En el día de hoy, la tasa de interés de referencia (LELIQs a 7 días) perforó el 60% anual. De este modo, llegó a su mínimo desde el 30 de agosto, cuando el tipo de cambio de referencia saltó 24%, pasando de 32 ARS/USD a 39,5 ARS/USD, y motivó a la autoridad monetaria a endurecer su política y ajustar 15 p.p. el rendimiento de las colocaciones en pesos, llevándolas de 45% a 60%.
Esta relajación de la política monetaria ocurrió en un contexto disímil al del cierre de agosto: en ese entonces, las expectativas de inflación acumulaban siete meses en alza, producto de un dólar que parecía no tener techo. A contramano, en el REM de noviembre este indicador registró su tercera caída al hilo, al pasar de 30,6% para los próximos doce meses en octubre a 28,6% el mes pasado. Por lo tanto, las proyecciones aparecen “domadas”.
Ahora bien, aunque la tasa perforó el 60%, estimamos que las expectativas no abandonarán su curso descendente y que el dólar no se disparará como respuesta al menor rendimiento de las posiciones en moneda local. En primer lugar, este menor rendimiento nominal no implica una baja en términos reales: el descenso de la inflación actual y esperada provoca que la tasa de interés real se mantenga en ascenso. Por último, los principales “perjudicados” por esta baja –los bancos comerciales- no pueden aumentar sus tenencias en divisas producto de la regulación vigente; en consecuencia, podrán volcarse a otras opciones en pesos o acciones dolarizadas, pero no presionar sobre la moneda estadounidense de manera directa. Si bien los plazos fijos pueden hacerlo, su liquidez es menor y su probabilidad de coordinación acotada.
Sin embargo, esto no implica que el tipo de cambio se apreciará. Por el contrario, estimamos que las presiones alcistas podrían continuar en los próximos días, pero no alcanzarían como para desatar una nueva corrida cambiaria. Por lo tanto, y a modo de conclusión, proyectamos que la divisa permanecerá en su trayectoria ascendente –hasta el cierre de 2018-, mas esta no se convertirá en un nuevo episodio de stress. Dicho de otro modo, el fin de los sesenta no implicará el fin de “paz y amor”.