LLA no logró seducir a todo el voto no peronista y pierde por 13 puntos en PBA

El primer gran objetivo que se persigue en una campaña electoral es el de acomodar la oferta electoral del modo más conveniente: si yo pretendo que me elijan a mí, necesito que haya la menor cantidad de competidores que me disputen el voto disponible, es decir, el voto que yo pudiera captura de no estar esa otra oferta. Aquí empezó a radicar el principal error estratégico que cometió el oficialismo de cara a la crítica elección legislativa en la Provincia de Buenos Aires. Y eso se puede ver en el resultado final: la multiplicidad de opciones no peronistas que hubo en el cuarto oscuro obtuvieron de manera combinada 13,5 p.p. agregado, la diferencia exacta que el peronismo le sacó a LLA en el conteo final. Es cierto que no se puede acordar con todos, pero la estrategia de alianzas que desplegó el oficialismo fue muy restrictiva, y produjo que se filtraran votos disponibles en otras opciones alternativas. 

Pero también es cierto que puesta la oferta, el oficialismo podría haber seducido igualmente a todos esos votantes que se le filtraron a otras opciones. Bueno, aquí puede haber fallado la narrativa electoral. Evidentemente a muchos votantes la consigna “Kirchnerismo Nunca Más” les resultó insuficiente. La apelación al espanto para aspirar todo el voto disponible no fue efectiva. Quizá porque hay reclamos insatisfechos que no tuvieron eco en la narrativa oficialista. 

La dispersión del voto no peronista en otras opciones fue crítica para que el oficialismo sólo se pudiera imponer en 2 de las 8 secciones electorales. De hecho, si se hace el ejercicio de sumar los votos de LLA y de las dos principales fuerzas no peronistas (Somos Buenos Aires y Hechos), la contabilidad hubiera sido distinta, con el peronismo ganando las secciones del Gran Buenos Aires (1ra y 3ra) y La Plata, pero perdiendo todas las del interior, dándose vuelta el resultado en las secciones segunda, cuarta y séptima, todas del interior de la provincia. Es decir, nuevamente aparece la estrategia de alianzas como un factor decisivo para el mal resultado de LLA. 

La Libertad Avanza, sin resultados consistentes en elecciones provinciales

Los resultados en las elecciones legislativas o ejecutivas en las provincias no vienen siendo buenos para el oficialismo. De hecho, de las 10 elecciones provinciales que se han disputado, la Libertad Avanza sólo puedo ganar en soledad en la Ciudad de Buenos Aires, y en alianza con el oficialismo local en Chaco. Aunque este último resultado hay que relativizarlo ya que gran parte del triunfo es del radicalismo gobernante, y el aporte de LLA fue muy módico, tal es así que ese fue el motivo por el cual decidieron no competir solos. 

En la provincia de Buenos Aires no hubo mucha pintura en el techo para pintarla de violeta. A nivel de legisladores provinciales, el oficialismo nacional solo ganó en 2 secciones electorales (5ta. y 6ta.) y solo se impuso en 24 de los 135 municipios. Por su parte, a nivel local la cosecha fue aún más módica, ya que solo se impuso en 12 de los 135 municipios. Todos síntomas de que se estuvo lejos de “arrasar” como quería Milei. 

Si lo miramos a la luz de los resultados que el propio Milei registró en 2023, tampoco lucen bien los resultados que la Libertad Avanza viene sacando en las elecciones provinciales este año. Sólo superó el nivel de Milei 2023 el resultado en CABA y PBA. Curiosamente en dos distritos donde el oficialismo acordó con el PRO. En el resto, el desempeño del oficialismo siempre estuvo por debajo de lo que Milei obtuvo en octubre de 2023. 

Es cierto, que una cosa es que Milei sea candidato y otra cosa es que sean otros candidatos, pero el número no deja de ser un número que sintomatiza lo lejos que está el oficialismo de convertirse en una fuerza nacional con anclaje territorial que pueda prescindir de aliados que le den robustez política.

El oficialismo con desventaja en PBA y con una tendencia declinante en el final

La compleja coyuntura que viene atravesando el oficialismo en la previa de la elección en Provincia de Buenos Aires pareciera ir permeando en las tendencias que se observan en materia de intención de voto. En una elección que se venía viendo pareja en los últimos meses, se ha venido advirtiendo en estas últimas semanas una tendencia favorable al oficialismo provincial que empieza a registrar una luz de ventaja que trasciende la situación de empate técnico de la que habló el Presidente en el cierre de campaña.
Es cierto que se trata de una elección muy particular, por estar cruzada por el interrogante de la participación. No solo será la primer elección legislativa separada de una elección nacional que se celebre en la provincia en los últimos 42 años de democracia. Sino que tampoco ha sido una elección que ha estado muy presente en los medios, con lo que podríamos ver una caída significativa en los niveles de participación, que supere las
marcas históricas que se registran en los comicios legislativos. Podríamos estar por primera vez con una elección legislativa general (NO PASO) con menos de 70% de participación.

Esta apatía y desafección de buena parte del electorado que se ha visto en las últimas elecciones provinciales, hace que sea crítica la mejor capacidad de seducir y movilizar al electorado a las urnas. Quién logre mejores resultados en esa materia, podría llevarse el triunfo. Por ese motivo las campañas se volvieron poco propositivas y muy negativas: hay que terminar con el kirchnerismo dicen de un lado, hay que frenar a Milei dicen del otro. El resultado dirá quién lo hizo mejor o quién tenía mejor coyuntura para movilizar al votante a
manifestar su rechazo a lo que está viendo o viviendo. Y aquí es donde podría haber una ventaja para el peronismo, ya que la coyuntura adversa del oficialismo podría funcionar mejor para ese objetivo. De hecho es lo que nos muestran los estudios de aproximación a la escena electoral. Venimos viendo en las últimas dos investigaciones una tendencia declinante del oficialismo y una tendencia creciente del peronismo, que lo ubica con una ventaja ya fuera de la situación de empate técnico.

ESCENARIOS DISRUPTIVOS: UN TRIUNFO DE LLA O UNA DERROTA DE LLA POR MÁS DE 5 PUNTOS

¿PUEDE HABER SORPRESA Y QUE LA DERROTA DE LA LIBERTAD AVANZA SE POR UNA DIFERENCIA MAYOR?

Sí, podría ser mayor la diferencia y esa posibilidad está solventada en dos datos. El primero de ellos es que, entre los que tienen poco o nada definido el voto, aparece una tendencia muy clara a favor de votar por Fuerza Patria. Puede que finalmente no vayan a votar o no se definan por esa opción, pero el riesgo de que los últimos que se definan lo hagan por el peronismo, podría apuntalar la hipótesis de que la diferencia pueda ser mayor. Aquí radica el asunto de la participación como un elemento clave. Los sectores más indefinidos pueden ser los verdaderos protagonistas del resultado electoral. Si una mayor afluencia de ese público beneficia indefinido se produce, pudiera esto beneficiar al peronismo. El segundo
dato que solventa la hipótesis de un triunfo más amplio de Fuerza Patria es que entre los indecisos, cuando se les ofrece una alternativa de balotaje (es decir tener que votar entre Fuerza Patria y La Libertad Avanza) el 70% de ellos, se inclina por apoyar la opción peronista.

¿PUEDE HABER SORPRESA Y, EN VEZ DE PERDER, QUE LA LIBERTAD AVANZA GANE LA ELECCIÓN?

Sí, puede ocurrir un triunfo de LLA. Pero esta hipótesis parece más difícil de solventar. El argumento del cuál agarrarse es que cuando uno pregunta por la negativa, es decir quién no quiere Ud. que gane la elección, un 50% dice Fuerza Patria. Es decir, hay una gran cantidad de votantes que no desean el triunfo de Fuerza Patria, sin embargo, La Libertad Avanza, el espacio que está en mejores condiciones de ganarle al peronismo no parece estar capitalizando todos esos apoyos. Esos apoyos se distribuyen entre las otras opciones no peronistas alternativas: Somos Buenos Aires, Potencia (María Eugenia Talerico),
Hechos (los Pasagglia). Podría el oficialismo aspirar esos votos si en las horas previas al comicio, muchos de esos votantes deciden resignar su primer preferencia e ir a votar a LLA para que no gane el peronismo. Pero la difícil coyuntura que atraviesa el oficialismo parece ser refractaria a que ello ocurra. Como si LLA hubiera estado trabajando estos días para ahuyentar votantes.

Agosto cerró con salarios creciendo 1,9%, y volvería a quedar debajo del IPC

El promedio de cuota de aumentos del mes de agosto se ubicó en 1,9%, levemente por encima del 1,6% de julio, pero todavía por debajo de la inflación proyectada por las consultoras privadas (1,9% – 2,4%). Este repunte, si bien corta la desaceleración del mes anterior, no alcanza para compensar la aceleración de precios, por lo que los salarios seguirían perdiendo frente al IPC. Así, tras dos meses en los que los ingresos habían logrado ganarle a la inflación, julio y agosto consolidarían un nuevo período de deterioro en la relación precios-salarios.

Esa dinámica de aumentos para el conjunto general de acuerdos relevados, se ve algo más contenida entre los grandes gremios, donde se incluyen también gremios que vienen muy rezagados como los estatales o aquellos gremios que dependen indirectamente del gasto público vía subsidios. Con diferentes períodos de acuerdo, en general muestran una velocidad de aumentos mensuales que oscila entre 1% y 2%, y con gremios que vienen corriendo, en la parte remunerativa de los acuerdos, claramente por debajo de la inflación. Por las restricciones oficiales a la homologación de acuerdos, las sumas no remunerativas se han vuelto un complemento esencial en el ingreso.

 

 

La imagen de Milei también se deteriora en agosto por segundo mes consecutivo

La imagen del presidente Milei vuelve a sufrir signos de deterioro por segundo mes consecutivo, al igual que el nivel de aprobación del gobierno. De esta manera, la composición de imagen se conforma con un 55,4% de imagen negativa, muy cerca del pico máximo registrado en octubre del 2024; mientras que la imagen positiva se ubicó en torno al 41%, cifra que también se acerca al pico más bajo, también registrado en octubre del 2024. No fueron semanas fáciles ni para el gobierno, ni para Milei. Problemas de gestión (caso Fentanilo), problemas en la economía (ruido en el dólar y las tasas), problemas políticos (cierre con heridos), golpes legislativos (insistencia en la ley de discapacidad) y casos peligrosamente problemáticos como las sospechas de corrupción en la compra de medicamentos, se conjugaron para explicar este deterioro. 

Uno de los principales “activos” del presidente Milei fue el hecho de que, en un contexto de enojo de la sociedad con la dirigencia política, era visto como un “outsider” que venía a renovar la “casta”. Sin embargo, esa imagen de outsider se ha venido desinflando y sólo el 35% lo sigue viendo de esa forma, frente a otro 35% que lo considera un político tradicional como cualquier otro, y un 17% que cree que combina algo de los dos tipos. De hecho, dentro del grupo de personas que votó a Patricia Bullrich en octubre de 2023, un 40% lo ve como un “outsider”, pero con características similares a los de la política tradicional”. Esto puede hacer peligrar la estrategia narrativa principal de este oficialismo que es ponerse en frente de la “casta”. 

La mayoría rechaza los vetos de Milei pero no relegaría el equilibrio fiscal

Decíamos que parte de la caída en la imagen de Milei podía explicarse por algunos sucesos que venían ocurriendo en la escena, y parte de esos sucesos son los vetos del Presidente a leyes que habían sido ampliamente apoyadas en el Congreso. Alguna de esas iniciativas tocando temas muy sensibles, tan sensible que la mayoría de la opinión pública se manifiesta en contra de los vetos del presidente. La iniciativa cuyo veto más rechazos recogió, fue la Ley de Emergencia en Discapacidad, luego quedaron las leyes de Emergencia Pediátrica y la de Recomposición de Jubilaciones, y en último lugar la Ley de Financiamiento Universitario, que aún así recogió el 62% de rechazo. 

Sin embargo, hay otro dato interesante en las respuestas y que la mayoría también se inclina por sostener el equilibrio fiscal. Si se combinan las respuestas de quienes dicen que vetarían la ley para no aumentar el gasto y los que dicen que no la vetarían pero recortarían otros gastos, en todos los casos también hay una mayoría. 

El otro dato interesante es que en todos los casos se observan porcentajes significativos de votantes de Milei y de Bullrich que se manifiestan en contra de los vetos, resaltando los rechazos en Jubilaciones y Discapacidad. 

El gobierno busca frenar las leyes cuyos vetos serán difíciles de defender

Milei sabe que ya pagó los costos de vetarle al Congreso todas las leyes que no desee. Ese anuncio se hizo el año pasado y fue metabolizado por la opinión pública como una necesidad que permitirá bajar la inflación y sanar la economía. Allí están depositadas las esperanzas de la gente, que son las que le permiten a este presidente sostener esta actitud autoritaria de mantener bloqueado el Congreso. Pero Milei sabe que hay dos leyes que serán difíciles de frenar, la de los gobernadores. Por eso, por primera vez busca una salida negociada (hizo una contrapropuesta) para evitar que las leyes salgan, y busca apoyo de gobernadores aliados. 

Se trata de las iniciativas que fueron presentadas por los 24 Gobernadores y que buscan obligar al Ejecutivo a no retener fondos que las Provincias consideran que son de ellas. Si bien no implican más erogaciones, sí implican una disminución en los recursos que se queda el Estado nacional para afrontar sus necesidades fiscales. Y si efectivamente son ratificadas por los mandatarios a través de sus legisladores, no habrá forma de defender el veto.

Por eso, el Gobierno está buscando, por primera vez, entablar algún tipo de negociación. Si bien no es directa (el gobierno no quiere dar el brazo a torcer y mostrar predisposición al diálogo) lo hace presentando una contrapropuesta a través de sus diputados. Y en buena medida, lo hace porque sabe que no podrá frenar esta ley con un veto. Por lo que habrá que ver si logra doblegar la voluntad de alguno de los gobernadores aliados.

La otra opción para el Gobierno es la de ralentizar todo lo que pueda el proceso, y aspirar a que todo quede para después de la elección (quedan dos meses y medio), y que un buen resultado lo fortalezca para evitar la imposición del Congreso. Pero suena desafiante, ya que quedan al menos 7 semanas en las que podrían tratarse la media sanción restante (que podría suceder las próximas), el veto y las insistencias.

La elección dará más nitidez a la nueva configuración del sistema político

El resultado electoral de 2023, con el triunfo de un candidato outsider (sin partido), produjo un impacto de tal magnitud en el esquema de representación política que dio inicio a un proceso de reconfiguración tal que desmanteló el bicoalicionismo que había animado la escena hasta entonces. Esta reconfiguración puso en crisis a la coalición gobernante (el peronismo) hasta entonces, que quedó sumergida en una crisis de reputación y de disputa por el liderazgo que aún continúa, y desmembró a la otra coalición (Juntos por el Cambio), que se dividió fundamentalmente en definir un posicionamiento frente al nuevo presidente. Esta última característica produjo que una parte de Juntos por el Cambio se inclinara por adoptar una postura opositora, otra una dialoguista y otros una de apoyo y alineamiento al oficialismo emergente.

Esta reconfiguración produjo tres tipos de agrupamientos en la escena: 1) el oficialismo y los sectores de la oposición que se asociaron a él, con mucho protagonismo del PRO, que fue el sostén de los vetos en el Congreso, 2) los opositores donde hicieron causa común el peronismo y la izquierda, pero a la que lentamente se plegó un sector del progresismo de diferentes vertientes, y finalmente 3) los sectores dialoguistas, ex miembros de Juntos por el Cambio y de fuerzas provinciales que no querían plegarse a una actitud opositora con el peronismo (los primeros) y que buscaban intercambiar apoyos a cambio de beneficios para sus intereses de gestión o partidarios. La elección reformulará la representación de estos 3 espacios, pero a la vez, esos 3 espacios se vieron reflejados en la confección de las alianzas de cara a la elección legislativa. 

Milei tuvo una estrategia ambiciosa a la hora de confeccionar su oferta electoral: priorizó el objetivo de mostrar un resultado (pintar el país de violeta). Para ello, pensó en alianzas cuyos apoyos puedan ser claramente interpretados como apoyos a su partido y al rumbo de gobierno. Exigió que quien quiera aliarse al oficialismo, sea “pintándose de violeta” y aceptando “las ideas de la libertad” como referencia. Así habrá Alianza La Libertad Avanza en las 24 provincias, para poder colectar esos votos en favor de Milei. Para el resto de la oferta, mucha fragmentación. Aquí presentamos un panorama del mapa de alianzas definido.

El esquema de alianzas muestra a La Libertad Avanza y al Peronismo con representación en todas las provincias. En el caso del Peronismo, no hay unidad en todas ellas, irá dividido en algunas de ellas como en Córdoba, o en Salta. Pero podrán contarse votos peronistas en todos los distritos. Luego aparecen otros dos actores destacados: 1) el espacio de Provincias Unidas, que reúne a gobernadores del PRO, de la UCR, del Peronismo y de Fuerzas Provinciales, y 2) a las Fuerzas Provinciales que tienen sus propios partidos locales, como en Neuquén, en Misiones, en Río Negro o en Salta. A ellos se podría sumar la Izquierda con posibilidad de meter legisladores en Provincia de Buenos Aires, en CABA y en algunas del Interior como en Jujuy.
De allí saldrá la representación legislativa y configurará el nuevo mapa del Congreso entre el oficialismo y sus aliados, el Peronismo y los dialoguistas (Provincias Unidas y Fuerzas Provinciales). Estos últimos serán los que aporten los legisladores que podría terminar de definir las votaciones en los próximos 2 años.

En julio el promedio de cuotas de aumento podría quedar por debajo del IPC

El promedio de cuotas de aumento del mes de julio desaceleró fuerte en relación a junio, quedando en 1,6%, bastante por debajo al 2,3% registrado el mes pasado. Se trata del nivel de aumento de cuotas registrado por Synopsis más bajo desde el inicio del ciclo Milei. Veníamos de dos meses consecutivos con los salarios corriendo por encima de los precios, pero si el IPC de julio no está en esa línea (algo que estiman la mayoría de las consultoras), julio volvería a ser un mes negativo para la dinámica precios-salarios.

El IPC corrió por encima de casi todas las paritarias en el primer semestre

En junio solamente dos de los grandes gremios tuvieron aumentos mensuales que superaron al 1,6% de inflación informado por el INDEC: los estacioneros y Alimentación. El resto tuvo aumentos en el orden del 1% y el 1,6%, lo cual, sumado a la pérdida que vienen arrastrando durante todo el 2025 dejó un saldo perdedor para todos los grandes gremios, exceptuando a SMATA y Bancarios (que ató sus aumentos de manera mensual al IPC). La dinámica del segundo semestre dependerá fundamentalmente de un fuerte desplome del
IPC desde estos niveles, ya que gremios como Comercio o UPCN firmaron aumentos mensuales en el orden del 1% hasta fin de año.

Milei busca blindar los vetos a leyes fiscales o postergar sus insistencias

La relación entre el Ejecutivo y el Legislativo atraviesa su peor momento, y está cruzada por el proceso electoral. Frente a la avanzada del Congreso (y de los gobernadores) con leyes con impacto social, el oficialismo ha pasado a la defensiva intentando negociar el bloqueo de las leyes (blindar el veto) o postergar su sanción. Con dos realidades muy distintas: una cosa son los dos proyectos impulsados por los gobernadores y otra los impulsados por la oposición. 

El objetivo primero es el de tratar de evitar la insistencia legislativa, y para ello se buscan 86 diputados (héroes) que blinden el veto del Ejecutivo. Si esa tarea es infructuosa, se tratará de dilatar el trámite legislativo todo lo que se pueda. Porque si se estira el asunto hacia octubre, la campaña electoral podría complejizar la actividad legislativa.

Una primera mitad de período legislativo 2025 a fuerza de vetos e insistencias

Si uno tuviera que describir la actividad legislativa de la mitad de este período parlamentario debería hablar de un Congreso prácticamente bloqueado. Con poca actividad y con poca productividad legislativa. De hecho, desde el 1 de marzo de este año, que es cuando comenzó el actual período legislativo, se han sancionado 4 leyes, las cuales todas ellas fueron o serán vetadas. Sólo sobrale, como decisión legislativa, la media aprobación del DNU del acuerdo con el FMI, que fue validado por una mayoría en la Cámara de Diputados. 

De las leyes vetadas, de las que van camino a ser vetadas, y de las que van camino a ser sancionadas y luego vetadas, podríamos distinguir dos realidades distintas: a) una es la realidad de las dos iniciativas que vienen siendo impulsadas por los gobernadores, a las que le faltan la media sanción de diputados y que tienen altísimas chances de ser aprobadas e insistidas, salvo que el Gobierno logre un acuerdo con todos los gobernadores, y 2) otra es la realidad de las iniciativas que vienen siendo impulsadas por la oposición y que tienen chances de ser aprobadas, pero no está claro si habrá mayorías de 2/3 para ser insistidas. 

Pero en todo caso, el panorama completo marca que la relación entre el Congreso y el Poder Ejecutivo atraviesa su peor momento. Donde prevalece una pelea de vetos e insistencias que sintomatiza la dificultad que se observa en la escena para pensar en la posibilidad de acuerdos y consensos.

Legislativas 2025: LLA sigue liderando la intención de voto con más del 40%

La escena electoral nos sigue mostrando a la Libertad Avanza liderando la intención de voto de cara a las legislativas de este año, con más del 40% de intención de voto. En un escenario donde su principal rival sigue siendo el kirchnerismo, que se mantiene en torno al 30%. Ese 40,3% de intención de voto de LLA no captura toda la intención de voto al oficialismo que se registra cuando se le pregunta a la gente si votaría por el oficialismo o por la oposición. En ese escenario, la intención de voto al oficialismo baja un punto en relación a junio, pero se mantiene por encima de la intención de voto a La Libertad Avanza en el 43,5%. 

 

El grueso de lo que se filtra hacia otros espacios de la intención de voto al oficialismo se filtra hacia el PRO (6,1% de ese 43,5%), algo hacia la UCR y otro poco a la opción otros (Provinciales). Es decir, hay sectores que si les ofrecen dos opciones (oficialismo vs oposición) se inclinan por el oficialismo, pero si les ofrecen varios opciones (espacios) eligen otros espacios antes que La Libertad Avanza. Un dato que puede advertir el riesgo de que alguna parte del apoyo potencial que muestra LLA en las encuestas se pueda filtrar hacia opciones alternativas en el cuarto oscuro. 

 

Milei lidera un ranking de imagen sin dirigentes que tengan diferencial positivo

Javier Milei sigue liderando el ranking de imagen de principales dirigentes nacionales, teniendo el mayor porcentaje de imagen positiva (43%), con un 50% de imagen negativa. Se trata de un ranking que muestra un listado de dirigentes nacionales con diferencial de imagen negativo: en todos los casos, las valoraciones negativas superan a las positivas. El otro rasgo que destaca es que los 4 dirigentes con mayor imagen positiva son todos dirigentes del oficialismo: Milei, Adorni, Bullrich y Espert. 

Si se analizan todos estos datos de imagen juntos y relacionados, a través de un diagrama de grafo (ver abajo), se observa que en términos de compatibilidades la imagen de los dirigentes se agrupa en dos grandes bloques, con algunas fisuras que orbitan alrededor de esos bloques (Rodrigo de Loredo del bloque oficialista y Martín Lousteau del bloque peronista) y con Victoria Villarruel empezando a despegarse del bloque de dirigentes del oficialismo. Esto significa que, desde la perspectiva de la opinión pública, los dirigentes son valorados o reprobados dependiendo desde dónde se lo mire.

Cruje la gobernabilidad de excepción de Milei, y diciembre aún le queda lejos

Javier Milei ha gozado de condiciones de gobernabilidad de excepción, que entre varias cosas le permitieron gozar de plena discrecionalidad en la administración del gasto público (por primera vez en la historia un presidente atraviesa dos períodos sin presupuesto aprobado). Esas condiciones parecen languidecer, de la mano de la reacción de los 24 gobernadores que impulsan leyes para reasignar flujos de fondos entre Nación y Provincia.

Esta reacción de los Gobernadores se suma a otra avanzada de los bloques opositores que nuevamente (ya había sucedido el año pasado) han venido impulsando otras iniciativas que intentan determinar prioridades en la ejecución del gasto público, sobre todo atendiendo necesidades de sectores más vulnerables (gasto en jubilaciones, gasto en salud y en discapacidad). No todas las iniciativas caminan a la misma velocidad, ni tienen el mismo grado de avance, pero algunas han sido sancionadas esta semana, y otras tienen destino de sanción, con mayorías con voluntad de impulsar este tipo de iniciativas.
Al Ejecutivo le queda la facultad del veto para defenderse de estas iniciativas, pero la capacidad de evitar insistencias legislativas (la capacidad de sostener los vetos) estuvo siempre asociado a la voluntad de algunos gobernadores de colaborar con esa capacidad de bloqueo. Ahora, si todos los gobernadores se ponen de acuerdo en impulsar estas iniciativas, aun siendo vetadas por el Ejecutivo, habría en ambas cámaras mayorías suficientes para imponer la inasistencia legislativa y doblegar la voluntad del Presidente.

Lo que cambió en estas últimas semanas es que a los agrupamientos opositores en ambas cámaras (116 diputados y 34 Senadores), se sumaron los bloques dialoguistas que han adoptado una postura opositora. De esta forma, en ambas cámaras se pueden juntar 2/3 de diputados y senadores con capacidad de imponer las decisiones que sean. Un panorama que se desprende del acuerdo generado entre los 24 gobernadores.

Esta situación puede cambiar en diciembre cuando el oficialismo tenga la chance de lograr en la renovación legislativa, un tercio de la cámara baja (86 diputados) que le asegure bloquear cualquier insistencia legislativa. Pero para ello faltan 5 meses. Por ello, si el oficialismo quiere evitar zozobras en la economía ante de las elecciones, no le quedará otra que sentarse a negociar con los gobernadores.