La industria manufacturera creció 15,8% i.a. en 2021, ¿desempeño más acotado en 2022?

En diciembre, el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI) exhibió una mejora de 10,1% i.a., registrando el nivel más alto para un diciembre desde que se comenzó a publicar la serie en 2016. De esta forma, el sector creció 15,8% i.a. en el acumulado de 2021. Más aún, se ubicó 7,1% por encima de los niveles promedio de 2019 y permaneció estable respecto a los niveles de 2018 (+0,3%). De esta manera, es posible afirmar que el sector no solo superó el terreno cedido por la pandemia, sino también por la crisis del periodo 2018-2019.

De todas maneras, cabe destacar que los puestos de trabajo se recuperan a un ritmo más lento que el nivel de producción. Según SIPA, los puestos de trabajo registrados del sector industrial se ubicaron en noviembre de 2021 (último dato disponible) en valores un 3,3% por encima del primer bimestre de 2020, dejando en evidencia que ya recuperaron el terreno cedido por la pandemia. Sin embargo, en ese mes estuvieron 1,2% por encima del promedio de 2019, pero aún un 3,8% por debajo del promedio de 2018.

Al analizar el acumulado del año, todos los sectores que componen al indicador exhibieron mejoras respecto al 2020. Además, al contrastarlo con los niveles acumulados de 2019 se observa que 13 de los 16 sectores se ubicaron en niveles superiores, mientras que esta cifra baja a 6 sectores al contrastarlo con los niveles promedio de 2018.

En primer lugar, resaltó el desempeño de Alimentos y bebidas (+5,6% i.a. en el acumulado del 2021), pese que fue uno de los sectores que vio menos afectado su demanda por la pandemia. Al interior, casi todos los subrubros exhibieron mejoras en el acumulado del año, exceptuando a carnes y vino. Casi un quinto de la mejora fue explicado por molienda de oleaginosas (+17,5% i.a.), ayudada por el alza en los precios internacionales de estos productos. En el agregado, la producción de Alimentos y bebidas también se ubicó por encima de los niveles promedio de 2019 (+6,0%) y 2018 (+5,9%).

Por su parte, Prendas de vestir y calzado creció 57,1% i.a. en el acumulado del año. Las menores restricciones a la circulación junto a la normalización de la canasta de consumo, la mayor demanda interna de estos productos ante el incremento de la vida social y programas como Ahora 12 explicaron gran parte de este desempeño. Este sector se ubicó por encima de los niveles acumulados de 2019 (+5,2% i.a.), pero aún por debajo de 2018 (-6,7% i.a.).

Por último, los sectores asociados a la inversión productiva, que se recuperó cerca de 30% i.a. en 2021, también exhibieron mejoras pronunciadas. Ejemplos de esto son Maquinaria y equipo (+36,4% i.a. en el acumulado), Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes (+50,0% i.a.), Otro equipo de transporte (+60,5% i.a.) y Otros equipos, aparatos e instrumentos (+29,3% i.a.). Tras el desplome de 2020, donde las fuertes restricciones y la incertidumbre paralizó cualquier plan de inversión, la producción de estos rubros repuntó también ayudados por planes de financiamiento y tasas de interés real negativas. Todos estos sectores también se ubicaron por encima del acumulado de 2019, pero algunos aún por debajo de los niveles promedio de 2018.

Por último, cabe destacar que en términos desestacionalizados la industria creció 0,6% respecto a noviembre. Así, tras el traspié de octubre (-4,9%), el entramado industrial cerró el último bimestre del año con dos meses consecutivos de crecimiento, pero que no alcanzaron para recuperar los niveles de septiembre, previos a la caída. Este comportamiento fue la norma a lo largo del año anterior: el sector exhibió una evolución del estilo “serrucho”, teniendo en cuenta que en 5 de los 12 meses hubieron caídas en términos desestacionalizados.

Para los primeros meses del 2022 visualizamos algunos interrogantes. Por un lado, la circulación de nuevas variantes junto al elevado ritmo de contagios trajo consigo el riesgo de complicar el normal funcionamiento de las plantas, en la medida que el personal contagiado deba cumplir con los aislamientos y se dificulte mantener un sistema de turnos. Además, en el primer bimestre del año se suelen concentrar las paradas de plantas por toma de vacaciones, lo cual es un factor adicional a la hora de tener en cuenta el desempeño industrial de las primeras semanas del año.

En los siguientes meses del 2022, esperamos que la industria sufra vaivenes al igual que en 2021 pero, teniendo en cuenta que el sector recuperó todo el terreno perdido por la pandemia y buena parte del deterioro de los años previos, es esperable una desaceleración en el ritmo de crecimiento. Además, en el marco de un nuevo acuerdo con el FMI y la necesidad de endurecer la política fiscal-monetaria, el sector tendrá menos margen para verse beneficiado por políticas expansivas anteriormente implementadas (como programas de financiamiento en cuotas, etc).

Por otro lado, en la medida que existan correcciones del tipo de cambio, se encarecerá el costo de insumos importados necesarios para producir, o podrían existir complicaciones para el abastecimiento en el marco de una compleja situación del comercio internacional. A su vez, en un escenario en el cual existe una escasez importante de dólares, algunos sectores podrían verse afectados en la medida que existan nuevas trabas para importar. Además, existe el riesgo de que estas correcciones impliquen una nueva aceleración inflacionaria, que trunque la recuperación real de los ingresos y golpee a una demanda interna ya debilitada. De esta manera, esperamos que el sector industrial exhiba un crecimiento superior al 3% i.a. en 2022, que corresponderá en buena medida al arrastre estadístico (de casi 3 p.p.) que dejó el último trimestre de 2021. Así, el avance entre puntas en 2022 sería más similar a un estancamiento.

En 2021, la inflación nacional cerró en 50,9% i.a.

En diciembre, la inflación nacional trepó 3,8% según el INDEC. De esta manera, la suba de precios cerró con una suba de 50,9% i.a. en 2021, retomando a los niveles pre-pandemia (+50,7% i.a. fue el promedio inflacionario de 2018-2019).

En lo que respecta a los capítulos, cabe destacar que 6 de las 12 divisiones se ubicaron por encima del 4%, algo que no sucedía desde marzo de 2021 (cuando la inflación general fue de +4,8%).

Al interior, las que mayor variación exhibieron fueron Restaurantes y hoteles (+5,9%) que terminó con una suba de 65,4% i.a. y Bebidas alcohólicas y tabaco (+5,4%, +55,1% i.a.). En el primer caso, incidió la suba de comidas fuera del hogar y alojamiento, posiblemente impulsadas por la suba de alimentos, la eliminación de aforos, programas de impulso al turismo (como pre-viaje) y la mayor movilidad del verano. En el segundo caso, impactó la suba de cigarrillos.

A su vez, Transporte (+4,9%), Prendas de vestir y calzado (+4,8%), Alimentos y bebidas no alcohólicas (+4,3%) y Recreación y cultura (+4,0%) fueron los otros cuatro capítulos que se ubicaron por encima del Nivel General.

Al interior de la división de Alimentos y bebidas no alcohólicas (+4,3%) existieron dinámicas heterogéneas. Por un lado, en el mes incidió principalmente la suba de carnes (+9,1% a nivel nacional). Teniendo en cuenta el importante peso que tiene esta categoría sobre la canasta (pondera 8,9% en el total país), la suba de este grupo explicó poco más de 0,9 p.p. de la variación a nivel general.

A su vez, si agrupamos las categorías de bienes de consumo masivo (principalmente productos empaquetados) observamos que en conjunto treparon 2,9% mensual. Dicha cifra se aceleró respecto a noviembre, cuando habían subido 1,5% mensual en promedio. Hay que tener en cuenta que la variación del último mes se alcanzó a pesar del congelamiento a más de 1.300 productos de la canasta iniciado a mediados de octubre: si bien el programa parece haber tenido un impacto -acotado- en noviembre, en diciembre el efecto parece haber sido menor. De todas formas, no volvió al ritmo previo de aumentos (entre enero y octubre, dicha canasta de bienes subió 3,6% en promedio). En este sentido, la suba de este conjunto de bienes explicó 0,5 p.p. de la suba mensual del mes de diciembre (vs. 0,2 p.p. en noviembre).

Por último, se encuentran los alimentos estacionales que contuvieron parcialmente la inflación. En este sentido, las Verduras cayeron en torno al 5,6% a nivel nacional (volvió a caer el tomate en GBA), mientras que las frutas treparon solamente 1,6%, ayudando a que la variación del capítulo de alimentos no sea todavía mayor. De esta manera, el capítulo de alimentos y bebidas finalizó el año en 50,3% i.a., 0,3 p.p. por debajo de la inflación general.

En lo que respecta a las categorías, el IPC Núcleo trepó 4,4% en el mes, finalizando el año con una variación de 54,9% i.a. (+4,0 p.p. por encima del nivel general). Por su parte, el IPC Estacionales subió 3,7% en el mes, finalizando el año con una suba de 50,1% i.a, donde incidieron las subas ya mencionadas de turismo y prendas de vestir. Por su parte, el IPC Regulados subió 1,7%, finalizando el año con una variación interanual de 37,7%.

 ¿Qué esperamos para 2022?

Para este año, el panorama dista de ser optimista. Teniendo en cuenta que durante el año anterior se aplicaron diversas anclas -como el tipo de cambio, las tarifas y los acuerdos de precios- que posiblemente no sean posibles de mantener durante los próximos meses, el piso inflacionario es alto para 2022.

De hecho, el dólar oficial ya aceleró el ritmo de depreciación en las últimas semanas, dando señales de un cambio en la estrategia cambiaria. Asimismo, también se espera una corrección de las tarifas de servicios públicos -que rondarían al menos 20%- en los próximos meses. Por último, si bien se lanzó un nuevo programa de precios cuidados, la salida del reciente congelamiento que impactó en el periodo de noviembre-diciembre de 2021 podría traer presiones extra sobre este conjunto de bienes en el corto plazo.

De esta manera, esperamos que la inflación en 2022 vuelva a cerrar en la zona del 50% anual. Así, la suba de precios se mantendría en este umbral en 4 de los últimos 5 años.

Luego de cuatro meses de crecimiento mensual, la economía se contrajo en octubre

En octubre, el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) creció 6,7% i.a., acumulando una mejora de 10,4% en los primeros diez meses del año. De todas maneras, el indicador se ubicó un 0,7% y un 1,6% por debajo de los mismos meses de 2018 y 2019, a diferencia de lo sucedido en septiembre.

Además, luego de cuatro meses consecutivos de subas en términos desestacionalizados, en octubre el indicador cayó 0,8% respecto al mes anterior. En esta evolución incidió la performance del sector industrial, que había mostrado un retroceso mensual de 5,7%. Pese a esto, la economía se mantuvo un 2,2% por encima del primer bimestre del 2020: los tres meses consecutivos en los que se mantiene arriba de los niveles pre-pandemia guardan relación con el avance de la campaña de vacunación y la vuelta a la normalidad de los indicadores de movilidad.

A nivel sectorial, los Servicios crecieron 7,2% i.a., mientras que los Bienes 4,6% i.a. Al interior, 11 los 15 sectores mostraron subas interanuales, donde la Industria manufacturera (+4,9% i.a.) y Transporte y comunicaciones (+11,9% i.a.) fueron los sectores que mayor colaboraron en el crecimiento del nivel general.

Al contrastar con el mismo mes de 2019, se observa que los Bienes se mantuvieron estables (+0,2%) y los Servicios por debajo (-1,2%). Esta discrepancia se explica principalmente por los sectores de Servicios que todavía están operando muy por debajo de los niveles pre-pandemia, como Hoteles y restaurantes (-30%) y Otras actividades de servicios (-15,8%). Por otro lado, tanto los Bienes (-1,3%) como los Servicios (-2,5%) se mantuvieron por debajo de los niveles de octubre de 2018, dando cuenta que todavía queda camino por recorrer.

Para los últimos dos meses del año, estimamos el crecimiento interanual se mantenga en un dígito tanto en noviembre como diciembre, en línea con la mayor base de comparación. En este sentido, la industria y el comercio -que son los dos sectores que mayor peso tienen sobre el PIB- ya recuperaron cómodamente los niveles pre-pandemia, por lo cual es esperable un menor ritmo de crecimiento. En cambio, los sectores de Servicios que siguen operando en niveles bajos se están viendo beneficiados por la eliminación completa de las restricciones y la vuelta a los eventos que requieren aglomeración de personas, por lo cual es esperable una recuperación más pronunciada. De esta manera, estimamos que la economía crecerá por encima del 9% en el promedio anual de 2021, recuperando buena parte del terreno cedido por la crisis del Covid-19.

De cara a 2022, se configura un año desafiante. Sin el efecto rebote de 2021 ni un nuevo salto de precios internacionales a la vista, y con probabilidades de ingresar en un escenario en el cual se llevan a cabo determinadas correcciones -asociadas al dólar y tarifas- con impacto sobre los ingresos, las tasas de crecimiento económico se ralentizarían fuertemente en comparación a este año. Además, si bien el creciente ritmo de contagios no está implicando un incremento de las muertes, los riesgos de nuevas restricciones focalizadas pasado el verano, que afectarían nuevamente a los golpeados sectores de Servicios, deben ser monitoreados. Es por estos motivos que proyectamos un crecimiento algo más acotado en 2022, por encima del 2%. Esta variación estará asociada en mayor medida al arrastre estadístico positivo (en torno al 2,4%) tras la recuperación más concentrada en la segunda parte del 2021.

En el tercer trimestre, el PIB se ubicó en niveles pre-pandemia

En el tercer trimestre de 2021, la economía creció 11,9% en términos interanuales, acumulando una mejora de 10,8% i.a. en los primeros tres cuartos del año. A su vez, se ubicó un 0,5% por encima del mismo trimestre de 2019, ratificando que ya recuperó los niveles pre-pandemia. De todas maneras, al contrastar con el mismo periodo de 2018, la actividad económica aún se ubicó un 1,3% por debajo.

Todos los componentes de la demanda exhibieron un crecimiento en términos interanuales. Más en detalle, las importaciones y exportaciones crecieron a un ritmo de 26,2% i.a. y 18,8% i.a. respectivamente, mientras que los componentes de la demanda interna también mostraron mejoras de dos dígitos (+21,2% i.a. la inversión, +12,1% i.a. el consumo privado y +11,5% i.a. el consumo público).

Sin embargo, al contrastar con el mismo periodo de 2019, se observa que únicamente la inversión y el consumo público ya recuperaron los niveles pre-crisis (+10,4% y +5,1%, respectivamente). A diferencia, las exportaciones e importaciones se situaron levemente por debajo de los niveles pre-pandemia (-1,5% y -0,9%, respectivamente). Además, el consumo privado se ubica como el componente que mayor terreno perdido tiene para recuperar (-4,7% respecto al mismo trimestre de 2019), en un contexto en el cual el salario real comenzó a mostrar una mejora en el margen recién en la segunda parte del año y la tasa de ocupación aún no recuperó todo el terreno perdido por la pandemia.

Además de la mejora en términos interanuales, la economía también trepó 4,1% en términos desestacionalizados. Este comportamiento vino acompañado de una mejora superior a 7% de las exportaciones respecto al segundo trimestre, mientras que el consumo público, el consumo privado y las importaciones lo hicieron a un ritmo de 3,4%, 2,8% y 1,7%, respectivamente. En contraste, la inversión productiva se contrajo 1,2% en términos desestacionalizados, pero manteniéndose más de un 20% por encima del cuarto trimestre de 2019, al ser el componente de la demanda que más rápido se recuperó luego de las restricciones productivas.

Estimamos que la economía crecerá tanto en términos desestacionalizados como interanuales en el cuarto trimestre del año. La eliminación de los aforos en la última parte del año, sumado a la continuación de la recuperación del salario real y los puestos de trabajo seguirán impactando sobre la mejora del consumo privado. Además, las exportaciones e importaciones seguirían en terreno positivo, junto a una inversión productiva que se mantendría algo más estancada. De esta manera, tras haber caído casi 10% en 2020, estimamos que la economía argentina crecerá por encima del 9% en 2021. El interrogante se abre para la primera parte de 2022: habrá que seguir de cerca el riesgo de que una mayor nominalidad -dólar, precios- trunque la continuación de la recuperación de la economía real.

La inflación nacional fue 2,5% en noviembre

Según el INDEC, la inflación de noviembre fue 2,5%, desacelerándose 1 p.p. respecto al mes anterior. De esta manera, perforó el 3% mensual solo dos veces en el año, junto a agosto. Así, acumuló un 45,4% en los primeros once meses y alcanzó 51,2% en la comparación interanual.

En lo que respecta a los capítulos, los que mayor variación exhibieron fueron Restaurantes y Hoteles (+5,0%) y Prendas de vestir y calzado (+4,1%). Estas dos divisiones vienen ubicándose por encima del 4% mensual desde septiembre: en el primer caso, impactan la dinámica del precio de los alimentos, la reapertura total de las actividades y la eliminación de aforos, y en el segundo las subas estacionales por cambio de temporada. Luego, Equipamiento y mantenimiento del hogar (2,7%) fue la tercera división con mayor alza en noviembre, en la que incidió la suba de muebles y electrodomésticos.

Alimentos y bebidas no alcohólicas subió 2,1%, desacelerándose 1,3 p.p. respecto al mes de octubre y ubicándose como la división con más alta incidencia en la mayoría de las regiones. Al interior, el aumento de la Carne y derivados fue el de mayor incidencia, en tanto le aportó más de 0,2 p.p. a la variación mensual a nivel nacional de noviembre. Sin embargo, este aumento fue compensado por la baja de Verduras, tubérculos y legumbres, particularmente por la caída del precio del tomate (que retrocedió 33% en GBA). Además, el congelamiento de precios a los bienes de consumo masivo también ayudó a la desaceleración del capítulo, en tanto varias categorías moderaron su alza (lácteos, aceites, entre otros). El impacto del congelamiento se observa en el salto que mostró la proporción de productos abarcados por Precios Cuidados, que pasó de 7% en octubre a 13% en noviembre, donde en muchos productos superaron el 50%.

Según las categorías, el IPC Estacionales mostró una contundente desaceleración frente a octubre (+0,5%), producto de la ya mencionada caída de los precios de verduras y ayudando a la desaceleración del Nivel General. De esta manera, los precios estacionales alcanzaron una suba de 44,7% hasta noviembre y 46,6% en la comparación interanual.

Por su parte, el IPC Núcleo aumentó un 3,3%, alcanzando catorce meses con cifras que se ubican por encima del 3% mensual (+55,5% i.a.). En este sentido, hay que tener en cuenta que la inflación core persistió por encima del 3% pese a los mencionados congelamientos de precios. Por último, el IPC Regulados subió 1,0% en el mes, desacelerándose 0,9 p.p. respecto al mes anterior. De esta forma, los precios regulados subieron 35,4% en lo que va del año y 39,0% i.a.

Esperamos que en el último mes del año la inflación vuelva a ubicarse por encima del 3%. De esta manera, la desaceleración de noviembre sería más transitoria que permanente (condicionada por la baja en tomate y el congelamiento de bienes de consumo masivo), y la inflación cerraría en torno al 50% en 2021. Ya pasado el periodo electoral, hay que seguir de cerca el rumbo que tome el Gobierno en materia cambiaria, a lo que se le sumará, en enero, el fin del actual congelamiento a los bienes de consumo masivo. Esto deja un piso alto para el 2022, que seguirá en torno al 50%: los principales precios relativos de la economía -dólar y tarifas- mostraron escasas subas en 2021, la incógnita está en la magnitud de la corrección que pueda ocurrir en el año entrante.

El IPC GBA Ecolatina se mantuvo por encima del 3% en noviembre

Según el IPC GBA Ecolatina, la inflación alcanzó 3,2% en noviembre, desacelerándose 0,1 p.p. respecto al mes anterior. De esta manera, acumuló 44,2% a falta de un mes para la culminación del año. Asimismo, exhibió una variación de 50,0% en la comparación interanual.

Al interior, cabe destacar el desempeño del capítulo de Alimentos y bebidas (+3,9% en noviembre), que alcanzó una variación de 57,0% en los últimos doce meses ubicándose 7 p.p. por encima de la inflación general. Este desempeño se explicó principalmente por la evolución de Carnes (que creció por encima del 5% mensual), especialmente carne vacuna, con una aceleración concentrada en la segunda quincena del mes. Además, incidió la variación de verduras (+5%), alimentos consumidos fuera del hogar (+4%) y frutas (+3%). Esta dinámica más que compensó el hecho de que los bienes de consumo masivo hayan crecido por debajo del 1% promedio en noviembre, tras ser impactados, en muchos casos, por el nuevo congelamiento de precios. Dicho esto, hay que tener en cuenta que el efecto del congelamiento fue disímil entre los distintos canales de relevamiento: mientras que en tradicionales y scraping el efecto observado fue más acotado, el impacto más fuerte se vio en los relevamientos de supermercados.

En lo que respecta a las categorías, el IPC Estacionales fue el que mayor variación exhibió en el mes (+6,1%): a las ya mencionadas subas de frutas y verduras se le sumaron incrementos en indumentaria (+5%) y turismo (+12%). Por su parte, el IPC Núcleo creció 3,1% en noviembre, exhibiendo una variación de 53,5% interanual. Al dividir a los precios que componen a la inflación núcleo en dos grupos, uno solo con los precios controlados de consumo masivo y el otro con el resto de los precios, se observa que este último creció a un ritmo de 4% promedio en el mismo periodo. Por último, el IPC Regulados creció 2,4% en el mes, con una variación de 37,2% en la comparación interanual.

En el último mes del año, prevemos que la inflación continúe por encima del 3% mensual. Ya pasadas las elecciones, habrá que seguir de cerca como continúa el ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial, la magnitud en la aceleración del precio de la carne y si se verifica la existencia de correcciones algo más significativas en algunos precios Regulados (combustibles, telefonía, etc) una vez pasado el período electoral. De esta manera, estimamos que la inflación cierre el año en la zona del 50% y, luego del pandémico 2020, vuelva a mostrar un comportamiento similar a la de 2018-19.

La actividad económica se mantiene por encima de los niveles pre-pandemia

En septiembre, el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) creció 11,6% i.a., acumulando una mejora de 10,9% i.a. en los primeros nueve meses del año. Además, se observa que la economía se ubicó un 4,5% por encima del mismo mes de 2019. Lo novedoso es que, al contrastar con septiembre de 2018, la actividad económica se ubicó un 2,5% por arriba.

Por otro lado, el indicador exhibió una mejora de 1,2% en términos desestacionalizados, encadenando cuatro meses consecutivos de crecimiento. De esta manera, la actividad creció 7,1% en lo que va del año. Además, ya se acumulan dos meses consecutivos en los que la economía se ubica por encima de los niveles previos a la crisis del Covid-19 (en septiembre se ubicó un 3,4% por encima del primer bimestre de 2020).

En términos sectoriales, tanto los Servicios (+10,9% i.a.) como los Bienes (+10,3% i.a.) exhibieron una mejora de dos dígitos. Al interior, quitando el desempeño del sector Agropecuario y ganadero (-1,7% i.a.) y Pesca (-9,6% i.a.), todos los sectores mostraron mejoras interanuales, siendo Industria manufacturera (+10,8% i.a.) y Comercio minorista y mayorista (+10,1% i.a.), los sectores de mayor incidencia en la expansión, en tanto explicaron casi un 30% de la suba de septiembre.

Tanto los Bienes como los Servicios ya se encontraron operando por encima del mismo mes de 2019, aunque con un desempeño algo heterogéneo: mientras que los primeros se ubicaron un 9,0% por encima, los segundos lo hicieron apenas un 1,3%. Dentro de los Bienes, los sectores con mejores desempeños fueron la Industria manufacturera (+13,8%), Electricidad, gas y agua (+6,3%) y Construcción (+4,2%). Al interior de los Servicios, el Comercio minorista y mayorista (+15,6%) es el que viene liderando la recuperación, mientras que los sectores de hoteles, restaurantes, transporte y otras actividades de esparcimiento siguen muy por debajo de los niveles 2019, explicando en gran medida la discrepancia del desempeño entre bienes y servicios.

Por otra parte, la economía se ubicó por primera vez por encima del mismo mes de 2018 gracias al desempeño de los Bienes, que se ubicaron casi 6% por encima de septiembre de 2018 (mientras que los Servicios todavía se encuentran en terreno negativo).

Para el último trimestre del año, estimamos que la economía crecerá tanto en términos interanuales como desestacionalizados. Esta mejora tendrá como driver extra a la mejora de los servicios asociados al esparcimiento (como gastronomía y turismo) que ya se están beneficiando por la eliminación completa de las restricciones a la circulación y de aforo. A su vez, la industria y el comercio seguirán en niveles superiores a los previos a la crisis, en parte por un pujante consumo privado, afectado por la mejora del salario real en la segunda parte del año y políticas destinadas a elevar el ingreso disponible de los hogares, como los diversos programas de financiamiento (Ahora 12, PreViaje, por ejemplo). De esta manera, estimamos que la economía crecerá en torno al 8,5% en el promedio anual de 2021. Ahora bien, los desequilibrios existentes -tanto en el plano fiscal como cambiario- arrojan dudas sobre la continuidad de la magnitud de recuperación en los primeros meses de 2022.

La inflación no cede: alcanzó 3,5% en octubre

Según el INDEC, la inflación fue de 3,5% en octubre. De esta forma, la suba de precios se ubicó por encima del 3% en 9 de los 10 meses que van del año. Así, acumuló un 41,8% hasta octubre y alcanzó 52,1% en la comparación interanual.

En lo que respecta a los capítulos, los que mayor variación exhibieron fueron Prendas de vestir y calzado (+5,1%) y Salud (+4,7%). En el primero, incidió la suba estacional de indumentaria como consecuencia del cambio de temporada, mientras que en el segundo impactó la última autorización de Prepagas del año (+9,0%). En conjunto, estos dos capítulos explicaron 0,9 p.p. de la variación mensual de octubre. Por otro lado, las otras dos divisiones que se ubicaron por encima del Nivel General fueron Restaurantes y hoteles (+4,1%) y Recreación y cultura (+4,0%).

Alimentos y bebidas no alcohólicas subió 3,4%, acelerándose 0,5 p.p. respecto al mes anterior y ubicándose como la división con mayor incidencia en todas las regiones. Al interior, impactó el aumento de frutas, verduras y determinados bienes de consumo masivo. En este sentido, esta división se aceleró a pesar del control de precios a bienes de consumo masivo anunciado a mitad de mes, lo cual nos muestra que el programa no habría tenido un efecto significativo al menos hasta octubre.

Según las categorías, el IPC Estacionales mostró la variación más alta del año (+8,1%), donde impactó las ya mencionadas subas de indumentaria, frutas y verduras. De esta manera, los precios estacionales alcanzaron una suba de 43,9% hasta octubre y 48,8% en la comparación interanual.

Luego, le siguió el IPC Núcleo (+3,2%), que ya lleva trece meses consecutivos ubicándose por encima del 3% mensual. En el último año, la inflación núcleo trepó 56,6% interanual, mientras que el tipo de cambio oficial subió 27,9% en el mismo periodo, dejando en evidencia que utilizar esta herramienta como ancla cada vez fue surtiendo un efecto menor. Por último, el IPC Regulados subió 1,9% en el mes, desacelerándose 1,1 p.p. respecto al mes anterior. De esta forma, los precios regulados subieron 34,0% en lo que va del año y 39,2% i.a.

En los últimos dos meses del año la inflación seguirá en la zona del 3% mensual. Estas cifras se alcanzarán a pesar de que el Gobierno evitaría autorizar subas de precios regulados y haya implementado nuevos controles a los precios de consumo masivo y medicamentos desde la secretaria de Comercio. De esta manera, proyectamos que la inflación se ubique en la zona del 50% en 2021, dejando los principales precios relativos -como tipo de cambio oficial y tarifas- pendientes de corregir para el 2022.

 

El IPC GBA Ecolatina se mantuvo por encima del 3% en octubre

En octubre, el IPC GBA Ecolatina creció 3,3%, acelerándose 0,1 p.p. respecto al mes anterior. De esta manera, exhibió una variación de 50,2% en la comparación interanual y de 39,7% en el acumulado del año.

En lo que respecta a los capítulos, Indumentaria (+6,7%) registró la mayor variación, donde -al igual que en septiembre- impactó el cambio estacional de temporada. Luego, le siguió Atención médica y gastos para la salud (+5,9%), dinamizado por el último aumento de prepagas del año.

Alimentos y bebidas creció 3,3% en el mes, acelerándose 1 p.p. respecto al mes anterior y explicando más de un tercio de la variación mensual del Nivel General. Este capítulo venía mostrando una evolución menor al 3% por tres meses consecutivos, gracias a una significativa desaceleración en el precio de la carne vacuna. Pese a esto, en octubre prevaleció el aumento de verduras, frutas y productos empaquetados de consumo masivo (que crecieron en torno al 3,7% en el mes). En este sentido, el congelamiento a los bienes de consumo masivo anunciado hace unas semanas atrás podría surtir efecto en determinados bienes, pero a nivel general aún no se observó un efecto significativo, en tanto el IPC de Consumo masivo evolucionó por encima del 3% mensual promedio en la última quincena del mes.

Por otro lado, el IPC Núcleo creció 3,1% en octubre (+54,0% en la comparación interanual). El menor aumento respecto del Nivel General responde a que los precios estacionales mostraron en el décimo mes del año la variación mensual más alta del 2021 (+6,2%), como consecuencia de las mencionadas subas en frutas, verduras, indumentaria y también de turismo. Por su parte, los precios regulados crecieron 2,5% durante el mes pasado. Así, acumula una suba de 35,5% i.a., casi 15 p.p. por debajo del Nivel General.

Para los últimos dos meses del año, estimamos que la inflación promedio se ubicará en la zona del 3% mensual. Estas cifras se darían a pesar de que el Gobierno hizo que el tipo de cambio se mueva por debajo de la evolución de la inflación desde comienzos del año, algo que posiblemente abandone en diciembre, pos-elecciones. A su vez, los precios regulados seguirían actuando como ancla en lo que resta del año. A contramano, el reciente incremento de la brecha cambiaria en un contexto de escasas reservas no ayuda a anclar expectativas, lo cual añade presiones al proceso inflacionario y complica un escenario de desaceleración. Con estos números, la inflación anual orillará el 50% en 2021.

En agosto, la economía superó los niveles pre-pandemia

El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) creció 12,8% en agosto, exhibiendo una suba acumulada de 10,8% en los primeros ocho meses del año. A su vez, al contrastar con el mismo mes de 2019, se observa que la economía se mantuvo estable (-0,05%) por primera vez desde el inicio de la pandemia.

En términos desestacionalizados creció 1,1% en el mes, acumulando tres meses consecutivos de mejoras. De esta manera, en agosto se alcanzó el valor más alto del año, ubicándose un 3,8% por encima de los valores de diciembre de 2020. Además, la actividad económica se ubicó por primera vez levemente por encima de los valores previos a la irrupción a la pandemia (+0,3% en comparación al primer bimestre de 2020).

A nivel sectorial, todos los sectores exhibieron crecimiento en términos interanuales, con un desempeño similar entre Servicios (+12,3% i.a.) y Bienes (+12,1% i.a.). Además, cabe destacar que los sectores de Actividades de servicios sociales y personales (+77,4% i.a.), Industria manufacturera (+13,7% i.a.) y Comercio minorista y mayorista (+15,6% i.a.) explicaron casi la mitad de la suba interanual a nivel general del mes.

De todas maneras, al contrastar contra el mismo mes de 2019 la mejora se atenúa: 6 de 15 sectores mostraron un crecimiento en contraste a los valores de dos años atrás. En este sentido, la discrepancia entre Bienes y Servicios también se agranda: mientras que los primeros se ubicaron un 1,6% por encima de agosto 20219, los segundos un 1,7% por debajo. El magro desempeño de los Servicios es explicado por los sectores asociados al esparcimiento que siguieron afectados por las restricciones operativas, en tanto se mantienen con variaciones de dos dígitos por debajo de la pre-crisis.

Para lo que resta del año, estimamos que los Servicios podrían acelerar el ritmo de recuperación. Esta mejora vendría de la mano de estos sectores recién nombrados, como los asociados al esparcimiento, recreación, hoteles y restaurantes. Con la llegada del calor, el rápido avance de la campaña de vacunación y la ampliación de los aforos, estos sectores que aún se encontraban afectados por las restricciones operativas podrían exhibir un “efecto rebote” en los próximos meses.

Por otro lado, los sectores productores de Bienes se mantendrían en terreno positivo, pero evolucionando a un ritmo más moderado y con el riesgo de presentar vaivenes en la mejora. Esto responde a que los sectores con importante peso dentro de los Bienes, como la industria y la construcción, ya recuperaron todo el terreno cedido por la pandemia, en tanto se encuentran operando con mínimas (o nulas) restricciones operativas -de hecho, tanto el indicador industrial (IPI) como el indicador de la construcción (ISAC) cayeron en términos desestacionalizados en agosto-. De todas maneras, la recuperación en el margen del poder adquisitivo y la implementación de programas oficiales (como Ahora 12) que beneficia el consumo de durables son factores que jugarán a favor de la producción industrial, mientras que el atractivo costo de la construcción medido en dólares y el mayor dinamismo de la obra pública continuarán beneficiando al sector constructivo.

De esta manera, el PIB podría mantenerse en terreno positivo tanto en el tercer como en el cuarto trimestre del año. Como consecuencia de un mayor arrastre para los próximos meses, estimamos que la actividad crecería en torno al 8% en el promedio anual de 2021.