Abril fue el primer mes en el cual la cuarentena rigió a lo largo de todo el territorio y durante todos los días del mes. El resultado fue una caída de 26,4% de la actividad (un retroceso superior a 11% i.a. en los primeros cuatro meses del año), según el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE). Vale decir que esta contracción fue casi 10 p.p. más profunda que la mayor caída interanual asociada a la crisis del 2001 (-16,7% i.a. en marzo de 2002).
A su vez, la economía cayó 17,5% en términos desestacionalizados respecto al mes de marzo -número que representó máximos históricos-, acumulando una caída de -26,9% en el primer cuatrimestre del año y ubicándose en los niveles más bajos desde fines del año 2004.
En lo que respecta a las ramas de actividad, lo más importante a resaltar es que todas las ramas mostraron contracción en el mes. De todas maneras, reinó un impacto heterogéneo: las caídas más profundas las tuvieron los sectores que directamente no pudieron operar –representando en su mayoría caídas sectoriales nunca antes vistas-, mientras que las ramas consideradas esenciales tuvieron un menor impacto relativo.
En este sentido, la Construcción fue la rama más golpeada. La repentina y completa parálisis de las actividades generaron que el sector que ya acumula 21 meses consecutivos de contracción caiga 86,4% i.a., acumulando un retroceso superior a 40% i.a. en los primeros cuatro meses del año. Para poner en magnitud el deterioro, en el mes de abril el sector se ubicó en niveles que representaron únicamente un 24% de lo observado en el mes anterior.
Por su parte, la Industria manufacturera mostró una contracción de 36,3% i.a. y acumuló una caída de 14,5% i.a. en los primeros cuatro meses del año, un menor impacto debido a que algunas ramas (la alimentaria, por ejemplo) pudieron operar con relativa normalidad. En lo que respecta al Comercio, se observó una caída de 27% i.a. (-10,8% i.a. en lo que va del año), debido a que, exceptuando a los comercios esenciales, todos tuvieron que cerrar sus puertas en el mes. Este sector, junto a la industria y a la construcción fueron los que mayor incidencia negativa tuvieron en el mes.
Por su parte, el sector que más afectado se verá en todo el año, Hoteles y restaurantes, cayó -85,4% i.a. No obstante, también exhibieron caídas de dos dígitos, Otras actividades de servicios comunitarios (-72,2% i.a.), Explotación de minas y canteras (-20,5% i.a.) y Actividades inmobiliarias, empresarias y de alquiler (-19,7% i.a.). A contramano, menos perjudicados se vieron Agricultura y ganadería (-8,2% i.a.), Electricidad, gas y agua (-8,4% i.a.) e Intermediación financiera (-3% i.a.), por ser sectores que tuvieron menos restricciones para continuar con sus actividades.
¿Qué esperamos?
Debido a la perduración de las restricciones en el AMBA y otros centros urbanos junto a la relajación de la cuarentena en otros puntos del país con menor circulación del virus, a partir de mayo se observaron algunas mejoras, a pesar de que las contracciones en la comparación interanual siguieron siendo preocupantes.
Por caso, en mayo las ventas de insumos para la construcción retrocedieron 34% i.a. pero crecieron 184% respecto al mes anterior. A su vez, los patentamientos exhibieron una contracción del 42% i.a. pero 376% respecto al piso de abril, y la producción de vehículos cayó 84,1% i.a. pero representó una importante suba respecto a las cero unidades producidas en abril. Otros datos del mes de mayo mostraron fuertes bajas en la comparación interanual: las ventas en comercios minoristas cayeron -51% i.a., la recaudación de IVA interno en términos reales se desplomó un -27% i.a. y las escrituras de compra-venta de inmuebles en CABA cayeron un -79% i.a.
Por su parte, según un informe publicado por el Ministerio de producción, a partir de junio más de quince provincias tuvieron más del 80% del empleo privado habilitado para trabajar, aunque en el AMBA, que explica la mitad de la actividad económica, solo se pudieron desarrollar actividades puntuales bajo estrictos protocolos sanitarios. Pese a la recuperación que puede verse en parte del país, esperamos que la contracción interanual supere el 20% en el segundo trimestre del año.
La llegada del invierno y la vuelta de mayores restricciones en AMBA durante julio siguen perjudicando las perspectivas y arrojan más dudas que certezas respecto a la duración de la crisis y el proceso de recuperación. En este sentido, prevemos que el PBI retroceda 11,5% en 2020, la contracción más profunda de la actividad de los últimos 120 años -según estimaciones de Arklems- y de esta manera, el PBI per cápita volverá quince años atrás, a los niveles de 2005.