Tras el saldo positivo obtenido en enero y el resultado equilibrado acumulado en el primer bimestre, el superávit fiscal primario quedó definitivamente atrás con los datos de marzo. El rojo primario del Sector Público no Financiero (SPNF) en mes superó ARS 74.000 millones, haciendo que el saldo negativo acumulado en el primer trimestre alcance los ARS 69.000 millones (-0,2% del PBI). Esto muestra una mejoría al comparar con el mismo lapso del 2020, cuando el rojo primario había totalizado 0,6% del PBI. Aún con estos números, dado que el Tesoro obtuvo financiamiento neto en el mercado por más de ARS 90.000 millones entre enero y marzo, no necesitó recurrir a la emisión para solventar estos gastos corrientes.
Sin embargo, requirió asistencia monetaria por ARS 135.000 millones para efectuar otros pagos “bajo la línea”, o sea, sumando los intereses. En el tercer mes del año, el déficit fiscal financiero de ARS 117.000 millones, superando los ARS 184.000 millones (-0,4% del Producto) en lo que va del año. Considerando que a la misma altura del 2020 -con “solo” diez días de pandemia- el desbalance financiero acumulado alcanzaba el 1,2% del Producto, el resultado es favorable.
Por tercer mes consecutivo, los ingresos del Estado Nacional crecieron a un ritmo muy superior al de los gastos. Mientras que los primeros treparon un 64% i.a., las erogaciones primarias subieron un 36% con respecto al mismo mes del 2020. El avance de los recursos estuvo vinculado con la mejora de la recaudación (los ingresos tributarios nacionales saltaron un 72% i.a. en marzo). Esta dinámica fue causada por la baja base de comparación, ya que en marzo del año pasado la cuarentena afectó la actividad en los últimos 10 días del mes, desplomando la actividad y los ingresos públicos. En particular, los tributos que más crecieron fueron Bienes Personales (+341% i.a.), Retenciones (+155% i.a., traccionadas por la suba del tipo de cambio y los precios internacionales) y Créditos y Débitos (+137% i.a.). Por el contrario, a pesar de recortar su baja en términos reales, los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social (+34% i.a.) todavía permanecen por debajo de la inflación, marcando que la masa salarial formal sigue en retroceso. En el acumulado anual, la suba de los recursos acumula un 55% i.a., 11% en términos reales.
En relación con los gastos, la principal suba fue la de las inversiones de capital (+142% i.a.), en donde se encuentran las construcciones que realiza la Nación y las transferencias que efectúa a las Provincias para ejecutar obras públicas. Aquellos proyectos vinculados a la educación (+430% i.a.) y la vivienda (+419% i.a.) fueron los que mostraron un avance más saliente. En segunda instancia, los gastos en bienes y servicios se incrementaron en 130% i.a., debido a la compra de vacunas. En siguiente lugar, se destacó la suba de los subsidios económicos, que mostraron un alza de 64% i.a., por el congelamiento de las tarifas de servicios públicos y transporte que ya lleva prácticamente dos años. Mientras tanto, las transferencias corrientes (neteando subsidios económicos) subieron apenas 20% i.a., por el efecto que tuvo en marzo de 2020 el inicio de los programas de ayuda por Covid. Además, las transferencias a Provincias y Universidades también se redujeron en términos reales. Con estas variaciones, el gasto primario acumula un alza del 41% i.a. en el primer trimestre del año. Neteando los gastos por Covid efectuados el año pasado, esta suba ascendería a alrededor de 47%. Por último, el pago de intereses subió sólo 2% i.a. en marzo y se redujo 32% i.a. en el primer trimestre, por efecto de la reestructuración de la deuda pública concretada en septiembre del año pasado.
De cara a los próximos meses, esperamos que los ingresos continúen creciendo en términos reales, en tanto las restricciones a la circulación y la producción serán menores que el año pasado, de modo que la actividad se mantendrá por encima de los niveles de 2020. Sin embargo, la segunda ola en un contexto de año electoral gatillará gastos adicionales a lo largo del año, por lo que la contracción de las erogaciones no será duradera. Por este motivo, proyectamos que el déficit primario anual se ubicará en 2021 por encima del 4% del PBI.