron considerables subas en fideos, arroz, pan envasado, entre otros. A su vez, se registró un fuerte aumento de carnes y verduras, mostrando un aumento de 7,5% en ambos casos.

Por el contrario, vale destacar que el acuerdo del gobierno con los laboratorios por el precio de los medicamentos permitió que Atención Médica y gastos para la Salud exhiba una caída de casi 2% en el mes. Sin embargo, en la comparación interanual todavía se ubica por encima del Nivel General (+63% i.a.).

Para los próximos meses, el congelamiento de las tarifas de los Servicios Públicos seguirá vigente, por lo que la dinámica inflacionaria dependerá de lo que suceda con el dólar y los salarios. En el primer caso, un resultado favorable con los acreedores extranjeros permitirá que el tipo de cambio se deslice sin mayores sobresaltos. En el segundo, será clave ver si las negociaciones paritarias impactaran en los precios de los bienes y servicios. En principio, las mismas deberían ser algo más acotadas de lo que se creía algunos meses atrás dado que deberán absorber el reciente aumento del gobierno otorgado por decreto.

Estos factores implicarán una paulatina desaceleración de la inflación, que perforará el 3% en los próximos meses. Esa tendencia podrá ser interrumpida en tanto alguno de los factores antes mencionados muestre un dinamismo fuera de lo esperado.

La inflación alcanzó 54% en 2019 y no se desaceleró significativamente en enero

¿Cómo fue la inflación del último año?

El IPC Nacional exhibió una suba de 3,7% en diciembre. Así, la inflación se desaceleró 0,6 p.p. con respecto al mes previo y finalizó el año con un aumento de 53,8%. Este dato muestra un avance de 6,2 p.p. con respecto al año previo, tornando al 2019 el año más inflacionario desde 1991, luego de la salida de la hiperinflación.

La dinámica de los precios no fue homogénea: gracias al congelamiento tarifario del segundo semestre, los Regulados crecieron 48,2%, más de 5 p.p. por debajo del Nivel General. En el mismo sentido variaron los Estacionales, que subieron 48,9% en los últimos doce meses. Por el contrario, el IPC Núcleo trepó 56,7%, impulsado por el salto del dólar (+58,1% anual). En este sentido, los Bienes, que al igual que la canasta core son más sensibles a los movimientos cambiarios, escalaron 58,4%, mientras que los Servicios hicieron lo propio en 45,7%. Esta diferencia refleja el atraso relativo de los salarios, que poseen una mayor participación en la estructura de costos de los últimos.

¿Cómo evolucionaron los precios en el inicio de enero?

De acuerdo con los relevamientos del IPC GBA Ecolatina, en la primera quincena del mes los precios crecieron 3,2% con respecto al mismo período del mes anterior. El principal motivo de la desaceleración fue el retroceso de Atención médica y gastos para la salud, por el acuerdo alcanzado entre el gobierno y los laboratorios. Mientras tanto, el rubro con mayor dinamismo fue Alimentos y bebidas, que se incrementó por la suba en carnes, frutas y verduras. Esperamos que los aumentos se aceleren ligeramente en las últimas dos semanas del mes, haciendo que enero concluya con una inflación del 3,4%.

¿Cuáles son las perspectivas inflacionarias para 2020?

Varios factores estarán detrás de la dinámica de los precios en los primeros meses del año. En primer lugar, el bono a asalariados privados, o en su defecto la aplicación de cláusulas gatillos incrementarán los costos de producción. En simultáneo, el relajamiento de la política monetaria podría generar presiones inflacionarias. Por último, la demora en alcanzar un acuerdo de precios y salarios generaría que muchos oferentes continúen adelantándose al mismo incrementando sus precios.

Por estos motivos, a pesar de que el gobierno mantendrá el congelamiento de los servicios públicos y el transporte, difícilmente se verá una contracción significativa de la Inflación en los primeros meses del año. Finalmente, proyectamos que la inflación se ubicará por encima de 40% en 2020.

La inflación se encamina a la zona del 54% en 2019

Conforme al IPC GBA Ecolatina, la inflación fue de 4,1% entre la primera mitad de noviembre e igual período de diciembre. De esta forma, el ritmo de aumentos se aceleró levemente en relación a la dinámica mostrada durante el último mes.

A nivel capítulos, los avances mas significativos fueron de Salud (casi 10% tras fuertes aumentos en prepagas y medicamentos), Otros bienes y servicios (dinámica ligada a los artículos y servicios de cuidado personal), Esparcimiento (turismo, artículos de deporte e internet) y Transporte y Comunicaciones (combustibles, servicio telefónico y remises).

Por su parte, y a contramano de lo que sucedió con el Nivel General, se observó una desaceleración del IPC Núcleo entre quincenas (alcanzó 3,6% entre la primera mitad de noviembre e igual período de diciembre), que fue mas que compensada por un nuevo salto en Estacionales (+6,7%) y en Regulados (+4,2%, pese a la continuidad del congelamiento tarifario).

Como consecuencia de una proceso inflacionario con elevada inercia y más sensible a shocks, no es obvio que las nuevas medidas económicas (desdoblamiento de facto del tipo de cambio, por caso) sean neutrales en materia de precios. En este sentido, esperamos que la inflación se mantenga alrededor de 4% en el mes de diciembre, cerrando la inflación anual en la zona del 54%.

La inflación permanece elevada en el cierre del año

¿Cómo fue la inflación en noviembre?

El INDEC informó que la inflación nacional alcanzó 4,3% en el mes de noviembre, mostrando una aceleración respecto al mes previo (en octubre la suba de los precios fue de 3,3%). De este modo, a falta de un mes para que termine el año, la inflación acumulada alcanzó 48,3% y la suba respecto al mismo mes de 2018 fue de 52,1%. En consecuencia, la dinámica del año continua en línea con el IPC Ecolatina (+47,9% en el acumulado y +52,2% en los últimos doce meses).

La aceleración en noviembre fue homogénea. El mayor dinamismo fue exhibido por los bienes y servicios Estacionales (+7,3%) que, debido a incrementos en frutas, verduras e indumentaria, continúan corrigiendo el atraso relativo acumulado en la primera mitad del año.

Por detrás se ubicaron las subas del IPC Núcleo (+4,0%) y de los Regulados (+3,8%). En el primer caso, el avance respondió principalmente al crecimiento superior al 5% de los Bienes, cuyo comportamiento estuvo relacionado a ajustes precautorios ante un eventual acuerdo de precios y/o mayores controles por parte del actual gobierno. El aumento de precio de la carne vacuna (casi 10%) también fue un factor que alimentó esta dinámica.

Por su parte, pese a la vigencia del congelamiento tarifario, los Regulados subieron como resultado de los incrementos en combustibles, servicios educativos, servicios telefónicos, cigarrillos y prepagas.

¿Qué esperamos para diciembre?

Para diciembre esperamos una desaceleración de los Estacionales y Regulados -pese a que en este último mes pesarán los aumentos de combustibles y prepagas-. Sin embargo, ambas categorías representan combinadas apenas un tercio del índice. En este sentido, será clave el comportamiento del IPC Núcleo, el cual se mantendrá calmo en tanto el tipo de cambio oficial y la brecha con las cotizaciones paralelas no muestren un comportamiento al alza. A pesar de esto, esta categoría también depende de otros factores. No solo es posible que queden ajustes por realizar ante la posibilidad de un acuerdo de precios, sino que también habrá que seguir prestando atención a lo que suceda con la carne, ya que por motivos estacionales, es posible que el traslado del ajuste cambiario no este completo.

En definitiva, prevemos que la suba de precios en diciembre se ubique alrededor de 3,5-4%, lo que implica que el año cierre con una inflación en el rango de 53-54%.

La inflación volvió a ubicarse por encima del 3%

En noviembre, la inflación alcanzó 3,7% según el IPC GBA Ecolatina, ubicándose 0,8 p.p. por debajo de octubre (+4,5%). Así, los precios acumulan una suba de 47,9% en los primeros once meses del año y de 52,2% en los últimos doce meses.

En lo que respecta a las categorías, nuevamente los precios Estacionales fueron los que más crecieron en el mes, al trepar 6,1% debido al salto en frutas y transporte por turismo. En segundo lugar, los precios de la canasta Núcleo subieron 4,1%, mientras que los precios Regulados fueron los más estables al avanzar apenas 2,1%. En este rubro, se destaca una nueva escalada en los cigarrillos y el aumento de las naftas (en ambos casos en torno al 8%), a la vez que las tarifas de servicios y transporte público permanecen congeladas.

El capítulo que más aumentó fue el de Otros bienes y servicios (+6,2%) por la ya mencionada suba en cigarrillos e incrementos en artículo de tocador y belleza. A continuación, levemente por debajo del 5% mensual, se ubicaron los Alimentos y bebidas (por aumentos en carnes, frutas y verduras) y la Atención médica y gastos para la salud (al aumento de 4% de las prepagas se le sumaron subas en medicamentos).

Para los próximos meses, encontramos distintos factores que traccionarán la inflación, haciendo que permanezca por encima del 3%. En primer lugar, a pesar de que el tipo de cambio se mantenga estable por las fuertes regulaciones cambiarias, una potencial brecha con el dólar informal creciente, junto a un aumento de la demanda de bienes ante eventuales mejoras del ingreso en los primeros meses del 2020, otorgarán cierto espacio para una recomposición de los alicaídos márgenes de ganancia. Además, los Regulados, que vienen creciendo por debajo de las otras dos categorías hace seis meses, deberán mostrar cierto dinamismo -los aumentos en combustibles de la últimas semanas vienen en esta línea- para aliviar la carga de los subsidios sobre las cuentas públicas y evitar el inicio de un nuevo período de atraso tarifario. Por último, habrá que prestar especial atención a lo que suceda con el precio de la carne, ya que por motivos estacionales el aumento correspondiente al ajuste cambiario de agosto podría llegar en el verano.

De esta forma, luego de terminar el 2019 en torno al 54%, la inflación de 2020 no será inferior al 45%.

La inflación alcanzaría 3,6% en noviembre

De acuerdo con el IPC GBA Ecolatina, la inflación fue de 3,6% entre la primera mitad de octubre e igual período de noviembre. De esta forma, el ritmo de aumentos se desaceleró 0,6 p.p. respecto a la quincena previa, cuando había alcanzado 4,2%.

A pesar de la estabilidad cambiaria observada en lo que va de noviembre, la inflación se mantuvo elevada por el reacomodamiento de los precios relativos que continúa luego del salto cambiario. En particular, los bienes fueron los que más treparon, dejando atrás a los servicios privados y, por último, a los servicios públicos, que se mantienen congelados.

A nivel de categorías, el IPC Núcleo (+4,1%), más sensible a la dinámica del dólar, siguió creciendo por encima del Nivel General, como se observa desde la primera quincena de agosto. Mientras tanto, los precios Estacionales saltaron más de 7%, debido a aumentos de frutas, verduras y servicios relacionados al turismo. Finalmente, los precios de bienes y servicios Regulados quedaron atrás, subiendo apenas por encima de 1%. El capítulo que mostró un mayor dinamismo fue Alimentos y bebidas (liderado por frutas, verduras y carnes), seguido de Esparcimiento (apertura en que se destacaron el turismo y los servicios de entretenimiento).

Adicionalmente, esperamos que la inflación se mantenga en torno a estos niveles en lo que resta del mes, finalizando en torno a 3,6%. debido al nuevo aumento de combustibles (que también impacta en los costos logísticos) y la presencia de ajustes ante un posible acuerdo de precios. De esta forma, y a falta de solo un mes para concluir el año, la inflación acumularía 47,6% en los primeros once meses del 2019. En diciembre, los aumentos no bajarían del 3% mensual, por lo que la inflación anual rondará el 53% en 2019.

 

La inflación continúa elevada

En octubre, la inflación alcanzó 4,5% según el IPC GBA Ecolatina. Si bien este dato muestra una desaceleración respecto al pico alcanzado en septiembre (cuando los precios treparon 5,5%), se mantiene todavía en niveles elevados. De hecho, los precios acumularon un alza de 42,6% en los primeros diez meses del año y de 51,6% con respecto a igual mes del 2018.

La categoría que más creció en el mes fue la de precios Estacionales, que treparon 5,1%, seguidos de cerca por los precios de la canasta Núcleo, que subieron 4,9%. Por su parte, los precios Regulados avanzaron apenas 3,2%, ya que, pese al congelamiento de las tarifas de servicios públicos, se registraron incrementos en el servicio telefónico, prepagas y cigarrillos y hubo un arrastre estadístico del aumento de combustibles del mes previo. Así, quedaron rezagados respecto a las otros dos grupos por quinto mes consecutivo.

El rubro que más aumentó fue el de Otros bienes y servicios (+6,9%) por el alza en Cigarrillos y Artículos de tocador y belleza, mientras que en segundo lugar se ubicó Indumentaria (+5,7%). Por su parte, los Alimentos y Bebidas crecieron levemente por debajo del Nivel General, al subir 4,3% en el mes. Dentro de este capítulo se observó una fuerte aceleración en la segunda mitad del mes, mostrando el traspaso del aumento del dólar oficial a los precios al consumidor, y a un comportamiento de cobertura de las empresas del sector, anticipándose a un posible congelamiento de precios.

La suba de las naftas y prepagas, junto con el reacomodamiento de los precios relativos, impulsarán los aumentos en noviembre y diciembre, haciendo que el Nivel General de precios finalice el año en torno a 54-55%. El inicio del año próximo, en la medida en que se descongelen las tarifas, se revierta la quita del IVA a alimentos y crezcan los salarios, la inflación permanecerá elevada.