En abril, la balanza comercial arrojó un superávit USD 1.411 M, siendo el mejor resultado para el mes desde 2012. Comparado con abril de 2019, el saldo positivo fue superior en un 21,1% i.a.
No obstante, el buen resultado “esconde” la fuerte dinámica recesiva que experimenta la economía global producto del COVID-19 y que impactó de lleno sobre los flujos del comercio. En este sentido, las exportaciones se desplomaron un 18,9% i.a y las importaciones un 30,1% i.a. Como consecuencia, el volumen del intercambio se retrotrajo un 23,8% i.a, siendo aún menor que el registrado durante la paralización mundial de 2009.
Las ventas externas sumaron USD 4.329 M (-18,9% i.), producto de una baja en las cantidades (-13% i.a) y, en menor medida, en los precios (-13% i.a). Si bien la dinámica es a todas luces negativa, se destaca que las exportaciones de Productos Primarios volvieron a crecer (+10,8% i.a), contrario a lo que había pasado en marzo, cuando todos los rubros habían experimentado bajas. Esto tuvo lugar gracias al incremento de las exportaciones de porotos de soja y maíz en grano, cuyos destinos principales fueron China y Vietnam, dos economías que de a poco comienzan a normalizar sus actividades.
Para las exportaciones de manufacturas la performance fue muy negativa (sobre todo para las de origen industrial) y estuvo vinculada a la fuerte contracción que están experimentando las economías de nuestros principales socios comerciales. Tal es el caso de Brasil, por ejemplo, -destino que concentra el 30% de las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial (MOI) y el 70% de las del complejo exportador-, en donde la actividad cayó un 5,9% en marzo (desestacionalizado) y la producción industrial un 9,9%.
Puntualmente, las MOI se desplomaron un 58,3% i.a, la mayor baja interanual desde al menos. Dentro de este rubro, el complejo automotriz fue por lejos el más afectado, por menores despachos a Brasil. En cuanto a las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), el descenso fue menor (-2,7% i.a), combinando bajas en algunos productos (pellets de soja, -USD 62 M) con subas en otros (aceite de soja, + USD 124 M y carne bovina, +USD 24 M).
Por último, el descenso que experimentaron las exportaciones de Combustibles (-33,9% i.a) se explicó enteramente por el derrumbe de los precios (-53,5% i.a), que se inició como consecuencia de la menor demanda mundial de petróleo, y cuya tendencia se exacerbó por el conflicto petrolero entre Rusia y Arabia Saudita. Contrariamente, las cantidades aumentaron un 41,7% i.a: la falta de demanda local liberó un mayor saldo exportable, pero que, de todas formas, debió realizarse a precios muy inferiores.
Por la paralización completa de un gran número de actividades económicas, las importaciones se hundieron un 30,1% i.a en abril, lo que implicó una notable aceleración en la caída respecto al registro del primer trimestre (-18,6% i.a). Apenas sumaron USD 2.981 M, menos de la mitad de lo importado durante el mismo mes de 2018.
Todos los usos acusaron elevadas tasas de caídas, empezando por Vehículos (-57,6% i.a), cuyas importaciones fueron prácticamente nulas (USD 87M) y seguido por Combustibles (-47,6% i.a), Piezas y Accesorios para Bienes de Capital (-43% i.a), Bienes de Capital (-35,9% i.a), Bienes de Consumo (-19,7% i.a) y Bienes Intermedios (-14,2% i.a), cuya baja se vio compensada por mayores importaciones de insumos médicos.
Un punto para destacar es que, en términos desestacionalizados, las importaciones experimentaron una fuerte baja del 8,9%, confirmando que la recesión económica se profundizará en abril respecto de marzo.
Con estos números, el primer cuatrimestre del año finalizó con un superávit comercial cercano a USD 4.720 M, resultando un 48% mayor al de igual período de 2019 y el más elevado desde 2009. Nuevamente, cabe destacar que no se debe a una dinámica “virtuosa” sino al hecho de que el desplome de las importaciones (21,5% i.a) duplicó la caída que acusaron las exportaciones (-10,1% i.a).
Esperamos que la dinámica contractiva continúe en los próximos meses, acorde la recesión mundial se prolongue: de acuerdo con las estimaciones de la OMC, el comercio mundial podría caer entre un 13% y un 32% i.a este año. Mantenemos nuestras proyecciones inalteradas, aunque las mismas podrán sufrir modificaciones debido a algunos factores que podrían afectar. Por el lado de las exportaciones, dependerá de cómo vayan evolucionando la caída de la economía mundial, hasta ahora con una baja proyectada en 3,3% i.a (FMI), aunque en constante revisión por parte de cada uno de los países. Mientras que la dinámica de las importaciones estará sujeta a la evolución de la actividad económica local, sujeta a cuánto dure la vuelta a la “normalidad” y como se resuelva la reestructuración de la deuda.