En mayo comenzó la recuperación electoral: ¿típica pero corta?

Desde 2011 nuestro país sufrió la “maldición de los años pares”: en los años electorales, desde el Poder Ejecutivo se profundizaban los desequilibrios económicos para que la economía creciera y la inflación bajara en el corto plazo. Como esta dinámica era insostenible, en los años pares se ponían en marcha los ajustes necesarios. Como resultado, el PBI caía y la inflación se aceleraba.

Producto de la vuelta del FMI y que el año pasado dejó un elevado arrastre negativo difícil de revertir, 2019 no será un típico año electoral. En este sentido, durante el primer cuatrimestre la inflación superó 15%, el dólar escaló más de 16% y la actividad siguió en rojo. Sin embargo, hacia fines de abril algo cambió, y mayo adquirió características más propias de los años impares.

El anuncio de que el Banco Central podría vender divisas antes de que el tipo de cambio llegara al techo de la zona de no intervención (ZNI), ahora llamada de referencia, y el refuerzo de las intervenciones diarias por encima de esta banda (51,45 ARS/USD), que pasaron de USD 150 M a por lo menos USD 250 M, atenuaron las presiones que amenazaban con desatar una corrida cambiaria.

En consecuencia, pese a que mayo arrojó un escenario turbulento a nivel internacional por las mayores tensiones entre Estados Unidos y China (a modo de ejemplo, el Nominal Broad Dollar Index, que sintetiza la paridad de todas las monedas con el dólar, trepó casi 1% en el mes) y con vaivenes políticos en el plano local (el anuncio de la fórmula Fernández-Fernández como principal exponente) la divisa se mantuvo nominalmente estable durante el mes, orbitando alrededor de 45 ARS/USD.

En la misma línea, la inflación se acercó al 3% mensual (que si bien es un número alto, está lejos del casi 4% mensual promedio de enero-abril) y la actividad habría comenzado a reactivarse tibiamente, impulsada por la salida de la cosecha gruesa y un salario real que habría encontrado un piso. Por lo tanto, pareciera que en mayo el gobierno retomó la iniciativa y el optimismo ganó terreno.

Sin embargo, el Riesgo País argentino, una buena forma de intuir las perspectivas de mediano plazo de los mercados financieros para con nuestro país, no cedió de manera significativa. Por el contrario, cerró cerca de los 950 puntos básicos, más que duplicando al promedio de los países emergentes y más de 150 p.b. por encima del cierre de 2018.

Hay varios factores que explican por qué el optimismo no logró traspasar la coyuntura. En primer lugar, la posibilidad de que el Banco Central venda Reservas para contener al dólar está lejos de representar un triunfo seguro. Además de que la autoridad monetaria no explicitó con cuánto ni cuándo intervendrá en el mercado cambiario, si las Reservas caen sensiblemente –resultado de intervenciones sucesivas o de gran cuantía- se pondrá en duda el normal cumplimiento de las obligaciones en moneda dura. Como resultado, las presiones se dispararían en lugar de atenuarse.

En segunda instancia porque la recuperación de la actividad y la desaceleración de la inflación serán sensiblemente menores a la de otros años electorales. Un dólar que continuaría en avance (aunque a un ritmo menor), un salario real que seguirá cayendo en la comparación interanual y un Sector Público que debe cumplir una ambiciosa meta de ajuste fiscal primario y varios ajustes de precios relativos rezagados (inercia inflacionaria) explicarán que, pese a la mejora del segundo trimestre, el PBI caerá más de 1,5% este año y la suba de precios acumulará cerca de 40%.

Por último, porque la tasa de interés real seguirá en niveles incompatibles con el normal funcionamiento de la economía. Pese a que la pax cambiaria se alcanzó luego del fin de la ZNI (de hecho, la tasa de interés nominal rondó el 70% durante mayo; es decir, que prácticamente no subió), el rendimiento de las colocaciones en pesos es central para desalentar eventuales dolarizaciones de cartera. Además, porque el Banco Central se comprometió con el FMI a un crecimiento nulo de la base monetaria hasta fin de año, lo que lo obliga a elevadas esterilizaciones vía LELIQs.

En resumen, este año impar debió esperar a mayo para observar una mejora de la economía típica de los años electorales (motivada por un Banco Central “interventor”), que además de tardía, sería más corta. Cuando se acerquen las elecciones y las presiones cambiarias recrudezcan, le torcerían la mano a la autoridad monetaria y la cuestión a dilucidar no sería cuándo subirá el dólar sino cuánto. Disfrutemos entonces mientras podamos nuestra típica pero breve “recuperación electoral”.

VIDEO | Un respiro antes del comienzo del proceso electoral

Pese al anuncio de la fórmula Presidencial de los Fernández y el resurgir de los temores de una guerra comercial USA-China, el BCRA logró estabilizar el mercado cambiario en mayo sin vender divisas.

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VIDEO | La calma cambiaria no logra convertirse en confianza

El dólar acumuló su cuarta semana estable al hilo, pero las mejoras no se trasladan a variables de mediano plazo: el riesgo país sigue arriba de 900 puntos y la colocación de LETEs para después del 10 de diciembre arrojó una tasa de interés de 6,2%, 2 p.p. más que las letras a vencer en julio.

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VIDEO | Preservando las Reservas Internacionales

Pese a las presiones cambiarias por el resurgimiento de temores a una guerra comercial USA-China, el BCRA logró estabilizar el mercado sin vender divisas. Con prudencia, el Central preservó las reservas para la previa electoral.

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Ecolatina premiada por la precisión de sus proyecciones

Consensus Economics, una de las principales organizaciones de encuestas económicas del mundo, anunció en Londres que Ecolatina es la consultora ganadora en Argentina del Forecast Accuracy Award (FAA) para 2018, premio que reconoce a quienes predijeron con mayor precisión los resultados de PBI e inflación.

Para esto Consensus Economics recopila cada mes los pronósticos de más de mil economistas de todo el mundo, y en el caso de Argentina, la encuesta de variables económicas cuenta con 26 participantes, entre consultoras y bancos, tanto locales como del exterior.

Según Consensus Economics, los ganadores del programa FAA 2018 “han sido reconocidos por su investigación de alta calidad, su compromiso con los pronósticos y su capacidad para identificar con precisión las tendencias y los niveles de indicadores clave durante el ciclo de pronóstico de 24 meses”.

Desde Ecolatina expresamos nuestro orgullo por tal reconocimiento y renovamos nuestro objetivo de ser líderes en lo que a proyecciones refiere para este 2019, un año electoral que sin dudas será altamente desafiante para pronosticar la economía argentina.

Asimismo, hacemos extensiva las felicitaciones al resto de las consultoras premiadas en LatAm, así como agradecemos a Consensus Economics por generar y difundir una herramienta tan fundamental como lo son los pronósticos económicos de los proveedores de research.

 

VIDEO | Recuperando la iniciativa (cambiaria)

El Ejecutivo recuperó la iniciativa al lograr que el FMI autorice al Banco Central a vender divisas dentro de la Zona de No Intervención. Esta medida reducirá la volatilidad del mercado cambiario y acotaría la depreciación del Peso.

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El Ejecutivo y el FMI apuestan todo a congelar el dólar

Abril fue incierto, volátil y cargado de anuncios económicos. Tras la creciente tensión cambiaria de marzo, la llegada de la liquidación de agro-divisas de la nueva cosecha más la licitación diaria de USD 60 M del Tesoro parecían rumbo a recomponer la estabilidad cambiaria perdida.

Sin embargo, a mediados de mes se conoció el alarmante dato de inflación de marzo (4,7%) que llevó al Ejecutivo a lanzar un paquete de medidas para morigerar el alza de precios (congelar hasta fin de año el piso y techo de las bandas cambiarias, las tarifas residenciales de Servicios Públicos del ámbito Nacional y 64 productos esenciales de la canasta básica) y atenuar la caída del consumo de beneficiarios de ANSES (jubilados, pensionados y perceptores de asignaciones familiares).

Para peor, tras Semana Santa nuestro país sufrió un nuevo pico de stress financiero y cambiario: el Riesgo País superó 1.000 puntos y el tipo de cambio mayorista rozó 47 ARS/USD. La venta masiva de activos argentinos (acciones y títulos públicos) comenzó en el exterior producto de las crecientes dudas de los inversores sobre un triunfo de Cambiemos (la ex- presidenta lideró en abril la mayoría de las encuestas electorales) y contagió rápidamente al mercado cambiario local, ratificando que la estrategia política de polarizar con el kirchnerismo perjudica la estabilización de la economía.

El Ejecutivo logró frenar el stress cambiario gracias a que el FMI autorizó al BCRA a intervenir dentro de la Zona de No Intervención (ZNI). Aunque no queda claro cuál es el poder de fuego acordado, la autoridad monetaria podrá vender reservas por debajo de 51,5 ARS/USD (el techo fijado hasta fin de año). Además, el Central elevó de USD 150 a USD 250 M la intervención diaria por encima de la ZNI y no descartó “ventas adicionales” de ser necesario.

Dado que por su propio estatuto el FMI no puede darle al BCRA un cheque en blanco para intervenir con Reservas (especialmente dentro de la ZNI), estimamos que las autoridades no han comunicado el arreglo a propósito, para intimidar (posiblemente con poco) al mercado cambiario. El truco dio resultado: la discrecionalidad obtenida por el Central desinfló en el corto plazo las presiones.

Tarde o temprano se conocerá el verdadero poder de fuego del BCRA. Si la intervención dentro de la ZNI efectivamente es acotada, el mercado volverá en unas semanas a impulsar la cotización al techo. Pero ahora este es más bajo (por decisión de congelarlo en 51,5 ARS/USD) y robusto (por venta de 250 M diarios o más), de modo que serviría parcialmente como ancla anti-inflacionaria.

En el improbable caso de que el FMI le hubiese otorgado plena libertad a la autoridad monetaria para intervenir en el mercado cambiario, las Reservas netas son escasas (en torno de USD 20.000 M) por lo que el BCRA debería utilizarlas prudentemente. Las alternativas aquí son armar un muro que disuada al mercado de escalarlo (como los USD 5.000 M a 25 ARS/USD a mediados de 2018) o dosificar las ventas para deslizar el tipo de cambio lo más lentamente posible, en pos de morigerar el impacto inflacionario, hasta los comicios presidenciales.

No es la primera vez que el gobierno de turno apela al atraso cambiario (congelar el dólar) para tratar de ganar las elecciones, pero en esta oportunidad quedó comprometido en dicho proceso el FMI. Pese a que las autoridades del Fondo se han cansado de repetir que los desembolsos provistos son para garantizar el pago en moneda dura de la deuda pública argentina, en la práctica estos se terminarían utilizando para estabilizar el mercado cambiario (financiar salida de capitales).

La autorización del FMI a vender al Tesoro USD 9.600 M (a razón de 60 M diarios) desembolsados para pagar servicios de deuda en moneda local, y la reciente aprobación al BCRA de vender Reservas en la ZNI, reducen el stock de divisas disponible para el pago de deuda en moneda dura.

Se podrá argumentar que una reducción del stress cambiario facilita el cumplimiento del programa acordado con el FMI al estabilizar la economía (y de paso mejora las chances electorales del oficialismo), pero no es menos cierto que terminará siendo muy nocivo para la Argentina si implica atraso cambiario. Un dólar apreciado puede reducir transitoriamente el ratio deuda-PBI (el numerador está nominado en divisas, a la par que el denominador es en Pesos), pero no permite alcanzar el crecimiento con abultado superávit comercial. Sin acceso al financiamiento externo, sólo un tipo de cambio real competitivo y estable garantiza el pago de la deuda en moneda dura.

VIDEO | Riesgo País y Dólar bajo presión

En la última semana el riesgo país llegó a superar los 1.000 puntos y el dólar trepó más de 7%. Pese a la reacción oficial, la desconfianza retroalimenta el círculo vicioso en el que se encuentra el gobierno.

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VIDEO | Baja el Dólar pero sube el Riesgo País

El comienzo del segundo trimestre, trajo calma cambiaria gracias a un salto en la liquidación de agro divisas. Sin embargo, el Riesgo País superó los 800 p.b. por la creciente incertidumbre sobre el resultado electoral (el oficialismo retrocede en las encuestas).

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VIDEO | Se acelera la carrera entre precios y salarios

El IPC GBA Ecolatina trepó 4,2% en marzo 2019. La inflación rozó 11% en el primer trimestre y elevamos a 39% nuestra proyección para todo el año. La aceleración de las expectativas de inflación complican las paritarias de 2019: no tienen guía y los contratos tienden a acortarse o indexarse.

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