Septiembre con un alza en las compras y ventas externas

El saldo comercial fue de USD 921 M en septiembre. De esta manera, acumuló un superávit de USD 6.030 M hasta el noveno mes del año, mostrando una caída de -60% i.a. respecto al acumulado del año anterior.

Las exportaciones fueron USD 8.128 M en el mes de septiembre, exhibiendo una suba de 16,9% i.a., mientras que, las importaciones fueron USD 7.207 M, trepando 20,7% i.a. Cabe destacar que las cifras de septiembre de ventas y compras externas se ubicaron por encima del 90% de las estimaciones del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que estimaba una mediana de USD 7.352 M para las exportaciones de septiembre y un USD 6.456 M para las importaciones del mes.

En suma, el resultado comercial mantendrá el superávit en el acumulado del año, aunque con una importante caída respecto al resultado del año anterior. De esta forma, estimamos que el saldo comercial acumulado ronde los USD 8.000 M en el acumulado de 2025.

El saldo comercial fue de USD 921 M en septiembre, acumulando 22 meses consecutivos de superávit comercial. De esta manera, acumuló un superávit de USD 6.030 M hasta el noveno mes del año, mostrando una caída de -60% i.a. respecto al acumulado del año anterior.

La mejora se explicó por una aceleración tanto en las exportaciones como en las importaciones. Por un lado, las exportaciones fueron USD 8.128 M en el mes de septiembre, exhibiendo una suba de 16,9% i.a. Además, mostraron un crecimiento mensual de 1,3% en términos desestacionalizados y una suba de 16,5% i.a. en las cantidades exportadas (con precios con una leve suba de 0,3% i.a.). En esta línea, cabe destacar que las cantidades de las compras externas se encuentran en niveles máximos de las últimas décadas al observar el acumulado de enero-septiembre.

Además, las importaciones fueron USD 7.207 M, trepando 20,7% i.a. en septiembre. A su vez, subieron 10,1% en términos desestacionalizados y 21,3% en términos de cantidades (-0,3% i.a. en precios). Detrás de la aceleración en la mejora, se puede entrever cierto impacto en la mayor volatilidad del tipo de cambio, que en un contexto de mayor incertidumbre política pudo incrementar las expectativas de devaluación e incentivar al adelantamiento de importaciones.

Cabe destacar que las cifras de septiembre de ventas y compras externas se ubicaron por encima del 90% de las estimaciones del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que estimaba una mediana de USD 7.352 M para las exportaciones de septiembre y un USD 6.456 M para las importaciones del mes. En la misma línea, el dato de intercambio comercial argentino (que consiste en la suma de las importaciones y exportaciones) alcanzó USD 15.336 M en el mes, representando un máximo en los últimos tres años (desde agosto de 2022).

Al interior, la balanza comercial energética nuevamente explicó la mayor parte del superávit: las exportaciones fueron USD 967 M, mientras que las importaciones fueron de USD 191 M. De esta manera, el saldo comercial fue de USD 776 M en el mes, acumulando USD 5.367 M hasta el noveno mes del año, con exportaciones con un acumulado de USD 8.129 M, mientras que las importaciones fueron de USD 2.763 M hasta septiembre. 

En lo que respecta al resto de los bienes, todos los grandes rubros de exportaciones mostraron una mejora interanual. Al interior, destacó la mejora en las exportaciones de Productos Primarios (PP), que subieron 43,0% i.a. en el mes (USD 2.025 M). Por su parte, le siguió la mejora en las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) por USD 2.982 M (+11,2% i.a.) y las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) por USD 2.155 M (+3,5% i.a.).

Además, cabe destacar que la mejora de las exportaciones en el mes se explicó principalmente por el incremento de las ventas externas hacia China. En detalle, el país asiático se ubicó como el principal destino de las exportaciones del mes (algo que no fue la regla en el acumulado del año, ubicando a Brasil como principal destino). En números, las exportaciones fueron USD 1.293 M en el mes, representando una suba de 201,7% i.a. y explicado principalmente por las mayores ventas de productos primarios (PP) en el contexto del anuncio de la quita de retenciones de manera transitoria de granos (hasta alcanzar un monto de USD 7.000 M). Con más detalle, los porotos de soja mostraron una mejora de 613,8% i.a. Por otro lado, cabe destacar que de todas formas la balanza con este país se mantuvo negativa por USD -523 M (con importaciones por USD 1.816 M, +31,3% i.a.).

Por el lado de las importaciones, la mayor parte de los rubros tuvo subas significativas. Al igual que en los meses pasados, el rubro con mayor incremento fue resto de importaciones, que trepó 376,1% i.a. en el mes (USD 109 M) como consecuencia de los servicios postales puerta a puerta. Por otro lado, los vehículos Automotores de pasajeros treparon USD 618 M (+68,6% i.a.), los bienes de capital mostraron un saldo de USD 1.577 M (+47,7% i.a.) y los bienes de consumo mostraron un saldo por USD 1.157 M (+45,7% i.a.). A diferencia, una mejora más moderada la tuvo bienes intermedios (USD 2.253 M, +1,6% i.a.), mientras que las Piezas y accesorios para bienes de capital (USD 1.302 M, -1,3% i.a.), rubros asociados al proceso de producción, que se pueden ver afectados por el contexto recesivo actual.

Por último, el índice de términos del intercambio, calculado como el cociente entre el índice de precios de las exportaciones y el índice de precios de las importaciones, alcanzó un nivel de 138,7, lo que representó una suba de 0,6% i.a. De esta manera, si hubieran prevalecido los precios de septiembre de 2024, el saldo comercial habría registrado un superávit de USD 872 M. De esta manera, se puede ver que el país registró una ganancia en los términos de intercambio de USD 51 M.

¿Qué esperamos para el último trimestre?

En lo que resta del año, se mantendrá el leve superávit comercial, que continuará siendo mayormente explicado por el resultado energético. En tal sentido, los últimos meses del año se ubican como no tan favorables en términos estacionales para las exportaciones del sector agropecuario sumado a que finalizó el efecto transitorio del adelantamiento de exportaciones por la quita de retenciones, aunque el tipo de cambio real más elevado podría continuar incentivando determinados rubros puntuales. Por otro lado, en las importaciones puede jugar un efecto contrapuesto: si bien la suba del tipo de cambio real puede actuar como desincentivo, el incremento de las expectativas de devaluación y el contexto de mayor incertidumbre política puede seguir jugando un efecto de “adelantamiento” de importaciones. Además, si bien se venía observando cierto estancamiento de la actividad económica, el último dato disponible mostró un crecimiento (+0,3% desestacionalizado) y la apertura al comercio puede seguir generando un efecto de mayor preponderancia por consumo importado en contraste al local.

En suma, el resultado comercial mantendrá el superávit en el acumulado del año, aunque con una importante caída respecto al resultado del año anterior. De esta forma, estimamos que el saldo comercial acumulado ronde los USD 8.000 M en el acumulado de 2025.

 

El 2% dice presente

En septiembre, el IPC Nacional alcanzó el 2,1% mensual, mostrando una aceleración de 0,2 p.p. respecto al mes anterior y la variación más elevada desde abril. Además, se ubicó en línea para el relevamiento de expectativas del mercado (REM), que esperaba una inflación de 2,1% mensual para el mes. De esta manera, la inflación alcanzó una suma de 22,0% acumulado hasta septiembre y de 31,8% i.a.

En cuanto a las categorías, la mayor variación se vio en el IPC Regulados (+2,6%, – 0,1 p.p. respecto al mes anterior), mientras que los precios Estacionales subieron 2,2% en septiembre, tras caer -0,8% en agosto. Por último, el IPC Núcleo -excluye los datos de precios regulados y estacionales y por ende están más asociados a los cambios en la coyuntura económica- trepó 1,9% en el mes, desacelerándose 0,1 p.p. respecto al mes pasado.

Para octubre, estimamos que la inflación se ubique nuevamente por encima del 2%. El foco estará en la evolución del tipo de cambio y la expectativa sobre lo que pueda pasar con el esquema cambiario en los próximos meses, que determinará no solamente la dinámica de los precios en octubre sino también en el último trimestre del año.

En septiembre, el IPC Nacional alcanzó el 2,1% mensual, mostrando una aceleración de 0,2 p.p. respecto al mes anterior y la variación más elevada desde abril. Además, se ubicó en línea para el relevamiento de expectativas del mercado (REM), que esperaba una inflación levemente por encima del 2% para el mes. De esta manera, la inflación acumula 22% hasta septiembre y de 31,8% i.a., representando la cifra anual más baja desde mediados de 2018.

 

En cuanto a las categorías, la mayor variación se vio en el IPC Regulados (+2,6%, – 0,1 p.p. respecto al mes anterior), explicado por la aceleración en combustibles (+3,9%), mientras que también impactó el incremento en electricidad, gas y otros combustibles (+3,0%). Por otro lado, los precios Estacionales subieron 2,2% en septiembre, tras caer -0,8% en agosto. Al interior, resaltó la aceleración de frutas y verduras, donde ambas categorías treparon un 5,2%. Además, hay que destacar que indumentaria se ubicó por debajo de lo esperado en el inicio de temporada, ubicándose como la división con menor incremento (+1,1%).

Por último, el IPC Núcleo -excluye los datos de precios regulados y estacionales y por ende están más asociados a los cambios en la coyuntura económica- trepó 1,9% en el mes, desacelerándose 0,1 p.p. respecto al mes pasado. De esta forma, la inflación de este tipo de bienes se ubicó nuevamente por debajo de la evolución de la variación promedio del tipo de cambio oficial, que fue de 5,5%. Esto da cuenta de que el proceso inflacionario actual mantiene un pass-throught acotado (más en detalle, el tipo de cambio acumuló una suba de 14,5% en el punta-punta del segundo trimestre, mientras que la inflación subió 6,0% en el mismo periodo), como consecuencia de estar transitando un régimen inflacionario moderado, sumado a una mayor apertura comercial y caída en la actividad económica.

En términos de bienes y servicios se mantuvo la diferencia que se viene dando en los últimos meses: los primeros subieron 2,0%, mientras que los servicios un 2,3%. Esta diferencia se puede observar mejor en el acumulado del año: los bienes acumularon 17,9% hasta septiembre, mientras que los servicios treparon casi el doble en el mismo periodo (+31,2%).

En cuanto a las divisiones, la de mayor aumento fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (+3,1%), como consecuencia de los incrementos en alquileres. En la misma línea se ubicó Educación (+3,1%), mientras que Transporte trepó 3,0%. A diferencia, Restaurantes y hoteles subió 1,1%.

Perspectivas del resto del año

Para octubre, estimamos que la inflación se ubique nuevamente por encima del 2%. El foco estará en la evolución del tipo de cambio y la expectativa sobre lo que pueda pasar con el esquema cambiario en los próximos meses, que determinará no solamente la dinámica de los precios en octubre sino también en el último trimestre del año.

Si bien las elecciones legislativas y la incertidumbre que generan como la ayuda de EEUU (que, hasta ahora, pareciera ser la intervención directa en el mercado local vendiendo dólares y un eventual swap por parte del Tesoro estadunidense), el hecho de que la economía se mantenga en un escenario de mayor volatilidad cambiaria no está implicando hoy en día un traslado significativo a precios. Parte de esto no sólo se debe al rol disciplinado de una mayor apertura comercial, sino que también está asociado a la restrictiva política monetaria del Gobierno, que junto a un ancla salarial activada (paritarias que todavía esperan una inflación mensual que “arranque con 1”) le ponen un límite a la demanda agregada.

Por este motivo, estimamos que la inflación ronde 30% en 2025, algo por encima de lo esperado hace algunos meses, pero reflejando una importante desaceleración respecto a 2024.

Agosto y un récord de superávit comercial

En agosto, el saldo comercial alcanzó USD 1.402 M, el superávit más alto del año. Al interior, el resultado se explicó por exportaciones por USD 7.865 M (+16,4% i.a.), representando también la suma más elevada del año, mientras que las importaciones alcanzaron unos USD 6.463 M (+32,4% i.a.), ubicándose en línea al promedio de los anteriores meses del año.

En el mes de agosto también existió una ganancia por los términos del intercambio, de 8,9% i.a. En tal sentido, si hubieran prevalecido los precios de agosto de 2024, el saldo comercial hubiera sido menor, alcanzando los USD 821 M. Dicho esto, se puede decir que el país registró una ganancia por los términos de intercambio de USD 581 M durante el mes.

En lo que resta del año estimamos que exista una desaceleración tanto de las exportaciones como de las importaciones. En tal sentido, serán meses desfavorables en términos estacionales para las exportaciones del sector agropecuario (la performance favorable y transitoria del sector en julio y agosto difícilmente se mantenga en septiembre). De esta manera, el principal foco estará en las exportaciones de energía, que mostrarán un desempeño positivo en lo que resta del año. Por otro lado, las importaciones podrían mostrar una desaceleración, en línea a la reciente suba del tipo de cambio real y un contexto más adverso en términos de actividad económica.

 En agosto, el saldo comercial alcanzó USD 1.402 M, el superávit más alto del año, aunque resultó un 25% por debajo del resultado obtenido el mismo mes del año anterior. En el acumulado enero-agosto, el resultado alcanzó USD 5.071 M, exhibiendo una baja de -64% respecto al acumulado de 2024.

Al interior, el resultado se explicó por exportaciones por USD 7.865 M (+16,4% i.a.), representando la suma más elevada del año, mientras que las importaciones alcanzaron unos USD 6.463 M (+32,4% i.a.), ubicándose en línea al promedio de los anteriores meses del año.

La magnitud del superávit comercial de agosto se explicó tanto como por un abultado superávit del resultado energético, pero también por el resultado superavitario del resto de los bienes que componen la balanza.

Respecto al primero, las exportaciones del sector energético fueron USD 1.056 M en agosto (representando una suba de 40,6% i.a.), mientras que las importaciones energéticas fueron USD 307 M en el mes (-38,4% i.a.). De esta manera, el saldo comercial energético fue de USD 749 M, explicando la mitad del superávit total y acumulando USD 4.591 M en lo que va del año.

Al igual que en el mes anterior, parte del resultado superavitario de la balanza se explicó por el desempeño del resto de los bienes, que también mostraron un superávit (USD 653 M). Tal es así, que, a diferencia de los meses previos, el resto de los bienes también mostró un leve superávit comercial en el acumulado del año (USD 480 M hasta agosto).

En lo que respecta a las ventas externas, la mejora también se explicó por las ventas ligadas al sector agropecuario: los productos primarios alcanzaron USD 1.982 M (+35,7% i.a.) donde continuaron primando los efectos de la quita permanente de las retenciones y las manufacturas de origen agropecuario tuvieron ventas por USD 2.823 M (+18,1% i.a.). A contramano, las manufacturas de origen industrial mostraron un saldo de USD 2.003 M y cayeron en el mes (-7,0% i.a.), por una caída en las cantidades (-8,6% i.a.).

Por su parte, las importaciones se mantuvieron en línea al resto de los meses, con las compras externas ligadas al consumo con las variaciones interanuales más pronunciadas. En tal sentido, los bienes de consumo treparon 65,5% i.a. (USD 992 M), mientras que los vehículos automotores de pasajeros un 155,6% i.a. (USD 554 M). Al igual que en el mes anterior, el resto de las importaciones alcanzó niveles récord (USD 97 M, +277,3% i.a.), en línea a la flexibilización del sistema de entregas puerta a puerta.

En cuanto a los rubros mayormente asociados al proceso de producción, los bienes de capital también crecieron (USD 1.271 M, +75,8% i.a.), mientras que los bienes intermedios mostraron importaciones por USD 1.971 M (+16,2% i.a.) y las piezas y accesorios mostraron una suba de 13,2% i.a. (USD 1.271 M).

Por último, cabe mencionar que los términos del intercambio, calculado como el cociente entre el índice de precios de las exportaciones y el índice de precios de las importaciones, también mostraron una mejora en el mes de agosto (+8,9% i.a.). En tal sentido, si hubieran prevalecido los precios de agosto de 2024, el saldo comercial hubiera sido menor, alcanzando los USD 821 M. Dicho esto, se puede decir que el país registró una ganancia por los términos de intercambio de USD 581 M durante el mes.

Perspectivas del resto del año

En lo que resta del año estimamos que exista una desaceleración tanto de las exportaciones como de las importaciones. En tal sentido, serán meses desfavorables en términos estacionales para las exportaciones del sector agropecuario (la performance favorable y transitoria del sector en julio y agosto difícilmente se mantenga en septiembre), aunque un tipo de cambio real más elevado podría continuar incentivando determinados rubros puntuales. De esta manera, el principal foco estará en las exportaciones de energía, que mostrarán un desempeño positivo en meses restantes. Por otro lado, las importaciones podrían mostrar una desaceleración, en línea a la reciente suba del tipo de cambio real (+20% entre junio-septiembre) y un contexto más adverso en términos de actividad económica (el EMAE mostró dos caídas consecutivas mensuales en mayo-junio).

En suma, el resultado comercial mantendrá el superávit en el acumulado del año, aunque con una importante caída respecto al resultado del año anterior. Al igual que en los primeros meses, el superávit comercial se encontrará respaldado por el resultado superavitario de la balanza comercial energética.

 

La inflación se mantiene por debajo del 2%

El IPC Nacional de INDEC trepó 1,9% mensual en agosto, mostrando la misma variación que el mes pasado y ubicándose por debajo del 2% mensual por cuarto mes consecutivo. De esta forma, la inflación acumulada fue de 19,5% hasta el octavo mes del año y la variación interanual se ubicó en 33,6% i.a., representando la variación más baja en seis años.

En cuanto a las categorías, existió una importante heterogeneidad al interior. La mayor variación se vio en el IPC Regulados (+2,7%), que mostró la variación más elevada desde marzo, mientras que el IPC Núcleo subió 2,0% (+0,5 p.p. respecto a julio) y los precios estacionales jugaron a la baja (-0,8%).

Si bien el pass-through del dólar sobre la inflación se encuentra acotado en contraste a otros periodos, la dinámica cambiaria pondrá un piso a la inflación de los últimos cuatro meses del año. De esta manera, en lo que resta del año difícilmente la inflación logre ubicarse por debajo del 2% mensual sin la ayuda de los precios estacionales.

El IPC Nacional de INDEC trepó 1,9% mensual en agosto, mostrando la misma variación que el mes pasado y ubicándose por debajo del 2% mensual por cuarto mes consecutivo. De esta forma, la inflación acumulada fue de 19,5% hasta el octavo mes del año y la variación interanual se ubicó en 33,6% i.a., representando la variación más baja en seis años.

En cuanto a las categorías, existió una heterogeneidad al interior. La mayor variación se vio en el IPC Regulados (+2,7%), que mostró la variación más elevada desde marzo, explicado por la aceleración en combustibles (+3,7%), mientras que también impacto el incremento en electricidad, gas y otros combustibles (+2,4%).

Luego, le siguió el IPC Núcleo, que excluyen los datos de precios regulados y estacionales y por ende están más asociados a los cambios en la coyuntura económica, treparon 2,0% en el mes, acelerándose 0,5 p.p. respecto al mes pasado.

Por último, los precios Estacionales cayeron -0,8% en agosto, con una incidencia negativa de -0,1 p.p. en el mes. En este sentido, descontando la evolución de la categoría, el nivel general hubiese trepado 2,0% en el mes. Al interior, la caída se explicó por la evolución estacional de indumentaria (prendas de vestir cayó -0,6%) y de servicios asociados al turismo.

En términos de bienes y servicios se mantuvo la diferencia que se viene dando en los últimos meses: los primeros treparon 1,6%, mientras que los servicios subieron un 2,5%. En esta línea, los bienes acumularon 15,6% hasta agosto, mientras que los servicios treparon casi el doble en el mismo periodo (+28,2%).

Al igual que en julio, la inflación núcleo (2,0%) y la del precio de los bienes (+1,6%) mostró una aceleración respecto al mes anterior (+0,5 p.p. y +0,2 p.p., respectivamente), pero mantuvieron una evolución acotada en un contexto de mayor volatilidad cambiaria (+4,9% en el promedio respecto a julio, aunque -2,0% en la comparación punta a punta).

En cuanto a las divisiones, la de mayor aumento fue Transporte (+3,6%), como consecuencia de los incrementos en combustibles. Luego, le siguió Bebidas alcohólicas y tabaco (+3,5%) por la aceleración de tabaco, mientras que Restaurantes y hoteles trepó 3,4%. A diferencia, Prendas de vestir y calzado mostró una caída de -0,3%.

Perspectivas del resto del año

Pese a que se evidencia un significativo menor traslado a precios, lo que pase con el tipo de cambio seguirá determinando la dinámica inflacionaria el resto del año.

Recientemente, la sorpresa electoral de las elecciones de medio término en PBA significó una derrota para el oficialismo, que trajo consigo mayor volatilidad cambiaria a principios de esta semana, con un tipo de cambio que se acomodó cerca de la banda superior. En este marco, las autoridades anunciaron una continuidad en su política cambiaria y monetaria, donde existe la posibilidad del Tesoro de realizar operaciones dentro de las bandas y el poder de fuego del BCRA de intervenir en el techo y darle un máximo a la cotización. Además, el Gobierno comenzó a ensayar una baja en la tasa de interés de facto que surge de su intervención en el mercado, lo que podría morigerar un costo financiero que se veía insostenible, aunque con el riesgo que pueda empezar a ser un factor adicional en contra de la desinflación.

De esta forma, si bien el pass-through del dólar sobre la inflación se encuentra acotado en contraste a otros periodos (dado que en la actualidad transitamos un régimen de inflación moderado, en suma, a un deterioro del ingreso disponible y una mayor apertura comercial), la dinámica cambiaria pondrá un piso a la inflación de los últimos cuatro meses del año. Dicho en otras palabras, difícilmente la inflación de los próximos meses logre continuar perforando el 2% sin la ayuda de los precios estacionales.

 

 

Julio con el superávit más elevado del año

En julio, el saldo comercial alcanzó USD 988 M, el superávit más alto del año, aunque resultó un 30% inferior al registrado en el mismo mes de 2024. En el acumulado enero-julio, el superávit se ubicó en USD 3.750 M, exhibiendo una baja de -70% respecto al acumulado de 2024.

Los términos del intercambio, calculado como el cociente entre el índice de precios de las exportaciones y el índice de precios de las importaciones, mostraron una mejora en el mes de julio (+5,6% i.a.). En tal sentido, si hubieran prevalecido los precios de julio de 2024, el saldo comercial hubiera sido menor, alcanzando los USD 602 M. Dicho esto, se puede decir que el país registró una ganancia por los términos de intercambio de USD 429 M durante el mes.

Durante el mes de julio, se anunció la baja permanente de las retenciones al sector agropecuario, buscando incentivar las liquidaciones en los próximos meses. Sin embargo, comienzan los meses desfavorables en términos estacionales y el adelantamiento de las liquidaciones observadas en junio ya redujo el margen para el resto del año. En términos de compras externas, el alza reciente del tipo de cambio real podría actuar como efecto contrapuesto en la medida que se sostenga en niveles más elevados, lo que podría resultar en cierta desaceleración en el crecimiento de las importaciones.

En julio, el saldo comercial alcanzó USD 988 M, el superávit más alto del año, aunque resultó un 30% inferior al registrado en el mismo mes de 2024. En el acumulado enero-julio, el superávit se ubicó en USD 3.750 M, exhibiendo una baja de -70% respecto al acumulado de 2024.

Por primera vez en el año, el superávit comercial del resto de los bienes fue mayor al superávit de la balanza energética. En detalle, el superávit energético fue de USD 216 M en el mes de julio, explicado por exportaciones por USD 763 M (-9,7% i.a.) e importaciones por USD 546 M (-25,1% i.a.). De esta manera, el resto de los bienes mostró un superávit comercial por USD 771 M en el mes, el más elevado del año.

De todas formas, cabe destacar que esta no fue la norma en el primer semestre: la balanza energética acumula un saldo positivo de USD 3.959 M hasta julio, mientras que, descontando este resultado, el resto de los bienes mostró un déficit en el acumulado del año (por USD -209 M). Dicho en otras palabras, el superávit comercial en lo que va del año se sostuvo gracias al desempeño del sector energético.

Volviendo al mes de julio, detrás del mayor superávit del resto de los bienes se encontraron las exportaciones del sector agropecuario. Las exportaciones totales alcanzaron USD 7.727 M en el mes, mostrando una suba de 7,5% i.a. respecto al mismo mes del año anterior.

Al interior, los Productos Primarios (PP) mostraron ventas externas por USD 2.077 M, exhibiendo una suba de 22,8% i.a. en julio y mostrando la suma más elevada del año. Si bien julio ya no representa uno de los meses más favorables en términos estacionales, la perspectiva de la suba de las retenciones a partir del mes en cuestión produjo que se adelanten muchas operaciones durante el sexto mes del año y que en consecuencia impacten también sobre julio. En la misma línea, se observa que la mejora del mes fue mayormente por las cantidades (+19,1% i.a.), con precios también al alza (+3,0% i.a.).

Además, las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) fueron USD 2.925 M (+5,3% i.a.), mientras que las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) alcanzaron USD 1.962 M, mostrando una suba de 4,7% i.a. Respecto a las últimas, cabe destacar que la mejora se debió a una suba de 9,6% i.a. en los precios, dado que las cantidades cayeron (-4,6% i.a.).

En el acumulado del año, las ventas externas alcanzaron USD 47.468 M, mostrando una suba de 4,6% i.a. Además, las cantidades subieron 5,0% i.a. en el acumulado hasta julio, mientras que los precios jugaron en contra (-0,4% i.a.).

Por el lado de las importaciones, fueron subiendo escalonadamente durante todo el año, alcanzando una cifra de USD 6.738 M en el mes de julio (+17,7% i.a.). Además, acumularon USD 43.718 M hasta el séptimo mes (+31,7% i.a.), con cantidades con una mejora más pronunciada (+41,2% i.a.) y precios con caída (-6,7% i.a.).

La flexibilización de las restricciones al comercio exterior y la recuperación del consumo privado explican buena parte del desempeño positivo de las importaciones en contraste a un año atrás. En este sentido, es posible observar como la mejora es más pronunciada en rubros mayormente vinculado a la compra de bienes finales.

Los vehículos automotores de pasajeros (VA) mostraron una suba de 135,3% i.a. con importaciones por USD 514 M, mientras que los bienes de consumo (BC) exhibieron una suma de USD 959 M en el mes de julio (+47,6% i.a.).

En la misma línea, la variación más pronunciada se observó en resto de importaciones, que alcanzó un récord histórico por USD 98 M (+298,5% i.a.). Si bien en términos de valores es el más pequeño en contraste al resto de los usos, destaca que el crecimiento se explicó por los bienes despachados mediante servicios postales, es decir, el consumo “puerta a puerta” que comenzó a ser más relevante en los últimos meses.

En cuanto a los rubros mayormente asociados al proceso de producción, los bienes de capital (BC) también crecieron (USD 1.265 M, +51,9% i.a.) explicado en mayor medida por la suba de importaciones de equipos de transporte industriales, mientras que piezas y accesorios (PyA) mostraron una suba de 19,4% i.a. (USD 1.273 M). A contramano, los bienes intermedios (BI) mostraron importaciones por USD 2.083 M, que representaron una caída de -5,6% i.a., como consecuencia de una baja en las cantidades (-3,0% i.a.) y los precios (-2,3% i.a.).

Pese a esta mejora interanual, en términos desestacionalizados es posible observar cierto estancamiento de las importaciones: en julio mostraron un estancamiento (+0,1%), tras dos meses consecutivos de caídas (-0,7% en junio y -4,3% en mayo). En tal sentido, las señales recientes de estancamiento en la recuperación de la actividad económica en conjunto a la suba del tipo de cambio real observada en los últimos meses pueden explicar parte de este desempeño (mejoras interanuales, pero estancamiento en contraste a los meses pasados).

Por último, cabe mencionar que los términos del intercambio, calculado como el cociente entre el índice de precios de las exportaciones y el índice de precios de las importaciones, mostraron una mejora en el mes de julio (+5,6% i.a.). En tal sentido, si hubieran prevalecido los precios de julio de 2024, el saldo comercial hubiera sido menor, alcanzando los USD 602 M. Dicho esto, se puede decir que el país registró una ganancia por los términos de intercambio de USD 429 M durante el mes.

Perspectivas para el resto del año

Durante el mes de julio, se anunció la baja permanente de las retenciones al sector agropecuario, buscando incentivar las liquidaciones en los próximos meses. Sin embargo, comienzan los meses desfavorables en términos estacionales y el adelantamiento de las liquidaciones observadas en junio ya redujo el margen para el resto del año. En términos de compras externas, el alza reciente del tipo de cambio real podría actuar como efecto contrapuesto en la medida que se sostenga en niveles más elevados, lo que podría resultar en cierta desaceleración en el crecimiento de las importaciones.

En suma, el resultado comercial mantendrá el superávit en el acumulado del año, aunque con una importante caída respecto al resultado del año anterior. En lo que resta del año, el superávit comercial se encontrará respaldado por el resultado superavitario de la balanza comercial energética.

 

La inflación se aceleró levemente en julio

El IPC Nacional de INDEC trepó 1,9% mensual en julio, acelerándose 0,3 p.p. respecto al dato de junio y ubicándose por debajo del 2% mensual por tercer mes consecutivo. De esta forma, la inflación acumulada fue de 17,3% hasta el séptimo mes del año y la variación interanual se ubicó en 36,6% i.a., representando la variación más baja desde diciembre de 2020.

En cuanto a las categorías, el IPC Estacionales subió 4,1% en el mes, representando la categoría de mayor evolución y la evolución más alta desde marzo (acelerándose 4,3 p.p. respecto al mes anterior). Al interior, destacó la suba de verduras y frutas (+6,3% y +5,1%, respectivamente), mientras que prendas de vestir jugó a la inversa (-1,4%). Por su parte, el IPC Regulados trepó 2,3% (acelerándose 0,1 p.p. respecto al mes anterior). Al interior, destacó la aceleración transporte público y combustibles. Por último, un dato significativo es que la inflación Núcleo -que excluye los datos de precios regulados y estacionales, más sensibles a los cambios en la coyuntura económica- trepó 1,5% en el mes, desacelerándose 0,2 p.p. respecto al dato del mes pasado.

El hecho de que tanto la inflación núcleo (+1,5%) como los bienes (+1,4%) hayan tenido una evolución reducida en el mes va en línea a un pass-through acotado de la suba del tipo de cambio oficial, que acumuló una suba superior al 20% desde la salida del cepo cambiario y puntualmente de 13% durante el punta-punta de julio.

El IPC Nacional de INDEC trepó 1,9% mensual en julio, acelerándose 0,3 p.p. respecto al dato de junio y ubicándose por debajo del 2% mensual por tercer mes consecutivo. De esta forma, la inflación acumulada fue de 17,3% hasta el séptimo mes del año y la variación interanual se ubicó en 36,6% i.a., representando la variación más baja desde diciembre de 2020.

En cuanto a las categorías, el IPC Estacionales subió 4,1% en el mes, representando la categoría de mayor evolución y la evolución más alta desde marzo (acelerándose 4,3 p.p. respecto al mes anterior). Al interior, destacó la suba de verduras y frutas (+6,3% y +5,1%, respectivamente) y servicios asociados al turismo, que habría subido más de 20% en el mes, mientras que prendas de vestir jugó a la inversa (-1,4%). Por su parte, el IPC Regulados trepó 2,3% (acelerándose 0,1 p.p. respecto al mes anterior). Al interior, hubo una aceleración en los precios de transporte público y combustibles.

Por último, un dato significativo es que los precios Núcleo, que excluye los datos de precios regulados y estacionales y por ende están más asociados a los cambios en la coyuntura económica, treparon 1,5% en el mes, desacelerándose 0,2 p.p. respecto al dato del mes pasado.

En términos de bienes y servicios también se mantuvieron las diferencias: los primeros treparon 1,4%, mientras que los servicios subieron un 3,1%.

El hecho de que tanto la inflación núcleo (+1,5%) como los bienes (+1,4%) hayan tenido una evolución reducida en el mes va en línea con un pass-through (muy) acotado tras la suba del tipo de cambio oficial, que acumuló una suba superior al 20% desde la salida del cepo cambiario y puntualmente de 13% durante el punta-punta de julio (+7,3% en el promedio).

En cuanto a las divisiones, la de mayor aumento fue Recreación y cultura (+4,8%), como consecuencia del incremento de servicios asociados al turismo por vacaciones de invierno. Luego, le siguió Transporte (+2,8%) como consecuencia de la aceleración en transporte público (+3,3%) y combustibles (+3,0%), mientras que Restaurantes y hoteles (+2,8%) también mostró una aceleración en línea a la mayor estacionalidad.

Alimentos y bebidas no alcohólicas se aceleró a 1,9% (tras ubicarse dos meses consecutivos por debajo del 1%), donde destacó la suba de frutas y verduras. De todas formas, excluyendo estos dos ítems la variación fue de 1,3% para la división, manteniendo cierta aceleración en el resto de los alimentos y bebidas en contraste a junio. Así, destacó la suba de carnes (+1,4%) y pan y cereales (+2,1%) a nivel nacional.

Perspectivas del resto del año

En agosto, será clave seguir monitoreando el pass-through de la evolución del tipo de cambio sobre los precios, dado que podría existir cierto impacto durante este mes. Sin embargo, el traspaso luce más acotado en contraste a otros periodos: (i) El tipo de cambio retrocedió buena parte de la suba en la primera parte de agosto (pasando de $1.370 a $1.300); (ii) A diferencia de otras devaluaciones, en la actualidad estamos ante un régimen de inflación moderado, lo cual relantiza el pass-through; (iii)  El deterioro del ingreso disponible (producto del ancla salarial y la suba de costos fijos) y el rebalanceo de la canasta de consumo limita el margen para incrementar precios en varios productos y, por último, (iv) La mayor apertura comercial restringe la suba de precios en los bienes locales.

En el resto del año, la magnitud y vigencia de la desaceleración inflacionaria seguirá dependiendo esencialmente de lo que suceda con el tipo de cambio y en particular el traspaso a precios. Además de la reciente movilidad cambiaria, hay que tener en cuenta que en septiembre y octubre se llevarán a cabo las elecciones de medio término, por lo cual no nos sorprendería que el tipo de cambio oficial muestre una mayor volatilidad en la cercanía a las elecciones si el Gobierno se mantiene en su postura de no intervención dentro de las bandas. Cualquiera sea el caso, la inflación anual en 2025 desacelerará notablemente respecto a los observado en 2024.

 

 

 

 

Bienvenidos, bienes de consumo

En los últimos meses, las importaciones tuvieron una recuperación significativa. Este crecimiento se dio en línea a la recuperación de la actividad económica, que suele tener un efecto amplificado sobre las compras externas: según nuestras estimaciones, la economía acumuló un crecimiento interanual en torno al 6% en el primer semestre del año, mientras que las importaciones treparon en torno al 40% en igual periodo. En la misma línea, como porcentaje del PIB se ubicaron en 32% en el primer trimestre de 2025, alcanzando un nivel máximo para un primer trimestre de las últimas décadas.

La evolución reciente de las importaciones de bienes de consumo volvió al centro del debate, tanto por incidencia en el consumo de las familias como por su potencial de sustituir producción nacional. En el primer semestre acumularon alrededor de USD 5000 M (+73,5 i.a.), con cantidades que tuvieron una sostenida y marcada recuperación en los últimos meses y ya superaron los picos de otros años, como 2017.

Al interior, existió una mejora más pronunciada sobre determinados sectores que, afectados por trabas en los últimos años, están respondiendo de manera más dinámica a la nueva coyuntura de mayor apertura. Al mirar los valores importados, los rubros de “Electrónica y electrodomésticos”, “Automotriz” y “Muebles y juguetes” son parte de los que más crecieron.

En los últimos meses, las importaciones tuvieron una recuperación significativa. Este crecimiento se dio en línea a la recuperación de la actividad económica, que suele tener un efecto amplificado sobre las compras externas: según nuestras estimaciones, la economía acumuló un crecimiento interanual en torno al 6% en el primer semestre del año, mientras que las importaciones treparon en torno al 40% en igual periodo. En la misma línea, como porcentaje del PIB se ubicaron en 32% en el primer trimestre de 2025, alcanzando un nivel máximo para un primer trimestre de las últimas décadas.

Las flexibilizaciones en el comercio exterior jugaron un rol central para este desempeño. Entre las principales medidas se destaca la eliminación progresiva del Impuesto PAIS sobre las importaciones, con reducciones de alícuotas en septiembre y diciembre, que coincidieron con saltos mensuales de magnitud en las compras externas (+32% en septiembre y +8% en diciembre). A esto se suman otras reformas, como la reducción de aranceles en rubros específicos -electrodomésticos, neumáticos, insumos plásticos, entre otros-, la eliminación del sistema SIRA y su reemplazo por el SEDI, y la simplificación de diversos trámites aduaneros.

Los rubros que más están impulsando el crecimiento de las importaciones son principalmente los vinculados a bienes finales (tanto de consumo como vehículos de todo tipo), así como los bienes de capital junto con sus piezas y accesorios. Es posible que estos componentes estén mostrando una recuperación más marcada y en muchos casos alcanzando niveles máximos de las últimas décadas, tendencia favorecida además por su menor costo en dólares. En contraste, los bienes intermedios (es decir, los insumos utilizados en los procesos productivos) exhiben una recuperación más moderada, en parte producto al débil y heterogéneo repunte de la industria local. Por último, las importaciones de combustibles y lubricantes tuvieron una caída en igual periodo, en línea a una mayor producción local y menor necesidad estructural de abastecimiento con el exterior.

El consumo habla otro idioma

 La evolución reciente de las importaciones de bienes de consumo volvió al centro del debate, tanto por incidencia en el consumo de las familias como por su potencial de sustituir producción nacional. En el primer semestre acumularon alrededor de USD 5000 M (+73,5 i.a.), con cantidades que tuvieron una sostenida y marcada recuperación en los últimos meses y ya superaron los picos de otros años, como 2017.

Durante los últimos años, las importaciones de este tipo de bienes enfrentaron múltiples obstáculos para ingresar al país. Las trabas incluyeron desde licencias no automáticas y cupos hasta elevados aranceles, en muchos casos superiores a los del promedio del Mercosur, que encarecían significativamente la entrada de bienes finales. Esta combinación de barreras limitó la oferta importada y posiblemente acentuó un fenómeno de “consumo reprimido” en determinados rubros durante los últimos años.

Como ya fue mencionado, con el inicio de la actual gestión se implementaron una serie de medidas orientadas a descomprimir estas restricciones. Entre las más relevantes, se destacan la reducción de aranceles sobre determinados bienes finales como electrodomésticos, neumáticos, motos y ropa y la baja del impuesto interno para productos electrónicos como celulares y televisores. A esto se sumaron mejoras en el sistema de compras minoristas internacionales, como la flexibilización del sistema puerta a puerta, pero que de todos modos representa algo más simbólico que un factor determinante de las compras externas.

En conjunto, estas medidas configuraron un entorno más favorable para el ingreso de bienes finales. Mas allá del crecimiento generalizado, se puede observar una mejora más pronunciada sobre determinados sectores que, afectados por trabas en los últimos años, están respondiendo de manera más dinámica a la nueva coyuntura de mayor apertura. Al mirar los valores importados, encontramos que “Electrónica y electrodomésticos” creció más de 300% i.a. en el primer semestre del año, destacándose las importaciones de heladeras, hornos, planchas y lavarropas, seguido por “Automotriz” (+144% i.a.) y “Muebles y juguetes” (+137% i.a.).

Con el mayor peso dentro de bienes de consumo se encuentra “Alimentos y bebidas”, acumulando en torno a USD 1100 M en los primeros seis meses (+77% i.a.). Al interior, destacó las importaciones de frutas y verduras (principalmente paltas y bananas, que representaron 20% del total de las importaciones de bienes de consumo de alimentos y bebidas).

En contraste, rubros considerados esenciales como “Medicamentos” (+24% i.a.) o “Industria química” (+27% i.a.) crecieron a un ritmo más moderado, mostrando una menor sensibilidad a los cambios en el régimen comercial. Esta heterogeneidad sugiere que el rebote importador estuvo impulsado en buena medida por la flexibilización de las barreras previas y la recomposición del consumo privado.

Efectos de la apertura y comentarios finales

 El proceso de apertura comercial trae consigo oportunidades y desafíos. Por un lado, avanzar hacia una economía más integrada al mundo es un objetivo deseable: Argentina ha sido históricamente una de las economías más cerradas de la región, y una mayor apertura puede fomentar la inversión, la innovación y la competencia, con efectos positivos en materia de precios, mayor oferta y opciones de calidad para los consumidores.

Sin embargo, este giro también puede presentar complicaciones. En la actualidad, ya es posible observar un impacto negativo en sectores como la industria textil o la electrónica de Tierra del Fuego, donde el empleo formal ha comenzado a caer (por caso, el empleo privado registrado del sector textil mostró una caída de -8,5% desde inicios del mandato). En este sentido, los riesgos se agravan si la apertura se combina con una apreciación sostenida del tipo de cambio real, lo que puede comprometer incluso a sectores con capacidad competitiva. Este es un aspecto para considerar incluso tras la implementación del nuevo régimen cambiario y la suba de 18% del tipo de cambio real multilateral desde entonces que frenó –aunque de forma posiblemente transitoria- la tendencia a la apreciación.

En este marco, monitorear la evolución de las importaciones -en volumen, composición y concentración sectorial- será clave para anticipar los efectos del nuevo esquema económico, tanto en lo que refiere a la estructura productiva como al perfil de consumo de la sociedad. La profundidad y sostenibilidad de esta transformación dependerán no solo de las reformas comerciales, sino también del diseño de políticas complementarias que acompañen a los sectores competitivos, que puedan promover mejoras de productividad y contengan los impactos negativos de corto plazo.

 

 

Menor superávit comercial en el primer semestre

El saldo comercial alcanzó USD 906 M en junio. De esta manera, el saldo acumuló USD 2.788 M en el primer semestre del año, ubicándose por debajo del saldo acumulado en el mismo periodo del año anterior (que había sido USD 10.742 M).

Las importaciones de bienes vienen mostrando una marcada recuperación respecto al año anterior. En junio, fueron USD 6.370 M (+35,9% i.a.), acumulando USD 36.954 M en el primer semestre del año (+34,6% i.a.). Por el lado de las exportaciones, fueron de USD 7.275 M en junio (+10,8% i.a.), acumulando un saldo de USD 39.742 M en el primer semestre (+4% i.a.).

De cara a la segunda mitad del año el superávit comercial podría continuar achicándose. Por el lado de las exportaciones, cabe mencionar que a partir de julio comenzaron a regir nuevamente las retenciones para el sector agropecuario, a lo que le suma que comienzan los meses más desfavorables en términos estacionales. Por otro lado, la continuidad en la recuperación económica continuará traccionando al alza las importaciones, aunque la reciente alza del tipo de cambio real podría actuar como efecto contrapuesto en la medida que se sostenga en niveles más elevados.

El saldo comercial alcanzó USD 906 M en junio. De esta manera, el superávit acumuló USD 2.788 M en el primer semestre del año, ubicándose por debajo del saldo acumulado en el mismo periodo del año anterior (que había sido USD 10.742 M).

La balanza comercial energética mantuvo el superávit, este mes por USD 739 M, acumulando USD 3.760 M en el primer semestre. El resultado se explicó por exportaciones energéticas por USD 1.064 M (+74,2% i.a.) e importaciones energéticas por USD 325 M (-57,9% i.a.). Al igual que en el mes anterior, el resto de los bienes que componen a la balanza también mostraron un superávit en el mes (por USD 167 M), aunque en el acumulado exhibieron un déficit por USD -972 M.

La recuperación de las importaciones

Las importaciones de bienes vienen mostrando una marcada recuperación respecto al año anterior. En junio, fueron USD 6.370 M (+35,9% i.a.), acumulando USD 36.954 M en el primer semestre del año (+34,6% i.a.). Teniendo en cuenta únicamente a las cantidades, se ve que la mejora es más pronunciada: acumularon una mejora de 45,1% i.a. en el primer semestre, con precios que jugaron en contra (-7,2% i.a.).

Al interior de las importaciones, existen determinados usos que son los que mayormente están explicando la recuperación. En junio, el uso que explicó mayormente la recuperación de las compras externas fue el rubro vinculados a la importación de vehículos, que explicó 47 p.p. del crecimiento interanual de junio. Luego, 23 p.p. lo explicó las compras externas de bienes de capital, mientras que en importancia le siguieron los rubros de bienes intermedios y bienes de consumo (excluido alimentos y medicamentos), representando 16 p.p. y 15 p.p., respectivamente.

A diferencia, cabe destacar que la importación de combustibles viene disminuyendo en línea a las menores necesidades de abastecimiento con el exterior, mostrando una incidencia negativa de 25 p.p. en el mes.

Otro análisis complementario se observa al analizar los valores de las importaciones en términos desestacionalizados. En detalle, aparece que la mejora más pronunciada se observó a finales del 2024, momento donde se quitó la alícuota del Impuesto PAÍS (en octubre y diciembre) y se continuaron flexibilizando las restricciones al comercio exterior. Desde entonces, la evolución de las importaciones viene mostrando un desempeño errático en el mes a mes y aún se encuentran por debajo de los valores de 2022 (previos a la recesión del 2023), dando la pauta de que aún tienen terreno por recuperar.

Las exportaciones con un desempeño estable

Por otro lado, las ventas externas vienen mostrando un desempeño en línea al esperado. En detalle, fueron de USD 7.275 M en junio (+10,8% i.a.), acumulando un saldo de USD 39.742 M en el primer semestre (+4% i.a.). En términos de cantidades, mostraron una suba de 4,9% i.a. en el acumulado del año, con precios que jugaron levemente en contra (-0,8% i.a.).

Al interior, el rubro con mayor crecimiento interanual en el primer semestre fue Manufacturas de Origen Industrial (MOI), que acumularon ventas externas por USD 10.507 M hasta el sexto mes del año (+10,2% i.a.) y puntualmente de USD 1.852 M en junio (+12,9% i.a.).

Por otro lado, las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) cayeron -0,1% i.a. en junio (USD 2.536 M), acumulando USD 13.741 M en el primer semestre (+0,1% i.a.). En la misma línea, los Productos Primarios (PP) tuvieron exportaciones por USD 1.822 M en junio (+2,6% i.a.), acumulando un saldo de USD 10.157 M (+0,4% i.a. en el acumulado del semestre). Cabe destacar que este resultado estable de los rubros vinculados al sector agropecuario se dio en un contexto de valores de producción de la campaña de cosecha gruesa similares a los del año anterior.

Perspectivas segundo semestre

De cara a la segunda mitad del año el superávit comercial podría continuar achicándose. Por el lado de las exportaciones, cabe mencionar que a partir de julio comenzaron a regir nuevamente las retenciones para el sector agropecuario, a lo que le suma que comienzan los meses más desfavorables en términos estacionales. Por otro lado, la continuidad en la recuperación económica continuará traccionando al alza las importaciones, aunque la reciente alza del tipo de cambio real podría actuar como efecto contrapuesto en la medida que se sostenga en niveles más elevados.

En síntesis, estimamos que el resultado comercial mantenga el superávit en el acumulado del año, aunque con una importante caída respecto al resultado del año anterior. En lo que resta del año, el superávit comercial se encontrará respaldado por el resultado superavitario de la balanza comercial energética.

 

La inflación sigue por debajo del 2%

El IPC Nacional de INDEC subió 1,6% mensual en junio, acelerando 0,1 p.p. respecto al dato de mayo. De esta manera, se ubicó 0,3 p.p. por debajo de la mediana de las expectativas del mercado, que estimaba 1,9% para el mes. Así, la inflación acumulada fue de 15,1% en el primer semestre del año y la variación interanual se ubicó en 39,4% i.a., representando la variación más baja desde enero de 2021.

En cuanto a las categorías, el IPC Regulados trepó 2,2%, representando la categoría con mayor evolución en el mes (acelerándose 0,9 p.p. respecto al mes anterior). Al interior, destacó la aceleración de combustibles (tras haber caído en mayo), educación y tabaco. Por otro lado, la inflación Núcleo trepó 1,7% en el mes, desacelerándose 0,5 p.p. respecto al dato del mes pasado. Por último, el IPC Estacionales cayó -0,2% en junio (con una caída menor de 2,5 p.p. respecto a la contracción de mayo), ayudado por la reducción de frutas (-1%) y verduras (-5%) a nivel nacional y por la desaceleración de prendas de vestir y calzado.

El alza del dólar de las primeras dos semanas del julio trae la incógnita de si complicará el sendero de desinflación del corto plazo. En detalle, el dólar minorista acumuló una suba de 6,0% hasta el 14 de julio. En este sentido, será clave seguir de cerca cómo evolucionará en lo que resta del mes y qué impacto tendrá sobre las expectativas del mercado.

El IPC Nacional de INDEC subió 1,6% mensual en junio, acelerándose 0,1 p.p. respecto al dato de mayo. De esta manera, se ubicó 0,3 p.p. por debajo de la mediana de las expectativas del mercado, que estimaba 1,9% para el mes. Así, la inflación acumulada fue de 15,1% en el primer semestre del año y la variación interanual se ubicó en 39,4% i.a., representando la variación más baja desde enero de 2021.

En cuanto a las categorías, el IPC Regulados trepó 2,2%, representando la categoría con mayor evolución en el mes (acelerándose 0,9 p.p. respecto al mes anterior). Al interior, destacó la aceleración de combustibles (tras haber caído en el mes anterior), educación y tabaco. Por otro lado, un dato significativo es que la inflación Núcleo trepó 1,7% en el mes, desacelerándose 0,5 p.p. respecto al dato del mes pasado.

Además, y al igual de lo ocurrido el mes pasado, el IPC Estacionales cayó (-0,2% en junio) ayudado por el menor precio en frutas (-1%) y verduras (-5%) a nivel nacional y por la desaceleración de prendas de vestir (el capítulo de indumentaria, que también contiene calzado, subió solo 0,5%). El efecto de los precios Estacionales es notable a lo largo del año: acumulan una suba de 6,7%, 10 p.p. por debajo del avance de 16,1% del resto de los componentes del índice.

En términos de bienes y servicios se mantuvieron las diferentes dinámicas: los primeros treparon 0,8% en el mes, mientras que los servicios subieron un 3,2%. En cuanto a las divisiones, la de mayor aumento fue Educación (+3,7%), mientras que le siguió Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (+3,4%).

Vale mencionar que la división de Alimentos y bebidas no alcohólicas volvió a subir por debajo del 1% (+0,6% en junio, luego del 0,5% en mayo), convirtiéndose en el capítulo con mayor incidencia en la desaceleración del nivel general de mayo-junio, ayudado por la baja evolución de los precios de alimentos frescos. En este sentido, excluyendo alimentos frescos (es decir, carnes, frutas y verduras) la variación estuvo más en línea con el nivel general, alcanzando 1,7% en junio (y 1,5% en mayo). 

A su vez, la diferencia de variación entre regiones también destacó: GBA se ubicó como la región con más evolución (+2,0% en junio), mientras que Cuyo (+1,0%), Noreste (+1,1%) y Noroeste (+1,2%) se ubicaron considerablemente por debajo del Nivel General.

Perspectivas del segundo semestre

Más allá de que el ajuste en precios Regulados siguió su ritmo durante julio (especialmente en el GBA), el principal interrogante de la inflación del corriente mes es cuál será el impacto de los recientes movimientos del tipo de cambio.

El alza del dólar de las primeras dos semanas del julio (el dólar mayorista acumuló un alza de 6% hasta el 14 de julio) podría complicar el sendero de desinflación del corto plazo. En este sentido, será clave seguir de cerca cómo evolucionará en lo que resta del mes y qué impacto tendrá sobre las expectativas del mercado: si los movimientos del dólar se consideran transitorios, podría reducir el eventual impacto sobre la remarcación de precios.

De esta manera, la magnitud de la desaceleración inflacionaria dependerá esencialmente de lo que suceda con el tipo de cambio y el traspaso efectivo a precios. Además de la reciente movilidad cambiaria, hay que tener en cuenta que en septiembre y octubre se llevarán a cabo las elecciones de medio término, por lo cual no nos sorprendería que el tipo de cambio oficial muestre una mayor volatilidad en la cercanía a las elecciones si el Gobierno se mantiene en su postura de no intervención dentro de las bandas. Cualquiera sea el caso, la inflación anual en 2025 desacelerará notablemente respecto a los observado en 2024.

Menor superávit comercial en abril

El saldo comercial alcanzó USD 204 M en abril. De todas formas, el saldo acumuló USD 1.265 M hasta el primer cuatrimestre del año, ubicándose notablemente por debajo del saldo acumulado en el mismo periodo del año anterior (que había sido USD 6.206 M).

La balanza comercial energética mantuvo el superávit, este mes por USD 573 M (acumulando USD 2.421 M en el primer cuatrimestre). El resultado se explicó por exportaciones energéticas por USD 851 M (-10,0% i.a.) e importaciones energéticas por USD 278 M (+15,3% i.a.). Sin el resultado superavitario de la balanza energética, el déficit del resto de la balanza comercial se ubicaría en USD – 323 M en abril, acumulando cuatro meses consecutivos de déficit para el resto de los bienes (USD -1.504 M en el primer cuatrimestre).

Estimamos que el resultado comercial mantenga el superávit en el acumulado del año, aunque con una importante caída respecto al resultado del año anterior. En lo que resta del año, el superávit comercial se encontrará respaldado por el resultado superavitario de la balanza comercial energética, en el que complementará el resultado superavitario del rubro minero -principalmente litio, oro y plata- que también viene siendo una fuente extra de ingreso de divisas.

El saldo comercial alcanzó USD 204 M en abril. De esta manera, el saldo acumuló USD 1.265 M hasta el primer cuatrimestre del año, ubicándose por debajo del saldo acumulado en el mismo periodo del año anterior (que había sido USD 6.206 M).

Al igual manera que en el primer trimestre del año, el resultado comercial se ubicó por debajo del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del mes de abril. En detalle, la mediana del REM estimaba exportaciones por USD 6.920 M e importaciones por USD 5.907 M, lo cual implicaba un saldo superavitario por USD 1.013 M.

La balanza comercial energética mantuvo el superávit, este mes por USD 573 M (acumulando USD 2.421 M en el primer cuatrimestre). El resultado se explicó por exportaciones energéticas por USD 851 M (-10,0% i.a.) e importaciones energéticas por USD 278 M (+15,3% i.a.). Sin el resultado superavitario de la balanza energética, el déficit del resto de la balanza comercial se ubicaría en USD – 323 M en abril, acumulando cuatro meses consecutivos de déficit para el resto de los bienes (USD -1.504 M en el primer cuatrimestre).

En abril, las exportaciones fueron USD 6.664 M (+2,3% i.a.). La mejora se explicó por las cantidades (3,2% i.a.), con precios que jugaron en contra (-0,8% i.a.). Pese a esta mejora, mostraron una caída de -5,7% en términos desestacionalizados en el cuarto mes del año.

Los rubros mostraron desempeños disímiles. En términos de valores, el rubro con mayores exportaciones fue las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) con USD 2.369 M, representando una caída de 0,4% i.a. Le siguió las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) con valores exportados por USD 1.749 M (+5,5% i.a.) Por su parte, los Productos Primarios (PP) mostraron exportaciones por USD 1.696 M, lo cual representó una mejora de 10,8% i.a. Al interior, se explicó por una mejora de 10,8% i.a. en las cantidades y mayores precios (+1,3%).

En lo que respecta a las importaciones, mostraron una suba de 37,3% i.a. por USD 6.460 M, acumulando cinco mejoras interanuales consecutivas. En términos de cantidades mostraron un incremento de 41,9% i.a., con precios que jugaron en contra (-3,2% i.a.). Además, la serie desestacionalizada subió 2,6% en el mes, acumulando una suba de 6,0% respecto a diciembre.

Todos los rubros registraron una mejora interanual. El rubro de mayor importancia en términos de valores fue Bienes Intermedios (BI) con USD 2.158 M (+9,6% i.a.). Le siguió Piezas y accesorios de bienes de capital (PyA) por USD 1.358 M (+24,9% i.a.) y Bienes de capital (BC) por USD 1.214 M (+73,4% i.a.). Por último, los Bienes de consumo (BC) tuvieron compras externas por USD 971 M (+77,7% i.a.) y los Vehículos automotores de pasajeros por USD 427 M (+204,5% i.a.).

 ¿Qué esperamos para lo que resta del año?

En el corto plazo estimamos que existirá una suba del superávit comercial -en contraste a los primeros meses del 2025- producto del incremento de las exportaciones que trae la llegada de la cosecha gruesa. Recientemente la BCR mejoró la estimación de producción de soja para esta campaña 2024/25, de las 45,5 tn hacia las 48,5 tn, aunque ubicándose levemente por debajo de la campaña previa (50,0 tn).

De todas formas, hay que tener en cuenta que pasada la cosecha gruesa persisten las dudas sobre qué sucederá con el actual nivel del tipo de cambio real y los riesgos en torno al menor incentivo a liquidar en la segunda parte del año. En esta línea, durante esta semana se confirmó que las retenciones de los productos vinculados a la cosecha gruesa volverán a los valores de enero a partir del próximo mes, mientras que la política de reducción se extenderá hasta 2026 para la cosecha fina (trigo y cebada), buscando incrementar los incentivos a liquidar durante el periodo de la cosecha fina.

Por otro lado, el crecimiento de las importaciones se sostendrá en los próximos meses en todos los rubros, de la mano de la continuación en la recuperación económica y una mayor apertura al comercio. En esta línea, recientemente continuaron las flexibilizaciones al comercio exterior: por caso, se anunció la baja de aranceles a las importaciones de determinados productos de bienes de capital, que se encontraban por encima de los valores establecidos por el Mercosur.

En síntesis, estimamos que el resultado comercial mantenga el superávit en el acumulado del año, aunque con una importante caída respecto al resultado del año anterior. En lo que resta del año, el superávit comercial se encontrará respaldado por el resultado superavitario de la balanza comercial energética, en el que complementará el resultado superavitario del rubro minero -principalmente litio, oro y plata- que también viene siendo una fuente extra de ingreso de divisas.