La salida de Posse transparentó los problemas de gestión del Gobierno de Milei

La capacidad de un presidente para armar y liderar equipos de gobierno es fundamental para garantizar una gestión pública efectiva. Especialistas como Richard Neustadt sostenían que la habilidad de un presidente para coordinar y dirigir equipos competentes es crucial para la implementación exitosa de políticas y la consecución de los objetivos de gobierno. Un liderazgo eficaz, según John P. Kotter, implica inspirar y motivar a los miembros del equipo,  fomentando un ambiente de colaboración y compromiso. Esto es esencial para enfrentar desafíos complejos y dinámicos, adaptarse a cambios inesperados y aprovechar oportunidades estratégicas. En síntesis, la capacidad de un presidente para construir y liderar equipos de gobierno no solo optimiza la eficiencia administrativa, sino que también fortalece la capacidad del gobierno para responder de manera proactiva y eficaz a las necesidades y aspiraciones de la sociedad. Todo esto entró en duda con la renuncia de Nicolás Posse.

La salida traumática de Nicolás Posse del Gabinete, en el medio de un conflicto con el propio Javier Milei, con quien tenía una relación de estrecha amistad y confianza, ya transmite por sí sola la naturaleza de la crisis en la que había entrado la gestión del presidente. Una gestión en donde hubo mucha delegación de funciones en Posse, un funcionario sin experiencia en gestión pública y sin equipos propios, que había diseñado un sistema de gestión muy intrincadopara coordinar la tarea del Gabinete (con mecanismos de revisión de las decisiones ministeriales poco eficiente), y que naturalmente por ello no había producido buenos resultados.

Una situación que se volvía mucho más preocupante, si se tiene en cuenta el marco general en el que se gestiona la acción de gobierno, es decir en el medio de la ejecución de un programa económico que busca corregirdiversos desequilibrios de la macroeconomía, y que por ello produjo un empeoramiento de las condiciones económicas, como había advertido el presidente. En ese marco, se volvía estratégico para el gobierno acompañar el proceso con una gestión eficiente y sensible al contexto social en áreas como seguridad, salud, educación y asistencia social.

A lo largo de estos seis meses, la gestión de gobierno tuvo que enfrentar dos situaciones críticas vinculadas a dos de esas áreas: 1) la problemática del financiamiento a las universidades que terminó decantando en una marcha multitudinaria de vastos sectores sociales a lo largo y ancho del país; y 2) la problemática con el NO reparto de alimentos, que derivó en la intervención de la justicia y en una apresurada repartición de los mismos antes de que sobrevenga la fecha de vencimiento. Esas 2  problemáticas, en materia de educación y asistencia social, dependían de áreas que estaban en el mismo ministerio, el de Capital Humano a cargo de Sandra Pettovello.

Un ministerio que absorbía, en el diseño original, a otros 4 (Educación, Salud, Trabajo y Desarrollo Social) pero que finalmente fueron 3, y que quedaron a cargo de una figura de mucha confianza de Milei pero sin ninguna experiencia en la gestión pública y sin equipos para hacerse cargo de todos esos temas. Todo ello se tradujo en un gabinete ministerial muy inestable con muchos funcionarios corridos o renunciados por la Ministra, pero en el marco más general de un gabinete nacional con mucha inestabilidad de sus funcionarios.

En definitiva, había 2 inexperiencias de Javier Milei que sembraban dudas sobre su eventual éxito en su gestión presidencial, una vez que se conoció su triunfo electoral: 1) su inexperiencia política (capacidad para interactuar con otros actores políticos), y 2) su inexperiencia en gestión (capacidad de armar y liderar equipos para gestionar el Estado). Las dos se manifestaron estos primeros 6 meses de gestión y ello impidió que la acción de gobierno lograra alcanzar los objetivos en los tiempos y las formas que la situación demanda.

Dicho todo ello sobre la salida de Posse, vale la pena remarcar que la decisión de entronar a Guillermo Francos al frente de la Jefatura de Gabinete, pudiera indicarnos que Milei entiende de qué adolece. Eligio al ministro políticamente más experimentado de su equipo de gobierno para ocupar el lugar más relevante del gabinete. Si Sturzenegger representa lo que Milei quiere hacer, Francos representa lo que Milei puede hacer, o si se quiere, Francos será el que determine los límites de la acción de gobierno. Cómo solía decir Néstor Kirchner en relación a cuál era el verdadero rumbo de su acción de gobierno en su momento, Milei debería decir: no miren lo que Sturzenegger dice (o quiere hacer), vean lo que Francos hace (o puede hacer).

La recaudación repuntó en mayo

La recaudación tributaria nacional mostró en mayo un crecimiento del 10% i.a. en términos reales luego de ocho meses consecutivos en rojo. Más allá del aporte del Impuesto PAIS, la recuperación en mayo vino de la mano de Ganancias, impuesto que se vio beneficiado por la liquidación de las ganancias de las sociedades para el ejercicio 2023. Por su parte, los impuestos ligados a la actividad económica profundizaron su caída en términos reales, mientras que los Derechos de Exportación moderaron su aporte como consecuencia de las demoras en la cosecha.

Como resultado, las Provincias revirtieron la dinámica de los meses previos (sus recursos caían aún más que la recaudación nacional, sostenida por impuestos no coparticipables) y lograron una mejora relativa en sus ingresos gracias al repunte en Ganancias (coparticipable). En números, mientras la recaudación total creció un 10% i.a. real en mayo, los montos destinados a Provincias mostraron una mejora superior al 20% i.a. real.

En lo inmediato, la recaudación vía Impuesto PAIS en las licitaciones de BOPREAL de mayo incrementarán la recaudación de junio. Paralelamente, el avance en la liquidación de la cosecha gruesa debería incrementar lo recaudado vía Derechos de Exportación, aminorando así la caída de la recaudación. En este contexto, la aprobación del Paquete Fiscal y la Ley Bases podría dotar de mayores recursos al fisco producto de la reincorporación del Impuesto a las Ganancias como impuesto a los Ingresos Personales y el blanqueo (entre otras propuestas). No obstante, los impactos fiscales los podríamos ver reflejados recién en la segunda parte del año dadas las demoras en su tratamiento.

¿Qué pasó con la recaudación en mayo?

La recaudación tributaria nacional mostró en mayo un crecimiento del 10% i.a. en términos reales luego de ocho meses consecutivos en rojo. Más allá del aporte del Impuesto PAIS, la recuperación en mayo vino de la mano de Ganancias, impuesto que se vio beneficiado por la liquidación de las ganancias de las sociedades para el ejercicio 2023. Por su parte, los impuestos ligados a la actividad económica profundizaron su caída en términos reales, mientras que los Derechos de Exportación moderaron su aporte como consecuencia de las demoras en la cosecha.

Como resultado, las Provincias revirtieron la dinámica de los meses previos (sus recursos caían aún más que la recaudación nacional, sostenida por impuestos no coparticipables) y lograron una mejora relativa en sus ingresos gracias al repunte en Ganancias (coparticipable). En números, mientras la recaudación total creció un 10% i.a. real en mayo, los montos destinados a Provincias mostraron una mejora superior al 20% i.a. real.

En este marco, pese a la mejora reciente (y transitoria) la recaudación acumuló una caída real del 5,6% i.a. en los primeros 5 meses del año. De esta manera, se alcanzó el nivel más bajo en términos reales desde 2009 para el acumulado hasta mayo (al excluir el 2020, afectado por la pandemia).

Un zoom al interior de la recaudación

En mayo se destacó el marcado crecimiento del Impuesto a las Ganancias en términos reales. En números, el tributo evidenció una suba real del 80% i.a., alcanzando así su mayor nivel en términos reales para toda la serie (más de 30 años). ¿Qué explicó la fuerte suba? Una ganancia extraordinaria de las sociedades (estacionalmente es cuando impactan las liquidaciones del ejercicio 2023) generada por la devaluación de diciembre dada la tenencia de activos dolarizados.

Al igual que en los meses previos, el Impuesto PAIS continuó afianzando su condición de pilar de la recaudación al más que triplicarse en términos reales y acelerando su evolución en comparación con abril. Si bien se esperaba un mayor nivel producto de las últimas licitaciones de BOPREAL, las autoridades aclararon que dicho impacto se reflejará en junio.

Por su parte, los Derechos de Exportación continuaron moderando su crecimiento producto de las demoras en la llegada de la cosecha gruesa. En números, el recurso creció apenas un 11% i.a. en términos reales (pese a compararse contra un periodo de sequía) cuando acumulaba un incremento real del 100% i.a. durante el primer cuatrimestre.

En otro orden, pese a una postergación en la actualización de precios, el impuesto a los Combustibles hiló su segundo mes consecutivo con crecimiento real (+6,5% i.a. en mayo contra un +2,6% i.a. en abril). Hacia adelante, se espera que el tributo continúe recuperándose en la medida que implementen los aumentos pactados para compensar el congelamiento de los últimos años.

La otra cara de la moneda fueron los tributos ligados a la actividad económica, que profundizaron sus caídas reales en mayo. En concreto, el IVA mostró una marcada aceleración en su caída real (cayó un 22% i.a. en mayo cuando había caído un 9% i.a. en abril), una tendencia que también se vio reflejada en los Créditos y Débitos bancarios (cayeron un 25% i.a. real en mayo).

En paralelo, las Contribuciones a la Seguridad Social continuaron reduciéndose en términos reales para la comparación interanual, aunque moderaron su contracción en el último mes (-12% real i.a en mayo contra un -18,5% i.a. real en abril), lo cual podría explicarse por una recuperación marginal de los salarios.

¿Qué esperamos para los próximos meses?

En lo inmediato, la recaudación vía Impuesto PAIS en las licitaciones de BOPREAL de la segunda mitad de mayo incrementarán la recaudación de junio. Paralelamente, el avance en la liquidación de la cosecha gruesa debería incrementar lo recaudado vía Derechos de Exportación, aminorando así la caída de la recaudación. Sin embargo, aquel factor mostrará su pico estacional entre junio y agosto, para luego moderarse en lo que resta del año.

Como hemos mencionado, uno de los pilares de la recaudación durante los primeros meses fue (es y será en el corto plazo) el Impuesto PAIS, un recurso que nació como transitorio y que en algún momento deberá reducirse si se pretende salir del CEPO. Del mismo modo, en materia legislativa se encontraría vigente hasta fines de año (fecha límite que imponía la ley inicial), por lo cual sería necesaria una nueva ley para que continúe en 2025.

En este marco, se abre un interrogante sobre el eventual desarme de dicho impuesto. En las últimas semanas, las autoridades mencionaron en más de una ocasión que podría reducirse gradualmente el Impuesto PAIS en caso de que se aprueben el Paquete Fiscal y la Ley Bases. No obstante, ante la demanda cautiva en utilidades y dividendos retenidos el Gobierno podría verse tentado a lanzar nuevas licitaciones de BOPREAL, lo cual les permitiría compensar una reducción en la alícuota y seguir aprovechando una fuente extraordinaria de ingresos para encauzar la consolidación fiscal.

En cuanto a los tributos vinculados a la actividad, su desempeño estará ligado a la dinámica del eventual rebote de la economía y el consumo, para lo cual sería necesario una recuperación del poder de compra. A su vez, en los próximos meses el fisco ya no contará con los recursos extraordinarios provenientes de Ganancias empresariales que se evidenciaron en mayo. Lo que suceda en estos rubros no sólo afectará a la Nación, sino que impactará con mayor fuerza sobre las cuentas públicas provinciales.

En este contexto, la aprobación del Paquete Fiscal y la Ley Bases (ya pasaron por Diputados) podría dotar de mayores recursos al fisco producto de la reincorporación del Impuesto a las Ganancias como impuesto a los Ingresos Personales y el blanqueo (entre otras propuestas). No obstante, los impactos fiscales los podríamos ver reflejados recién en la segunda parte del año producto de las demoras en su tratamiento. En caso de no lograr su aprobación, el Gobierno debería continuar ajustando considerablemente el gasto para cumplir con el objetivo comprometido.

 

 

 

El Senado repone algunos artículos del capítulo laboral de la Ley Bases

Entre las modificaciones que el Senado incluyó en la media sanción de la Ley Bases que se estuvo discutiendo estas últimas semanas, figura la reincorporación de algunos artículos que habían sido evaluados para incluir en la media sanción de diputados, pero que finalmente no se incluyeron, como la prohibición a efectuar bloqueos o la flexibilización de la presunción de existencia de contrato de trabajo.

También se modificaron algunos aspectos de la media sanción, como la disminución de 5 a 3 de la cantidad de trabajadores que pueden ser contemplados como trabajadores colaboradores antes de contemplar una relación de dependencia con obligaciones contractuales entre empleado y empleador. Aquí especificamos las principales modificaciones incorporadas por el Senado.

 

Se profundizó la recesión en marzo, ¿pasó lo peor?

La actividad profundizó el rojo en marzo

El Estimador Mensual de Actividad Económica (el EMAE, por sus siglas, anticipa la dinámica del PIB) mostró una caída mensual del 1,4% en su medición desestacionalizada, acumulando así una caída del 1,8% en lo que va del año y más de un 6% desde el pico de agosto, lo cual sitúa a la economía en su nivel más bajo desde mediados del 2021. Del mismo modo, el indicador evidenció 7 caídas mensuales consecutivas por primera vez desde el inicio de la serie (2004).

A su vez, cabe mencionar que se realizó una considerable corrección retrospectiva: la variación mensual desestacionalizada de febrero se ajustó de -1,2% a -0,01%. En cuanto a la comparación interanual, el indicador cayó un 8,4% (la mayor caída desde agosto del 2020), hilando ya 5 meses consecutivos en rojo y acumulando una caída del 5,3% para el primer trimestre.

Por su parte, si excluimos del análisis al sector externo, la demanda interna habría mostrado una caída interanual del 18,5% en marzo, hilando así cuatro meses consecutivos en rojo y acumulando una contracción del 12% i.a. para el primer trimestre del año.

¿Qué factores explican el magro desempeño de la actividad? El salto discreto inicial en el tipo de cambio oficial, la suba del Impuesto PAIS y la corrección de precios relativos generaron una marcada aceleración inflacionaria que no fue compensada por las paritarias. Como resultado, se evidenció un fuerte deterioro del poder adquisitivo a inicios del mandato, perjudicando así la demanda interna y el consumo. Paralelamente, la política monetaria y fiscal también adquirieron un fuerte sesgo contractivo, agravando el golpe sobre la economía real.

Un pantallazo sectorial

Tanto los Bienes (-10,2% i.a.) como los Servicios (-6,4% i.a.) exhibieron caídas en términos interanuales, hilando cuatro meses consecutivos de contracción y mostrando una recesión generalizada.

La rama de actividad con mayor incidencia en la caída de marzo fue la Industria manufacturera, que cayó un 19,6% interanual, explicando el 60% de la caída del EMAE en la comparación interanual. También se destaca la incidencia negativa de Comercio mayorista, minorista y reparaciones. (-16,7% i.a.) y Construcción (-29,9% i.a.). Estos tres sectores en conjunto aportaron 6,6 puntos porcentuales a la caída interanual del Estimador.

Por el contrario, los amortiguadores fueron las ramas más vinculadas al sector primario, como Agricultura, ganadería, caza y silvicultura y Explotación de minas y canteras, que en conjunto mejoraron el indicador en un 1,1%. De hecho, excluyendo al sector agropecuario del total general, el EMAE habría caído un 9,8% interanual y los Bienes habrían tenido un desplome superior al 16%. Esta dinámica es diametralmente opuesta a lo ocurrido el año pasado, donde el agro se vio castigado por una de las mayores sequías de la historia, pero el resto de la actividad económica se mantuvo relativamente constante.

Entonces, ¿pasó lo peor?

En lo inmediato, los indicadores adelantados de actividad económica mostraron una leve mejora en abril: la mayoría de las estadísticas sectoriales relevadas evidenciaron una moderación en las caídas interanuales. Por ende, estimamos que la actividad económica habría tocado su piso en marzo para comenzar una paulatina recuperación desde abril, ayudada en parte por la llegada de la cosecha gruesa. Sin embargo, si excluimos al agro del análisis, la recuperación se postergaría aún más. Ahora bien, no sólo importa el nivel en el que haga piso la economía, sino también la velocidad de recuperación y su sostenibilidad.

En materia de perspectivas sectoriales, la actividad primaria se encuentra en franco crecimiento: a) el sector agropecuario recuperándose de la sequía y proyectando una cosecha alineada con el promedio de los últimos años; b) el sector energético en crecimiento gracias a la producción de petróleo en Vaca Muerta; y c) el sector minero también al alza (la producción industrial minera creció 8,5% i.a. en el primer trimestre del año). Sin embargo, la actividad primaria explica sólo el 15% del producto.

Como contracara, las ramas más vinculadas al consumo interno (industria, construcción y comercio, que en conjunto representan 40% del PIB) continuarán mostrando fuertes caídas interanuales con una recuperación que llevará su tiempo.

En particular, para la industria manufacturera y el comercio, la recuperación de los ingresos reales (por paritarias que comienzan a repuntar) y una inflación desacelerando podrían reactivar la demanda, aunque no esperamos que en el corto plazo vuelvan a niveles previos a la recesión. Para la construcción, estimamos que la recuperación será todavía más lenta, con una obra pública que esta vez no jugará a favor.

En este contexto, la economía pasará de verse mayormente afectada por problemas de oferta (como ocurrió en 2023) a sufrir en mayor medida la contracción en la demanda. Dejando atrás el efecto “los pesos queman”, las correcciones de las principales variables macroeconómicas y la caída del salario real implican un marcado freno al consumo frente a “pesos que no alcanzan”.

Justamente, si analizamos el desempeño de la economía desde la demanda son pocos los factores que podrían jugar a favor de un mejor desempeño en materia de actividad:

1) Consumo privado (representa casi un 70% del PIB): Necesita no sólo una recuperación del salario real y el ingreso disponible, sino también una moderación en la caída del empleo que evite una contracción de la masa salarial.

2) Gasto público: Una expansión del consumo público sería contradictoria con el objetivo de consolidación fiscal, por ende, difícilmente juegue a favor.

3) Inversión: Podría incentivarse en ciertos sectores mediante reformas estructurales y una eventual salida del CEPO, aunque el impacto real no es inmediato y lleva cierto tiempo.

4) Exportaciones netas: La comparación contra la sequía en 2023 aportará un diferencial positivo en 2024 para las exportaciones. A su vez, el impulso de sectores estratégicos también jugará a favor. Del mismo modo, las importaciones se mantendrán en rojo dado su vínculo procíclico con la demanda interna.

 

Mejoran los niveles de aprobación del Gobierno por caída de imagen negativa

La valoración del desempeño del gobierno de Javier Milei sigue mostrando cierta estabilidad, destacándose este mes una caída en la imagen negativa de más de 4 puntos porcentuales, lo que permite que el diferencial de aprobación quede con saldo positivo, a pesar de que la valoración positiva también cae un 1,6%. La novedad este mes fue un incremento en el porcentaje de encuestados que califican como regular la valoración del desempeño del Gobierno. Viendo que en su gran mayoría (68% de ellos) son votantes de Sergio Massa en el balotaje, se puede suponer que se trata de votantes que quizá viendo señales positivas, puedan haber migrado de una evaluación negativa a una regular, sin animarse aun a pasar a aprobar el desempeño del gobierno.

En la perspectiva histórica, los niveles de aprobación del gobierno siguen siendo niveles elevados si los comparamos con los niveles de apoyos que reunía Mauricio Macri en abril 2016. A pesar de un incremento de los que ven como regular el desempeño del gobierno sigue siendo una coyuntura que muestra altos niveles de polarización de la evaluación de desempeño, con niveles de aprobación y desaprobación ambos en torno al 45% de respuestas. Habrá que ver si, con el tiempo, los buenos o malos resultados rompen esta dualidad de opiniones.

Por lo pronto, Javier Milei consolida en mayo 5 mediciones consecutivas con niveles de aprobación superiores al 44%, algo que solo se asemeja a los meses pre y post electoral de 2017 para Mauricio Macri, y a los meses de inicio de pandemia para Alberto Fernández.

Se sostiene el superávit financiero

¿Cómo le fue al fisco en abril?

El Sector Público Nacional No Financiero registró en abril el cuarto mes consecutivo de superávit fiscal, situación que no se evidenciaba desde 2008 (si bien en 2009 hubo superávit financiero en el acumulado el mes de abril ya mostraba déficit). En números, las cuentas públicas registraron un superávit primario de $264.952 millones en abril. A su vez, con un pago de intereses que se ubicó en $247.543 millones, el superávit financiero resultó ser $17.409 millones.

¿Qué explicó el superávit fiscal en abril? Nuevamente los ingresos cayeron -6,5% real i.a, pero el recorte sobre el Gasto Primario (-23,7% i.a. real) volvió a explicar la mejora en las cuentas fiscales. A diferencia de los resultados obtenidos en el primer trimestre del año, en abril el resultado financiero moderó su magnitud, como así también lo hizo la caída en el gasto.

El superávit fiscal acumulado en el primer cuatrimestre estuvo caracterizado por un marcado recorte sobre el gasto público y una caída en los ingresos que se vio mitigada por la ampliación del Impuesto PAIS. Justamente, dicho impuesto fue uno de los sustentos del programa fiscal en el primer cuatrimestre: de no ser por su aporte, el Gobierno habría mostrado un déficit financiero y el superávit primario se habría reducido a la mitad.

¿Qué ocurrió al interior de las cuentas públicas?

¿Qué explicó el magro desempeño de los recursos? La caída real en los tributos asociados a la actividad económica y los ingresos fue compensada con el aporte de los Derechos de Exportación y el Impuesto PAIS.

En números, el IVA se redujo en abril 8,1% real i.a., al igual que los demás tributos asociados al nivel de actividad que volvieron a marcar rojos reales. En paralelo, el Impuesto a las Ganancias continúa anotando caídas reales (37% i.a) desde el recorte de la cuarta categoría de diciembre 2023, al igual que las Contribuciones a la Seguridad Social, que hilaron su octava caída real consecutiva (-18% i.a).

De los tributos asociados al comercio exterior, los Derechos de Exportación moderaron su crecimiento +33% i.a. real como consecuencia de una cosecha que continúa demorada. Análogamente, el Impuesto PAIS mostró un incremento real del 211% i.a., producto de su ampliación al inicio del mandato. No obstante, se observa una notoria moderación con respecto a los meses previos (aumentos superiores al 300% real en promedio), lo cual podría explicarse por menores importaciones.

¿Qué paso con el gasto? Como resultado de un recorte transversal sobre todas las partidas, el Gasto Primario registró un rojo real del 24% i.a, aunque moderó el nivel de caída de los meses previos debido al impacto de la nueva fórmula de movilidad.

En tal sentido las Prestaciones Sociales cayeron un -17,4% i.a real, mostrando una dinámica heterogénea a su interior. Por un lado, las Jubilaciones y Pensiones (incluyendo PNC) mostraron una caída real del 26% i.a, mientras que las Asignaciones Familiares cayeron un 40%. Al mismo tiempo, la AUH hiló su segundo mes consecutivo al alza (+9% i.a. real) y las prestaciones del PAMI se recuperaron un 7% i.a.

Por su parte, los Subsidios Económicos cayeron un 14% i.a. en términos reales y moderaron el recorte evidenciado en los últimos meses. Como venimos mencionando, parte de la reducción en esta partida no estaba explicada por un ahorro genuino, sino por una postergación de pagos y compromisos a CAMMESA.

En cuanto a la negociación con los gobiernos provinciales, tanto las Transferencias a Provincias (corrientes y de capital) como los Gastos de Capital (obra pública excluyendo transferencias) mostraron otra contundente contracción real del 77% (que explicó el 35% de la caída en el gasto primario). En su interior, se destaca la moderación de la caída en el Gasto de Capital de Nación destinado a energía (34% real i.a. en abril contra un 77% en marzo).

Con respecto al resto de las partidas, las Transferencias a Universidades (foco de conflicto reciente) se redujeron un 27% i.a. real y los Gastos en Funcionamiento (donde se incluyen salarios) cayeron 18% i.a. real. Ambas partidas acumulan el cuarto mes consecutivo en rojo.

¿Qué esperamos hacia adelante?

Desde el inicio de la gestión, el Poder Ejecutivo enfatizó la necesidad del ordenamiento de las cuentas públicas y estableció el ancla fiscal como driver de la política económica, impulsando un cambio de régimen económico que regenere credibilidad y confianza. En este contexto, el contundente resultado financiero obtenido en el primer cuatrimestre le dio un respiro al gobierno de cara al resto del año.

Sin embargo, las características del ajuste implementado sobre el gasto, la dinámica que podría adoptar la recaudación en un contexto recesivo, la postergación de tarifas y la indexación de las partidas previsionales siembran incertidumbre sobre su sostenibilidad en la segunda parte del año. Típicamente, la estacionalidad del gasto y los ingresos genera mayores presiones sobre las cuentas públicas en los segundos semestres.

En cuanto a los recursos, la recesión económica proyectada seguramente deteriore los ingresos asociados a la actividad, lo cual no sólo afectará a la Nación, sino que impactará con mayor fuerza sobre las cuentas públicas provinciales (ya perjudicadas por la modificación de Ganancias) dado que son mayormente impuestos coparticipables.

En el corto plazo, la liquidación de la cosecha gruesa incrementará lo recaudado vía Derechos de Exportación, poniéndole un límite a la caída de los recursos. Sin embargo, aquel factor mostraría su pico estacional entre el segundo y tercer trimestre, para luego moderarse en la segunda parte del año. A su vez, uno de los pilares de la recaudación durante los primeros meses de gestión fue (y será) el Impuesto PAIS, un recurso transitorio que en algún momento deberá reducirse si se pretende salir del CEPO.

En lo inmediato, el Impuesto PAIS recaudado vía licitaciones de BOPREAL dotará de recursos extraordinarios al fisco en mayo. No obstante, se abre un nuevo interrogante de cara a los próximos meses: quedan apenas USD 60 M por licitar, pero ante la demanda cautiva en utilidades y dividendos retenidos el Gobierno podría verse tentado a lanzar nuevas licitaciones de BOPREAL. De esta manera, las autoridades podrían seguir aprovechando una fuente extraordinaria de ingresos para encauzar la consolidación fiscal.

En este contexto, la aprobación del nuevo Paquete Fiscal y la Ley Bases podría dotar de mayores recursos al fisco producto de la reincorporación del Impuesto a las Ganancias (Ingresos Personales) y el blanqueo. No obstante, los impactos fiscales los podríamos ver reflejados recién en la segunda parte del año producto de las demoras en su tratamiento.

Con respecto al gasto, el ajuste implementado sobre el Gasto Social (más de la mitad de las erogaciones) se encontraría limitado por el cambio en la fórmula de la movilidad previsional, que se actualiza mensualmente desde abril según la inflación evidenciada dos meses atrás. Si bien la nueva fórmula resguarda los haberes y las asignaciones frente a una eventual aceleración inflacionaria, también elimina la posibilidad de recuperarse frente a un escenario de crecimiento y recuperación económica, congelando los haberes en mínimos reales. De este modo, pese a que el cambio de fórmula incrementa en el margen el gasto en jubilaciones y pensiones, le pone un techo al gasto social tanto para el último tramo del año como para 2025 frente a una eventual recuperación de la economía.

Distinto es el caso para las Transferencias a las Provincias y los Gastos de Capital, donde el Gobierno tiene un mayor margen de maniobra, pero son una carta de negociación para conseguir mayores votos en el Congreso. Justamente, la misma aprobación del nuevo Paquete Fiscal podría recomponer en parte unos diezmados recursos de las finanzas provinciales.

En cuanto a los Subsidios Económicos, si bien la actualización tarifaria implementada alivió en parte las presiones sobre este rubro, aún quedan actualizaciones pendientes postergadas. Del mismo modo, será necesaria una normalización de los pagos y compromisos adeudados en los primeros meses de gestión para no generar aún más distorsiones en la cadena de pagos del sector energético. Pese a que el Gobierno busca cancelar dicha deuda mediante la colocación de un bono, aún no se encuentra resuelto.

Por su parte, recientemente se implementó un cambio en la estrategia monetaria que buscó redireccionar la liquidez excedente desde Pases Pasivos del BCRA hacia LECAPs (letras capitalizables del Tesoro). Dicho rediseño refuerza la dependencia del esquema monetario-financiero sobre el ancla fiscal y añade nuevos riesgos para tener en cuenta. En concreto, ahora la consolidación de una trayectoria superavitaria del Tesoro no sólo será necesaria para absorber liquidez, sino también para evitar ruidos en materia de cumplimiento de las obligaciones de las LECAP, lo cual podría afectar los balances del sistema financiero.

Si bien esta estrategia incrementa el endeudamiento del Tesoro y eleva los compromisos a afrontar en 2024, el hecho de que el instrumento seleccionado sean las LECAP evita presiones sobre el resultado financiero: el pago de intereses no se registra como tal, sino que se capitaliza y se registra como amortizaciones (por debajo de la línea).

A modo de cierre, será crucial seguir de cerca lo que ocurra en materia legislativa, la estabilidad del mercado de deuda en pesos, las actualizaciones pendientes de tarifas, la dinámica que adopte el consumo privado por su impacto en recaudación, la posible extensión de las licitaciones de BOPREAL y las eventuales modificaciones en las restricciones cambiarias.

El Gobierno busca aprobar la Ley Bases en el senado la última semana de mayo

El oficialismo continúa las negociaciones en el Senado para poder reunir los votos necesarios para aprobar la Ley Bases y la Ley fiscal, con la convicción de que las dos leyes recibirán modificaciones y deberán volver a diputados para su aprobación final. Si eso ocurre, habrá que estar atentos a las mayorías que se junten para incorporar modificaciones, porque ello determinará qué mayorías necesitará la cámara de diputados para insistir con la sanción original. Si el Senado aprueba incorporar modificaciones con la mayoría absoluta de los presentes, la Cámara de Diputados podrá insistir con la redacción original con esa misma mayoría. Si lo hace con 2/3 de los presentes, Diputados solo podrá insistir con 2/3, algo que se vuelve imposible por el escaso apoyo que recogieron las leyes del bloque de Unión por la Patria que tiene 99 diputados, más de 1/3 de diputados.

El hecho de que la redacción de la media sanción que pretende modificar el Senado, recogió mayorías robustas en diputados, lleva al oficialismo a aceptar sin demasiada resistencia las modificaciones propuestas ya que, si lo deseara, alguna de esas modificaciones podrían ser revertidas por los diputados insistiendo con la sanción original.

En relación a la Ley Bases, los principales cuestionamientos están planteados sobre el Régimen de Grandes Incentivos por dos grandes motivos: beneficios excesivos y ausencia de incentivos para favorecer Pymes locales.

En cuanto al paquete fiscal, el régimen de blanqueo y el impuesto a las ganancias han sido temas especialmente controvertidos. Además, la eliminación del monotributo social ha generado críticas significativas.

La próxima reunión de comisión podría ser el martes 21 de mayo. La posibilidad de dictaminar dependerá del avance de las negociaciones sobre los cambios a incorporar en los proyectos de ley. Este retraso ha pospuesto la sesión de votación hasta después del 25 de mayo, una fecha clave establecida por el presidente Javier Milei para firmar el Pacto de Mayo con los gobernadores.

Se anticipa que la discusión en el recinto tendrá lugar el 29 o 30 de mayo. Ante este retraso, algunos funcionarios del Gobierno han manifestado que el acuerdo se firmará incluso sin la sanción de la Ley Bases. Sin embargo, el presidente Milei ha señalado la posibilidad de retrasar la firma hasta junio o julio, dependiendo del progreso legislativo.

Inflación a la baja en abril: buscando el nuevo piso inercial

Nueva moderación inflacionaria en abril

La inflación Nacional fue del 8,8% en abril, desacelerándose 2,2 p.p. respecto a marzo según el Índice de Precios al Consumidor del INDEC. Se trata del quinto mes consecutivo donde el registro estuvo por debajo de las expectativas del mercado (REM-BCRA), que proyectaba un 9% para el mismo mes. Con este dato, la inflación interanual asciende al 289,4% y acumula un 65% en el primer cuatrimestre del año.

La suba de los precios al consumidor en el cuarto mes del año estuvo principalmente traccionada por los ajustes en los precios Regulados: mostraron un incremento del 18,4% mensual impulsados por los aumentos en servicios públicos y prepagas. De hecho, Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles mostró una suba mensual del 35,6% a nivel nacional en abril, siendo la división con mayor aumento.

Sin embargo, la novedad del mes pasó por la velocidad que reflejó la medición Núcleo (excluye estacionales y regulados): subió un 6,3% en abril, ubicándose 3,1 puntos porcentuales por debajo de marzo y alcanzando la variación mensual más baja en los últimos 15 meses. A su vez, los precios Estacionales subieron un 9,9%.

Por su parte, los alimentos y bebidas (+6%) mostraron una variación por debajo del nivel general por cuarto mes consecutivo. A su interior, se destacan no sólo las subas en verduras y lácteos, sino también las caídas evidenciadas en frutas. Justamente, el capítulo fue clave en la moderación del nivel general: en caso de excluirlo, la inflación mensual se hubiera mantenido en el doble dígito para abril. En esta misma línea, por tercer mes consecutivo los precios de los Bienes (+6,3% mensual) se movieron a una velocidad considerablemente menor a la de los Servicios (+16,5%).

¿Se mantiene la desaceleración?

La desaceleración de la inflación más rápida de lo previsto tiene sus fundamentos en 4 elementos principales: 1) La fuerte recesión y caída del consumo; 2) El sostenimiento del crawling peg al 2% mensual para el tipo de cambio oficial; 3) La estabilidad nominal en los dólares financieros (impactan en los precios vía los importadores que operan por fuera del MULC); y 4) La continua postergación de las subas en tarifas y combustibles (lo mismo ocurriría en mayo).

Pensando en mayo, la persistencia de estos 4 elementos y la notoria moderación la inflación Núcleo (refleja la velocidad crucero de los precios) inducirían una nueva moderación inflacionaria. En este contexto, el Gobierno estaría priorizando la baja de la inflación por sobre otros objetivos tanto por cuestiones políticas como económicas.

Sin embargo, ya en los meses siguientes aparecerá la parte más complicada del sendero de desaceleración. Será difícil que la inflación siga bajando en los próximos meses al mismo ritmo que mostró hasta el momento: es más fácil bajar una inflación desde el pico de un shock nominal (salto discreto del tipo de cambio y ajustes de precios relativos) que cuando se acerca a su velocidad crucero. Adicionalmente, será más desafiante romper la inercia del proceso cuando comience a impactar la indexación de algunos precios regulados o los ajustes postergados en servicios.

A su vez, el reciente ajuste en las tarifas de servicios públicos atrasadas impondrá una mayor resistencia a la baja en la propia inflación Núcleo: generalmente el incremento en los costos se traslada con cierto rezago a los precios, ralentizando así el proceso de moderación inflacionaria.

Del mismo modo, una eventual recuperación de la economía vía mejora del poder adquisitivo podría ponerle un límite a la desaceleración inflacionaria. Por el lado de la oferta, los aumentos salariales podrían incrementar los costos operativos, lo cual se sumaría al encarecimiento de los servicios públicos. En cuanto a la demanda, la recuperación del poder de adquisitivo podría impulsar el consumo, dando un mayor espacio a las empresas para trasladar la suba de costos a los precios. Este segundo punto podría ser compensado parcialmente con una mayor apertura a productos importados, lo cual explica las recientes bajas en aranceles por parte del Gobierno.

¿Cuál sería entonces la clave para desinflar? La recesión inducida, la apertura comercial y las expectativas de un sendero a la baja deberían primar por sobre la inercia inflacionaria que adquiera una economía con fuerte apreciación del tipo de cambio, correcciones pendientes de precios relativos y un desarme del CEPO cambiario por delante, lo cual puede alterar las expectativas. En este marco, la sostenibilidad del proceso de moderación inflacionaria no estaría exenta de riesgos que se irán acrecentando a medida que se acumulen desequilibrios o se dejen en el camino cuestiones pendientes a resolver.

Milei forzado a aceptar cambios en la Ley Bases, que podría volver a diputados

Luego de la media sanción en Diputados, las leyes Bases y Paquete Fiscal están siendo discutidas en comisiones del Senado, donde buscan dictamen para ser llevadas al recinto. Los cuestionamientos de los bloques dialoguistas a lo aprobado por Diputados, podría provocar que el Gobierno acepte introducir cambios a las iniciativas para que puedan lograr dictamen, y que estas tengan que volver a la cámara baja para su sanción definitiva.

Habiendo cuestionamientos por facultades delegadas, por el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), por el blanqueo, y por la restitución de Ganancias, incluso de los principales aliados al Gobierno, el oficialismo postergó la búsqueda de emitir dictamen esta semana. Además, debido al pedido de la UCR y Unión por la Patria, entre otros bloques, se aumentó la cantidad de invitados previstos para la discusión en el plenario.

Estas disidencias obstaculizaron el camino para que el oficialismo pueda juntar el número necesario para obtener un dictamen de mayoría aprobatorio de la media sanción que vino de Diputados, o que de lograrse, estén en el recinto los números para no introducirle modificaciones al articulado y evitar así que las iniciativas vuelvan a Diputados.

 

El oficialismo contabiliza 29 votos a favor de las dos leyes, y necesita juntar al menos 7 votos más para que, en caso de empatar, sea Victoria Villarruel la que desempate a favor del Gobierno. Para ello, busca comprometer 7 votos de 10 Senadores que no pertenecen al bloque de UxP y que podrían ayudar a conformar la mayoría. Entre esos 10 Senadores figuran 7 que responden a Gobernadores y 3 que no: Lousteau, Espínola y Kueider. Como estos últimos son más difíciles de convencer, el foco del oficialismo está en los otros 7. El Gobierno cree poder conseguir esos 7 votos, pero puede que tenga que aceptar introducir modificaciones en el texto.

Se profundizaron las caídas en industria y construcción

La industria siguió en rojo durante marzo

El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI) evidenció una caída del 6,3% mensual desestacionalizada en marzo y una contracción del 21,1% en la comparación interanual (la mayor desde abril del 2020).

De esta manera, la producción industrial mostró una reducción del 14,8% i.a en el primer trimestre y acumula una caída del 17,5% entre octubre y marzo (6 meses en rojo), lo cual la sitúa en niveles de junio del 2020, cuando la economía se estaba recuperando de la pandemia.

A su interior, las 16 divisiones de la industria manufacturera presentaron caídas interanuales. Los mayores rojos se vieron en “Muebles y colchones”, y “Otras industrias manufactureras” (40,4%), “Productos minerales no metálicos” (35,8%), “Maquinaria y equipo” (-37,9%;) e “Industrias metálicas básicas” (-34,0%).

La construcción no encuentra piso

El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) reflejó una caída del 14,2% mensual desestacionalizada en marzo y una marcada contracción del 42,2% en la comparación interanual. En ambos casos, se tratan de las mayores caídas desde mediados del 2020, cuando la economía se vio afectada por la pandemia.

De esta manera, la construcción evidenció una reducción del 30,3% i.a. en el primer trimestre del año e hila ocho meses consecutivos a la baja (acumula una caída del 36,4% entre agosto y marzo).

Al interior del indicador, cayeron bien por encima de los dos dígitos todos los insumos vinculados a la construcción en marzo. Se destacan las caídas en “Asfalto” (-69,2% i.a.), “Hierro” (-54,3% i.a.) y “Cemento Portland” (-43,1% i.a.). En paralelo, la dinámica de este sector también afectó la producción industrial vinculada, retroalimentando el golpe a la actividad económica durante los dos primeros meses del año.

¿Qué esperamos hacia adelante?

El periodo de correcciones macroeconómicas que está transitando el Gobierno tuvo como consecuencia un fuerte deterioro en la actividad en el primer trimestre, explicado por varios factores: 1) La corrección de los principales precios relativos (tipo de cambio, tarifas de servicios públicos) que golpearon al consumo privado y a las ramas principalmente vinculadas a la demanda interna; y 2) El fuerte recorte del Gasto de Capital (-87% i.a. en términos reales en el primer trimestre), lo cual generó un freno abrupto en la obra pública.

No obstante, la actividad económica habría alcanzado su piso en marzo: la mayoría de los indicadores adelantados muestran una recuperación parcial en el margen para abril, lo cual podría implicar un cambio de tendencia de cara a los próximos meses.

Por el lado de la industria manufacturera, la recuperación de los ingresos reales por paritarias que comenzaron a repuntar y una inflación desacelerando podrían reactivar la demanda, aunque no volvería en el corto plazo a los niveles normales. Además, una mejor evolución de los sectores energético y agropecuario, que repercuten en ramas industriales como molienda de oleaginosas, producción de agroquímicos, etc. podrían impulsar el repunte.

En cuanto a la construcción, estimamos que el recupero de la actividad será más lento que el de la industria. Si bien la obra pública continuará jugando en contra producto del recorte fiscal, la reaparición del crédito hipotecario y la falta de alternativas de inversión podrían ser factores que reactiven la obra privada. Sin embargo, pese a una mejora que podría darse en el margen, la construcción no recuperaría en el corto plazo los niveles previos a la recesión.