Viento a favor en el frente externo: ¿hasta cuándo?

El frente externo arrancó el 2024 con viento a favor: el saldo comercial acumuló USD 8.728 M en los primeros cinco meses del año, explicado tanto por una recuperación de las exportaciones (USD 31.472 M, +12,1% i.a.) como por un deterioro de las importaciones (USD 22.744 M, -26,0% i.a.).

La caída de las compras externas es prácticamente generalizada: de los principales 15 sectores que componen el 80% de las importaciones de bienes, 13 cayeron en términos interanuales para el acumulado hasta mayo. En este sentido, la caída la lideran importaciones vinculadas a bienes de consumo e intermedios, en conjunto a mínimos históricos de importaciones de combustibles.

Por el lado de las exportaciones, la mejora principalmente se explica por productos vinculados al sector primario. En este sentido, de los 20 principales productos que representan el 70% de las ventas externas, 12 mostraron un crecimiento en los primeros cinco meses del año. Resalta la performance del trigo, petróleo crudo, maíz y subproductos oleaginosos de soja.

El frente externo arrancó el 2024 con viento a favor: el saldo comercial acumuló USD 8.728 M en los primeros cinco meses del año, explicado tanto por una recuperación de las exportaciones (USD 31.472 M, +12,2% i.a.) como por un deterioro de las importaciones (USD 22.744 M, -26,0% i.a.).

Detrás de este resultado hay varios motivos. Para las ventas externas, la recuperación de los valores de la cosecha gruesa se ubica como el principal motor de la recuperación. Por el lado de las compras externas, la recesión económica que se encuentra transitando la economía en la actualidad implicó un desplome en las importaciones de bienes vinculadas tanto al consumo como a la producción. Además, un factor no menor reside en la mejora en la balanza comercial energética: como consecuencia de avances estructurales, las compras externas por menores necesidades de abastecimiento con el exterior se encuentran en niveles mínimos históricos, también en conjunto a una mejora en las exportaciones.

Además, existieron medidas de política económica que agudizaron esta performance: (i) Con la asunción del Gobierno se llevó a cabo un salto  discreto del tipo de cambio oficial (+120%) que mejoró en lo inmediato la cotización real; (ii) Se modificaron los tipos de cambio efectivos, ubicando al tipo de cambio importador por encima del exportador como consecuencia de la modificación del impuesto PAÍS; (iii) Para las exportaciones, se implementó un programa de liquidación del 80% al MULC y 20% al CCL; (iv) Para las importaciones, se realizó un sistema diferenciado para los pagos entre flujos y stocks: en los primeros, se diseñó un programa de liquidación de pagos escalonado del 25% mensual, mientras que para los segundos se ofreció un nuevo instrumento de deuda del BCRA (BORPEAL). En este sentido, con estas medidas se buscó mejorar la competitividad cambiaria y frenar el incentivo a adelantar importaciones y postergar exportaciones, que estaba sumamente presente con el régimen de la gestión anterior.

Con este panorama, surgen los siguientes interrogantes: ¿cuáles fueron los rubros que mayormente explicaron la mejora en el saldo comercial? y, a su vez, ¿se podrá mantener en el tiempo?

Zoom a los rubros del saldo comercial

Históricamente, los periodos con recesión económica traen aparejados un deterioro más que proporcional en las importaciones. En contraste a otros eventos de devaluación y caída en la actividad, la actualidad no es la excepción: las importaciones están cayendo más que el triple en contraste al deterioro del PIB. Puesto en números, mientras que la actividad económica se contrajo -4,8% en términos desestacionalizados desde inicios de caída (oct-23) hasta el último dato disponible (abr-23), las importaciones cayeron a un ritmo de -17,6% en la medición desestacionalizada.

En este sentido, podemos ver que la caída de las compras externas es prácticamente generalizada: de los principales 15 sectores que componen el 80% de las importaciones de bienes, 13 cayeron en términos interanuales hasta el acumulado hasta mayo.

Cabe destacar que las contracciones más pronunciadas se observaron en bienes vinculados al consumo, como pueden ser Electrónica (-67,0% i.a.) y Alimentos, bebidas y tabaco (-36,9% i.a.). A su vez, también existieron caídas relevantes en las principales compras externas vinculadas a la producción, como lo son los bienes intermedios: la industria metalúrgica cayó -39,2% i.a., mientras que plásticos y químicos varios se deterioraron -31,8% i.a. y -24,4% i.a., respectivamente.

En un contexto de recesión “de demanda”, en el cual la caída en la actividad está estrechamente vinculada a un deterioro del salario real (como consecuencia de la aceleración de la inflación) y caída del ingreso disponible de los hogares (dado que al deterioro de los ingresos se le suma la actualización de servicios inelásticos), resulta lógico que la economía este transitando una etapa de ajuste del consumo, tanto de bienes locales como producidos en el exterior.

A su vez, la recesión también ajusta vía menor producción de algunas ramas vinculadas principalmente a la industria manufacturera y, por ende, importación de bienes intermedios, que pueden estar transitando ciertas complicaciones en las cadenas de pagos en conjunto a adelantos de compras externas previas y acumulación de stocks (dado el incentivo que generaba la brecha cambiaria y la expectativa de devaluación). En este sentido, en un contexto recesivo como el actual el levantamiento de las restricciones a las importaciones no se tradujo en un incremento a las importaciones de bienes.

Sin embargo, un caso particular se puede observar en el rubro automotriz: las importaciones de vehículos y motos crecieron 1,8% i.a., mientras que las compras externas de autopartes se deterioraron -18,4% i.a. En este sentido, las restricciones que rigieron durante el año anterior implicaron que las importaciones de vehículos finales se ubiquen en mínimos históricos, llegando a representar un mínimo de 20% de patentamientos respecto al total durante 2023: así, el crecimiento en la actualidad puede explicarse por cierta demanda reprimida de determinados sectores. Pese a esto, las compras intermedias del sector (autopartes) se ubicaron en rojo, en línea al deterioro de la producción local (según ADEFA, la caída en la producción del sector es de -23,8% i.a. en los primeros cinco meses del año).

Párrafo aparte merece el sector energético: una de las caídas más pronunciadas fue la de Combustibles (-66,4% i.a.), representando las compras externas más bajas de al menos las últimas dos décadas. En este sentido, la menor necesidad estructural como consecuencia de avances en Vaca Muerta y la construcción del gasoducto explicaron la caída de este segmento, en línea a un incremento de la producción no convencional de combustibles.

Por el lado de las exportaciones, la mejora principalmente se explica por productos vinculados al sector primario. En este sentido, de los 20 principales productos que representan el 70% de las ventas externas, 12 mostraron un crecimiento en los primeros cinco meses del año.

En este sentido, la mejora de las ventas externas está estrechamente relacionada con la recuperación de los valores de la cosecha gruesa. Según la Bolsa de Cereales, en la campaña 2023/24 la producción total de la oleaginosa (soja) se ubicó en 50,5 millones de toneladas, 27,5 MTn por encima de  la campaña previa (afectada por la sequía), pero en línea con el promedio de los últimos ciclos.

Haciendo un zoom a los productos que exhibieron mejor performance, resalta el caso del trigo: creció 227,7% i.a., superando en los primeros cinco meses del año la totalidad exportada durante todo 2023. Otros productos vinculados al sector primario y de manufacturas de origen agropecuario también exhibieron mejoras tras la sequía: las exportaciones de soja crecieron un 124,3% i.a., de maíz un 32,7% i.a., los subproductos oleaginosos de soja un 17,4% i.a. y aceites de soja un 8,0% i.a. Además, las ventas externas de petróleo crudo crecieron 62,1% i.a.

En esta línea, existieron algunos factores que agudizaron la performance de la mejora de las exportaciones de estos productos: (i) la mejora de la competitividad cambiaria en conjunto a una menor brecha ayudaron -al menos en un principio- a incentivar las ventas externas; (ii) la caída de la demanda interna también pudo haber otorgado cierto incentivo a volcar producción al exterior, como por ejemplo en algunos productos específicos como energía, trigo y maíz; (iii) en algunos casos específicos, como carnes, la desregulación de determinados productos que anteriormente tenían restricciones a las exportaciones también otorgaron dinamismo extra a estos segmentos.

Sin embargo, la mejora en las exportaciones no es generalizada, en un contexto en el que existen segmentos con relevante ponderación que están exhibiendo caídas: por caso, los vehículos automóviles terrestres acumularon una caída de -25,4% i.a. en los primeros cinco meses, siendo el segmento más relevante dentro de las manufacturas de origen industrial.

Ahora bien, ¿es sostenible este resultado?

En términos de importaciones, la caída se mantendrá en el corto plazo. Sin embargo, estimamos que exista una desaceleración en la caída (e incluso la posibilidad de que en los últimos meses del 2024 las compras externas comiencen a crecer) en la medida que la actividad económica comience a recuperar como consecuencia de la desaceleración inflacionaria y una paulatina mejora del salario real. En este sentido, podría existir una recuperación de las importaciones de determinados segmentos vinculados a bienes de consumo y a bienes para la producción, vía el incentivo extra que trae aparejado la eliminación de las restricciones a las importaciones y las medidas de desregulación del comercio. Respecto a las exportaciones, los valores de las ventas externas se mantendrán en terreno positivo e incluso acelerarían la mejora en los próximos meses, como consecuencia de cierta postergación en la cosecha gruesa y el dinamismo extra que otorgan ramas vinculadas al sector energético.

Cabe destacar que el grueso del superávit comercial se explica principalmente por el desplome de las importaciones, y, en menor relevancia por la mejora en exportaciones. En la medida que la actividad económica comience a recuperarse, la recuperación en las importaciones achicará notablemente el superávit comercial. Por caso, si las importaciones de este año se hubiesen mantenido en los mismos valores de 2023, el superávit comercial sería solo de USD 700 M para los primeros cinco meses del año (vs los USD 9000 M efectivos).

Con todo este escenario, el frente externo tendría un superávit comercial que podrá ser superior a los USD 14.000 M en 2024, que resulta de suma relevancia para el objetivo de recomposición de reservas del BCRA. Una de las claves de la estrategia del Gobierno es engrosar las Reservas Internacionales (RRII), para mejorar el balance de la entidad y conseguir el respaldo suficiente para una eventual unificación cambiaria.

Sin embargo, cabe mencionar determinados riesgos. En la actualidad, la suba de la brecha cambiaria (hoy ubicada en la zona del 50%) en conjunto al atraso del tipo de cambio oficial en términos reales en contraste a los niveles post devaluación pueden estar otorgando cierta alarma sobre la sostenibilidad del programa en el corto plazo. En este sentido, una agudización de este escenario podría incrementar las expectativas de devaluación y que cobren mayor relevancia los factores especulativos en torno a la demanda de importaciones. Además, una vez que la liquidación de la cosecha gruesa finalice, una de las principales dudas es si se podrá mantener en programa actual sin la ayuda del sector primario liquidando divisas para engrosar las reservas internacionales.

Milei manda la Ley “Hojarasca” al Congreso en su segunda fase de reformas

El 5 de julio, el presidente Javier Milei designó a Federico Sturzenegger como ministro de Desregulación y Transformación del Estado. La principal misión de Sturzenegger, autor de la Ley Bases y del DNU 70/2023, será aumentar la eficiencia y eficacia de la Administración Pública, simplificando y reduciendo el tamaño del Estado.

A una semana desde su asunción, Sturzenegger anunció el envío al Congreso de la denominada “Ley Hojarasca”, una iniciativa que busca eliminar o modificar leyes consideradas obsoletas o que “representan trabas a la libertad económica”. Según el presidente Milei, esta ley será una herramienta crucial para desregular y simplificar el marco normativo, promoviendo así la actividad económica, el empleo y el crecimiento.

Desde la oposición, sospechan que más allá de que el oficialismo señala que se trata de desregulaciones menores, el plan es seguir quitando regulaciones en diferentes sectores de la actividad económica y quieren ver en detalle de qué tipo de regulaciones se trata. Por ello piden que no vuelva a ser una ley ómnibus.

 

La inflación interrumpió su desaceleración

Aceleración en junio debido a los Regulados

La inflación nacional fue del 4,6% en junio, acelerándose 0,4 p.p. respecto a mayo según el Índice de Precios al Consumidor del INDEC. Se trata del sexto mes consecutivo donde el registro estuvo por debajo de las expectativas del mercado (REM-BCRA), que proyectaba un 5,2%.  Con este dato, la inflación interanual asciende al 271,5% y acumuló un 79,8% en el primer semestre del año.

La suba de los precios al consumidor de junio estuvo principalmente traccionada por los ajustes en los precios Regulados: mostraron un incremento del 8,1% mensual impulsados por los aumentos en tarifas de servicios públicos, prepagas, telefonía y educación. De hecho, Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles mostró una suba mensual del 14,3% a nivel nacional, siendo la división con mayor aumento. Sólo este capítulo explicó 1,4 p.p. Es decir, de no ser por estos aumentos, la inflación habría estado cómodamente por debajo del 4% en el sexto mes del año.

En este sentido, la medición Núcleo (excluye estacionales y regulados) subió 3,7% en junio, mismo valor que en mayo. ¿Se romperá este piso en el corto plazo considerando el aumento en la brecha de las últimas semanas?

Por su parte, los Alimentos y bebidas (+3%) desaceleraron 1,8 p.p. El capítulo fue clave para el registro del nivel general: de excluirlo, la inflación hubiera sido del 5,2%.  A su interior, se destaca la relativa calma de los alimentos frescos: las carnes aumentaron 1,5%, las Frutas cayeron 0,7% (acumulan tres meses con variaciones negativas) y las verduras crecieron “sólo” 5,7%, luego de 7 meses con registros de dos dígitos. En esta misma línea, por quinto mes consecutivo los precios de los Bienes (+3,1% mensual) se movieron a una velocidad considerablemente menor a la de los Servicios (+8,7%).

¿Qué esperamos?

Los datos de junio reflejan que el sendero de desaceleración de la inflación iniciado a principios de año comienza a tener dificultades para sostenerse en el tiempo.

El hecho que sea más fácil bajar una inflación desde el pico de un shock nominal que cuando se acerca a su velocidad crucero tiene que ver con los diferentes factores que pueden volverse relevantes una vez disipado el shock inicial. A los aumentos de tarifas de junio le seguirá el efecto de segunda ronda de estos, posiblemente un mayor dinamismo en los precios Estacionales producto de heladas en diversas zonas productivas y no se debe descartar un impacto del aumento de la brecha en los precios de los bienes, considerando también que esto implica una suba del tipo de cambio exportador. Como aliciente, la inminente baja del impuesto PAIS podría jugar a favor de la desaceleración, puntualmente en los bienes.

En el mediano plazo, la eventual recuperación de la economía a través de la mejora del poder adquisitivo podría incentivar nuevas rondas de aumentos en bienes y servicios que perciban un atraso relativo de su producto en un contexto de mayor demanda. Esto también tiene un impacto por el lado de la oferta en tanto las empresas decidan trasladar costos salariales (los salarios habrían crecido por encima de la inflación en el segundo trimestre) al precio final.

Finalmente, todavía queda por ver cual será la salida que tome el gobierno al cepo cambiario. Cualquier eventual corrección cambiaria, por más que sea inferior a los niveles actuales del tipo de cambio paralelo (el dólar blue alcanzó hoy un récord nominal de $1.500 y el MEP y CCL se mantienen por encima de los $1.400), implicará un reacomodamiento en los precios que acelerará la inflación -aunque lejos de los niveles de comienzos de año-. Caso contrario, si el gobierno decide sostener el cepo -con un crawling peg de 2%- o “salir” gracias a una eventual convergencia de las cotizaciones paralelas a la zona de $1000 la inflación podría sostener el sendero de desinflación. Las condiciones macroeconómicas vigentes hacen que esta decisión incurra en ciertos riesgos, por lo que vemos que este escenario no es tan probable en lo que resta del año.

Resumen Diario | 12.07.24

ESCENARIO ECONÓMICO

Fin de los Pases. En la jornada de ayer, mediante Comunicación “A” 8060 y 8061, el BCRA anunció que dejará de ofrecer Pases a las entidades bancarias a partir del 22 de julio, ofreciendo en su lugar las nuevas “Letras Fiscales de Liquidez” (LEFI). Cabe recordar que estas nacientes letras serán emitidas por el Tesoro, con intereses capitalizables por el plazo de un año (devengan intereses en 2024, pero pagan en 2025) y pagarán la tasa establecida por el BCRA. Además, la autoridad monetaria estableció que las mismas serán excluidas a los límites de financiamiento del sector público y, a diferencia de los Pases, no serán admitidas para ser integradas como encajes.

El BCRA continúa con compras El BCRA compró USD 50 M este jueves. Así la autoridad monetaria acumula compras por USD 14.487 M en lo que va del año y USD 17.383 M desde el inicio de la gestión. Como resultado, las Reservas Internacionales ascienden a USD 28.225 M.

Dólares al alza. Este jueves el dólar blue cerró en $1.465 subiendo 1%, mientras que el dólar MEP (AL30) avanzó +1,6% quedando en $1.398 y el dólar CCL (operado con CEDEARS) escaló +1,7% hasta los $1.414. De este modo, la brecha cambiaria promedio se posiciona en 55%.

Mercado financiero local con resultados mixtos. En la jornada de ayer el S&P Merval retrocedió -0,8% en dólares, cerrando en USD 1.206. Por su parte, los Globales retrocedieron -0,2% y los Bonares subieron +0,1%. Como resultado, el riesgo país cerró en 1473 puntos básicos.

LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO

La inflación de USA se desacelera más que lo esperada. En junio, la inflación de Estados Unidos fue de -0,1% mensual, por debajo de lo que estimaba el mercado (+0,1%) y desacelerándose 0,1 p.p. respecto a lo observado en el mes anterior. De esta manera, se acumularon tres meses consecutivos de desaceleración. El nivel general mostró una suba de 3,0% en términos anuales, desacelerando 0,3 p.p. respecto a abril. Por su parte, la inflación core -que excluye los costos de alimentos y energía- se mantuvo no exhibió cambios respecto al mes anterior, siendo de 3,3% en la comparación interanual.

TENÉS QUE SABER

Cerró la campaña de soja con una producción en línea con el promedio. Según la Bolsa de Cereales, en la campaña 2023/24 la producción total de la oleaginosa se ubicó en 50,5 millones de toneladas, 27,5 MTn por encima de la campaña previa -fuertemente afectada por la sequía-, pero en línea con el promedio de los últimos ciclos. La entidad estima que la campaña del complejo sojero generaría exportaciones por USD 19.868 M (+35% respecto a la campaña previa) y USD 8.052 M por recaudación fiscal (+66%).

La pelea de Macri con Bullrich y los desincentivos para un acuerdo Macri-Milei

Esta semana tuvimos la confirmación explícita de algo que se venía insinuando, que es la relación conflictiva que se gestó entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich. El conflicto estalló luego de que un eventual acuerdo para que la Ministra de Seguridad presidiera la Asamblea partidaria del PRO voló por los aires por la decisión de Bullrich de echar a su segundo en el Ministerio (una persona cercana a Cristian Ritondo), denunciándolo por corrupción. Esa decisión había ocurrido en represalias a que la ministra advertía que querían correrla de aquel rol partidario, cuando se anunció que el propio Ritondo presidiría el PRO bonaerense en lugar de quien lo estaba presidiendo actualmente, la dirigentes Daniela Reich, una aliada de Bullrich.

Aunque la Asamblea no presenta actividad constante, su relevancia radica en que es la instancia en la que se definen las estrategias de alianzas partidarias, teniendo -por ejemplo- la decisión final respecto a la posible unión del partido con La Libertad Avanza. El acuerdo de palabra pactado a principios de año era que Mauricio Macri y Patricia Bullrich presidirían el Consejo Directivo del PRO y la Asamblea respectivamente. Sin embargo, el macrismo desconoció ese acuerdo, en represalia a algunas actitudes de Patricia Bullrich.

Todo esto derivó en la ruptura explícita de la relación entre los dos principales auspiciantes de Javier Milei desde Juntos por el Cambio una vez confirmado el balotaje presidencial, Mauricio Macri y Patricia Bullrich, y que son a su vez los dos principales referentes del PRO, es esencialmente dos cosas: 1) la consecuencia previsible de una dinámica que se había vuelto inconducente por las dificultades para avanzar en un acuerdo Milei-Macri, y 2) una señal de agravamiento de las condiciones de gobernabilidad del actual oficialismo.

1) El potencial acuerdo Milei-Macri y una dinámica que se había vuelto inconducente

Detrás de todo acuerdo político hay en realidad un intercambio de conveniencias. Esas conveniencias pueden ser una apuesta a futuro (juntémonos que juntos ganamos y maximizaremos nuestros recursos) o un intercambio de beneficios (juntémonos que juntos somos más poderosos, pero compartamos nuestros recursos). Cuando se está en el poder, puede haber de los dos componentes, pero prevalece el segundo. Desde el poder, la  conveniencia puede ser a futuro, pero se necesita efectividades conducentes del presente para terminar de justificar el acuerdo. Esto último supone: 1) cargos, 2) recursos, o 3) roles y funciones (influencia).

Desde que se inició el ciclo de Milei que se advertía la factibilidad de que La Libertad Avanza confluyera con el PRO en una alianza política. Los dos tenían visiones parecidas respecto de lo que había que hacer,  solo era necesario que se lograran los acuerdos de conveniencia necesarios. Pero eso nunca ocurrió en parte porque había un problema irresoluble: Milei no quería compartir el liderazgo sobre el rumbo con Macri, y Macri no quería apoyar el rumbo sin tener incidencia en su definición. Es decir, además de no haber acuerdo por cargos (lugares en el gabinete) y recursos (deuda de coparticipación para CABA), el acuerdo posible que quedaba era solo el coalicional (asignación de roles y funciones comunes) y nunca Milei puso esa posibilidad sobre la mesa.

Y en parte Milei no puso eso sobre la mesa, porque probablemente advirtió que lo que Macri podía ofrecer para asumir roles y funciones de incidencia en el rumbo, eran apoyos que el Presidente ya estaba efectivamente logrando por la migración que hubo de apoyos de votantes de Juntos por el Cambio a La Libertad Avanza. Algo de eso se advierte al analizar la procedencia de los votantes que manifiestan intención de voto a La Libertad Avanza si hoy fueran las elecciones legislativas de 2025. Y es este factor el que en algún punto había vuelto a esta dinámica hacia un potencial acuerdo político LLA-PRO como inconducente. 

2) Una señal de agravamiento de las condiciones de gobernabilidad del oficialismo

Las dificultades del oficialismo para avanzar en la toma de decisiones (la sanción de leyes), quedaron en evidencia en la discusión de la ley Bases. El agravante es que la discusión de la Ley Bases tuvo un condimento que “facilitó” su sanción y que no lo tendrán los próximos proyectos del oficialismo: el hecho de ser la primera ley del Gobierno. Con el paso del tiempo, la presión sobre los bloques dialoguistas para “darle herramientas al oficialismo” dejará de ser un factor facilitador de los acuerdos, y los bloques dialoguistas se pondrán más exigentes para dar su apoyo. Si a esto le agregamos que el principal bloque aliado del oficialismo toma distancia cómo consecuencia del deterioro de la relación entre Milei y Macri, podríamos advertir que esta situación producirá un agravamiento de las ya delicadas condiciones de gobernabilidad de La Libertad Avanza.

 

Inflación bajando y salarios recuperando relajan el vínculo Gobierno-CGT

Así como Francos pudo encaminar la sanción de la Ley Bases, podría decirse que también pudo reconstruir los vínculos con el sindicalismo, o al menos relajar una relación que había comenzado con mucha tensión. Lo cierto es que, en las últimas semanas, quizá porque las dos partes entendieron que lo mejor que les puede pasar a ambos es hablar, el vínculo entre el Gobierno y la CGT se relajó. No hay que desmerecer el efecto que pudiera estar generando la desaceleración de la inflación y la -por ahora- leve recuperación de los salarios, sobre todo los privados registrados. Pero tampoco la importancia de que el diálogo retomó temas de mucho interés para el sindicalismo como la búsqueda de financiamiento de las obras sociales, con los fondos que el estado nacional sistemáticamente le adeuda a los sindicatos del Fondo Solidario de Redistribución.

Más allá de cierto relajamiento, subsisten temas conflictivos entre el gobierno y la CGT, como lo fue la sanción de la Ley Bases que incluía algunas reformas laborales cuestionadas por los sindicatos y la reposición del impuesto a las ganancias de la Ley Fiscal. Pero la discusión de esas leyes en el Senado demostró que no todo el sindicalismo estaba dispuesto a movilizar para evitar que esas leyes se sancionaran. Una señal de que hay cuestionamientos, pero que hay también predisposición de buscar tener algún tipo de vínculo que se preserve de la disputa política, sobre todo para administrar asuntos de interés sindical.

El conjunto de iniciativas de reformas laborales sancionadas con la Ley Bases fueron las siguientes:

Pero la relativa recomposición del vínculo entre CGT y Gobierno no recoge la simpatía de todos los dirigentes sindicales. De hecho, hubo dirigentes que movilizaron su gente para evitar la sanción de la Ley Bases, con Pablo Moyano a la cabeza. Esa actitud, no compartida por el resto del triunvirato y la gran mayoría de los gremios, produjo un quiebre en la relación entre los jerarcas sindicales de la entidad, y los rumores de fractura en la CGT volvieron a circular.

Pablo Moyano no oculta su malestar con el Gobierno y reclama a la dirigencia sindical adoptar una actitud más combativa con la administración Milei. Pero esa tesitura no prevalece en el resto de los dirigentes, que creen que hay que preservar a la CGT de adoptar un rol que le debería caber a la oposición política, y que quieren conservar los puentes de diálogo con el oficialismo para que ello ayude a resolver los temas urgentes de la agenda de la CGT.

El superávit comercial más alto del año

El saldo comercial fue de USD 2.656 M en mayo. De esta forma, el acumulado alcanzó USD 8.728 M en los primeros cinco meses del año, representando el valor acumulado más alto para un mismo periodo en las últimas dos décadas.

Este resultado siguió explicándose tanto por una mejora en las ventas externas como por un deterioro en las compras externas. Las exportaciones fueron de USD 7.622 M (+21,7% i.a.) en mayo. De esta manera, se acumularon ventas externas por USD 31.472 (+12,2% i.a.) en los primeros cinco meses del año. Por su parte, las importaciones fueron de USD 4.966 M (-32,8% i.a.), acumulando compras externas por USD 22.744 M (-26,0% i.a.) en los primeros cinco meses del año.

Esperamos que se mantenga el superávit comercial en los próximos meses, aunque desacelerando la mejora en contraste a la primera parte del año. Consecuentemente, el superávit comercial para este año podría superar los USD 17.000 M.

El saldo comercial alcanzó USD 2.656 M en mayo, ubicándose como el superávit más alto desde inicios de mandato y el superávit comercial más elevado para un mayo en (al menos) las últimas dos décadas. De esta manera, el acumulado mostró un saldo de USD 8.728 M en los primeros cinco meses del año.

Este resultado siguió explicándose tanto por una mejora en las ventas externas como por un deterioro en las compras externas. Las exportaciones fueron de USD 7.622 M (+21,7% i.a.) en mayo. Al interior, las cantidades exportadas jugaron al alza (+30,6%) contrarrestando una caída en los precios (-6,8%). De esta manera, se acumularon ventas externas por USD 31.472 (+12,2% i.a.) en los primeros cinco meses del año.

Por su parte, las importaciones fueron de USD 4.966 M (-32,8% i.a.), donde tanto precios (-4,5% i.a.) como cantidades (-29,6% i.a.) se mantuvieron en rojo. Así, se acumularon compras externas por USD 22.744 M (-26,0% i.a.) en los primeros cinco meses del año.

Desempeño sectorial

Por el lado de las exportaciones, se destaca el crecimiento del rubro de Productos Primarios (PP) con una suba de USD 2.029 M (+52,8% i.a.). Al interior, las cantidades treparon considerablemente (+74,1% i.a.) con precios en caída (-12,1% i.a.). Detrás de ello, se destaca el desempeño de ventas de cereales (fueron USD 314 M superiores al mismo mes del año anterior, con un crecimiento de 48,6% i.a.), de semillas y frutos oleaginosos (treparon USD 328 M, un +82,6% i.a. más que el mismo mes del año anterior). Por su parte, las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) fueron de USD 2.788 M, con una suba de 7,4% i.a., explicada por precios que mostraron una caída (-14,6% i.a.), pero con cantidades que se mantuvieron al alza (+25,8% i.a.).

En la misma línea, las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) se situaron en USD 1.914 M con un crecimiento de 9,4% i.a. En este sentido, tanto los precios (+5,1% i.a.) como las cantidades (+4,0% i.a.) explicaron el desempeño positivo. Al interior, resalta el crecimiento de Piedras y metales preciosos (USD 320 M, +55,8% i.a.) y Productos químicos (USD 400 M, +28,8% i.a.),

Por otro lado, existió una contracción generalizada en los rubros de importaciones medidas en valores. En un contexto de caída de la actividad económica, los usos vinculados a la producción mantuvieron la caída de abril: las cantidades importadas de Piezas y Accesorios de Bienes de Capital cayeron -32,4% i.a., Bienes de Capital -31,7% i.a., Bienes Intermedios -19,9% i.a. y Vehículos automotores de pasajeros un -26,7% i.a. En la misma línea, los Bienes de Consumo retrocedieron -29,1% i.a.

Balanza comercial energética positiva

La balanza comercial energética mostró un saldo de USD 500 M en mayo. Así, se acumuló un superávit energético de USD 2.844 M en los primeros cinco meses del año, ubicándose en máximos históricos. En su composición, las exportaciones de combustibles y energía (CyE) fueron de USD 892 M (+51,1% i.a. y USD 4.057 M acumulado), explicado por una suba en las cantidades (+50,5%) en conjunto a precios estables. Por su parte, las importaciones de combustibles y lubricantes (CyL) fueron de USD 392 M (USD 1.213 M acumulado), reflejando así una marcada caída del -61,5% i.a. La reducción se explica por una contracción de las cantidades (-56,2% i.a.) y de los precios (-13,6% i.a.).

¿Qué esperamos hacia adelante?

En la segunda parte del año y pasado el efecto de la cosecha gruesa, las cantidades exportadas se mantendrían al alza, pero desacelerando la mejora, con un desempeño positivo de rubros principalmente vinculados a manufacturas de origen agropecuario. En la misma línea, las ventas externas energéticas y mineras seguirán mostrando un desempeño positivo.

Por otro lado, las importaciones continuarán en rojo. En este sentido, las compras externas reaccionan en una mayor proporción a los periodos de contracción de la demanda interna y la producción. Además, como venimos mencionando, el esquema cambiario del año anterior implicó un incentivo al adelantamiento y sobre abastecimiento de importaciones, lo cual actúa como factor extra a la baja en las importaciones. Sin embargo, cabe destacar que en la medida que la actividad económica comience a mostrar signos de recuperación, es factible que exista una desaceleración en la caída de las cantidades importadas hacia finales del año. A ello se le sumará el impacto de las medidas de levantamiento a las restricciones a las importaciones (con una mayor demanda interna, parte de ello se podría trasladar a cierta demanda de bienes de consumo importados).

De esta forma, esperamos que se mantenga el superávit comercial en los próximos meses, aunque desacelerando la mejora en contraste a la primera parte del año. Consecuentemente, el superávit comercial para este año podría superar los USD 17.000 M.

En el plano cambiario, el éxito de la estrategia del Gobierno depende de la acumulación de reservas internacionales provenientes de la cosecha gruesa, donde existieron en las últimas ruedas señales de fragilidad del esquema vigente. Por tal motivo, en el corto plazo seguirá siendo clave que el Gobierno busque: (1) Acotar las expectativas de devaluación (que actuaría como fuerte desincentivo a la liquidación); (2) Mantener una brecha cambiaria contenida, hoy en día con ayuda en parte por el régimen vigente con la oferta de exportaciones de liquidación del 20% al CCL.

 

Primer cambio de tendencia en las expectativas desde el incio de ciclo Milei

El inicio de este ciclo político había estado caracterizado por una tendencia de mejora progresiva en el dramatismo con el que se veía el presente en relación al pasado (tanto para la mirada que se tenía sobre el país como sobre la situación económica personal), y por una mejora progresiva de las expectativas sobre el futuro (tanto para la mirada que se tenía sobre el futuro personal como del futuro del país). Pero esas mejoras progresivas se interrumpe en Junio, registrando un primer cambio significativo de tendencia del ciclo Milei.

En relación a cómo se mira el presente en relación al pasado, en junio el porcentaje de los que dicen que la situación económica del país y su situación económica personal está peor que hace un año se incrementó de manera combinada por primera vez en todo el ciclo iniciado en diciembre del año pasado. En relación al futuro de la situación económica del país y de la situación económica personal también se registra, de manera combinada, un incremento en los niveles de pesimismo, algo que no habíamos visto en los 5 meses previos.

 

También de manera combinada en junio se registran caídas en los niveles de optimismo, tanto en relación al futuro económico del país como en relación al futuro económico personal. Los que creen que la situación económica del país va a estar mejor de aquí a un año caen en junio de 51,6% a 46,1%. Mientras que los que creen que su situación
económica personal va a estar mejor de aquí a un año caen en junio de 48,5% a 43,2%.

En definitiva, si bien todavía hay mayoría de optimistas que de pesimistas en relación al futuro del país y personal, ese diferencial positivo en términos de optimismo se ha recortado en junio, una señal que puede advertirnos algo acerca de los límites de la paciencia social, y de la necesidad de observar mejoras en otros indicadores económicos, más allá de la pronunciada desaceleración de la inflación de los primeros seis meses post devaluación de diciembre.

El superávit fiscal no da tregua

El Sector Público Nacional No Financiero registró en mayo el quinto mes consecutivo de superávit fiscal, situación que no se evidenciaba desde 2008.  En números, las cuentas públicas registraron un superávit primario de $2,33 billones. A su vez, con un pago de intereses que se ubicó en $1,15 billones, el superávit financiero resultó ser $1,18 billones. Como resultado de esta dinámica, el sector público acumula un superávit primario del 1% del PIB y un superávit financiero del 0,4% del PIB en lo que va del año.

¿Qué explicó el superávit fiscal de mayo? A diferencia de los resultados obtenidos en el primer cuatrimestre del año, esta vez la mejora de las cuentas fiscales no se explicó sólo por el incesante recorte sobre el gasto (-28,6% i.a. real), sino también por un incremento real en los recursos (+5,8% real i.a). Puntualmente, la recuperación en mayo vino de la mano de un ingreso extraordinario en Ganancias, impuesto que se vio beneficiado por la liquidación de las ganancias de las sociedades para el ejercicio 2023. De hecho, ingresos se habrían reducido un 7% i.a. real en mayo si excluimos lo aportado por Ganancias.

Hacia adelante, será crucial seguir de cerca lo que ocurra en materia legislativa, la estabilidad del mercado de deuda en pesos, las actualizaciones de tarifas, la dinámica que adopte el consumo privado por su impacto en recaudación, la posible baja en la alícuota del impuesto país (o extensión de las licitaciones de BOPREAL), las eventuales modificaciones en las restricciones cambiarias y el contexto social.

¿Cómo le fue al fisco en mayo?

El Sector Público Nacional No Financiero registró en mayo el quinto mes consecutivo de superávit fiscal, situación que no se evidenciaba desde 2008.  En números, las cuentas públicas registraron un superávit primario de $2,33 billones. A su vez, con un pago de intereses que se ubicó en $1,15 billones, el superávit financiero resultó ser $1,18 billones. Como resultado de esta dinámica, el sector público acumula un superávit primario del 1% del PIB y un superávit financiero del 0,4% del PIB en lo que va del año.

¿Qué explicó el superávit fiscal de mayo? A diferencia de los resultados obtenidos en el primer cuatrimestre del año, esta vez la mejora de las cuentas fiscales no se explicó sólo por el incesante recorte sobre el gasto (-28,6% i.a. real), sino también por un incremento real en los recursos (+5,8% real i.a). Puntualmente, la recuperación en mayo vino de la mano de un ingreso extraordinario en Ganancias, impuesto que se vio beneficiado por la liquidación de las ganancias de las sociedades para el ejercicio 2023. De hecho, ingresos se habrían reducido un 7% i.a. real en mayo si excluimos lo aportado por Ganancias.

En este marco, el superávit fiscal acumulado en los primeros cinco meses del año estuvo caracterizado por un marcado recorte sobre el gasto público (con mayor incidencia del gasto social) y una caída en los ingresos que se vio mitigada por el extraordinario aporte del impuesto a las Ganancias en mayo y la ampliación del Impuesto PAIS desde el cambio de mandato. Justamente, el Impuesto PAIS fue uno de los sustentos del programa fiscal en los primeros meses del año: de no ser por su aporte, el Gobierno habría mostrado un déficit financiero en el acumulado (pese al aporte de Ganancias en mayo) y el superávit primario se habría reducido a la mitad.

Un vistazo al interior de las cuentas públicas

Los ingresos cortaron una racha de tres meses consecutivos en rojo y volvieron a crecer en términos reales en mayo. ¿Qué explicó su buen desempeño? El aporte extraordinario del Impuesto a las Ganancias, la ayuda estacional de los Derechos de Exportación (+45% i.a. real) y la vigencia del Impuesto PAIS más que compensaron las caídas reales en los recursos ligados a la actividad económica.

Con respecto a Ganancias, el tributo evidenció una suba real del 93% i.a. luego de 15 meses consecutivos en rojo, alcanzando así su mayor nivel en términos reales desde mediados del 2015. ¿Qué explicó la fuerte suba? Una ganancia extraordinaria de las sociedades (estacionalmente es cuando impactan las liquidaciones del ejercicio 2023) generada por la devaluación de diciembre dada la tenencia de activos dolarizados.

Al igual que en los meses previos, el Impuesto PAIS continuó afianzando su condición de pilar de la recaudación al más que triplicarse en términos reales y acelerando su evolución en comparación con abril. Si bien se esperaba un mayor nivel producto de las últimas licitaciones de BOPREAL, las autoridades aclararon que dicho impacto se reflejará en junio.

Por el contrario, el IVA se redujo en mayo -18,2% real i.a., profundizando la caída de los meses previos (en abril había caído -8,1% real i.a). En la misma sintonía, las Contribuciones a la Seguridad Social hilaron su novena caída real consecutiva (-11,6% i.a), aunque moderaron levemente su reducción en comparación con los meses previos.

Como resultado de un recorte transversal sobre las principales partidas, el Gasto Primario registró un rojo real del 28,6% i.a, revirtiendo la moderación observada en abril e hilando ya 10 meses consecutivos con caídas reales interanuales.

En números, las Prestaciones Sociales cayeron un -17,6% i.a real (similar a la caída de abril), mostrando una dinámica heterogénea a su interior. Por un lado, las Jubilaciones y Pensiones (incluyendo PNC) experimentaron una caída real del 21% i.a, mientras que las Asignaciones Familiares cayeron un 39%. Al mismo tiempo, la AUH hiló su tercer mes consecutivo al alza (+19% i.a. real) y las prestaciones del PAMI empataron con la inflación en la comparación interanual.

Por su parte, si bien los Subsidios Económicos subieron un 12% mensual en términos reales, dicho aumento se explica por cuestiones estacionales (mayor consumo frente a un clima más frío). De hecho, los Subsidios cayeron un 32% i.a. en términos reales durante mayo, profundizando el recorte evidenciado en abril (-14% i.a. real).

En cuanto a la negociación con los gobiernos provinciales, tanto las Transferencias a Provincias (corrientes y de capital) como los Gastos de Capital (obra pública excluyendo transferencias) mostraron otra contundente contracción real del 77% (que explicó el 33% de la caída en el gasto primario). En su interior, se destaca que más del 60% del Gasto de Capital en mayo se explicó por lo destinado a Energía por parte de Nación.

Con respecto al resto de las partidas, las Transferencias a Universidades continuaron en rojo (-18,6% i.a. real), al igual que los Gastos en Funcionamiento (donde se incluyen salarios), que cayeron 20% i.a. real, anotando ambas partidas el quinto mes consecutivo en caída.

¿Qué esperamos hacia adelante?

Desde el inicio de la gestión, el Poder Ejecutivo enfatizó la necesidad del ordenamiento de las cuentas públicas y estableció el ancla fiscal como driver de la política económica. En este contexto, el contundente resultado financiero que acumula en lo que va del año le dio un respiro al gobierno de cara a los próximos meses.

Sin embargo, las características del ajuste implementado sobre el gasto, la dinámica que podría adoptar la recaudación, la indexación de las partidas previsionales y los proyectos de Ley con impactos fiscales siembran incertidumbre sobre la sostenibilidad. Típicamente, la estacionalidad del gasto y los ingresos genera mayores presiones sobre el fisco en los segundos semestres.

En lo inmediato, en junio podríamos evidenciar el primer déficit fiscal del año, tal y como fue adelantado por las autoridades en más de una oportunidad. El rojo se explicaría tanto por cuestiones estacionales (pago de aguinaldos) como por una regularización de la deuda con CAMMESA. Sin embargo, no descartamos que los números vengan mejor que lo esperado: no sólo se postergaron los ingresos por las últimas suscripciones de BOPREAL (utilidades y dividendos) desde mayo a junio, sino también parte de lo recaudado por ITF en el mes.

En este contexto, el nuevo Paquete Fiscal y la Ley Bases podrían dotar de mayores recursos al fisco producto de la reincorporación del Impuesto a las Ganancias (Ingresos Personales) y el blanqueo. No obstante, aún falta resolver lo que sucederá en la Cámara de Diputados con las modificaciones realizadas en el Senado (si prevalece la versión nueva o la original). Cambios no menores, dado que eliminaron la reincorporación de Ganancias. Dado que la vuelta de Ganancias no sólo brindaría mayores recursos a Nación, sino también a las Provincias, estimamos que su aprobación estaría encaminada. En caso de que suceda lo contrario, el gobierno deberá continuar con el marcado recorte sobre el gasto para no desviarse del sendero fiscal anunciado.

Por otro lado, habrá que seguir de cerca las resoluciones ligadas al Impuesto PAIS, uno de los pilares de la recaudación durante los primeros meses, aunque en algún momento deberá reducirse si se pretende salir del CEPO. Por un lado, el Gobierno podría verse tentado a lanzar nuevas licitaciones de BOPREAL para seguir aprovechando este recurso. Por otro lado, con una Ley de Bases aprobada habría lugar para reducir la alícuota del tributo como han mencionado las autoridades (desde el 17,5% al 7,5%). Sea cual quiera el camino elegido, hacia finales de año esta fuente extraordinaria de ingresos encontrará su fecha de vencimiento.

En cuanto al gasto, será crucial mejorar la calidad del ajuste en los próximos meses. Con respecto al Gasto Social (más de la mitad de las erogaciones), el cambio en la fórmula de la movilidad previsional (actualiza mensualmente las prestaciones por la inflación de dos meses previos) le puso un piso al ajuste sobre prestaciones, pero también un techo frente a una eventual recuperación de la economía.

Como respuesta, Diputados aprobó un proyecto impulsado por la UCR que eleva la recomposición inicial a las jubilaciones y, por ende, el gasto previsional. En números, si el proyecto logra su aprobación en el Senado implicaría un incremento en el gasto de 0,3 puntos porcentuales del PIB en 2024 y 0,5 puntos porcentuales del PIB en 2025.

En este contexto, el FMI aprobó la octava revisión del programa vigente con una meta fiscal sobrecumplida para fines del primer trimestre (lo más probables es que también se cumpla en junio). Si bien el organismo redujo la proyección de superávit primario desde 2% del PIB hacia 1,7% del PIB en 2024, dicha modificación se explica por una menor estimación de intereses (las LECAP le permiten al Gobierno computar los intereses por debajo de la línea, evitando presiones sobre el resultado financiero) frente a un equilibrio financiero.

A modo de cierre, será crucial seguir de cerca lo que ocurra en materia legislativa, la estabilidad del mercado de deuda en pesos, las actualizaciones de tarifas, la dinámica que adopte el consumo privado por su impacto en recaudación, la posible baja en la alícuota del impuesto país (o extensión de las licitaciones de BOPREAL), las eventuales modificaciones en las restricciones cambiarias y el contexto social.

Cambio de tendencia en la industria y construcción durante abril

El Índice de Producción Industrial manufacturero (IPI-INDEC) creció un 1,8% con respecto a marzo en su medición desestacionalizada y rompió una racha de seis meses consecutivos a la baja. Sin embargo, el índice aún se ubica en niveles comparables con la salida de la pandemia (agosto del 2020) y un 15,3% por debajo de su promedio entre 2022 y 2023. 

El Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC-INDEC) mostró una suba mensual desestacionalizada del 1,7% en abril, la primera variación mensual positiva desde julio del 2023 (8 meses consecutivos a la baja). No obstante, la magnitud del incremento resulta sumamente inferior a las caídas evidenciadas en los meses previos (-10% mensual en promedio). 

La actividad económica habría tocado el piso en marzo: la mayoría de los indicadores adelantados muestran que la recuperación iniciada en abril se habría mantenido también en mayo. Por ende, se podría vislumbrar un cambio de tendencia desde abril de cara a los próximos meses, aunque todavía no sería suficiente para volver a los niveles previos a la recesión. 

La industria rebotó tenuemente en abril 

El Índice de Producción Industrial manufacturero (IPI-INDEC) creció un 1,8% con respecto a marzo en su medición desestacionalizada y rompió una racha de seis meses consecutivos a la baja. Sin embargo, el índice aún se ubica en niveles comparables con la salida de la pandemia (agosto del 2020) y un 15,3% por debajo de su promedio entre 2022 y 2023.

En su comparación interanual, el IPI cayó un 16,6% contra abril del 2023, moderando así la caída evidenciada en marzo (-21,4% i.a.). De esta manera, el índice acumuló una caída interanual del 15,4% durante el primer cuatrimestre.

Al interior, todas las ramas industriales mostraron caídas interanuales en abril, destacándose la producción de muebles y otras industrias (-35% i.a.), Minerales no metálicos y metálicas básicas (-25,7% i.a.) y Productos de metal, maquinaria y equipo (-25,1% i.a.). Por su parte, la industria alimenticia (-9,3% i.a.) fue uno de los rubros con mayor incidencia negativa.

Cambio de tendencia en la construcción 

El Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC-INDEC) mostró una suba mensual desestacionalizada del 1,7% en abril, la primera variación mensual positiva desde julio del 2023 (8 meses consecutivos a la baja). No obstante, la magnitud del incremento resulta sumamente inferior a las caídas evidenciadas en los meses previos (-10% mensual en promedio). En retrospectiva, el índice se ubicó en niveles inferiores a los actuales únicamente entre marzo y mayo del 2020, los meses más duros de la pandemia. Continuando con la medición mensual, los principales insumos que jugaron a favor del indicador en abril fueron las calles, el cemento, y el yeso. Contrariamente, los artículos sanitarios, los mosaicos y los pisos continuaron mostrando caídas intermensuales considerables. 

En la comparación interanual, el ISAC se redujo un 37,2% (5 p.p. menor a la caída de marzo), acumulando una contracción del 32% i.a. para el primer cuatrimestre del año. Al interior del indicador, todos los rubros asociados presentan caídas interanuales desde los dos dígitos. Se registró un fuerte retroceso (-60,6%) en ventas de asfalto (material principalmente asociado a la obra pública). También se contrajo la demanda de hierro redondo (-57,5%), mosaicos graníticos y calcáreos (-54,4%), artículos sanitarios de cerámica (-48,1%) y hormigón elaborado (-46,8%), entre otros insumos. 

¿Qué esperamos hacia adelante? 

La actividad económica habría tocado el piso en marzo: la mayoría de los indicadores adelantados muestran que la recuperación iniciada en abril se 

habría mantenido también en mayo. Por ende, se podría vislumbrar un cambio de tendencia desde abril de cara a los próximos meses, aunque todavía no sería suficiente para volver a los niveles previos a la recesión. Puntualmente, el Índice Construya (evolución de los volúmenes vendidos al sector privado para construcción) creció un 3,2% durante mayo en la medición desestacionalizada. Del mismo modo, los despachos de cemento avanzaron un 11% mensual según la Asociación de fabricantes de Cemento Portland.

En cuanto a la construcción, resulta crucial diferenciar la dinámica de la obra pública y la obra privada. Por el lado de la obra pública, difícilmente veamos una recuperación frente a un Gobierno que se encuentra realizando un fuerte ajuste en el gasto público, donde aún no muestra intenciones de normalizar el Gasto de Capital.

Con respecto a la construcción privada, la reaparición del crédito hipotecario y la falta de alternativas de inversión podrían ser factores que jueguen a favor. Sin embargo, el aumento de los costos en dólares y la preocupación por los atrasos en las cadenas de pago podrían jugar en contra. En este sentido, el relevamiento de expectativas que publica el INDEC asociado al sector muestra que se está reduciendo el porcentaje de encuestados que espera una nueva caída de la construcción privada en el próximo bimestre (pasó de 41,6% en enero a 32,7% en abril), lo cual se explica por un incremento de los encuestados que proyectan un mantenimiento del nivel actual.

Con respecto a la industria manufacturera, las ramas asociadas a los sectores energético, minero y agropecuario (que se encuentran en franco ascenso) tendrían un mejor desempeño (molienda de oleaginosas, producción de agroquímicos, refinación del petróleo, etc.).

Por su parte, las industrias más vinculadas a la demanda interna mostrarían una reactivación más paulatina producto de unos ingresos reales deteriorados que lentamente comienzan a repuntar, pero aún se ubican lejos de los niveles previos. En adición, el ingreso disponible tendrá un golpe adicional en junio como consecuencia de los ajustes de tarifas que impactan en el gasto inelástico de las familias.