La pelea de Macri con Bullrich y los desincentivos para un acuerdo Macri-Milei

Esta semana tuvimos la confirmación explícita de algo que se venía insinuando, que es la relación conflictiva que se gestó entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich. El conflicto estalló luego de que un eventual acuerdo para que la Ministra de Seguridad presidiera la Asamblea partidaria del PRO voló por los aires por la decisión de Bullrich de echar a su segundo en el Ministerio (una persona cercana a Cristian Ritondo), denunciándolo por corrupción. Esa decisión había ocurrido en represalias a que la ministra advertía que querían correrla de aquel rol partidario, cuando se anunció que el propio Ritondo presidiría el PRO bonaerense en lugar de quien lo estaba presidiendo actualmente, la dirigentes Daniela Reich, una aliada de Bullrich.

Aunque la Asamblea no presenta actividad constante, su relevancia radica en que es la instancia en la que se definen las estrategias de alianzas partidarias, teniendo -por ejemplo- la decisión final respecto a la posible unión del partido con La Libertad Avanza. El acuerdo de palabra pactado a principios de año era que Mauricio Macri y Patricia Bullrich presidirían el Consejo Directivo del PRO y la Asamblea respectivamente. Sin embargo, el macrismo desconoció ese acuerdo, en represalia a algunas actitudes de Patricia Bullrich.

Todo esto derivó en la ruptura explícita de la relación entre los dos principales auspiciantes de Javier Milei desde Juntos por el Cambio una vez confirmado el balotaje presidencial, Mauricio Macri y Patricia Bullrich, y que son a su vez los dos principales referentes del PRO, es esencialmente dos cosas: 1) la consecuencia previsible de una dinámica que se había vuelto inconducente por las dificultades para avanzar en un acuerdo Milei-Macri, y 2) una señal de agravamiento de las condiciones de gobernabilidad del actual oficialismo.

1) El potencial acuerdo Milei-Macri y una dinámica que se había vuelto inconducente

Detrás de todo acuerdo político hay en realidad un intercambio de conveniencias. Esas conveniencias pueden ser una apuesta a futuro (juntémonos que juntos ganamos y maximizaremos nuestros recursos) o un intercambio de beneficios (juntémonos que juntos somos más poderosos, pero compartamos nuestros recursos). Cuando se está en el poder, puede haber de los dos componentes, pero prevalece el segundo. Desde el poder, la  conveniencia puede ser a futuro, pero se necesita efectividades conducentes del presente para terminar de justificar el acuerdo. Esto último supone: 1) cargos, 2) recursos, o 3) roles y funciones (influencia).

Desde que se inició el ciclo de Milei que se advertía la factibilidad de que La Libertad Avanza confluyera con el PRO en una alianza política. Los dos tenían visiones parecidas respecto de lo que había que hacer,  solo era necesario que se lograran los acuerdos de conveniencia necesarios. Pero eso nunca ocurrió en parte porque había un problema irresoluble: Milei no quería compartir el liderazgo sobre el rumbo con Macri, y Macri no quería apoyar el rumbo sin tener incidencia en su definición. Es decir, además de no haber acuerdo por cargos (lugares en el gabinete) y recursos (deuda de coparticipación para CABA), el acuerdo posible que quedaba era solo el coalicional (asignación de roles y funciones comunes) y nunca Milei puso esa posibilidad sobre la mesa.

Y en parte Milei no puso eso sobre la mesa, porque probablemente advirtió que lo que Macri podía ofrecer para asumir roles y funciones de incidencia en el rumbo, eran apoyos que el Presidente ya estaba efectivamente logrando por la migración que hubo de apoyos de votantes de Juntos por el Cambio a La Libertad Avanza. Algo de eso se advierte al analizar la procedencia de los votantes que manifiestan intención de voto a La Libertad Avanza si hoy fueran las elecciones legislativas de 2025. Y es este factor el que en algún punto había vuelto a esta dinámica hacia un potencial acuerdo político LLA-PRO como inconducente. 

2) Una señal de agravamiento de las condiciones de gobernabilidad del oficialismo

Las dificultades del oficialismo para avanzar en la toma de decisiones (la sanción de leyes), quedaron en evidencia en la discusión de la ley Bases. El agravante es que la discusión de la Ley Bases tuvo un condimento que “facilitó” su sanción y que no lo tendrán los próximos proyectos del oficialismo: el hecho de ser la primera ley del Gobierno. Con el paso del tiempo, la presión sobre los bloques dialoguistas para “darle herramientas al oficialismo” dejará de ser un factor facilitador de los acuerdos, y los bloques dialoguistas se pondrán más exigentes para dar su apoyo. Si a esto le agregamos que el principal bloque aliado del oficialismo toma distancia cómo consecuencia del deterioro de la relación entre Milei y Macri, podríamos advertir que esta situación producirá un agravamiento de las ya delicadas condiciones de gobernabilidad de La Libertad Avanza.

 

Inflación bajando y salarios recuperando relajan el vínculo Gobierno-CGT

Así como Francos pudo encaminar la sanción de la Ley Bases, podría decirse que también pudo reconstruir los vínculos con el sindicalismo, o al menos relajar una relación que había comenzado con mucha tensión. Lo cierto es que, en las últimas semanas, quizá porque las dos partes entendieron que lo mejor que les puede pasar a ambos es hablar, el vínculo entre el Gobierno y la CGT se relajó. No hay que desmerecer el efecto que pudiera estar generando la desaceleración de la inflación y la -por ahora- leve recuperación de los salarios, sobre todo los privados registrados. Pero tampoco la importancia de que el diálogo retomó temas de mucho interés para el sindicalismo como la búsqueda de financiamiento de las obras sociales, con los fondos que el estado nacional sistemáticamente le adeuda a los sindicatos del Fondo Solidario de Redistribución.

Más allá de cierto relajamiento, subsisten temas conflictivos entre el gobierno y la CGT, como lo fue la sanción de la Ley Bases que incluía algunas reformas laborales cuestionadas por los sindicatos y la reposición del impuesto a las ganancias de la Ley Fiscal. Pero la discusión de esas leyes en el Senado demostró que no todo el sindicalismo estaba dispuesto a movilizar para evitar que esas leyes se sancionaran. Una señal de que hay cuestionamientos, pero que hay también predisposición de buscar tener algún tipo de vínculo que se preserve de la disputa política, sobre todo para administrar asuntos de interés sindical.

El conjunto de iniciativas de reformas laborales sancionadas con la Ley Bases fueron las siguientes:

Pero la relativa recomposición del vínculo entre CGT y Gobierno no recoge la simpatía de todos los dirigentes sindicales. De hecho, hubo dirigentes que movilizaron su gente para evitar la sanción de la Ley Bases, con Pablo Moyano a la cabeza. Esa actitud, no compartida por el resto del triunvirato y la gran mayoría de los gremios, produjo un quiebre en la relación entre los jerarcas sindicales de la entidad, y los rumores de fractura en la CGT volvieron a circular.

Pablo Moyano no oculta su malestar con el Gobierno y reclama a la dirigencia sindical adoptar una actitud más combativa con la administración Milei. Pero esa tesitura no prevalece en el resto de los dirigentes, que creen que hay que preservar a la CGT de adoptar un rol que le debería caber a la oposición política, y que quieren conservar los puentes de diálogo con el oficialismo para que ello ayude a resolver los temas urgentes de la agenda de la CGT.

El superávit comercial más alto del año

El saldo comercial fue de USD 2.656 M en mayo. De esta forma, el acumulado alcanzó USD 8.728 M en los primeros cinco meses del año, representando el valor acumulado más alto para un mismo periodo en las últimas dos décadas.

Este resultado siguió explicándose tanto por una mejora en las ventas externas como por un deterioro en las compras externas. Las exportaciones fueron de USD 7.622 M (+21,7% i.a.) en mayo. De esta manera, se acumularon ventas externas por USD 31.472 (+12,2% i.a.) en los primeros cinco meses del año. Por su parte, las importaciones fueron de USD 4.966 M (-32,8% i.a.), acumulando compras externas por USD 22.744 M (-26,0% i.a.) en los primeros cinco meses del año.

Esperamos que se mantenga el superávit comercial en los próximos meses, aunque desacelerando la mejora en contraste a la primera parte del año. Consecuentemente, el superávit comercial para este año podría superar los USD 17.000 M.

El saldo comercial alcanzó USD 2.656 M en mayo, ubicándose como el superávit más alto desde inicios de mandato y el superávit comercial más elevado para un mayo en (al menos) las últimas dos décadas. De esta manera, el acumulado mostró un saldo de USD 8.728 M en los primeros cinco meses del año.

Este resultado siguió explicándose tanto por una mejora en las ventas externas como por un deterioro en las compras externas. Las exportaciones fueron de USD 7.622 M (+21,7% i.a.) en mayo. Al interior, las cantidades exportadas jugaron al alza (+30,6%) contrarrestando una caída en los precios (-6,8%). De esta manera, se acumularon ventas externas por USD 31.472 (+12,2% i.a.) en los primeros cinco meses del año.

Por su parte, las importaciones fueron de USD 4.966 M (-32,8% i.a.), donde tanto precios (-4,5% i.a.) como cantidades (-29,6% i.a.) se mantuvieron en rojo. Así, se acumularon compras externas por USD 22.744 M (-26,0% i.a.) en los primeros cinco meses del año.

Desempeño sectorial

Por el lado de las exportaciones, se destaca el crecimiento del rubro de Productos Primarios (PP) con una suba de USD 2.029 M (+52,8% i.a.). Al interior, las cantidades treparon considerablemente (+74,1% i.a.) con precios en caída (-12,1% i.a.). Detrás de ello, se destaca el desempeño de ventas de cereales (fueron USD 314 M superiores al mismo mes del año anterior, con un crecimiento de 48,6% i.a.), de semillas y frutos oleaginosos (treparon USD 328 M, un +82,6% i.a. más que el mismo mes del año anterior). Por su parte, las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) fueron de USD 2.788 M, con una suba de 7,4% i.a., explicada por precios que mostraron una caída (-14,6% i.a.), pero con cantidades que se mantuvieron al alza (+25,8% i.a.).

En la misma línea, las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) se situaron en USD 1.914 M con un crecimiento de 9,4% i.a. En este sentido, tanto los precios (+5,1% i.a.) como las cantidades (+4,0% i.a.) explicaron el desempeño positivo. Al interior, resalta el crecimiento de Piedras y metales preciosos (USD 320 M, +55,8% i.a.) y Productos químicos (USD 400 M, +28,8% i.a.),

Por otro lado, existió una contracción generalizada en los rubros de importaciones medidas en valores. En un contexto de caída de la actividad económica, los usos vinculados a la producción mantuvieron la caída de abril: las cantidades importadas de Piezas y Accesorios de Bienes de Capital cayeron -32,4% i.a., Bienes de Capital -31,7% i.a., Bienes Intermedios -19,9% i.a. y Vehículos automotores de pasajeros un -26,7% i.a. En la misma línea, los Bienes de Consumo retrocedieron -29,1% i.a.

Balanza comercial energética positiva

La balanza comercial energética mostró un saldo de USD 500 M en mayo. Así, se acumuló un superávit energético de USD 2.844 M en los primeros cinco meses del año, ubicándose en máximos históricos. En su composición, las exportaciones de combustibles y energía (CyE) fueron de USD 892 M (+51,1% i.a. y USD 4.057 M acumulado), explicado por una suba en las cantidades (+50,5%) en conjunto a precios estables. Por su parte, las importaciones de combustibles y lubricantes (CyL) fueron de USD 392 M (USD 1.213 M acumulado), reflejando así una marcada caída del -61,5% i.a. La reducción se explica por una contracción de las cantidades (-56,2% i.a.) y de los precios (-13,6% i.a.).

¿Qué esperamos hacia adelante?

En la segunda parte del año y pasado el efecto de la cosecha gruesa, las cantidades exportadas se mantendrían al alza, pero desacelerando la mejora, con un desempeño positivo de rubros principalmente vinculados a manufacturas de origen agropecuario. En la misma línea, las ventas externas energéticas y mineras seguirán mostrando un desempeño positivo.

Por otro lado, las importaciones continuarán en rojo. En este sentido, las compras externas reaccionan en una mayor proporción a los periodos de contracción de la demanda interna y la producción. Además, como venimos mencionando, el esquema cambiario del año anterior implicó un incentivo al adelantamiento y sobre abastecimiento de importaciones, lo cual actúa como factor extra a la baja en las importaciones. Sin embargo, cabe destacar que en la medida que la actividad económica comience a mostrar signos de recuperación, es factible que exista una desaceleración en la caída de las cantidades importadas hacia finales del año. A ello se le sumará el impacto de las medidas de levantamiento a las restricciones a las importaciones (con una mayor demanda interna, parte de ello se podría trasladar a cierta demanda de bienes de consumo importados).

De esta forma, esperamos que se mantenga el superávit comercial en los próximos meses, aunque desacelerando la mejora en contraste a la primera parte del año. Consecuentemente, el superávit comercial para este año podría superar los USD 17.000 M.

En el plano cambiario, el éxito de la estrategia del Gobierno depende de la acumulación de reservas internacionales provenientes de la cosecha gruesa, donde existieron en las últimas ruedas señales de fragilidad del esquema vigente. Por tal motivo, en el corto plazo seguirá siendo clave que el Gobierno busque: (1) Acotar las expectativas de devaluación (que actuaría como fuerte desincentivo a la liquidación); (2) Mantener una brecha cambiaria contenida, hoy en día con ayuda en parte por el régimen vigente con la oferta de exportaciones de liquidación del 20% al CCL.

 

Primer cambio de tendencia en las expectativas desde el incio de ciclo Milei

El inicio de este ciclo político había estado caracterizado por una tendencia de mejora progresiva en el dramatismo con el que se veía el presente en relación al pasado (tanto para la mirada que se tenía sobre el país como sobre la situación económica personal), y por una mejora progresiva de las expectativas sobre el futuro (tanto para la mirada que se tenía sobre el futuro personal como del futuro del país). Pero esas mejoras progresivas se interrumpe en Junio, registrando un primer cambio significativo de tendencia del ciclo Milei.

En relación a cómo se mira el presente en relación al pasado, en junio el porcentaje de los que dicen que la situación económica del país y su situación económica personal está peor que hace un año se incrementó de manera combinada por primera vez en todo el ciclo iniciado en diciembre del año pasado. En relación al futuro de la situación económica del país y de la situación económica personal también se registra, de manera combinada, un incremento en los niveles de pesimismo, algo que no habíamos visto en los 5 meses previos.

 

También de manera combinada en junio se registran caídas en los niveles de optimismo, tanto en relación al futuro económico del país como en relación al futuro económico personal. Los que creen que la situación económica del país va a estar mejor de aquí a un año caen en junio de 51,6% a 46,1%. Mientras que los que creen que su situación
económica personal va a estar mejor de aquí a un año caen en junio de 48,5% a 43,2%.

En definitiva, si bien todavía hay mayoría de optimistas que de pesimistas en relación al futuro del país y personal, ese diferencial positivo en términos de optimismo se ha recortado en junio, una señal que puede advertirnos algo acerca de los límites de la paciencia social, y de la necesidad de observar mejoras en otros indicadores económicos, más allá de la pronunciada desaceleración de la inflación de los primeros seis meses post devaluación de diciembre.

El superávit fiscal no da tregua

El Sector Público Nacional No Financiero registró en mayo el quinto mes consecutivo de superávit fiscal, situación que no se evidenciaba desde 2008.  En números, las cuentas públicas registraron un superávit primario de $2,33 billones. A su vez, con un pago de intereses que se ubicó en $1,15 billones, el superávit financiero resultó ser $1,18 billones. Como resultado de esta dinámica, el sector público acumula un superávit primario del 1% del PIB y un superávit financiero del 0,4% del PIB en lo que va del año.

¿Qué explicó el superávit fiscal de mayo? A diferencia de los resultados obtenidos en el primer cuatrimestre del año, esta vez la mejora de las cuentas fiscales no se explicó sólo por el incesante recorte sobre el gasto (-28,6% i.a. real), sino también por un incremento real en los recursos (+5,8% real i.a). Puntualmente, la recuperación en mayo vino de la mano de un ingreso extraordinario en Ganancias, impuesto que se vio beneficiado por la liquidación de las ganancias de las sociedades para el ejercicio 2023. De hecho, ingresos se habrían reducido un 7% i.a. real en mayo si excluimos lo aportado por Ganancias.

Hacia adelante, será crucial seguir de cerca lo que ocurra en materia legislativa, la estabilidad del mercado de deuda en pesos, las actualizaciones de tarifas, la dinámica que adopte el consumo privado por su impacto en recaudación, la posible baja en la alícuota del impuesto país (o extensión de las licitaciones de BOPREAL), las eventuales modificaciones en las restricciones cambiarias y el contexto social.

¿Cómo le fue al fisco en mayo?

El Sector Público Nacional No Financiero registró en mayo el quinto mes consecutivo de superávit fiscal, situación que no se evidenciaba desde 2008.  En números, las cuentas públicas registraron un superávit primario de $2,33 billones. A su vez, con un pago de intereses que se ubicó en $1,15 billones, el superávit financiero resultó ser $1,18 billones. Como resultado de esta dinámica, el sector público acumula un superávit primario del 1% del PIB y un superávit financiero del 0,4% del PIB en lo que va del año.

¿Qué explicó el superávit fiscal de mayo? A diferencia de los resultados obtenidos en el primer cuatrimestre del año, esta vez la mejora de las cuentas fiscales no se explicó sólo por el incesante recorte sobre el gasto (-28,6% i.a. real), sino también por un incremento real en los recursos (+5,8% real i.a). Puntualmente, la recuperación en mayo vino de la mano de un ingreso extraordinario en Ganancias, impuesto que se vio beneficiado por la liquidación de las ganancias de las sociedades para el ejercicio 2023. De hecho, ingresos se habrían reducido un 7% i.a. real en mayo si excluimos lo aportado por Ganancias.

En este marco, el superávit fiscal acumulado en los primeros cinco meses del año estuvo caracterizado por un marcado recorte sobre el gasto público (con mayor incidencia del gasto social) y una caída en los ingresos que se vio mitigada por el extraordinario aporte del impuesto a las Ganancias en mayo y la ampliación del Impuesto PAIS desde el cambio de mandato. Justamente, el Impuesto PAIS fue uno de los sustentos del programa fiscal en los primeros meses del año: de no ser por su aporte, el Gobierno habría mostrado un déficit financiero en el acumulado (pese al aporte de Ganancias en mayo) y el superávit primario se habría reducido a la mitad.

Un vistazo al interior de las cuentas públicas

Los ingresos cortaron una racha de tres meses consecutivos en rojo y volvieron a crecer en términos reales en mayo. ¿Qué explicó su buen desempeño? El aporte extraordinario del Impuesto a las Ganancias, la ayuda estacional de los Derechos de Exportación (+45% i.a. real) y la vigencia del Impuesto PAIS más que compensaron las caídas reales en los recursos ligados a la actividad económica.

Con respecto a Ganancias, el tributo evidenció una suba real del 93% i.a. luego de 15 meses consecutivos en rojo, alcanzando así su mayor nivel en términos reales desde mediados del 2015. ¿Qué explicó la fuerte suba? Una ganancia extraordinaria de las sociedades (estacionalmente es cuando impactan las liquidaciones del ejercicio 2023) generada por la devaluación de diciembre dada la tenencia de activos dolarizados.

Al igual que en los meses previos, el Impuesto PAIS continuó afianzando su condición de pilar de la recaudación al más que triplicarse en términos reales y acelerando su evolución en comparación con abril. Si bien se esperaba un mayor nivel producto de las últimas licitaciones de BOPREAL, las autoridades aclararon que dicho impacto se reflejará en junio.

Por el contrario, el IVA se redujo en mayo -18,2% real i.a., profundizando la caída de los meses previos (en abril había caído -8,1% real i.a). En la misma sintonía, las Contribuciones a la Seguridad Social hilaron su novena caída real consecutiva (-11,6% i.a), aunque moderaron levemente su reducción en comparación con los meses previos.

Como resultado de un recorte transversal sobre las principales partidas, el Gasto Primario registró un rojo real del 28,6% i.a, revirtiendo la moderación observada en abril e hilando ya 10 meses consecutivos con caídas reales interanuales.

En números, las Prestaciones Sociales cayeron un -17,6% i.a real (similar a la caída de abril), mostrando una dinámica heterogénea a su interior. Por un lado, las Jubilaciones y Pensiones (incluyendo PNC) experimentaron una caída real del 21% i.a, mientras que las Asignaciones Familiares cayeron un 39%. Al mismo tiempo, la AUH hiló su tercer mes consecutivo al alza (+19% i.a. real) y las prestaciones del PAMI empataron con la inflación en la comparación interanual.

Por su parte, si bien los Subsidios Económicos subieron un 12% mensual en términos reales, dicho aumento se explica por cuestiones estacionales (mayor consumo frente a un clima más frío). De hecho, los Subsidios cayeron un 32% i.a. en términos reales durante mayo, profundizando el recorte evidenciado en abril (-14% i.a. real).

En cuanto a la negociación con los gobiernos provinciales, tanto las Transferencias a Provincias (corrientes y de capital) como los Gastos de Capital (obra pública excluyendo transferencias) mostraron otra contundente contracción real del 77% (que explicó el 33% de la caída en el gasto primario). En su interior, se destaca que más del 60% del Gasto de Capital en mayo se explicó por lo destinado a Energía por parte de Nación.

Con respecto al resto de las partidas, las Transferencias a Universidades continuaron en rojo (-18,6% i.a. real), al igual que los Gastos en Funcionamiento (donde se incluyen salarios), que cayeron 20% i.a. real, anotando ambas partidas el quinto mes consecutivo en caída.

¿Qué esperamos hacia adelante?

Desde el inicio de la gestión, el Poder Ejecutivo enfatizó la necesidad del ordenamiento de las cuentas públicas y estableció el ancla fiscal como driver de la política económica. En este contexto, el contundente resultado financiero que acumula en lo que va del año le dio un respiro al gobierno de cara a los próximos meses.

Sin embargo, las características del ajuste implementado sobre el gasto, la dinámica que podría adoptar la recaudación, la indexación de las partidas previsionales y los proyectos de Ley con impactos fiscales siembran incertidumbre sobre la sostenibilidad. Típicamente, la estacionalidad del gasto y los ingresos genera mayores presiones sobre el fisco en los segundos semestres.

En lo inmediato, en junio podríamos evidenciar el primer déficit fiscal del año, tal y como fue adelantado por las autoridades en más de una oportunidad. El rojo se explicaría tanto por cuestiones estacionales (pago de aguinaldos) como por una regularización de la deuda con CAMMESA. Sin embargo, no descartamos que los números vengan mejor que lo esperado: no sólo se postergaron los ingresos por las últimas suscripciones de BOPREAL (utilidades y dividendos) desde mayo a junio, sino también parte de lo recaudado por ITF en el mes.

En este contexto, el nuevo Paquete Fiscal y la Ley Bases podrían dotar de mayores recursos al fisco producto de la reincorporación del Impuesto a las Ganancias (Ingresos Personales) y el blanqueo. No obstante, aún falta resolver lo que sucederá en la Cámara de Diputados con las modificaciones realizadas en el Senado (si prevalece la versión nueva o la original). Cambios no menores, dado que eliminaron la reincorporación de Ganancias. Dado que la vuelta de Ganancias no sólo brindaría mayores recursos a Nación, sino también a las Provincias, estimamos que su aprobación estaría encaminada. En caso de que suceda lo contrario, el gobierno deberá continuar con el marcado recorte sobre el gasto para no desviarse del sendero fiscal anunciado.

Por otro lado, habrá que seguir de cerca las resoluciones ligadas al Impuesto PAIS, uno de los pilares de la recaudación durante los primeros meses, aunque en algún momento deberá reducirse si se pretende salir del CEPO. Por un lado, el Gobierno podría verse tentado a lanzar nuevas licitaciones de BOPREAL para seguir aprovechando este recurso. Por otro lado, con una Ley de Bases aprobada habría lugar para reducir la alícuota del tributo como han mencionado las autoridades (desde el 17,5% al 7,5%). Sea cual quiera el camino elegido, hacia finales de año esta fuente extraordinaria de ingresos encontrará su fecha de vencimiento.

En cuanto al gasto, será crucial mejorar la calidad del ajuste en los próximos meses. Con respecto al Gasto Social (más de la mitad de las erogaciones), el cambio en la fórmula de la movilidad previsional (actualiza mensualmente las prestaciones por la inflación de dos meses previos) le puso un piso al ajuste sobre prestaciones, pero también un techo frente a una eventual recuperación de la economía.

Como respuesta, Diputados aprobó un proyecto impulsado por la UCR que eleva la recomposición inicial a las jubilaciones y, por ende, el gasto previsional. En números, si el proyecto logra su aprobación en el Senado implicaría un incremento en el gasto de 0,3 puntos porcentuales del PIB en 2024 y 0,5 puntos porcentuales del PIB en 2025.

En este contexto, el FMI aprobó la octava revisión del programa vigente con una meta fiscal sobrecumplida para fines del primer trimestre (lo más probables es que también se cumpla en junio). Si bien el organismo redujo la proyección de superávit primario desde 2% del PIB hacia 1,7% del PIB en 2024, dicha modificación se explica por una menor estimación de intereses (las LECAP le permiten al Gobierno computar los intereses por debajo de la línea, evitando presiones sobre el resultado financiero) frente a un equilibrio financiero.

A modo de cierre, será crucial seguir de cerca lo que ocurra en materia legislativa, la estabilidad del mercado de deuda en pesos, las actualizaciones de tarifas, la dinámica que adopte el consumo privado por su impacto en recaudación, la posible baja en la alícuota del impuesto país (o extensión de las licitaciones de BOPREAL), las eventuales modificaciones en las restricciones cambiarias y el contexto social.

Cambio de tendencia en la industria y construcción durante abril

El Índice de Producción Industrial manufacturero (IPI-INDEC) creció un 1,8% con respecto a marzo en su medición desestacionalizada y rompió una racha de seis meses consecutivos a la baja. Sin embargo, el índice aún se ubica en niveles comparables con la salida de la pandemia (agosto del 2020) y un 15,3% por debajo de su promedio entre 2022 y 2023. 

El Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC-INDEC) mostró una suba mensual desestacionalizada del 1,7% en abril, la primera variación mensual positiva desde julio del 2023 (8 meses consecutivos a la baja). No obstante, la magnitud del incremento resulta sumamente inferior a las caídas evidenciadas en los meses previos (-10% mensual en promedio). 

La actividad económica habría tocado el piso en marzo: la mayoría de los indicadores adelantados muestran que la recuperación iniciada en abril se habría mantenido también en mayo. Por ende, se podría vislumbrar un cambio de tendencia desde abril de cara a los próximos meses, aunque todavía no sería suficiente para volver a los niveles previos a la recesión. 

La industria rebotó tenuemente en abril 

El Índice de Producción Industrial manufacturero (IPI-INDEC) creció un 1,8% con respecto a marzo en su medición desestacionalizada y rompió una racha de seis meses consecutivos a la baja. Sin embargo, el índice aún se ubica en niveles comparables con la salida de la pandemia (agosto del 2020) y un 15,3% por debajo de su promedio entre 2022 y 2023.

En su comparación interanual, el IPI cayó un 16,6% contra abril del 2023, moderando así la caída evidenciada en marzo (-21,4% i.a.). De esta manera, el índice acumuló una caída interanual del 15,4% durante el primer cuatrimestre.

Al interior, todas las ramas industriales mostraron caídas interanuales en abril, destacándose la producción de muebles y otras industrias (-35% i.a.), Minerales no metálicos y metálicas básicas (-25,7% i.a.) y Productos de metal, maquinaria y equipo (-25,1% i.a.). Por su parte, la industria alimenticia (-9,3% i.a.) fue uno de los rubros con mayor incidencia negativa.

Cambio de tendencia en la construcción 

El Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC-INDEC) mostró una suba mensual desestacionalizada del 1,7% en abril, la primera variación mensual positiva desde julio del 2023 (8 meses consecutivos a la baja). No obstante, la magnitud del incremento resulta sumamente inferior a las caídas evidenciadas en los meses previos (-10% mensual en promedio). En retrospectiva, el índice se ubicó en niveles inferiores a los actuales únicamente entre marzo y mayo del 2020, los meses más duros de la pandemia. Continuando con la medición mensual, los principales insumos que jugaron a favor del indicador en abril fueron las calles, el cemento, y el yeso. Contrariamente, los artículos sanitarios, los mosaicos y los pisos continuaron mostrando caídas intermensuales considerables. 

En la comparación interanual, el ISAC se redujo un 37,2% (5 p.p. menor a la caída de marzo), acumulando una contracción del 32% i.a. para el primer cuatrimestre del año. Al interior del indicador, todos los rubros asociados presentan caídas interanuales desde los dos dígitos. Se registró un fuerte retroceso (-60,6%) en ventas de asfalto (material principalmente asociado a la obra pública). También se contrajo la demanda de hierro redondo (-57,5%), mosaicos graníticos y calcáreos (-54,4%), artículos sanitarios de cerámica (-48,1%) y hormigón elaborado (-46,8%), entre otros insumos. 

¿Qué esperamos hacia adelante? 

La actividad económica habría tocado el piso en marzo: la mayoría de los indicadores adelantados muestran que la recuperación iniciada en abril se 

habría mantenido también en mayo. Por ende, se podría vislumbrar un cambio de tendencia desde abril de cara a los próximos meses, aunque todavía no sería suficiente para volver a los niveles previos a la recesión. Puntualmente, el Índice Construya (evolución de los volúmenes vendidos al sector privado para construcción) creció un 3,2% durante mayo en la medición desestacionalizada. Del mismo modo, los despachos de cemento avanzaron un 11% mensual según la Asociación de fabricantes de Cemento Portland.

En cuanto a la construcción, resulta crucial diferenciar la dinámica de la obra pública y la obra privada. Por el lado de la obra pública, difícilmente veamos una recuperación frente a un Gobierno que se encuentra realizando un fuerte ajuste en el gasto público, donde aún no muestra intenciones de normalizar el Gasto de Capital.

Con respecto a la construcción privada, la reaparición del crédito hipotecario y la falta de alternativas de inversión podrían ser factores que jueguen a favor. Sin embargo, el aumento de los costos en dólares y la preocupación por los atrasos en las cadenas de pago podrían jugar en contra. En este sentido, el relevamiento de expectativas que publica el INDEC asociado al sector muestra que se está reduciendo el porcentaje de encuestados que espera una nueva caída de la construcción privada en el próximo bimestre (pasó de 41,6% en enero a 32,7% en abril), lo cual se explica por un incremento de los encuestados que proyectan un mantenimiento del nivel actual.

Con respecto a la industria manufacturera, las ramas asociadas a los sectores energético, minero y agropecuario (que se encuentran en franco ascenso) tendrían un mejor desempeño (molienda de oleaginosas, producción de agroquímicos, refinación del petróleo, etc.).

Por su parte, las industrias más vinculadas a la demanda interna mostrarían una reactivación más paulatina producto de unos ingresos reales deteriorados que lentamente comienzan a repuntar, pero aún se ubican lejos de los niveles previos. En adición, el ingreso disponible tendrá un golpe adicional en junio como consecuencia de los ajustes de tarifas que impactan en el gasto inelástico de las familias.

 

La salida de Posse transparentó los problemas de gestión del Gobierno de Milei

La capacidad de un presidente para armar y liderar equipos de gobierno es fundamental para garantizar una gestión pública efectiva. Especialistas como Richard Neustadt sostenían que la habilidad de un presidente para coordinar y dirigir equipos competentes es crucial para la implementación exitosa de políticas y la consecución de los objetivos de gobierno. Un liderazgo eficaz, según John P. Kotter, implica inspirar y motivar a los miembros del equipo,  fomentando un ambiente de colaboración y compromiso. Esto es esencial para enfrentar desafíos complejos y dinámicos, adaptarse a cambios inesperados y aprovechar oportunidades estratégicas. En síntesis, la capacidad de un presidente para construir y liderar equipos de gobierno no solo optimiza la eficiencia administrativa, sino que también fortalece la capacidad del gobierno para responder de manera proactiva y eficaz a las necesidades y aspiraciones de la sociedad. Todo esto entró en duda con la renuncia de Nicolás Posse.

La salida traumática de Nicolás Posse del Gabinete, en el medio de un conflicto con el propio Javier Milei, con quien tenía una relación de estrecha amistad y confianza, ya transmite por sí sola la naturaleza de la crisis en la que había entrado la gestión del presidente. Una gestión en donde hubo mucha delegación de funciones en Posse, un funcionario sin experiencia en gestión pública y sin equipos propios, que había diseñado un sistema de gestión muy intrincadopara coordinar la tarea del Gabinete (con mecanismos de revisión de las decisiones ministeriales poco eficiente), y que naturalmente por ello no había producido buenos resultados.

Una situación que se volvía mucho más preocupante, si se tiene en cuenta el marco general en el que se gestiona la acción de gobierno, es decir en el medio de la ejecución de un programa económico que busca corregirdiversos desequilibrios de la macroeconomía, y que por ello produjo un empeoramiento de las condiciones económicas, como había advertido el presidente. En ese marco, se volvía estratégico para el gobierno acompañar el proceso con una gestión eficiente y sensible al contexto social en áreas como seguridad, salud, educación y asistencia social.

A lo largo de estos seis meses, la gestión de gobierno tuvo que enfrentar dos situaciones críticas vinculadas a dos de esas áreas: 1) la problemática del financiamiento a las universidades que terminó decantando en una marcha multitudinaria de vastos sectores sociales a lo largo y ancho del país; y 2) la problemática con el NO reparto de alimentos, que derivó en la intervención de la justicia y en una apresurada repartición de los mismos antes de que sobrevenga la fecha de vencimiento. Esas 2  problemáticas, en materia de educación y asistencia social, dependían de áreas que estaban en el mismo ministerio, el de Capital Humano a cargo de Sandra Pettovello.

Un ministerio que absorbía, en el diseño original, a otros 4 (Educación, Salud, Trabajo y Desarrollo Social) pero que finalmente fueron 3, y que quedaron a cargo de una figura de mucha confianza de Milei pero sin ninguna experiencia en la gestión pública y sin equipos para hacerse cargo de todos esos temas. Todo ello se tradujo en un gabinete ministerial muy inestable con muchos funcionarios corridos o renunciados por la Ministra, pero en el marco más general de un gabinete nacional con mucha inestabilidad de sus funcionarios.

En definitiva, había 2 inexperiencias de Javier Milei que sembraban dudas sobre su eventual éxito en su gestión presidencial, una vez que se conoció su triunfo electoral: 1) su inexperiencia política (capacidad para interactuar con otros actores políticos), y 2) su inexperiencia en gestión (capacidad de armar y liderar equipos para gestionar el Estado). Las dos se manifestaron estos primeros 6 meses de gestión y ello impidió que la acción de gobierno lograra alcanzar los objetivos en los tiempos y las formas que la situación demanda.

Dicho todo ello sobre la salida de Posse, vale la pena remarcar que la decisión de entronar a Guillermo Francos al frente de la Jefatura de Gabinete, pudiera indicarnos que Milei entiende de qué adolece. Eligio al ministro políticamente más experimentado de su equipo de gobierno para ocupar el lugar más relevante del gabinete. Si Sturzenegger representa lo que Milei quiere hacer, Francos representa lo que Milei puede hacer, o si se quiere, Francos será el que determine los límites de la acción de gobierno. Cómo solía decir Néstor Kirchner en relación a cuál era el verdadero rumbo de su acción de gobierno en su momento, Milei debería decir: no miren lo que Sturzenegger dice (o quiere hacer), vean lo que Francos hace (o puede hacer).

La recaudación repuntó en mayo

La recaudación tributaria nacional mostró en mayo un crecimiento del 10% i.a. en términos reales luego de ocho meses consecutivos en rojo. Más allá del aporte del Impuesto PAIS, la recuperación en mayo vino de la mano de Ganancias, impuesto que se vio beneficiado por la liquidación de las ganancias de las sociedades para el ejercicio 2023. Por su parte, los impuestos ligados a la actividad económica profundizaron su caída en términos reales, mientras que los Derechos de Exportación moderaron su aporte como consecuencia de las demoras en la cosecha.

Como resultado, las Provincias revirtieron la dinámica de los meses previos (sus recursos caían aún más que la recaudación nacional, sostenida por impuestos no coparticipables) y lograron una mejora relativa en sus ingresos gracias al repunte en Ganancias (coparticipable). En números, mientras la recaudación total creció un 10% i.a. real en mayo, los montos destinados a Provincias mostraron una mejora superior al 20% i.a. real.

En lo inmediato, la recaudación vía Impuesto PAIS en las licitaciones de BOPREAL de mayo incrementarán la recaudación de junio. Paralelamente, el avance en la liquidación de la cosecha gruesa debería incrementar lo recaudado vía Derechos de Exportación, aminorando así la caída de la recaudación. En este contexto, la aprobación del Paquete Fiscal y la Ley Bases podría dotar de mayores recursos al fisco producto de la reincorporación del Impuesto a las Ganancias como impuesto a los Ingresos Personales y el blanqueo (entre otras propuestas). No obstante, los impactos fiscales los podríamos ver reflejados recién en la segunda parte del año dadas las demoras en su tratamiento.

¿Qué pasó con la recaudación en mayo?

La recaudación tributaria nacional mostró en mayo un crecimiento del 10% i.a. en términos reales luego de ocho meses consecutivos en rojo. Más allá del aporte del Impuesto PAIS, la recuperación en mayo vino de la mano de Ganancias, impuesto que se vio beneficiado por la liquidación de las ganancias de las sociedades para el ejercicio 2023. Por su parte, los impuestos ligados a la actividad económica profundizaron su caída en términos reales, mientras que los Derechos de Exportación moderaron su aporte como consecuencia de las demoras en la cosecha.

Como resultado, las Provincias revirtieron la dinámica de los meses previos (sus recursos caían aún más que la recaudación nacional, sostenida por impuestos no coparticipables) y lograron una mejora relativa en sus ingresos gracias al repunte en Ganancias (coparticipable). En números, mientras la recaudación total creció un 10% i.a. real en mayo, los montos destinados a Provincias mostraron una mejora superior al 20% i.a. real.

En este marco, pese a la mejora reciente (y transitoria) la recaudación acumuló una caída real del 5,6% i.a. en los primeros 5 meses del año. De esta manera, se alcanzó el nivel más bajo en términos reales desde 2009 para el acumulado hasta mayo (al excluir el 2020, afectado por la pandemia).

Un zoom al interior de la recaudación

En mayo se destacó el marcado crecimiento del Impuesto a las Ganancias en términos reales. En números, el tributo evidenció una suba real del 80% i.a., alcanzando así su mayor nivel en términos reales para toda la serie (más de 30 años). ¿Qué explicó la fuerte suba? Una ganancia extraordinaria de las sociedades (estacionalmente es cuando impactan las liquidaciones del ejercicio 2023) generada por la devaluación de diciembre dada la tenencia de activos dolarizados.

Al igual que en los meses previos, el Impuesto PAIS continuó afianzando su condición de pilar de la recaudación al más que triplicarse en términos reales y acelerando su evolución en comparación con abril. Si bien se esperaba un mayor nivel producto de las últimas licitaciones de BOPREAL, las autoridades aclararon que dicho impacto se reflejará en junio.

Por su parte, los Derechos de Exportación continuaron moderando su crecimiento producto de las demoras en la llegada de la cosecha gruesa. En números, el recurso creció apenas un 11% i.a. en términos reales (pese a compararse contra un periodo de sequía) cuando acumulaba un incremento real del 100% i.a. durante el primer cuatrimestre.

En otro orden, pese a una postergación en la actualización de precios, el impuesto a los Combustibles hiló su segundo mes consecutivo con crecimiento real (+6,5% i.a. en mayo contra un +2,6% i.a. en abril). Hacia adelante, se espera que el tributo continúe recuperándose en la medida que implementen los aumentos pactados para compensar el congelamiento de los últimos años.

La otra cara de la moneda fueron los tributos ligados a la actividad económica, que profundizaron sus caídas reales en mayo. En concreto, el IVA mostró una marcada aceleración en su caída real (cayó un 22% i.a. en mayo cuando había caído un 9% i.a. en abril), una tendencia que también se vio reflejada en los Créditos y Débitos bancarios (cayeron un 25% i.a. real en mayo).

En paralelo, las Contribuciones a la Seguridad Social continuaron reduciéndose en términos reales para la comparación interanual, aunque moderaron su contracción en el último mes (-12% real i.a en mayo contra un -18,5% i.a. real en abril), lo cual podría explicarse por una recuperación marginal de los salarios.

¿Qué esperamos para los próximos meses?

En lo inmediato, la recaudación vía Impuesto PAIS en las licitaciones de BOPREAL de la segunda mitad de mayo incrementarán la recaudación de junio. Paralelamente, el avance en la liquidación de la cosecha gruesa debería incrementar lo recaudado vía Derechos de Exportación, aminorando así la caída de la recaudación. Sin embargo, aquel factor mostrará su pico estacional entre junio y agosto, para luego moderarse en lo que resta del año.

Como hemos mencionado, uno de los pilares de la recaudación durante los primeros meses fue (es y será en el corto plazo) el Impuesto PAIS, un recurso que nació como transitorio y que en algún momento deberá reducirse si se pretende salir del CEPO. Del mismo modo, en materia legislativa se encontraría vigente hasta fines de año (fecha límite que imponía la ley inicial), por lo cual sería necesaria una nueva ley para que continúe en 2025.

En este marco, se abre un interrogante sobre el eventual desarme de dicho impuesto. En las últimas semanas, las autoridades mencionaron en más de una ocasión que podría reducirse gradualmente el Impuesto PAIS en caso de que se aprueben el Paquete Fiscal y la Ley Bases. No obstante, ante la demanda cautiva en utilidades y dividendos retenidos el Gobierno podría verse tentado a lanzar nuevas licitaciones de BOPREAL, lo cual les permitiría compensar una reducción en la alícuota y seguir aprovechando una fuente extraordinaria de ingresos para encauzar la consolidación fiscal.

En cuanto a los tributos vinculados a la actividad, su desempeño estará ligado a la dinámica del eventual rebote de la economía y el consumo, para lo cual sería necesario una recuperación del poder de compra. A su vez, en los próximos meses el fisco ya no contará con los recursos extraordinarios provenientes de Ganancias empresariales que se evidenciaron en mayo. Lo que suceda en estos rubros no sólo afectará a la Nación, sino que impactará con mayor fuerza sobre las cuentas públicas provinciales.

En este contexto, la aprobación del Paquete Fiscal y la Ley Bases (ya pasaron por Diputados) podría dotar de mayores recursos al fisco producto de la reincorporación del Impuesto a las Ganancias como impuesto a los Ingresos Personales y el blanqueo (entre otras propuestas). No obstante, los impactos fiscales los podríamos ver reflejados recién en la segunda parte del año producto de las demoras en su tratamiento. En caso de no lograr su aprobación, el Gobierno debería continuar ajustando considerablemente el gasto para cumplir con el objetivo comprometido.

 

 

 

El Senado repone algunos artículos del capítulo laboral de la Ley Bases

Entre las modificaciones que el Senado incluyó en la media sanción de la Ley Bases que se estuvo discutiendo estas últimas semanas, figura la reincorporación de algunos artículos que habían sido evaluados para incluir en la media sanción de diputados, pero que finalmente no se incluyeron, como la prohibición a efectuar bloqueos o la flexibilización de la presunción de existencia de contrato de trabajo.

También se modificaron algunos aspectos de la media sanción, como la disminución de 5 a 3 de la cantidad de trabajadores que pueden ser contemplados como trabajadores colaboradores antes de contemplar una relación de dependencia con obligaciones contractuales entre empleado y empleador. Aquí especificamos las principales modificaciones incorporadas por el Senado.

 

Se profundizó la recesión en marzo, ¿pasó lo peor?

La actividad profundizó el rojo en marzo

El Estimador Mensual de Actividad Económica (el EMAE, por sus siglas, anticipa la dinámica del PIB) mostró una caída mensual del 1,4% en su medición desestacionalizada, acumulando así una caída del 1,8% en lo que va del año y más de un 6% desde el pico de agosto, lo cual sitúa a la economía en su nivel más bajo desde mediados del 2021. Del mismo modo, el indicador evidenció 7 caídas mensuales consecutivas por primera vez desde el inicio de la serie (2004).

A su vez, cabe mencionar que se realizó una considerable corrección retrospectiva: la variación mensual desestacionalizada de febrero se ajustó de -1,2% a -0,01%. En cuanto a la comparación interanual, el indicador cayó un 8,4% (la mayor caída desde agosto del 2020), hilando ya 5 meses consecutivos en rojo y acumulando una caída del 5,3% para el primer trimestre.

Por su parte, si excluimos del análisis al sector externo, la demanda interna habría mostrado una caída interanual del 18,5% en marzo, hilando así cuatro meses consecutivos en rojo y acumulando una contracción del 12% i.a. para el primer trimestre del año.

¿Qué factores explican el magro desempeño de la actividad? El salto discreto inicial en el tipo de cambio oficial, la suba del Impuesto PAIS y la corrección de precios relativos generaron una marcada aceleración inflacionaria que no fue compensada por las paritarias. Como resultado, se evidenció un fuerte deterioro del poder adquisitivo a inicios del mandato, perjudicando así la demanda interna y el consumo. Paralelamente, la política monetaria y fiscal también adquirieron un fuerte sesgo contractivo, agravando el golpe sobre la economía real.

Un pantallazo sectorial

Tanto los Bienes (-10,2% i.a.) como los Servicios (-6,4% i.a.) exhibieron caídas en términos interanuales, hilando cuatro meses consecutivos de contracción y mostrando una recesión generalizada.

La rama de actividad con mayor incidencia en la caída de marzo fue la Industria manufacturera, que cayó un 19,6% interanual, explicando el 60% de la caída del EMAE en la comparación interanual. También se destaca la incidencia negativa de Comercio mayorista, minorista y reparaciones. (-16,7% i.a.) y Construcción (-29,9% i.a.). Estos tres sectores en conjunto aportaron 6,6 puntos porcentuales a la caída interanual del Estimador.

Por el contrario, los amortiguadores fueron las ramas más vinculadas al sector primario, como Agricultura, ganadería, caza y silvicultura y Explotación de minas y canteras, que en conjunto mejoraron el indicador en un 1,1%. De hecho, excluyendo al sector agropecuario del total general, el EMAE habría caído un 9,8% interanual y los Bienes habrían tenido un desplome superior al 16%. Esta dinámica es diametralmente opuesta a lo ocurrido el año pasado, donde el agro se vio castigado por una de las mayores sequías de la historia, pero el resto de la actividad económica se mantuvo relativamente constante.

Entonces, ¿pasó lo peor?

En lo inmediato, los indicadores adelantados de actividad económica mostraron una leve mejora en abril: la mayoría de las estadísticas sectoriales relevadas evidenciaron una moderación en las caídas interanuales. Por ende, estimamos que la actividad económica habría tocado su piso en marzo para comenzar una paulatina recuperación desde abril, ayudada en parte por la llegada de la cosecha gruesa. Sin embargo, si excluimos al agro del análisis, la recuperación se postergaría aún más. Ahora bien, no sólo importa el nivel en el que haga piso la economía, sino también la velocidad de recuperación y su sostenibilidad.

En materia de perspectivas sectoriales, la actividad primaria se encuentra en franco crecimiento: a) el sector agropecuario recuperándose de la sequía y proyectando una cosecha alineada con el promedio de los últimos años; b) el sector energético en crecimiento gracias a la producción de petróleo en Vaca Muerta; y c) el sector minero también al alza (la producción industrial minera creció 8,5% i.a. en el primer trimestre del año). Sin embargo, la actividad primaria explica sólo el 15% del producto.

Como contracara, las ramas más vinculadas al consumo interno (industria, construcción y comercio, que en conjunto representan 40% del PIB) continuarán mostrando fuertes caídas interanuales con una recuperación que llevará su tiempo.

En particular, para la industria manufacturera y el comercio, la recuperación de los ingresos reales (por paritarias que comienzan a repuntar) y una inflación desacelerando podrían reactivar la demanda, aunque no esperamos que en el corto plazo vuelvan a niveles previos a la recesión. Para la construcción, estimamos que la recuperación será todavía más lenta, con una obra pública que esta vez no jugará a favor.

En este contexto, la economía pasará de verse mayormente afectada por problemas de oferta (como ocurrió en 2023) a sufrir en mayor medida la contracción en la demanda. Dejando atrás el efecto “los pesos queman”, las correcciones de las principales variables macroeconómicas y la caída del salario real implican un marcado freno al consumo frente a “pesos que no alcanzan”.

Justamente, si analizamos el desempeño de la economía desde la demanda son pocos los factores que podrían jugar a favor de un mejor desempeño en materia de actividad:

1) Consumo privado (representa casi un 70% del PIB): Necesita no sólo una recuperación del salario real y el ingreso disponible, sino también una moderación en la caída del empleo que evite una contracción de la masa salarial.

2) Gasto público: Una expansión del consumo público sería contradictoria con el objetivo de consolidación fiscal, por ende, difícilmente juegue a favor.

3) Inversión: Podría incentivarse en ciertos sectores mediante reformas estructurales y una eventual salida del CEPO, aunque el impacto real no es inmediato y lleva cierto tiempo.

4) Exportaciones netas: La comparación contra la sequía en 2023 aportará un diferencial positivo en 2024 para las exportaciones. A su vez, el impulso de sectores estratégicos también jugará a favor. Del mismo modo, las importaciones se mantendrán en rojo dado su vínculo procíclico con la demanda interna.