Quedó atrás un evento bisagra para el programa económico del Gobierno. El contundente y sorpresivo resultado electoral de la Libertad Avanza propició un optimismo en el mercado financiero sin precedentes. Durante el lunes post-electoral, el Merval se disparó 31% en dólares y se posicionó como la variación diaria más elevada de la historia, el precio promedio ponderado de los bonos Globales saltó 18% y el Riesgo País se comprimió 400 puntos básicos hasta la zona de los 600 p.b.
Más allá del resultado, la evidencia es que se disipó el riesgo político, pero persiste el riesgo económico. A priori, la tarea para cualquier escenario electoral era la misma: mayores señales de gobernabilidad y un esquema cambiario-monetario que trace un norte claro de acumulación de reservas del BCRA y permita reducir el Riesgo País. En estos dos puntos avanzó el Gobierno en la semana, con Javier Milei reuniéndose con Gobernadore y con la presentación del vicepresidente del BCRA donde decía que, ante una demanda de pesos reducida, estima que el Central podría recomprar Reservas sin necesidad de esterilizar los pesos inyectados (algo que también sostuvo Milei en una entrevista).
La combinación de un resultado electoral favorable y un sendero claro de recomposición de reservas permitirá que el Riesgo País continue con la marcha descendente. En el marco de un dólar oscilando en el techo de la banda, el mercado está expectante sobre la potencial recalibración del esquema cambiario-monetario asociada a un BCRA comprando divisas en el mercado. En este sentido, será importante que se vuelva a recobrar la claridad y transparencia en las definiciones, y aprovechar el momentum antes que se diluya el impulso de la victoria electoral.
Quedó atrás un evento bisagra para el programa económico del Gobierno. El contundente y sorpresivo resultado electoral de la Libertad Avanza a nivel nacional y en especial la victoria en PBA tras el duro traspié de septiembre propició un optimismo en el mercado financiero sin precedentes. Durante el lunes post-electoral, el Merval se disparó 31% en dólares y se posicionó como la variación diaria más elevada de la historia, el precio promedio ponderado de los bonos Globales saltó 18% y el Riesgo País se comprimió 400 puntos básicos hasta la zona de los 600 p.b.

No obstante, el tipo de cambio no acompañó en igual medida el optimismo de los mercados financieros. El dólar mayorista se redujo 3,8% en la primera rueda de la semana y el martes devolvió parte de la baja al subir 2,4%. Detrás de este movimiento puntual, se encuentra el desarme parcial de posiciones de resguardo frente a variaciones del tipo de cambio (recordemos que la cobertura ofrecida entre ROFEX+Dollar Linked del BCRA+Tesoro alcanzó los USD 20.000 M en la previa electoral) y como contrapartida una mayor demanda de dólares spot en una jornada donde se cerraba el tipo de cambio con el que se valuaba la letra con vencimiento a octubre (D31O5). Con todo, el tipo de cambio finalizó hoy en $1445 (-3,2% semanal), quedando a tan sólo 3,5% del techo de la banda y el contrato a futuro de diciembre ($1.513) siguió operando pegado a la banda superior para dicha instancia ($1.527).
Más allá de ello, la evidencia es que se disipó el riesgo político, pero persiste el riesgo económico. Decíamos la semana pasada que una victoria contundente del oficialismo le permitiría disipar las dudas en torno al esquema cambiario en lo inmediato, pero que la tarea para cualquier escenario electoral era la misma: mayores señales de gobernabilidad y un esquema cambiario-monetario que trace un norte claro de acumulación de reservas del BCRA y permita reducir el Riesgo País.
En esta dirección, Javier Milei materializó el conciliador discurso del domingo 28 en una reunión durante el jueves pasado con gobernadores. La coordinación con las autoridades provinciales será esencial de cara a las afamadas reformas estructurales que tiene como objetivo llevar adelante el gobierno bajo el nuevo Congreso, y que tendrá como primera evaluación la aprobación del Presupuesto 2026.
En el aspecto económico, se dieron pasos hacia una normalización del aspecto monetario. El BCRA y el Tesoro comenzaron a relajar el apretón monetario pre-electoral, que desencadenó en una falta de liquidez en el mercado (acentuada luego por la dolarización de carteras) y una volatilidad al alza de las tasas de interés. Las tasas tocaron un máximo el martes (72% TNA PP caución a 1 día; 98% TNA PP REPOs 1 día), y el Tesoro actuó inyectando liquidez en el mercado mediante dos vías.
La primera, a través de la compra directa de bonos en el mercado secundario. El martes los depósitos en pesos del Tesoro en el BCRA cayeron $1,2 bn (el lunes bajaron otros $0,7 bn), en línea con los números que dejó trascender la periodista Florencia Donovan en X, lo que confirmaría que la operación fue realizada por Hacienda (algo que suele realizar el BCRA). La segunda, el rollover del 60% en la licitación del miércoles. Con vencimientos cercanos a los $11,4 bn, Finanzas recibió ofertas sólo por $7,8 bn (dando cuenta de la falta de liquidez en el mercado) y adjudicó $6,8 bn, lo que implica una inyección de $4,6 bn.
Producto de ambas operaciones, el stock de depósitos del Tesoro en pesos llegaría al orden de los $5 bn. Naturalmente, esto pondrá el foco en la evolución de la cuenta en pesos de Finanzas, teniendo en cuenta que durante noviembre deberá afrontar vencimientos en moneda nacional por $27,8 bn y otros $39,3 bn en diciembre. A esto se le adhieren los vencimientos en USD, que sólo con el FMI alcanzan los USD 850 M (equivalentes a $1,2 bn) durante el próximo mes en el marco de depósitos en dólares de tan sólo USD 84 M, lo que impone una exigencia doble sobre los depósitos en pesos.

La última vez que el programa financiero se encontró con una exigencia similar fue durante abril de este año, y las cuentas se robustecieron mediante la inyección de pesos del BCRA al Tesoro vía giro de Utilidades por $11,7 bn y el acuerdo con el FMI por USD 14.000 M. Si bien debe señalarse que el Tesoro cuenta con depósitos en bancos públicos y los ingresos correspondientes al sostenido superávit fiscal, los mismos no serían suficientes para afrontar los siguientes umbrales de vencimientos e impone mayores exigencias al nivel de rollover quincenal.
Volviendo al aspecto monetario, el BCRA relajó las exigencias de encajes. Según la Comunicación “A” 8350, a partir del 1° de noviembre el cálculo del efectivo mínimo dejará de ser diario y volverá a realizarse en base al promedio mensual. No obstante, no se elimina la exigencia diaria, sino que se reduce al 95% del requisito total (antes era 25%), quedando únicamente el 5% a computarse en base a promedio mensual. Si bien la flexibilización es bastante parcial, es una medida importante para comenzar a desarmar las regulaciones previas y un paso dado con cautela teniendo en cuenta la inyección de pesos que tendrá el mercado en las próximas ruedas (la liquidación de la licitación será hoy).
Justamente, detrás de esta inyección de pesos se encuentran definiciones respecto a la pata cambiaria. El apretón monetario en conjunto con el mayor apetito dolarizador redujo fuertemente la demanda de dinero de los individuos, quedando bastante por debajo de las estimaciones del BCRA en su programa de seguimiento de agregados monetarios. En este marco, el Central publicó una presentación del vicepresidente de la autoridad monetaria, Vladimir Werning, realizada durante el 15 y 16 de octubre en la que señalaba que hay espacio para que el BCRA compre dólares en el mercado sin necesidad de esterilizar la emisión de pesos (algo que también sostuvo Milei en una entrevista el jueves).
La combinación de un resultado electoral favorable y un sendero claro de recomposición de reservas permitirá que el Riesgo País continue con la marcha descendente. El recorte adicional que permitiría la compra de divisas del Central dejaría al Gobierno en las puertas del reacceso a los mercados internacionales de deuda en 2026, con un “umbral” que, según las autoridades económicas, se ubicaría en los 500 puntos básicos (hoy en 650 p.b.). A su vez, existiría cierto viento de cola en un escenario global de mayor apetito por deuda emergente, una tasa de la FED en descenso y un apoyo de Estados Unidos que incrementaría el deseo por la tenencia de deuda argentina.
Dicho esto, la recomposición de reservas nos trae al comienzo. En el marco de un dólar oscilando en el techo de la banda, el mercado está expectante sobre la potencial recalibración del esquema cambiario-monetario asociada a un BCRA comprando divisas en el mercado. En este sentido, será importante que se vuelva a recobrar la claridad y transparencia en las definiciones, y aprovechar el momentum antes que se diluya el impulso de la victoria electoral.
Dólar oficial a la baja
Tras el contundente resultado electoral, el dólar spot comprimió 3,2% semanal y finalizó en $1.445, quedando a 3,2% por debajo del techo de la banda cambiaria. Por otro lado, las Reservas Brutas en USD 39.382 M y las Reservas Netas, descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.000 M (+USD 4.100 M si no se descuentan aquellos ítems).
La brecha cambiaria se estabiliza
Los dólares alternativos finalizaron a la baja: el dólar minorista bajó 2,8% ($1.475) respecto al viernes de la semana anterior, el dólar MEP operado con AL30 descendió 4,5% ($1.475), el dólar CCL operado con CEDEARs comprimió 4,9% ($1.490) y el blue se redujo 4,3% ($1.445). Frente a un tipo de cambio mayorista bajando en menor medida, la brecha cambiaria promedio finalizó en la zona del 2%.
Los futuros de dólar bajan
Los contratos a futuro del dólar acompañaron el movimiento del spot. En detalle, los contratos de noviembre a enero bajaron 4,5%, y aquellos con vencimiento desde febrero 2026 cayeron 5,0%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación del 2,3%, 4,7% y 7,1% para noviembre, diciembre y enero, respectivamente.















