La desaceleración inflacionaria: una corta ilusión

Alberto Fernández asumió la presidencia con el objetivo de bajar una inflación que rondó el 50% anual en 2018 y 2019. Para eso, extendió el congelamiento de tarifas de servicios públicos hasta mitad de año y mantuvo virtualmente quieto al dólar, en un contexto de fuertes restricciones a la compra de divisas. En respuesta, la inflación acumuló 4,3% en el primer bimestre del 2020 -menos de 30% anualizado-, 2,5 p.p. por debajo de igual período del año pasado.

Sin embargo, los medios y fines de política económica cambiaron drásticamente a comienzos de marzo con la pandemia. En este sentido, la inflación se aceleró en marzo (pasó de 2,0% en febrero a 3,3% el mes pasado), producto de factores estacionales -educación con una suba de dos dígitos, por caso-, pero también de la inflación núcleo que había estado contenida en el comienzo del año: el IPC Núcleo pasó de 2,4% en febrero a 3,1% en marzo.

En abril, la dinámica inflacionaria es particular, como todo lo que está sucediendo en la economía producto de la cuarentena. Si bien el IPC GBA Ecolatina creció solo 2% en la primera quincena del mes respecto a igual período de marzo, es apresurado afirmar que la inflación retomó su curso descendente. Por caso, se relevaron una menor cantidad de precios de diversos bienes y servicios por la cantidad de comercios cerrados, a la par que otros directamente no contaron con un precio de referencia: ¿cuánto sale una entrada al cine? ¿cuánto ir a comer afuera? Además, por faltantes o problemas logísticos, algunos bienes esenciales sufrieron aumentos significativos (carne, verdura etc.). Asimismo, la creciente emisión necesaria para financiar el fisco para aplacar el daño sobre el entramado productivo y social que genera la cuarentena probablemente genere presiones al alza los precios cuando la situación se normalice.

La inflación volverá a acelerarse ma non troppo (pero no demasiado)

El coronavirus deprimirá la economía, tanto a nivel global como local. Por este motivo, el Estado Nacional adoptó una política fuertemente expansiva, en la búsqueda por atenuar la recesión. Como resultado, la base monetaria creció un 30% desde que se implantó la cuarentena. Además, tomando el set de medidas anunciado y la caída de la recaudación que provocará esta crisis, el déficit fiscal primario no bajaría de 4% del PBI este año. Considerando que el mismo se financiará con “nuevos pesos”, ya que no hay tal mercado de deuda en moneda local, todavía resta emitir alrededor de ARS 1.000.000 millones, un 40% de la base monetaria actual.

Para peor, la mayor incertidumbre y el menor rendimiento de las colocaciones en pesos -la Badlar perforó el 20% algunas semanas atrás- se tradujeron en presiones cambiarias en los mercados paralelos. En este sentido, el Contado con Liquidación escaló 25% en el período, a la par que el dólar blue trepó más de 40%. Como resultado, las brechas cambiarias ya superan el 60% y la divisa cotiza cómodamente por encima de los ARS 100 en ambos mercados.

Si bien estos movimientos sumarán presiones a la inflación, lo cierto es que a “la correa de transmisión” de estos “motores” le falta “lubricante”. Por ejemplo, el impacto en los precios de la mayor oferta de pesos es limitado en un escenario de ventas deprimidas y dólar oficial controlado.

Principalmente, el exceso de liquidez impactará en el nivel de precios a través de la demanda de dólares paralelos. Si bien es cierto que los beneficiarios directos de la expansión del gasto público no “compran divisas” -por caso, los perceptores del Ingreso Familiar de Emergencia tienen problemas para llegar a fin de mes y los créditos a tasa cero para monotributistas y autónomos deberán destinarse a compras en blanco contra presentación de factura-, no es menos cierto que el dinero se mueve, y que si esa plata se pone en la calle es probable que, tarde o temprano, una parte termine en los mercados cambiarios paralelos.

Ahora bien, ¿cómo se trasladará a precios la suba del dólar no oficial? La primera fuente es la de expectativas, de tenue impacto en el período 2012-2015, pero con mayor efecto en esta coyuntura de mayor inflación y fragilidad/inestabilidad económica. La segunda es indirecta pero no por ello menos importante: la creciente brecha cambiaria alienta la subfacturación de exportaciones y la sobrefacturación de importaciones reduciendo el excedente de dólares en el mercado formal. Ante esto, el Banco Central podría optar por no recomponer Reservas (algo poco aconsejable), o convalidar ciertas subas del tipo de cambio oficial (acompañando la depreciación de las principales monedas de la región), con impacto directo en el nivel de precios.

Por lo tanto, a las complicaciones propias de la cuarentena (que impone sobrecostos de operación para las actividades esenciales) y su efecto sobre las expectativas, se sumaron la emisión y la suba del dólar paralelo, que tarde o temprano terminarán impactando en el nivel general de precios.

Sin embargo, la cuarentena también activó frenos a la inflación. Por ejemplo, el derrumbe del precio de los commodities energéticos permitirá extender el congelamiento de las tarifas de servicios públicos y los precios de los combustibles más allá del primer semestre sin mayor incremento del gasto en subsidios.

Asimismo, las actualizaciones salariales quedarán muy rezagadas en este marco de cuarentena y destrucción de puestos de trabajo. Por un lado, porque las paritarias más relevantes se deberían haber llevado a cabo a partir de marzo, algo que por obvias razones no está sucediendo. En consecuencia, los aumentos llegarán más tarde que todos los años. Además, en la búsqueda por evitar grandes pérdidas de puestos de trabajo, varios gremios están reduciendo sus pretensiones salariales o directamente negociando estabilidad de empleo a cambio de reducción de salarios.

Resumiendo, podemos afirmar que con la cuarentena se prendieron poderosos motores inflacionarios (emisión + brecha cambiaria) pero de transmisión lenta. En sentido opuesto, dos de los principales drivers de la suba de precios se atenuaron con la crisis (Regulados y costo laboral). La situación es delicada y la inflación, probablemente, se acelerará recién cuando la economía se normalice y la velocidad de circulación del dinero retorne a sus niveles promedio. Asimismo, en un escenario de precios regulados controlados, presiones salariales acotadas y un mercado cambiario oficial que podrá tensionarse, pero no se vería desbordado (gracias a un stock de Reservas netas superior a USD 10.000 millones, a un elevado superávit externo y al cepo cambiario), los riesgos de una disparada de hiperinflacionaria son bajos. Como resultado, proyectamos que la inflación se ubique levemente por debajo del 53,8% de 2019, orillando el 50% en 2020.

Alimentos y bebidas por encima de la inflación

¿Cómo evolucionó la inflación en marzo según INDEC?

La inflación nacional fue del 3,3% en marzo, acelerándose 1,3 p.p. respecto al mes anterior. De esta manera, la inflación acumuló una suba del 7,8% en el primer trimestre del año y mostró una variación interanual del 48,4%.

En lo que respecta a nivel capítulos, la mayor variación se vio en Educación (+17,5%) producto del inicio de clases y la actualización de las cuotas escolares. A su vez, Comunicación (+8,3%) mostró una dinámica elevada como consecuencia del aumentos en telefonía fija, móvil e internet y Prendas de vestir y calzado mostró una evolución del 4,2%.

Por su parte, Alimentos y bebidas no alcohólicas creció 3,9% por fuertes aumentos en carnes y frutas y verduras. De esta manera, a pesar de que el tipo de cambio oficial no sufrió mayores sobresaltos, este capítulo acumula una suba de 11,7% en el primer trimestre del año, 3,9 p.p. por encima del Nivel general.

Respecto a las categorías, el IPC Núcleo mostró un incremento del 3,1%, 0,2 p.p. menos que el Nivel general, que fue impulsado por la evolución de los Estacionales (+4,9%). Por último, se observó un aumento del 3,3% en el IPC Regulados producto de la fuerte suba en Educación.

¿Cómo seguirá la inflación en abril?

Nuestro relevamiento de precios quincenal mostró un incremento del IPC GBA Ecolatina de 2% en la primera quincena de abril respecto al mismo periodo del mes anterior. De esta manera, el IPC GBA Ecolatina se desaceleró 0,6 p.p. respecto a la primera quincena de marzo, y continuando la tendencia del mes pasado, los precios Estacionales y el IPC Núcleo continúan traccionándo la inflación en el comienzo del año. En este sentido, prevemos que la inflación se ubique más cerca del 2,5% a nivel nacional en el cuarto mes del año.

Sin embargo, se debe advertir que casi la totalidad del período estuvo caracterizada por una cuarentena estricta que impidió el desarrollo de muchas actividades económicas y complicó el relevamiento de otras. Esto llevó a ausencias de precios de muchos servicios -que más allá del tratamiento metodológico preciso- podrían tener un impacto inflacionario una vez que puedan volver a realizar sus actividades.

¿Qué esperamos a futuro?

Con servicios públicos congelados y aumentos salariales que se pospondrán para la última parte del año, el principal driver de la inflación será el tipo de cambio.

El mismo no solo estará vinculado a la necesidad de evitar un atraso real de la cotización oficial, sino que las expectativas de devaluación jugaran su rol a través de la brecha con el dólar libre tras el aumento de la emisión monetaria para financiar el creciente déficit fiscal.

De esta forma, asumiendo presiones cambiarias significativas, esperamos que la inflación anual cierre en la zona de 45-50% en 2020.

 

Brasil | Primeiro trimestre, período “perdido” em termos de crescimento

Economia

O tempo não foi suficiente para estancar a magnitude dos efeitos negativos da cena internacional para a economia brasileira. Ao contrário, os canais de transmissão do cenário externo multiplicaram-se e seus efeitos tornaram-se ainda mais graves para a retomada do ciclo econômico. Os efeitos do coronavírus ganharam a companhia do choque de petróleo e dos sinais crescentes de instabilidade política no plano doméstico. O governo segue postergando o envio de medidas importantes da agenda econômica e ainda patina na operação para tratar dos temas prioritários do debate. Em um cenário de incertezas econômicas, a pressão política deve se intensificar, exacerbando as ineficiências na condução da política. Nossa leitura é de que o primeiro trimestre deve ser um período “perdido” em termos de crescimento. O choque de demanda provocado pelo cenário externo pode resultar em nova queda na Selic sem efeitos mais relevantes para o quadro inflacionário. A taxa de câmbio nesse ínterim segue refletindo esse quadro de incerteza, com perspectivas de acomodação em patamares mais depreciados.

Política

A cena política brasileira teve uma significativa inversão de sinal, aos olhos da economia. O cenário de menor tensão política em meio ao recesso parlamentar deu lugar às especulações em torno da permanência do ministro da Economia, Paulo Guedes, bem como do grau de apoio presidencial à política liberal. Além disso, a tensão entre os poderes teve mais um momento de pico por conta das regras orçamentárias. Nossa expectativa é de alguma acomodação desse cenário, expressa no encaminhamento de itens da agenda econômica. De todo modo, o equilíbrio político atual aponta para o enfraquecimento do poder Executivo, diminuindo o peso da equipe econômica no debate reformista.

El IPC GBA Ecolatina se aceleró en marzo

¿Cómo evolucionó la inflación en marzo?

De acuerdo con los relevamientos del IPC GBA Ecolatina, la tendencia a la baja del nivel de precios se interrumpió en marzo, ya que la inflación fue de 2,6% en el mes, acelerándose 0,6 p.p. respecto al mes anterior. De esta forma, los precios acumularon una suba del 7,9% en el primer trimestre del año, mientras que la variación interanual se ubicó en 49,8%.

Los capítulos con mayor dinámica fueron Educación (+14,1%) e Indumentaria (+6,6%), producto del inicio de clases y el inicio de la temporada invernal, respectivamente. Vale destacar que, excluyendo estas variaciones, la inflación continuó en la zona del 2%, en línea con lo sucedido en febrero. Por su parte, Alimentos y bebidas mostró un crecimiento del 2,5%, ubicándose por debajo del Nivel General, comportamiento que no sucedía desde octubre del año anterior.

En lo que respecta a las categorías, el IPC Core mostró una variación de 2,9% en marzo (0,3 p.p. por encima del Nivel general), con una variación interanual del 56%. Por su parte, el IPC Estacionales creció 2,1% -explicado por la dinámica en indumentaria- y 62,2% i.a. Por último, el IPC Regulados mostró un crecimiento del 1,7%, debido principalmente al aumento en educación, con un crecimiento del 32,2% i.a.

¿Qué esperamos para el resto del año?

Si bien nuestras proyecciones preveían una paulatina desaceleración de la inflación a lo largo de los próximos meses, el nuevo contexto local y mundial tras la pandemia de Coronavirus nos obliga a realizar algunas revisiones.

Por un lado, se debe mencionar que la situación actual debilitará las negociaciones paritarias, por lo que las recomposiciones salariales que todavía no han sido acordadas quedarán para, en el mejor de los casos, la segunda mitad del año. Por su parte, tampoco se espera un ajuste tarifario de magnitud que implique una significativa suba en el nivel de precios. Esto no solo se corresponde a una decisión política sino que también se ve afectado por la caída del precio de petróleo a nivel mundial (alrededor de 50% en marzo), fenómeno que ayuda a contener el avance de los costos de producción.

Por lo tanto, el tipo de cambio será la principal fuerza que traccione la inflación en 2020. Esto, por un lado, guarda relación con la posible dilatación de la negociación de la deuda, que, así como cualquier decisión unilateral del gobierno (default), impondrán presiones sobre el tipo de cambio oficial impactando en la inflación. Por otro lado, la financiación con emisión monetaria del paquete fiscal anunciado por el gobierno –de 2% del PBI- podría ejercer presiones sobre la brecha cambiaria, y por lo tanto, impulsar los precios en la medida que se incrementen las expectativas de devaluación.

En síntesis, pese a que habrá menos necesidad de corregir tarifas y que las negociaciones paritarias serán acotadas, la inflación del 2020 dependerá de dos cuestiones: la duración de las restricciones -y el consecuente paquete fiscal necesario para ponerle un freno a la caída de la demanda interna y al deterioro de la cadena de pagos- y el resultado de la inminente renegociación de la deuda. De esta manera, modificamos nuestra proyección de inflación al alza, a la zona del 49%.

Descargá nuestro informe IPC GBA Ecolatina para un análisis más detallado (acceso solo para usuarios Full o Corporate).

Bolivia | La economía creció 2,5% en 2019

Economía

Bolivia creció 2,5% en 2019 según lo anticipa el Índice Global de Actividad Económica (IGAE), donde sobresale la caída a lo largo de todo el año del sector hidrocarburos (10% de caída al final de año). Este resultado es ligeramente superior a lo esperado por el repunte en la producción y exportación de gas que se observó en los últimos tres meses del año, lo cual contrapesó los efectos de la conmoción social y política de octubre y noviembre que derivó en el cambio de gobierno.

La recuperación del volumen exportado de hidrocarburos también favoreció la balanza comercial, que en enero de este año reportó casi un balance entre envíos desde y hacia el exterior. Esto se explica por el aumento de 10% en el valor de las exportaciones y la caída de 15% en las importaciones. Parte de esta última se podría deber a los efectos iniciales de las restricciones de importación en China como a la desaceleración del gasto interno el país, también reflejado en la caída de 0,1% del IPC en el primer bimestre.

Política

Las encuestas electorales muestran una situación particular en el país antes de las elecciones generales del 3 de mayo. En primer lugar, se observa un aumento de la intención de voto del Movimiento al Socialismo (MAS) que tiene en torno a un tercio de preferencia. En segundo, se observa el aumento sostenido de la actual presidenta Jeanine Añez de casi 10 puntos porcentuales entre enero y febrero. Y, en tercer lugar, el virtual empate estadístico en el segundo lugar entre la presidente y el expresidente Carlos Mesa alrededor de una quinta parte del electorado cada uno.

En este contexto, el MAS obtendría la mayoría legislativa pero el poder ejecutivo sería del contendor con segunda mayor votación, Añez o Mesa, quien ganaría en la segunda vuelta. Por eso que los movimientos de derechos civiles contrarios al MAS presionan para que la oposición pueda presentar un solo frente y asegurar la victoria en primera vuelta, aspecto que parece improbable hasta el presente incluso con partidos con menor intención de voto.

Continuó la presión sobre el mercado laboral

¿Qué sucedió en el mercado de trabajo en el último trimestre del año?

La actividad se contrajo un 1,1% i.a. en el último trimestre del 2019, que culminó con una reducción del PBI del 2,2% i.a. en el promedio anual, encadenando dos años consecutivos de contracción de la economía. Sin embargo, esto no se tradujo en una destrucción de puestos de trabajo.

Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la desocupación disminuyó al 8,9% (-0,2 p.p. respecto al mismo trimestre del año anterior) de la Población Económicamente Activa (PEA). A su vez, el empleo alcanzó el 43% de la población de referencia en el último trimestre del 2019 (+0,8 p.p. en la comparación interanual).

¿Qué hay detrás de estos números?

La Población Económicamente Activa –que incluye tanto a los ocupados como a los desocupados– mostró un incremento respecto a lo sucedido en el mismo trimestre del 2018, lo que implica un mayor número de personas participando en el mercado de trabajo. Este comportamiento es característico en épocas de crisis: teniendo en cuenta que el salario real cayó 9,5% i.a. en el último año, un nuevo integrante de la familia se incorpora al mercado laboral con el fin de compensar la pérdida de poder adquisitivo del hogar.

Así, a diferencia de lo sucedido en los trimestres anteriores, el aumento de los participantes en el mercado de trabajo durante el último trimestre del año implicó un incremento del empleo y una reducción de la tasa de desocupación.

Sin embargo, también se observa un aumento de la presión sobre el mercado laboral. Más en detalle, los ocupados demandantes –trabajadores que poseen un empleo pero están en búsqueda de otro– alcanzaron el 19% en el último trimestre del año (+1,8 p.p. en la comparación interanual), mientras que los subocupados (trabajan menos de 35 horas semanales y están dispuestos a trabajar más) alcanzó el 13,1% (+1,1 p.p. respecto al mismo trimestre del año anterior).

La búsqueda de un cambio de empleo está vinculado fundamentalmente a dos cuestiones. En primer lugar, se procura un nuevo puesto cuando los ingresos no alcanzan (algo que se explica por la fuerte caída del salario real) y/o, los riesgos de perder el trabajo crecen. En este sentido, cuando se analiza las categorías de ocupación, es posible observar que ganaron terreno las formas de contratación más precarias, que, de hecho, es la razón por la que el nivel de empleo se incrementó.

Así, la dotación de asalariados formales cayó en 70.000 en la comparación interanual, mientras que los asalariados informales y los cuentapropistas sumaron casi 140.000 trabajadores a sus filas. Por lo tanto, si bien el resultado en el agregado es positivo, un análisis hacia dentro del mercado laboral muestra que esta dinámica contiene una precarización del mismo.

¿Qué esperamos a futuro?

Las perspectivas no son favorables. Como cualquier variable económica, el mercado de trabajo va a estar principalmente determinado por la pandemia del Coronavirus.

En este sentido, la cuarentena pone en peligro una cantidad considerable de puestos de trabajo. La parálisis en la actividad no solo deprime profundamente la demanda interna sino que pone en jaque la cadena de pagos. De interrumpirse -junto a la imposibilidad de desarrollar sus tareas-, muchas empresas -especialmente las pequeñas e informales- o emprendimientos personales tendrán dificultades para mantenerse en pie, llevando a una cantidad considerable de trabajadores al desempleo. A su vez, el trabajo asalariado formal también podría verse afectado: algunas ramas de actividad se encuentran prácticamente paralizadas, y las empresas podrían decidir disminuir personal ante la incertidumbre y la caída de los ingresos. Los efectos nocivos sobre el mercado de trabajo se incrementarán en la medida que se prolongue la cuarentena y crezca la incertidumbre respecto a la resolución de la pandemia.

Por este motivo, para mitigar el impacto del Coronavirus sobre el nivel de empleo, el gobierno deberá mantenerse activo. Algunas de las medidas que ya se tomaron al respecto son la exención de contribuciones patronales, se reforzó el seguro de desempleo, se ampliará el Programa de Recuperación Productiva (REPRO) para garantizar el empleo en las empresas afectadas por la pandemia y se otorgarán líneas de financiamiento productivo. Sin embargo, esto podría no ser suficiente –incluso en el corto plazo- para evitar una crisis en el mercado de trabajo. De esta manera, el gobierno deberá tomar más medidas para apaliar los efectos nocivos de la cuarentena.

 

 

 

Venezuela | La inflación fue mayor a 7000% en 2019

Economía

La Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN) publicó su índice nacional de precios que señala que la inflación del mes de diciembre fue de 33,1%, lo que significa que la inflación acumulada durante el año pasado fue de 7.374,4%. En la Gaceta Oficial N° 6.502 se aumentó el salario mínimo mensual a VES 250.000. También fue modificado el bono de alimentación a VES 200.000 bolívares. En conclusión, el ingreso mínimo total ahora equivale a VES 450.000. Adicionalmente, Nicolás Maduro anunció el cobro de los servicios y tasas en petros en entidades estatales que manejan divisas.
Al menos un millón de barriles de crudo destinados a exportaciones han sido detenidos debido a la exigencia del Ejecutivo de que ciertas tarifas marítimas deberán ser pagadas en petro. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos renovó la licencia a Chevron para que pueda continuar operando en Venezuela por tres meses más, la exención de la sanción permitirá a Chevron operar hasta el 22 de abril de 2020.

Política

Durante enero, Juan Guaidó realizó una gira por países americanos y Europa con el fin de reforzar su apoyo a la situación de Venezuela. El primer viaje fue a Bogotá, para asistir a una reunión con el presidente colombiano Iván Duque y con el jefe de la diplomacia de EE UU, Mike Pompeo. Posteriormente, viajó a Reino Unido, donde se reunió con Dominic Raab, ministro de Exteriores. En
su paso por Bruselas, Guaidó pidió a la Unión Europea (UE) que mantuviera la presión sobre la administración de Nicolás Maduro mediante más sanciones.
De igual forma, Jorge Arreaza, canciller de Venezuela para el régimen de Maduro, realizó un viaje a China para reafirmar su relación estratégica integral con dicho país. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció que siete diputados disidentes de la oposición acusados por recibir dinero del régimen para no votar por Guaidó en las reelecciones de la directiva de la AN ahora forman parte de la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros
(OFAC).

El PBI cayó 2,2% en 2019

En el cuarto trimestre de 2019, el PBI mostró una contracción del 1,1% respecto al mismo trimestre del año previo. A su vez, en términos desestacionalizados exhibió una contracción del 1% i.a. De esta manera, la actividad sufrió una caída del 2,2% en 2019, encadenando dos años consecutivos de contracción.

¿Qué sucedió con la oferta de bienes y servicios?

Nueve de los quince sectores totales se ubicaron en terreno positivo en el cuarto trimestre de 2019. Por un lado, los sectores de carácter extractivo mostraron incrementos: Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (+1,1% i.a.) y Explotación de minas y canteras (+1,6% i.a.), producto de la cosecha agrícola record e inversiones en Vaca Muerta, respectivamente. Por su parte, se destaca la evolución de Electricidad, gas y agua (+3,5% i.a.) como consecuencia del congelamiento de tarifas en la última parte del año y Hoteles y restaurantes (+1,0% i.a.) favorecido por el encarecimiento de servicios externos que fomentó el turismo interno.

Las principales contracciones se vieron en los sectores vinculados al mercado interno. Por un lado, producto del fuerte deterioro del salario real, Comercio sufrió una contracción del 2,6% i.a.. A su vez, Construcción e Intermediación financiera cayeron 8,3% i.a. y 8,6% i.a. respectivamente, en un contexto de incertidumbre financiera en el segundo semestre y un elevado costo del financiameinto. Por último, la Industria manufacturera cerró el último trimestre del año con una contracción del 2,1% i.a., desacelerando la caída en comparación a lo observado en el resto del 2019.

De esta manera, los bienes mostraron una contracción del -1,7% i.a. en el cuarto trimestre del año, y a pesar de que la industria y la construcción cerraron el 2019 en rojo (-6% i.a. y -6,2% i.a. respectivamente), la producción de bienes promedió un año estable (+0,2% i.a.), impulsados por la mencionada cosecha récord.

Por su parte, los servicios mostraron una caída del 1% i.a. en el último trimestre del 2019, y de esta manera, terminaron el año con una disminución del 3% i.a. liderado por la caída de intermediación financiera (-11,5% i.a.) y comercio (-7,8% i.a.).

¿Y por el lado de la demanda?

En el último trimestre del año se destacó la caída de 2,1% i.a. del consumo total (compuesto por una caída del 1,9% i.a. del consumo privado y 3,1% i.a. del consumo público). Esto guarda relación con el deterioro del salario real de los hogares, tras la inflación que tuvo lugar con la corrida cambiaria post-PASO. De esta manera, el consumo total cerró el año con una contracción del 5,7% i.a., liderado por un desplome del consumo privado (-6,5% i.a.).

Por otra parte, la inversión sufrió una contracción del 9% i.a. en el cuarto trimestre, cerrando el año con una caída promedio de casi 16% i.a. producto de la inestabilidad cambiaria y política que reinó durante gran parte del año pasado, en un contexto en el que la elevada tasa de interés de interés limitó el desarrollo de proyectos.

Por último, respecto al comercio exterior, las exportaciones se mantuvieron en terreno positivo (+7,4% i.a.), cerrando el año con un incremento del 9,5% i.a., desempeño que se explica por la cosecha agrícola récord y por una mejora de la competitividad cambiaria. Por su parte, las importaciones mostraron una contracción del -10,1% i.a. en el cuarto trimestre, para terminar el año con una desplome promedio de 18,3% i.a. Este retroceso ubicó a las importaciones en el nivel más bajo desde el segundo trimestre del 2010, y tiene su fundamento en la profunda recesión de la economía, que desalentó tanto proyectos de inversión como el consumo de bienes importados, tras la caída cercana al 20% i.a. del poder adquisitivo en dólares.

¿Cuáles son las perspectivas a futuro?

La dinámica de la economía en 2020 estará determinada por dos factores, siendo por el momento la pandemia de Coronavirus la mas importante y preocupante.

En primer lugar, el comercio exterior se verá relegado. Por un lado, las exportaciones del país podrían verse fuertemente golpeadas debido a que nuestros principales socios comerciales son los países más afectados por la pandemia (China, Estados Unidos y Europa), por lo que nuestro volumen de ventas al exterior podría sufrir una importante contracción. No obstante, dos factores podrían ponerle un piso a la caída: por un lado, nuestras exportaciones se componen principalmente de bienes esenciales que no necesariamente son de fácil sustitución y, por el otro, el precio de la soja continúa en niveles razonables. Por su parte, las importaciones se verán mayormente afectadas, producto del menor nivel de actividad y del freno de la demanda de las familias, que ante la incertidumbre deciden posponer la compra de bienes y servicios no esenciales.

A su vez, la demanda interna también sufrirá una importante contracción, principalmente en primer semestre del año como consecuencia de la decisión del gobierno de decretar la cuarentena total (en principio durante 15 días, a excepción de algunas actividades básicas, pero con una elevada probabilidad de extenderse hasta mediados de abril). Esto limitará el consumo de las familias a bienes esenciales en la medida que la incertidumbre se extienda, y paralizará la inversión, que producto de una elevada incertidumbre será seguramente el componente de la demanda más golpeado del año.

Todo esto llega en las semanas previas a la presentación de la oferta de reestructuración de la deuda a los acreedores externos. Si bien todavía conviven varios escenarios de resolución (canje, default o pago a los acreedores), creemos que en el corto plazo esta cuestión pasa a segundo plano tras la situación sanitaria del país. Sin embargo, un desenlace negativo de la negociación profundizaría la recesión en los próximos trimestres.

De esta manera, creemos que la recesión se profundizará en el segundo trimestre del año, teniendo además un significativo impacto en el mercado laboral, especialmente en los puestos de trabajo informales. Esto lleva nuestra proyección de actividad para 2020 a la zona de -3% i.a., con perspectivas de empeorar en la medida que la propagación del Coronavirus endurezca las medidas preventivas y la renegociación de la deuda no tenga una solución favorable para el país.

Uruguay | La inflación fue la mayor desde 2015

Economía

El 2019 cerró con un registro inflacionario anual de 8,8%, el mayor desde 2015 (9,4%), mostrando aceleración en el último bienio. El dato también se sitúa por encima del promedio de la década (8,1%) y del último quinquenio (8,2%), mostrando la ineficacia del Banco Central en cumplir el objetivo propuesto de situar la variaicón de los precios entre 3% y 6%. Por otra parte, al cierre del
pasado año el dólar observó la mayor revalorización anual (+15,3%) desde 2015 adecuándose al contexto internacional, por lo que en términos de “competitividad vía precios” hubo una mejora de 7,6% según la medición del Tipo de Cambio Real. Finalmente, por primera vez desde 2003 la medición del salario real global cierra el año con caída (-0,3%) producto de la contracción de los salarios reales en el Sector Privado (-1%), frente a la expansión en el Sector Público (+1,1%).

Política

El Presidente electo Dr. Luis Lacalle le presentó a sus socios de coalición de gobierno el borrador de la Ley de Urgente Consideración (LUC) que será la primera iniciativa que impulsará cuando asuma el próximo 1°de marzo. La particularidad de esta forma legal son los plazos máximos de su tratamiento (90 días) y la posibilidad de que, si la cámara no lo aprueba en el plazo legal
estipulado se considera aprobada tácitamente por el Poder Ejecutivo. La excepción es que la Ley no puede incluir temas presupuestales. El documento incluye 457 artículos agrupados en 10 capítulos de temas variados a saber: Seguridad Pública; Secretaría de Inteligencia y Estrategia del Estado; Educación; Economía y Empresas Públicas; Eficiencia del Estado; Sector Agropecuario; Relaciones Laborales y Seguridad Social; Desarrollo Social y Salud; Normativa sobre la emergencia en Vivienda; Otras disposiciones. Es muy probable que el documento final a presentar al Poder Legislativo contenga modificaciones ya que ha recogido opiniones negativas en algunos temas -Relaciones Laborales por ejemplo-.

Perú | La economía crecería 3% en 2020

Economía

La economía peruana creció solo 1.1% en diciembre pasado, debido a la contracción de los sectores primarios (-3.1%) y al lento avance de los no primarios (2%). Lo último respondió a la caída de 9.9% del sector de construcción, como consecuencia de una pobre ejecución de inversión
pública. Con ello, durante 2019, la economía peruana se expandió 2.2%.
Para 2020, la economía crecería 3% y para 2021, 3.4%. Este año, el principal eje dinamizador sería el gasto público, sobre todo el de inversión (8.1%), que junto con la normalización de los sectores primarios (3.2%) acelerarían la economía. El próximo año, el gasto privado sería el protagonista, lo que se reflejaría en un mayor crecimiento de los sectores no primarios (3.5%).
El principal riesgo para el presente año es el impacto del nuevo coronavirus (Covid-19). Este ya viene afectando negativamente los términos de intercambio (por la caída del cobre) y podría generar una fuerte caída de la demanda de productos.

Política

Tres semanas después de las elecciones parlamentarios del último 26 de enero, se conoce la composición del nuevo Congreso que ocupará funciones hasta julio de 2021. Este estará compuesto por nueve partidos y no tendrá una mayoría absoluta, por lo que dominará la fragmentación y habrá una necesidad de negociar. Por otro lado, el Ejecutivo pasó por algunas complicaciones en la última semana debido a que tres ministros decidieron presentar su carta de renuncia, luego de ser cuestionados por el propio gobierno respecto de sus gestiones para evitar que la empresa constructora Odebrecht prosiga con su intención de denunciar al Perú ante el CIADI.